Sólo Rock 1987-1990

SÓLO ROCK: LA REVISTA (1987-1990)

Corría el año 1987 cuando a mí, Ariel Scarpa, se me ocurre que sería una buena idea volcar en una revista totalmente amateur todas las experiencias que el rock estaba dejando en mi vida. Se lo comento a mi amigo Winston Estévez, con quien estaba haciendo ese proceso desde hacía unos años, y rápidamente ambos nos ponemos a trabajar. Desconociendo la movida de revistas de carácter subterráneo que se estaba gestando en Montevideo, decidimos crear una a la que dimos en llamar Sólo Rock, por el carácter estrictamente musical que la misma iba a tener. Tras varios meses de arduo trabajo, la primera edición de la revista, el número 0, sale a la calle el 9 de octubre de 1987.

solo rock 1

Presentándose en un formato bastante rústico y con mucho para mejorar, la revista tiene su aceptación y nos impulsa a seguir escribiendo. De esta manera, surge el número 1, donde ya aparecería la sección que ocuparía las páginas centrales hasta el penúltimo número: Rockportaje. Ahí realizaríamos las entrevistas principales, tanto a grupos nacionales de rock, como algunos internacionales, aparte de gente vinculada al medio.

Con un estilo bastante particular de escribir, basados en lo que nos gustaba y lo que no nos gustaba, aclaramos desde un principio que nosotros no éramos críticos de rock, simplemente un par de espectadores del público que habitualmente iba a los recitales y que habíamos creado un espacio para manifestarnos y dar lugar a las opiniones de los involucrados. De alguna manera, la revista tenía una línea, que nuestros lectores captaron enseguida y con la cual se sentían identificados.

Para nuestro número 2, ya teníamos la colaboración de Rafael Cardozo, quien hizo un cambio fundamental en la apariencia, creando el logo que nos acompañaría hasta el final de la revista, y que actualmente aún se puede ver en el blog. Su intervención en las tapas y contratapas, los títulos, dibujos y comics le dio un giro a la revista que la cambió fundamentalmente en su propuesta estética. Otro temprano impulso fundamental que recibió Sólo Rock fue la incorporación de Alejandro Jaureguy, quien con su profusa base de datos y conocimiento se encargaría del tratamiento del rock internacional. Sus aportes, siempre destacados por el tratamiento que les daba, jerarquizaron cada número.

solo rock x

La revista se hizo rápidamente conocida en el ambiente. Nuestro trabajo de difusión en la calles, en los conciertos, en las radios y en la televisión, sumado al compromiso de las disquerías que eran nuestros puntos de venta fijos, nos permitieron crecer en tiraje, cantidad de páginas y calidad. Al cumplir nuestro primer año en la calle, ya contábamos con varias páginas más y con dos colores en la tapa y contratapa. El crecimiento y el alcance que tuvo fue mucho más allá de lo que habíamos pensado inicialmente. Varios programas de radio nos cedían algún espacio para entrevistas, difusión o para pasar música. El Palacio de la Música nos suministraba discos o cassettes de las ediciones nacionales o internacionales para comentar, además de que habitualmente teníamos acreditaciones para concurrir a espectáculos. El apoyo de nuestros lectores se manifestaba a través de las cartas que nos llegaban todas las semanas y que publicábamos en nuestras páginas. También había un espacio para las colaboraciones de los lectores, que podían escribir y mandar artículos o letras de temas para que fueran publicados en nuestras páginas.

Prontamente el equipo permanente de la revista siguió agrandándose con varias incorporaciones. Claudia Puricelli vino a complementar el trabajo gráfico que realizaba Rafael. Ella, con su estilo personal, iba a tener contribuciones importantes en todos los números. Luego vino Heber Aguirre, con una visión más desde su condición de guitarrista, aportando no sólo como músico sino como uno más del público, agregando valor a los contenidos. Finalmente se incorporó Marina Dondi, con todo su impulso joven, complementando lo que se ofrecía en las páginas de Sólo Rock, con buenas ideas y contribuciones que se hacían notar. También tuvimos colaboradores permanentes y esporádicos, y corresponsales desperdigados por el mundo. Hicimos cosas impensables inicialmente, como organizar dos conciertos de rock, entre algunas otras. Y siempre concientes de que todo era posible gracias a la fidelidad de nuestros lectores.

Luego de un crecimiento notable y permanente a lo largo de tres años, en octubre de 1990, decidimos que era hora de terminar con el trabajo que con tanto esmero y dedicación habíamos llevado a cabo. La situación del rock nacional en aquel entonces declinaba, haciendo difícil la permanencia de todo lo que lo rodeaba y que de alguna manera contribuía a su continuidad.

Atrás quedaban muchísimas horas de trabajo honorario, horas de grabación, fotos, hojas y hojas escritas y meticulosamente recortadas y pegadas para dar forma al único medio de comunicación permanente que tuvo el rock nacional en ese período. Fuimos un termómetro de todo lo que ocurría, y así quedó registrado en cientos de páginas que compusieron la totalidad de los 41 números que editamos. Nos quedaba la satisfacción de todo lo hecho, lo que habíamos logrado y el grupo humano que habíamos formado.

Y aquí estamos ahora, 30 años después, dispuestos a usar las herramientas de la actualidad que nos permiten realizar una tarea mejor y más completa. Y está el equipo casi completo, complementándolo con nuevos compañeros de ruta, como ser Hugo Gutiérrez, Varo Coll, Ramón Aloguín, Leo Peirano y Tomás Cámara, además de contribuciones puntuales de gente como Gabriel Otero y Érika Estévez. Todos con muchas ganas de seguir aportando a esta música que nos motiva y nos emociona, nos hace vibrar y cantar, crispar los puños y divertirnos, nuestro querido rock.

Ariel Scarpa

Opinan sobre Sólo Rock:

Gabriel Barbieri

Riki Musso

Martiniano Olivera y Daniel Machado

Enrique «Garza» Sosa

Varo Coll