“Entre tu pueblo y mi pueblo, hay un punto y una raya
La raya dice no hay paso, y el punto vía cerrada
Así entre todos los pueblos, raya y punto, punto y raya
Con tantas rayas y puntos, el mapa es un telegrama”
Así comenzaba la canción que da título a Punto y Raya, el disco menos conocido de Dino, editado por La Batuta en 1984 (vinilo y cassette). El disco que fue utilizado vilmente por parte del entorno de Dino para señalarle y vilipendiarle. ¿Por qué? Porque Dino había vuelto al rock y a la guitarra eléctrica. Y en 1983, según dijo alguien de la época, tocar la guitarra eléctrica y tocar rock era ponerse al servicio del imperialismo yanqui.
¡¡¡UNA DE LAS ESTUPIDECES MAS GRANDES QUE ALGUIEN HAYA DICHO JAMÁS!!!
Pero esa persona no estaba sola, había varios más que compartían ese pensamiento; y por ello, luego de un toque en el Franzini (quienes estaban saben lo que pasó), Dino disuelve el grupo y emigra. ¡¡¡Justo cuando la tan ansiada democracia estaba por llegar!!! Pero es que Dino sintió con razón que parte de su entorno le estaba tomando el pelo ¡¡¡¡(además de faltarle el respeto)!!!!
Me niego a seguir gastando bytes en este tema, y no voy a nombrar a nadie. Varios de los que participaron de esto aún están vivos, y de ellos sólo espero una confesión y un pedido de disculpas, que ya asumo jamás llegará.
Ya he escrito en Sólo Rock un artículo en cual hablo del horroroso descalabro económico que significó el esperable mal final de la Tablita de Valentín Arismendi en 1983. Y si alguien mañana filmase un documental sobre esa época, Punto y Raya es la banda de sonido perfecta, pues la penuria económica está omnipresente en el disco.
La primera canción, “No es Casualidad”, te lo pone claro desde el primer segundo:
“Quien camina caminando y busca buscando, se pregunta preguntando ¿el trabajo dónde está? Y quien trabaja trabajando, dale máquina o tecleando, se pregunta preguntando ¿cuánto más me durará?”. Porque ese era el Uruguay post tablita: diciembre de 1983 y todo 1984.
Luego viene “María Julia”. Los solos de guitarra de Waldemar Rama son maravillosos. Este tema es una joya también musicalmente de la que poco se sabe.
“María Julia, hija de obreros…
Viste la muerte, por las aceras.
Supiste malas, vengan las buenas”
En 1983-84, nunca vinieron las buenas para Dino. Y Dino trabajó para ello. ¡¡¡Pero que cosas!!! Se le ocurrió agarrar una guitarra eléctrica (sic).
“Qué difícil” es otra maravilla. Como al final, sumado a otras cosas, el apremio económico puede vencer al amor a la larga. Waldemar Rama está otra vez brillante aquí.
“Qué difícil es, mujer, edificar un futuro
Con piedras al desayuno y esa yerba de ayer
Qué difícil es, mujer, estar compartiendo hambre
Acostumbrarse a esa peligrosa situación
Llevar el bolsillo flaco, porque no hay trabajo
Y además el invierno, entristece la canción”
La post tablita no ha sido desgraciadamente la única época de penuria económica en la historia del Uruguay, pero Dino la describe con una exactitud que hiela la sangre. Escuchar este disco es una experiencia bella, pero dura. Así y todo, merece mucho la pena a quien decida arriesgarse. Yo os lo recomiendo tanto, que no voy a comentar nada más sobre él.
Está en YouTube; quien quiera escucharlo, puede. Es una parte de la historia del rock nacional de la que no se habla tanto, pues lo que hay para decir no es bonito, y no por culpa de los músicos de rock precisamente.
¿Cómo supe de Punto y Raya? Meridano Juvenil, por supuesto. El Deqo pasaba varias de estas canciones desde el mismo año que salió el disco.
Aquí os dejo el link.
https://www.youtube.com/watch?v=xiA5KiAHMn4
¡¡Un abrazo!!
Ramón Aloguín