En nuestro n° 4 de diciembre de 1987, entrevistábamos a Luz Roja, una banda que ya para ese entonces era veterana en esto de hacer rock. En aquellos tiempos, no había banda que sonara como ellos, en todo sentido. Ambos conceptos nos llevaron a entrevistarlos, con el resultado que podrán leer a continuación.
Hoy le toca el turno a Luz Roja, uno de los grupos de rock duro de nuestro rock. Tocando desde los inicios del actual movimiento rockero nacional, este grupo siempre ha sido dejado de lado. Sus actuales integrantes son: César Martínez (voz, 25 años), Pablo Pitetta (guitarra, 25 años), Rafael Pitetta (guitarra, 23 años), Ariel “Quieto” Gerona (batería, 26 años) y Enrique “Garza” Sosa (bajo, 25 años).
Lamentablemente esta fue la entrevista más mermada en concurrencia, ya que ni Rafael, ni Ariel, ni Enrique estuvieron presentes. Aquí va lo resumido de más de dos horas de conversación:
SR: ¿Por qué Luz Roja?
César: En un tiempo yo daba unas explicaciones bárbaras que iban desde la luz del quilombo hasta la parte socio-política; pero la verdad es que antes que yo entrara al grupo, iban el Quieto, el Garza y creo que Martín en un ómnibus, y ese día tenían que tocar en un lugar, y con los equipos en la falda iban sentados en el asiento de atrás. Entonces se dijo: “che, ¿cómo le ponemos al grupo?”. ¿Y viste esos ómnibus que tienen una lucecita roja que prende cuando frena?; bueno, empezaron diciendo luz roja, luz roja, y quedó el nombre.
SR: ¿Cómo comienza el grupo?
César: Bueno, tocaron en el primer Templo del Gato: me acuerdo que los llevé yo. Tocaron el primer día y la cosa quedó ahí, y después fueron la segunda vez y ahí yo hice con ellos “Dedos” de Rada, onda popurrí, y del mismo álbum, “Niño”, que eso fue una cosa impresionante. Claro, era una época que nadie hacía rock and roll. Pasaba que los medios de difusión que difundían música uruguaya no te difundían rock uruguayo, porque decían no, eso es extranjerizante. Y las radios que pasaban rock, no pasaban rock uruguayo.
SR: ¿Nos pueden aclarar un poco algunas fechas y la integración original?
César: El grupo comenzó a llamarse Luz Roja en el ’83. Eran el Quieto, el Garza, Martín, el Pato y Calvo; y ya tocaban el “Rock de la oficina”, que es un tema que todavía se hace; ése era el tema fuerte del grupo. Bueno, después estaban ensayando en un verano en la casa de Jean Paul, que fue el otro guitarrista que vino después, ensayaron con Omar Herrera, y yo fui un poco a hacer el sonido. Resulta que yo tuve un accidente, tuve que estar tres meses en la cama, y después en una silla de ruedas, etc, entonces recién empezaba a dar los primeros pasos, entonces me empecé a meter, a meter, y no sé cómo fue la cosa que terminé cantando yo. Y ahí empezó Luz Roja, que comenzó a trabajar más seriamente a nivel de teatros. Hicimos una grabación en La Batuta de cinco temas en diez horas y que están bien grabados. Eldorado nos aceptó dos temas, los otros tres no, que eran “Vamos juntos” y “Ya ni sé”, que eran los temas más elaborados. Incluso me atrevo a decir que fue de los primeros temas hechos acá que pasó Eldorado. Con Jean Paul estuvimos hasta fines del ’85. El último mes del ’85 tocamos con Carlitos Quintana, el guitarrista de Salario Mínimo, y no dejaron de pasar los guitarristas: pasó Jorge Camero, de Ilegal, el Rafa, después éste (Pablo).
SR: ¿Las actuaciones?
César: Somos un grupo teatrero. En el Anglo tocamos nueve veces; en varios lugares al aire libre, por ejemplo el 1° de mayo del ’85 tocamos en el callejón de Tristán Narvaja. Experiencias lindas en la calle. También en tres actos políticos. En uno andaban por las 200.000 personas, y ahí tuvo el grupo la oportunidad de probarse en vivo con mucha gente.
Pablo: También en Paysandú: lo mejor fue la grabación que sacamos.
César: Fueron como 15 grupos: Alvacast, Salario, Alberto Wolf, Agridulce…
Pablo: Sí, todo con un filo terrible, de que iban a haber tales equipos, de que era la Semana de la Cerveza, que va a estar lleno de gente, que va a ser el boom en Paysandú.
César: Además nos auspiciaba el diario, la radio…
Pablo: Todos con un filo que no podían más. Lo lindo fue la experiencia, todos en un solo ómnibus, un relajo, un despelote bárbaro. El recital duraba tres días. Actuaban cinco por día. Era un estadio gigante, loco, para 20.000 personas y un escenario desastroso y una amplificación que era para tocar en un teatro. Otro bajón era la gente: tocamos para los músicos, habían 200 personas.
César: Lo que pasa es que en el centro de Paysandú había cerveza gratis, espectáculos, joda, y la entrada al rock era bastante cara.
Pablo: La cosa fue así: tocamos bien el primer día hasta que llegó la noticia de que se suspendía, que nadie más tocaba. Lo peor fue que llegamos un sábado de mañana, muertos, descansamos un rato, tocamos, bajamos del escenario y el tipo dice: “Bueno, miren que se suspende y hoy mismo nos vamos”. Fue un fracaso total. Todavía hubo que salir a juntar gente por todo Paysandú para volvernos.
SR: ¿Qué pasa con Luz Roja? ¿Por qué la poca difusión?
Pablo: Hay dos tipos de músicos, están los que hacen música, ¿ta?, y los que hacen música para vender, comercial. Y acá hay más grupos comerciales que no les importa lo que están tocando y sí les importa tener muchos discos, hacer guita, tocar en cumpleaños de 15.
César: Tener un programa de televisión.
Pablo: ¡Ojo! Todo viene bien, sea comercial o no.
César: A nosotros una cosa que nos liquidó fue que no saliera la ensalada. Eso nos mató, nos hizo quedar en suspenso. Nosotros ya habíamos hablado hace tres años con Palacio, cuando Carbone editó el disco de Crisol. Después cuando hablamos en La Batuta era cuando salió un cassette de rock nacional que fue un fracaso comercial y se asustaron.
Pablo: Sí, tenían miedo al rock and roll, que no caminara. Después de todo eso nos ganamos unas horas. Los tipos dijeron: “Tomen 20 horas para grabar, que van a salir en una ensalada de rock pesado, de heavy”.
César: Claro, nosotros en el primer recital en el Teatro del Reloj, hacíamos heavy metal, pero nosotros no decíamos heavy metal pensado en las cadenas ni nada de eso, sino pensando en el heavy original, en el tiempo de Deep Purple, y bastante influenciados por los Van Halen estábamos en ese entonces. Para escuchar un violero que toque de determinada manera, con determinada velocidad, con determinadas escalas, tenés que remitirte al heavy metal. Los violeros espeluznantes están en el heavy; claro, hay casos aislados.
Pablo: Lo que pasa es que en la década del ’70 Led Zeppelin, Deep Purple, Genesis, Jethro Tull, Pink Floyd, Yes, son todos virtuosos. Fue una época que dejó músicos que nunca van a morir. ¿Y en el ’80 qué pasa? ¿Hay eso? No, loco. Tá; Sex Pistols, The Clash, The Cure, Ramones, Police, ya es otra onda, ya no hay el virtuosismo instrumental.
César: Yo creo que en el futuro vas a tener que tocar de veras; esa es la palabra, vos tocás de veras o no tocás de veras. Lo que decía creo que García Márquez: “Un escritor decide si va a ser bueno o malo en el momento en que se va a sentar en la máquina”. El tipo que sube a tocar ya sabe si lo que hace es tocar exigiéndose al mango, que realmente va a sudar la camiseta, que va a dejar el cuerpo ahí arriba, o si lo que va a hacer es lo que preparó que sabe que más o menos sabe hacer. Eso es lo fundamental. La música que a mí me gusta escuchar con los ojos cerrados es la que el tipo va más allá de sus límites, el tipo que está en el abismo, lo más que puede sacar de sí.
SR: ¿Qué pasa con el grupo en el presente?
César: Nosotros nunca sabemos qué vamos a hacer mañana.
Pablo: Uno de los grandes problemas del grupo fue la sala de ensayo. Estuvimos meses, muchos meses -y decir meses en un período de dos o tres años, es mucho- en que estuvimos parados por falta de sala de ensayo.
César: Y esperando que saliera el disco.
Pablo: Después hubo problemas con Enrique, que tuvo problemas de laburo y estuvimos como cinco meses sin ensayar. Estamos como estancados; sinceramente esa es la palabra, no encontramos incentivos.
César: El incentivo no tiene que venir de afuera.
Pablo: Para mí, sí, César. Que venga un tipo y se cope con lo que hacemos nosotros y nos produzca algo.
SR: ¿Ustedes están conformes con el desempeño del grupo?
César: Yo te diría que nunca se está conforme. Lo importante desde mi punto de vista es el sufrimiento. Yo sufro mucho cuando me está saliendo un tema arriba del escenario. Te estás rompiendo el orto porque se te canta hacer rock and roll, pero tocamos porque nos gusta.
SR: ¿Cómo ven al rock nacional hoy?
César: Creo que el rock nacional no existe; somos tipos de acá haciendo rock, todos aspiramos a hacer la música popular uruguaya, y uno de los caminos es por el lado del rock. Pero creo que hay una manera de hacer rock uruguaya. Yo creo que Psiglo suena a Uruguay totalmente, que Días de Blues es un blues uruguayísimo.
Pablo: Ya pasó, loco, eso es histórico.
César: No, pero eso es una experiencia que te demuestra que se puede hacer rock con sabor uruguayo. El asunto no es hacerte la película de que estás tocando para los gringos y vos sos un gringo, y la gente hacerse la película de que está en EEUU. Desgraciadamente hay mucha gente que está en ésa. Hay una desconfianza de lo que pueda hacer uno y de lo que pueda hacer el tipo de al lado. Esto es un bajón total, es un poco lo de “Orosia”; es el tipo que dice: “es todo cementerio, están todos muertos, todos pintados de gris sin querer salir”. Ya no quiere vivir ese tipo: “si están todos así yo ya no quiero vivir”. Ahora, es positivo hacer un tema así, no es un bajón pero es cierto. Entonces vas y te echás alcohol en la herida: sabés que te arde, pero de repente te cura. A mí me gustaría hacer un tema que dijera: vamos a meter todos pa’ delante y este va a ser un país en el cual va a haber realmente libertad, libertad de pensamiento, de llevar una vida como realmente quieras. Pero no la veo. Y creo que fue fruto del gran porrazo que nos dimos después de las elecciones, cuando nos creímos que íbamos a hacer una cantidad de cosas y un montón de cosas que no pasaron.
Pablo: Volviendo a lo del rock nacional, te diré que estos cien mil grupos que surgieron, dentro de poco, la quedan. La gran mayoría de los grupitos de ahora son pendejitos, y van a crecer y no van a seguir escuchando “La cucaracha”, van a escuchar Música. Yo le veo futuro a pocos grupos.
SR: ¿Qué pasó en Montevideo Rock?
Pablo: Frustración total; estábamos para tocar en el escenario B.
César: Primero, gran quilombo con el escenario A, porque grupos que tocaron allí no iban a tocar en el A, pero metieron la pesada. Bueno, y dijimos “vamos, tocamos en el B y les comemos el hígado”. Andábamos con el bolsito para todos lados.
Pablo: Una historia para entrar… impresionante. Después se retrasaron los otros y nosotros, como cerrábamos el B, ese día nos quedamos sin tocar.
César: No, lo primero que nos dijeron fue que en lugar del B iba a ser en el A.
Pablo: Esperamos, esperamos, fuimos a preguntar y al final no tocamos.
SR: ¿Qué grupos les gustan de acá?
César: A mí, Los Estómagos; no sé si es el que más me gusta. También Salario Mínimo, y me gusta Wolf.
Pablo: Para mí, Los Traidores. Me parece la propuesta más sincera de todas las que hay acá.
César: Yo no estoy de acuerdo con cosas que hacen y dicen.
Pablo: Tienen huevos.
César: Lo que pasa es que ése no es el punto. Ese tipo de cosas justifica después la represión.
SR: ¿Tienen tendencia a hacer heavy?
Pablo: No, es hard, es rock pesado.
César: Hacemos rock de acá, es lo que nos sale.
SR: ¿Se ven influenciados por algún músico?
César: Yo te puedo decir los tipos que me influyen como cantante: Coverdale es, para mí, fundamental. Robert Plant, Janis Joplin, Gardel, aunque parezca mentira, Rada… Yo empecé cantando temas de Rada, incluso imitándolo.
SR: ¿Tienen alguna actuación prevista?
César: No, hay un proyecto que es tocar en la calle y pasar la manga… directamente al consumidor, a la gente de la calle. Hay muchos problemas, es tan difícil de hacer eso que es increíble. Nos gustaría con esto dar el puntapié inicial para que acá, como se hace en los países civilizados, estén tocando los grupos en la calle.
SR: ¿Tiene futuro el rock nacional?
Pablo: No, creo que no. Lo que sucede es que la mayor parte de los grupos que hay no son sinceros, están para el curro, la guita, están para organizar recitales, para sacar discos…
SR: ¿Creen que hay grupos que hacen plata, acá?
Pablo: Sí, loco. Hay grupos que están cobrando 100 lucas la actuación, 50 lucas… pará. Los Tontos cobran mucha guita. Tocan todos los fines de semana en cumpleaños de 15, en fiestas particulares y cobran guita grande.
César: Tocan hasta dos o tres veces por semana y más también. Además, por derechos de autor cobran un vagón de guita.
SR: ¿Notan alguna reacción especial en el público cuando actúan? ¿Qué pueden destacar?
Pablo: Mirá, una actuación impresionante fue en el Desconcierto. La gente recibe ese rock and roll, esa música, y empieza a saltar, a moverse, y nos pasó en el Desconcierto, en el Anglo, en el Templo. La idea es tirar energía.
SR: ¿Ustedes son caros?
Pablo: No, loco. Yo toco aunque no me paguen.
César: No estamos en el star system, somos el equivalente a lo que es la revista de uds., totalmente.
SR: Acerca de las letras y los temas, ¿qué se puede decir?
César: Para sacar un tema estamos meses, es impresionante.
Pablo: Sí, ahí está la diferencia. Queremos que quede bien, que se pueda escuchar acá, que lo escuche un porteño y se cope, que lo escuche un brasileño y se cope, y lo mismo un yanki.
César: Tampoco lo hacemos pensando en el porteño y el yanki, lo hacemos pensando en nosotros.
SR: ¿Qué violero te gusta?
Pablo: Acá hay buenos violeros: Beledo, Firpo, el negro Rafael, Camero toca muy bien, el guitarrista de Cross también es muy completo, el de Sádica es nuevito y se toca todo.
César: A mí, como vocalista de acá, me quedo con Urbano y Omar Estrada.
SR: ¿Nos pueden dar datos sobre los otros integrantes?
Pablo: El Quieto, que es el batero, de rock and roll es el mejor que hay. El Garza es un tipo re ubicado para tocar, y juntos con la batería son una de las mejores bases rítmicas que hay. Y mi hermano es guitarrista y además toca una cantidad de instrumentos.
César: Quiero contar una del hermano de éste. Resulta que un día ensayábamos en la casa de ellos y había un violín sobre la cama. Entonces lo agarré y… “eieieiii”, salió espantoso; y el loco al lado mío me miraba y hacía gestos como diciendo ¡qué bien! Cuando terminé me dijo: “a ver, prestame un poquito”, y se puso el violín ahí y ta, terribles escalas onda Ponty; pero no era Ponty, era el tipo tocándose todo. Entonces lo miré sorprendido y le pregunté: “¿con quién aprendiste? “Solo”, dice. “¿Cómo solo?”. “Sí, quería tocar el violín y fui a la feria y me compré un violín”. “Pero loco, alguien te tiene que haber enseñado”. “No, yo miraba a las viejas de Canal 5” (risas).
Pablo: El Quieto, por ejemplo, llega al ensayo, te da la mano y te la hace mierda, se baja los pantalones, se saca la camiseta, abre el bolso, saca el short, se pone los championes viejos, arma la batería y se enchufa. Ahí empieza, pum pam pum pam. Termina el ensayo pum pam pum pam. Así, loco, cinco o seis horas. Y después toca con otro grupo.
César: ¿Y cuando tenía un forúnculo y no se podía sentar…? El loco tocaba con una cara de dolor… Tiene el mérito de ser autodidacta.
Pablo: Yo también.
César: Che, el Garza. El Garza tiene el privilegio de ser el único miembro del grupo que se ganó una mina tocando en el grupo. Y que ahora se va a casar con ella.
Pablo: Y otra anécdota. Un día yo me crucé con el batero, me cagué y paré de tocar, y quedó el Garza solo. Su fue para adelante del escenario y se hizo un solo de bajo, loco, de una hora; y la gente copadísima.
César: Creo que todos hubiésemos hecho lo mismo, porque somos tocadores, nos gusta tocar en vivo. Nos gustaría grabar algo en vivo porque es el swing que te tira la gente. Nosotros tocamos para la gente.
Pablo: Nosotros tiramos energía, y los tipos te la tiran también.
César: Cuando no sabés qué hacer, mirás a la gente. Entonces te miró el tipo y te dijo: “agarrá para acá o para allá”, y al final le das la razón.
Esto fue parte de lo hablado con César y Pablo. Fue difícil dejar cosas afuera ya que la charla fue muy interesante, pero el espacio no nos da nunca. Igualmente creemos que el resultado fue positivo. Nos vemos dentro de quince días con el último número de este año y con el rockportaje a Los Estómagos.