Detallados artículos del guitarrista Ramón Aloguín, perteneciente a las bandas de blues Rescate y La Incandescente Blues Band.
Comienzo con este guiño enorme a ese grande entre los más grandes que sin duda fue el humorista uruguayo Enrique Almada. Se fue muy joven; con sólo 55 años. A continuación, agradezco a Gio Pertuzatti por su post en Facebook del día 4/12/2022, que fue el que finalmente me encendió la lamparita. Dicho post decía y cito textual: “En la crisis de los 2000 apareció otra vez el auge del rock nacional… Cuando la cosa (económicamente, añado yo) mejoró, otra vez cayó el rock en desgracia”. Y aquí ya se entiende el título del artículo, ¿verdad? Sólo falta aportar los datos macroeconómicos. Aquí van.
¿Por qué último? Porque abarca desde el regreso a la democracia hasta mi partida de Uruguay, el 15 de abril de 1998. Aquí es que, además de la fortísima influencia que todos estos músicos ejercieron en mí, se trata en muchos casos de gente con la que compartimos escenarios junto a La Incandescente Blues Band, cosa que hace que el vínculo resulte más intenso aún.
Durante esos años hubo varios intentos de seguir tocando rock. Un rock a menudo con raíces en los 70s, cuya propuesta difería y mucho de aquel con el cual la generación del ’84 en adelante se identificaría. No se trataba de abjurar de Led Zeppelin, Deep Purple, o Jethro Tull; de señalar a Queen, Genesis o Yes de vendidos hacia el pop (cosas que solían hacerse en esa época y mucho).
Voy a comenzar este texto pidiendo disculpas básicamente por dos razones:
a) No se trata de un artículo en sí mismo, sino más bien una simple lista.
b) Mis 24 años fuera de Uruguay no me permiten saber si un trabajo similar se ha hecho ya.
Siempre hemos escuchado que “el blues y el rock deben de evolucionar”; ¿no es así? Hay quien busca un horizonte artístico nuevo, y hay también quien quiere que una manifestación de arte se preserve en el tiempo tan fiel a su original como sea posible. No cabe duda de que ambas actitudes y formas de crear o perpetuar diferentes estilos, son absolutamente válidas y respetables. Ninguno tiene más razón que el otro, ni vuela demasiado el primero, ni es un anticuado el segundo.
Hoy, contando con vuestra paciencia, vuelvo a mezclarlo todo otra vez. En un artículo de hace no mucho tiempo, intentábamos la casi imposible tarea de obtener una mínima aproximación a lo que sería la cuota de mercado del rock nacional entre los consumidores de música en Uruguay. Decíamos que no teníamos elementos de juicio para hacer un cálculo con el rigor profesional debido, pero que muchos de nosotros creíamos (y temíamos) que seguramente sería un número de un solo dígito.
Hace no mucho me compré el disco de B B King In London de 1971, grabado junto a gente como Peter Green, Alexis Korner, Humble Pie, Ringo Star, Stevie Winwood, y un largo etcétera. Como suelo hacer en estos casos, he ido directo a leer críticas “profesionales” de este disco, pues suelen hacer que me ría mucho. Se ve que mis oídos escuchan diferente de los suyos.
¡¡¡¡Bravo!!!! ¡¡¡¡¡Por fin Sólo Rock se dedica a publicar artículos sobre el único aspecto verdaderamente interesante del rock!!!!! De hecho, la única cosa para la cual el rock sirve de algo: EL SEXO. Parejas, tríos, orgías de 4 – 6 o 10 personas. ¡¡¡Al fin!!! Porque si no es para eso, ¿para qué coño vas a querer tocar rock? Bueno, salvo si eres tonto, que también los hay (yo el primero).
La post tablita no ha sido desgraciadamente la única época de penuria económica en la historia del Uruguay, pero Dino la describe con una exactitud que hiela la sangre. Escuchar este disco es una experiencia bella, pero dura. Así y todo, merece mucho la pena a quien decida arriesgarse. Yo os lo recomiendo tanto, que no voy a comentar nada más sobre él.