El rock, la literatura, lo social y lo político se unen en los textos de Niko Pérez. Textos que reflejan una visión alternativa y revolucionaria, propia del mejor rock de todos los tiempos: el verdadero.

La esquina de mi casa brillaba bajo el aguacero, la veía a media cuadra, sentado en las escalinatas de piedra, de la vieja casa de mis abuelos. Por un rato me mantuve distraído viendo cómo el peso de las gotas vencía a las flores de hibisco, rojas y más vivas que nunca, mientras ellas seguían allí, fuertes, a pesar del embate cruel del agua.

Casi las diez de la noche de un viernes cualquiera, antes de que cierren sus puertas los supermercados de barrio. Y se  extienda como una colcha azul luminosa la otra noche de Maroñas. La de los paseos perdidos, buscando una pitada mortal que nunca llega, la droga de la eterna fisura, la angustia sintetizada. Los coches de alta gama desentonan sobre el pavimento partido, frenan, aceleran, queman gomas, se ríen, la nueva clase social del Montevideo desdentado y duro.

Las contribuciones creativas de Glen Matlock a Sex Pistols siempre han sido objeto de debate y controversia, sin embargo, se le atribuyó la co-escritura de diez de las doce canciones del álbum Never Mind The Bollocks, Here’s The Sex Pistols; y eso, no es poca cosa. «Compuse la guitarra de “God save the Queen” y la idea primigenia de «Anarchy in the UK» fue mía. Tal vez me hice consciente con el tiempo de la importancia de esas canciones».

Si bien las letras desgarradoras y las voces de Ian Curtis se atribuyen a menudo a la sombría belleza de los Joy, muchas de las canciones del grupo fueron desarrolladas por el siniestro y palpitante bajo de Peter Hook, que llegaba al mundo un día como hoy hace 65 años, 13 febrero de 1956. Luego del suicidio de Curtis, el segundo al mando, Peter Hook, se unió a los otros miembros sobrevivientes de Joy Division para formar New Order. En sus inicios se vio obligado a tocar líneas agudas de bajo para poder escucharse, pues su amplificador era de muy baja calidad; esa sería a lo largo de su carrera una de las cosas que caracterizaría su peculiar sonido.

Un 31 de enero de 1956 nacía un tal John Joseph Lydon en el seno de una familia muy pobre de ascendencia irlandesa. A los 7 años contrajo una meningitis aguda a causa de las ratas: jugaba con barquitos de papel en los charcos cerca de casa donde estos animales dejaban sus excrementos. Despertó de un coma después de varios meses que lo dejó amnésico, no reconocía ni a sus padres: “Y por eso no miro el pasado con nostalgia. Desde entonces recuerdo todo tal y como fue”. Los médicos aconsejaron a sus padres que intentaran mantenerlo enfadado, porque esa excitación podría devolverle parte de la memoria: “Y ese ha sido mi motor. Quien piense que la rabia o la ira tienen que ver con el simple odio, es un ignorante”.

Hace 65 años, Peter John Murphy nacía en la ciudad de Northampton, en el centro de Inglaterra, un 11 de julio de 1957, en el seno de una humilde familia católica de nueve hijos, siendo el menor de ellos. Su fascinación por la música fue gracias a la costumbre de su madre de canturrear diariamente… En su adolescencia las inclinaciones artísticas se hacían más tangibles lidiando con su personalidad un tanto antisocial y tímida. Su espíritu solitario marcó su personalidad, rechazando la oportunidad de ir a la escuela de arte y, en su lugar, trabajar como ayudante de impresor, mientras perseguía sus intereses en la pintura, la escritura y el canto en su tiempo libre.

El 2 de febrero falleció Wayne Kramer, fantástico guitarrista de la banda de rock and roll y proto punk de los años sesenta, MC5, a la edad de 75 años a causa de un cáncer de páncreas. MC5 y bandas como The Stooges de Iggy Pop, acompañados de los grupos de Bob Seger, los Amboy Dukes de Ted Nugent y otras bandas como The Rationals, Up, Frost o SRC, cambiaron para siempre el rock de Detroit y por ende la faz del rock en general. “High Energy Rock and Roll” lo denominaron, convirtiéndose en uno de los precursores del punk y el metal.