Hace unos días atrás se hizo público un video de una banda puntual que dio en llamarse Luz Negra, interpretando un tema denominado “Cae del cielo”. A Luz Negra la componen César Martínez (voz), Alejandro Pinnejas (guitarra), Enrique “Garza” Sosa y Ariel “Quieto” Gerona, cuatro músicos que supieron estar en Luz Roja en diferentes momentos. ¿Por qué Luz Negra? y ¿Un solo tema? eran sólo un par de varias preguntas más que teníamos en mente. Pero la charla con César Martínez sobre el video, obviamente, derivó en muchos temas y se transformó en este reportaje que reproducimos.
SR: ¿Qué es Luz Negra?
César: Es un poco un chiste. Yo decía que íbamos a hacer un Luz Roja con el Funfu y le íbamos a poner Luz Negra. Hubo que ponerle un nombre a esto, que es una cuestión efímera. El Pinnejas venía una vuelta a Montevideo, y así como otros veteranos se juntan a jugar a las bochas, hicimos un papi fútbol de rockeros. Fuimos a una sala de ensayos y estuvimos tocando un rato. Yo anotaba unas letras en un papel y tirábamos temas, pero para nunca más. Nos une el haber tocado todos en algún momento en Luz Roja, aunque nunca juntos. El Pinnejas, además de un musicazo, es un tipo muy sabroso en sus dichos, un tipo divertido. Pasó un tiempo, y un día tiramos la idea de grabar eso de verdad. Fuimos a un estudio en noviembre de 2019 y quedó el bajo, las primeras tres cuartas partes de la voz y los coros. El Pinnejas mandó de nuevo las violas porque se había grabado con la viola enchufada, pero igual me parece que alguna de esas violas quedó. Eso lo sabe el Garza. En este año pandémico se fue mezclando. Fui algunos días a lo del Garza a meter mano en la mezcla y en el video, porque de casualidad estaba Mancuso, el cantante de Automática, que es el mejor cantante de rock del Uruguay, y por joder nos grabó con el celular. Con eso y unas imágenes de Nosferatu, que es una película que a mí me apasiona, armó un videíto. Es como una especie de sacarse las ganas. Para mí pasa una cosa muy mágica, porque la música te da la posibilidad de “volver”, aunque dicen que es imposible volver porque uno no es el mismo y el lugar tampoco. Pero en este caso volvimos a ese lugar donde sucede la música. Incluso se puede decir que yo no soy un cultor del género, no soy cultor de absolutamente ningún género. Desconfío mucho de los cultores de algún género, porque es como si dijeras a mí sólo me gustan las cosas que tienen gusto a queso. Y a medida que uno va creciendo, incluso uno pasa a disfrutar más del queso. Este año tenía la idea de sacar un disco solista, después de 10 años, que me costó muchísimo, y se va a llamar Muy Cesitar, porque son todas canciones muy mínimas, casi faltándome el respeto a mí mismo: después de haber buscado la complicación en muchas cosas, encontrar cosas por el lado más simple y no calentarme tanto, con actos de cierta desnudez, como poner cosas en las que canto mal. Esto otro no encaja dentro de ese disco, pero sigo siendo yo.
SR: Es un regreso para vos.
César: Es un regreso al plasmarlo, pero es una cosa que está dentro de uno.
SR: ¿Es parte tuya?
César: Sí, te digo más: hace dos años hicimos un rencuentro de Delanuka, y había unos temas que tenían unas notas que me costaban pila. Fui a unas clases con Marisa Bentancur y me ayudó a colocarme. Y no sé si eso es lo que me ayudó a cantar esto así, porque son unas notas bastante agudas para un señor de 58 años.
SR: Parece como que no hubiera pasado mucho el tiempo.
César: Suena horrible lo que voy a decir, pero creo que canto mejor que en la época de Luz Roja. La forma en que se grababa era muy distinta, pero yo escucho un tema que se llama “Orosia” y me quiero matar, porque está desafinado, me da mucha vergüenza. Creo que hoy, en un buen día, lo cantaría mejor.
SR: ¿De dónde sale la música y la letra de “Cae del cielo”?
César: La música sale en esa especie de zapada, y la letra la iba anotando en un papel. Como todas mis letras, así como salieron, quedaron.
SR: ¿Es un suicidio?
César: (Se ríe). A mí el Quieto me inspira mucho en muchos sentidos, un tipo que se recibió de abogado siendo hijo de un preso político. Él trabajaba en la Intendencia; tiene esa dualidad. Nunca estudió, es como el personaje de los Muppets que toca la batería; es una bestia que toca la batería y es todo corazón, todo garra. Yo entré en esa cabeza del oficinista, un tipo gris que busca una linterna, que está buscando la luz. Me lo imagino entrando a un edificio alto como la Intendencia, metiéndose en rincones, y que sale a la azotea y le crecen alas, y hay un rayo de luz y ve la punta de una rama y la gente que lo mira de abajo. Todo eso no está en la letra, pero es lo que sucede en mi cabeza. El tipo extiende las alas, se tira, y la gente lo ve que cae del cielo, pero para mí el tipo se va volando, pero… capaz que no (risas). Sería mi segunda letra que tiene que ver con suicidio, porque “Orosia” dice “ya no quiero vivir, todos están muertos, mis manos sin nervios son sólo un cementerio”. Mis manos dejaron de mover los dedos a raíz de un accidente que tuve.
SR: Es parte de tu biografía.
César: Claro. A mí me salvó Luz Roja. Yo estaba en un sanatorio, acostado en una cama sin mover las piernas y apenas movía los brazos. Un día fueron a verme mis amigos de lo que después fue Luz Roja, que me venían a buscar porque me necesitaban.
SR: Contá qué te pasó en el accidente.
César: Me zambullí desde cierta altura, después de haber estado toda la tarde con la familia en el arroyo Chuy, y en el aire se me cruza un niño. No sé qué hice para esquivarlo, y entré al agua con la cabeza hacia atrás. El golpe de la cabeza con el agua hizo que hiciera un latigazo hacia atrás. Se suponía que no iba a caminar ni nada, pero acá estoy. Y me salvó Luz Roja, porque el arte es curativo, te conecta con la esencia de lo más importante de la humanidad. Yo me tuve que focalizar en cantar, porque si bien ahora de alguna manera toco la guitarra, percusiones, el trombón y el kazú, tuve que poner todo en la voz. Hace 10 años que soy maestro de danza, es increíble. También soy locutor y actor. Todo eso me dio un foco, me canalizó en esas cosas. Es difícil para una persona con discapacidad conseguir trabajos que sean creativos.
SR: Además, a nivel artístico, has tenido chance de desarrollarte mucho y de ser, por ejemplo, un par con Rada.
César: Dirigí a Rada. Primero en la radio, y después el espectáculo “Tango, milonga y candombe – Música negra del Río de la Plata”, que él había hecho el disco y lo presentó. El show estaba como soso, y yo lo guioné, lo dirigí, participé en la parte de vestuario, escenografía, todo. Y formé parte del elenco, en un personaje que conversaba con él. Con Rada tenés que manejarte con la improvisación, porque nunca sabés lo que va a hacer. Ahora me grabó unos tambores para uno de estos dos temas que van a salir de mi disco. Es alucinante.
SR: El accidente te limitó en un montón de cosas de tu vida, ¿pero también a nivel creativo?
César: Lo que pasa es como lo que hacía Lars von Trier con lo del dogma, hay que aprovechar esos límites. Lo mismo que cuando uno cría hijos o cuando tiene mascotas, esos límites te dan libertad, aunque te parezca mentira, y te permiten crecer como los cimientos de la casa que estás haciendo.
SR: ¿Potencian el desarrollo, de alguna manera?
César: Potencian un desarrollo, le dan una dirección. Incluso te diría que esa fisura de lo que está fuera de esos límites puede llevarte a extenderte: un árbol está limitado al territorio, pero la luz está más allá y al final termina siendo una cosa mucho más alta, más extendida que una enredadera que se arrastra por el piso. Hay belleza en las dos cosas.
SR: Bueno, si tomamos la letra de “Cae del cielo” como autobiográfica, de alguna manera salís volando.
César: Sí, yo salgo volando, pero creo que además el suicidio y la vida están ahí, y esa es la mayor pandemia que hay en este país.
SR: Pero vos con tu vida has sido un ejemplo de sobreponerte a lo que te va pasando, contrario a lo que es el suicidio.
César: Yo aprendí una cosa con DanceAbility, que es la metodología de danza que yo enseño. En el 2007 fui al primer taller y me di cuenta de que yo hacía las cosas “a pesar de” mi discapacidad. DanceAbility me enseñó a hacer cosas con mi discapacidad. No sé si me sobrepuse, he sobrevivido.
SR: Volviendo a Luz Negra, ¿por qué suena tan bien?
César: Faaa… Ahí hay mucho mérito del Garza en cuanto al sonido y de la pericia de ellos como músicos. A mí me rompen la cabeza las guitarras del Pinnejas. La guitarra que está a la izquierda, se parece a ciertas cosas de Tótem. El Garza tocó con un gusto increíble, trabajó el sonido del bajo de una manera increíble. El bajo también juega un poco de guitarra. Y la garra ésa del Quieto. Una gran diferencia con la música que hacía Luz Roja antes, es esa parte C que tiene el tema en el medio, que el Quieto lo interpreta como un tango, y yo lo llamaba el recitativo. También jugó la magia que hizo el Garza en su casa con cosas muy muy precarias. A vos te parece que suena bien, pero si lo ponés al lado de un disco grabado en un estudio de verdad… Hubo muchas mezclas, y el master también lo hizo el Garza.
SR: El conjunto todo está muy bueno, no sólo el sonido, sino la canción, la letra, la interpretación, los músicos, siendo además que es un tema de hard rock en un momento en que el hard rock no está allá arriba.
César: Tiene mucho de tango, ¿no?, en el sentido de que esa música ahora es el tango de cuando nosotros éramos jóvenes. La gente que tiene ahora la edad que teníamos nosotros entonces, ve esto que estamos haciendo ahora como veíamos nosotros un programa de tango. Está bueno asumir eso, asumir la incomodidad que siento, por ejemplo, con algunas músicas que es escuchan mis hijos; tengo que asumir que era la incomodidad que sentían mis viejos cuando escuchaban Black Sabbath. Siempre va a haber una música que va a traer algo distinto, que el gusto por las músicas no sea el gusto por los géneros, porque música basura hay en todos los géneros.
SR: ¿El rock está muriendo de alguna manera con nosotros?
César: ¿Y el tango está muriendo?
SR: ¿Decís que nos trasciende como generación?
César: Los géneros no los inventan los músicos, los inventan los que precisan poner en una batea un disco y que le ponen nombres a las familias de las músicas. Y si se muere el rock, ¿qué importa? La gente se muere, también.
SR: ¿En tu concepto el rock no tendría límites?
César: ¿Y qué es el rock?
SR: Bueno, ésa era mi próxima pregunta. ¿Podrías definir el rock?
César: El rock es un grito, es una cosa que sirve para pegar un puñetazo. Yo me llevé una gran desilusión cuando me enteré de qué hablaban las letras de Deep Purple. Luz Roja hacía letras que hablaban de la dictadura y todo eso cuando todavía eran los últimos coletazos de la dictadura.
SR: ¿El rock es actitud, entonces?
César: … Pero no todo el rock, tal vez, ¿no? No sé qué es el rock, y no me importa (risas).
SR: ¿Va a haber más temas de Luz Negra?
César: Hay otro tema, que según el Quieto es candombeado, y lo tiramos ese día, pero quedó mal la base y la letra no estaba tan pronta como sí estaba la otra. El Pinnejas tiene ganas de hacer eso. No sé lo que puede pasar, pero el principal asunto es que él está en Buenos Aires. Somos unos amantes que tuvimos un encuentro del que nació este hijo, y que lo queremos mucho, pero no sabemos si vamos a seguir juntos (risas).
SR: ¿Hay alguna posibilidad que en una visita de Pinnejas puedan tocar en vivo?
César: Me encantaría cantar este tema en vivo. Capaz que en el toque de alguna otra banda y que nos inviten. A mí me gusta cantar estas notas, fijate que no digo “este género”, y me gustan las cosas que tienen un sentimiento profundo y que tienen fuerza, que son auténticas. Pero también me gusta la pachanga auténtica, me gusta hacer cosas para que la gente sea feliz, que fue el disco que saqué en el 2010.
SR: ¿Adónde apunta tu próximo disco?
César: Apunta a que me chupe un huevo todo y hacer esas cosas que son como de juguete, porque toco con una guitarrita de cuatro cuerdas, de repente. Hay mucho basado en la improvisación, pocas veces he trabajado mucho una letra. Las cosas que he hecho con armonías interesantes fue porque tuve la suerte de trabajar con tipos como Jean Paul en Luz Roja, el Coco en Delanuka, Nico Ibarburu con Espectro Visible. Ahora soy yo solo contra el mundo, y me está dando una mano enorme el Gasti. Es un ejercicio de desnudez en el que el humor va a estar presente. La canción que va a salir ahora se llama “Canción de amor japonesa”, grabada en mi dormitorio. La otra canción que ya está casi pronta, ahí ya me compliqué más. Es una cosa que hice con la guitarra y el kazú y lo grabé así nomás, y después trabajando en casa con la herramienta del multipista pasó de ser un boceto a un producto terminado. Lo increíble es que lo último que se grabó fueron el bajo y la batería.
SR: ¿Cuándo sale el disco?
César: No sé. La “Canción de amor japonesa” pensé que iba a salir antes de Navidad, pero estoy esperando que se termine una mezclita que está emparejando el Chole, que me dio una mano gigantesca. En cuanto eso esté, sale el video que hizo Ana Micenmacher, que le pedí que fuera con imágenes íntimas minimalistas. El otro tema se llama “Esta canción no tiene letra”.
SR: ¿Cómo te definís como artista?
César: Soy un contrabandista de las artes, porque soy bailarín, actor, músico. También me gustaría incursionar en las artes plásticas. Lo que descubrí es esto: cuando vos cruzás las fronteras de las artes, encontrás del otro lado cosas muy interesantes que están más baratas y que son más fáciles de conseguir. Y cuando volvés al lado del que saliste, tus “compatriotas” te dicen: “¿Y esto? Mirá qué bueno”. Siempre te enriquecés. Soy eso, un contrabandista de las artes, e incito permanentemente a mis colegas artistas a que hagan eso. Y además creo que es algo que tenemos que hacer carne, sobre todo los músicos, de empezar a reconocernos como artistas. Porque el Estado nos ha pasado por arriba; somos parias en el sistema económico. Esto que está mostrando la pandemia ahora, de artistas literalmente muriéndose de hambre, es lo que pasa en la vida individual de cada uno de esos artistas si le sumás tiempo. Porque la forma de tributar que hay no contempla esa peculiaridad que tiene el trabajo artístico de que es intermitente. Tenemos que lograr estar unidos todos los artistas y demostrar la utilidad que tenemos, que es una de las cosas que nos permite ser una nación, el tener un arte que nos representa. Incluso te diría más; se habla mucho de la cultura, pero vamos a empezar a hablar del arte: somos artistas, somos trabajadores del arte. El arte alimenta. Eso, soy flor de artista (risas).
Ariel Scarpa