Leo Peirano, de Catalina Records, comparte sus múltiples experiencias en materia de rock. Un aporte con historia.

Never Mind The Bollocks, a la postre el álbum debut y despedida de los Sex Pistols, es un punto de inflexión único, no sólo a nivel musical sino también a nivel sociocultural. El punk como fenómeno tuvo a la banda de Rotten y Cia. como una de sus caras más polémicas y visibles. El paso de los años no han disminuido el interés sobre su obra a través de múltiples reediciones de todo su material disponible y en algunos casos, con discos falsos atribuidos a la banda. Tiempo atrás escribí sobre uno de esos casos, en este articulo, que les recomiendo leer si aún no lo hicieron.

La suerte puede ser algo y es algo embromado. De la misma manera en que puede hacerte arañar el cielo, puede también hacerte abrazar el suelo. Y a veces ambas cosas en poco tiempo. El rock tiene muchísimas historias, pocas como la de Badfinger y su buena/mala suerte…

A finales de los setenta y primeros ochenta, algunos punks mantuvieron contacto con grupos clandestinos, organizaciones armadas y comunas de fugitivos. Se había creado un ecosistema de ayuda, una solidaridad y apoyo mutuos en toda Europa, que funcionaba con naturalidad. Era relativamente sencillo. Se compartía un ideal, pero también una forma de vida. No se podía imaginar vivir de otra manera, al menos para aquella facción de entre los punks, airados y anárquicos, que pasaron de la retórica de las letras a la «Propaganda por el hecho».

Es 1981, la irrupción de una segunda oleada de bandas punk parece desatar el caos en una Inglaterra tocada por el paro y la desregularización. Es la consolidación de un nueva escena, más violenta, más ruda. El Oi!, también conocido como streetpunk, comienza a ganarle terreno a un punk huérfano de sus primeros referentes.

¿Cuántas vidas caben en una vida?
¿Qué tantos caminos podemos recorrer en el transcurso de nuestra experiencia vital aquí en la Tierra?
Quizás pocos y nuestra vida se resuma a una rutina constante o en algunos casos sea rica en experiencias de todo tipo.
Este último caso, fue el de Christopher.
Christopher Lee.

Cualquier forma de totalitarismo (rojo o negro), lleva en su germen un terror pánico a la libertad. Ejemplos lamentablemente sobran en la historia humana y sea bajo el signo que sea, la libertad es la primera victima de regimenes de este tipo. Esta es la historia de una guerra que duró unos 12 años, entre los Punks y el Estado «Democrático» de la Alemania del Este.

Si fuese posible, ¿cambiarias el pasado? Asumo que para todos, poder cambiar cosas de nuestro pasado suena a algo por demás tentador, aunque lo sabemos imposible. Pero tecnología mediante, podemos en este caso en lo musical, reescribir quizás un mejor pasado. Volvamos entonces por un rato al pasado…

A partir del «hype» que ha traído la mini serie «Pistol» realizada por Disney… (sí, Disney, baluarte de la familia y los buenos valores, contando una historia sobre el punk) hoy quería contar sobre una historia que apenas es un detalle en esa serie e involucra a quien (seguro sin saberlo) fue el disparador de toda esta historia.