Marcelo Cross: La Potencia al Servicio del Rock

Cross en Uruguay nuevamente, y no podíamos dejar pasar la oportunidad de entrevistar a Marcelo. Una banda con su sello propio, que marcó el rock nacional y que pretende seguir haciéndolo. Muestra de esto son sus presentaciones en vivo y el empeño puesto en la grabación de un nuevo disco. La entrevista tuvo lugar entre el toque de Juan Lacaze y el de Montevideo, durante la cual hablamos de muchas cosas. Por primera vez, vamos a dejar que temas por fuera de la música sean parte de un rockportaje. Porque la vida no es sólo rock.

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SR: Lo primero que te voy a preguntar es cómo estuvo el toque de Juan Lacaze.

Marcelo: Estuvo buenísimo, muy positivo todo. Pero me encontré con cosas que no pensaba encontrarme. Yo pensé que iba a ir a un pueblo del interior bien tranquilito, y me encuentro con una ciudad que tuvo industrias, donde el problema a nivel seguridad está heavy. Me cambió mucho la perspectiva de lo que yo pensaba. Se dio algo muy intenso, porque la onda de la banda es intensa, como el lugar, y entonces pegó. Fue muy emotivo, porque cuando vas a tocar a un lugar así, también te carga mucho, porque vos empezás a recibir todo eso de la gente, donde había algunos que hacía 20 años que estaban esperándonos.

SR: Siempre son distintos esos idas y vueltas que se dan entre el público y la banda, dependiendo de una cantidad de variables ¿no?

Marcelo: Sí, pero hay algo que el público de Cross tiene y es que es extremadamente intenso. Es gente que de repente te cuentan episodios de su vida, donde se acompañaron escuchando la música que yo compuse, y son terriblemente densos.

SR: ¿Y cómo te afecta eso?

Marcelo: Me da mucho orgullo, y me hace sentir que lo que hice no fue al pedo. Pero también es como que cargás esa cosa. Cross habla mucho de cosas existenciales, duras: la muerte, cosas profundas. No es que yo me la dé de profundo, pero es la temática. Son muy fuertes algunas cosas que me han pasado. Hay chicos que vienen y me dicen que tuvieron un accidente donde casi se mueren, y zafaron escuchando mi música. O vienen y te cuentan “murió mi mamá, y durante todo el tiempo que estuvo en el hospital, yo escuchaba lo que vos hacías y eso me daba fuerza para seguir”.

SR: La música y las letras de Cross son fuertes, la temática dura y profunda, como vos decís, pero es clara, directa.

Marcelo: Eso es adrede. Cuando yo empiezo a escribir, de chico, comienzo con la primera oleada de new wave of british heavy metal, que eran Judas Priest, Iron Maiden; pero a mí me agarró más bien por el lado de Barón Rojo y V8. A mí me gustaba el heavy metal que hablaba de las situaciones de la vida real, de la calle, de la esquina, del heavy tomando vino que se lo llevaba la cana, que era lo que me pasaba a mí. Yo fui al liceo francés, y conocí un amigo suizo que me mostró un artista francés que se llama Hubert-Félix Thiéfaine, que hace letras en argot, en lunfardo francés, y que tiene unas imágenes impresionantes. Es como un poeta maldito, como un Rimbaud, como un Baudelaire, pero que hace rock. Sumá estas dos cosas, y yo empiezo a hacer letras con unas imágenes que eran directas y poéticas. Después hay otro tema, que es que a mí también me gusta el punk, y yo veía que prácticamente casi ningún grupo punk de acá tenía letras así, directas, excepto un pequeño grupo que salió sólo en una ensalada. Tenían letras buenas, de amor, pero los grupos que se decían punks, no eran directos. El primer disco de Los Estómagos es In The Flat Field de Bauhaus. A mí me encanta Bauhaus, pero no es directo; es sugerente, pero ya no es punk.

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SR: Y hoy la propuesta de tus nuevos temas, ¿van por el mismo camino?

Marcelo: A nivel de letras creo que me he ido puliendo un poquito, con casi 50 años por cumplir. Además escucho otras cosas.

SR: Pero la idea se mantiene.

Marcelo: Mantengo la idea. Humildemente, haciendo una retrospectiva de lo que voy escribiendo, con el tiempo veo que las imágenes las voy complicando un poquito. Tienen una elaboración que es diferente a la canción que yo hacía cuando era chico, entre los 15 y 25 años. Antes, de repente en 5 minutos en esta mesa, te escribía un tema. Eso es alucinante. Pero hoy lo trabajo más. Quizás suplo con trabajo esa falta de cosa directa que tenés cuando sos pendejo. El trabajo es encontrarle la vuelta a lo que querés decir. Muchos de los temas más conocidos míos han sido hechos en 15 minutos, hoy es diferente, le voy buscando la vuelta en lo letrístico.

SR: ¿Y en la música?

Marcelo: A mí me gustan muchas etapas; soy coleccionista de discos entre 1963, a partir de Los Beatles, hasta el ’80. Que no quiere decir que no te diga que Elvis era un genio, pero no colecciono ’50. En todo ese tiempo hay un montón de cosas que me gustan, pero la banda hoy día suena a ‘70s. Y el disco nuevo yo lo que quiero es sacarle un sonido ’71, ’72. Inclusive estoy usando plugins para sacar ese tipo de sonido. Hay muchas cosas buenas en lo digital, pero una de las cosas malas se llama “digitalitis” que es una enfermedad que le ataca a la música.

SR: ¿Estaríamos hablando, entonces, de un sonido más hard rock que heavy?

Marcelo: Sí. Hay algunos temas muy parecidos al segundo disco, Instinto Salvaje, hay temas que son un poquito más heavies, heavy-rock, pero no heavy metal. Y después hay temas que son más parecidos a Pink Floyd que a otra cosa, que tienen esa atmósfera. Hay algún blues que otro.

SR: Pero siempre está Cross atrás.

Marcelo: Siempre, claro. La historia es hacer algo así pero no perder la esencia. Y siempre están Montevideo y Uruguay presentes, que eso es una cosa importantísima para mí. Yo no escribo de lo que pasa en Berlín, escribo de lo que pasa acá. Yo nunca hice una banda para que sea de exportación. El idioma utilizado en las letras no le entra a todo el mundo. En Buenos Aires hay gente que le caza la historia y otra gente que no entiende nada.

SR: ¿Este disco tiene un carácter como de reivindicación de todo lo hecho en este tiempo?

Marcelo: Sí, hay algo de eso. Tendría que ser así. Me está costando terminarlo porque la situación económica en Argentina es desastrosa. No es que yo tenga favoritismo por el gobierno anterior, pero esto que nos agarró a nosotros allá, es un saqueo. El precio de la comida aumentó de una manera salvaje, los servicios, todo. Caímos en manos de una gavilla de mafiosos. El Macri que tenemos ahora es un delincuente, un traidor a la patria. Ojo que acá no pinte una cosa de éstas. Estamos acá en el diome. ¡Ojo, ojo!

SR: A pesar de estas demoras, el año que viene, el disco va a estar.

Marcelo: Yo necesito que esté, lucho conmigo mismo para que esté.

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SR: ¿Qué te motiva a vos para esta vuelta?

Marcelo: Y mirá, voy a cumplir 50 años, quiero dejar algo. El tiempo pasa y vos necesitás dejar. Y aparte, tener un toco de temas sin que vean la luz, es un crimen. Tengo que encontrar la vuelta de poder conjugar mi trabajo y mi familia con la grabación. Este año tiene que salir este disco, ya sea de manera material o por lo menos poder entregarlo de manera download, que la gente lo pueda escuchar.

SR: ¿Te parece que Cross es considerado un ícono dentro del panorama local?

Marcelo: Puede ser. Yo no me considero eso, es muy fuerte.

SR: Hablando un poco más a nivel personal tuyo, este cambio de vida que hablábamos antes de la entrevista, tu salida del modo sexo, drogas y rock and roll a una vida un poco más limpia, ¿impacta en tu música y tus letras?

Marcelo: Vos sabés que no.

SR: Porque hablábamos que te ayuda sobre el escenario.

Marcelo: Sí, en eso sí. Pero cuando compongo sigo siendo el mismo, nada más que mejor. El desafío es poder seguir escribiendo y haciendo música que siga siendo fiel a vos mismo.

SR: Hay como un regreso en el rock, una mirada hacia atrás, quizás un poco por la falta de propuestas nuevas. ¿Uds. se sienten alcanzados por esto mismo o hay otro tipo de motivación?

Marcelo: Eso nos tocó, de alguna manera. Cada música tiene un período en que comienza, tiene un auge, tiene una meseta, y después tiene un declive. Eso pasa con todas las músicas del siglo XX, el rock no es ajeno a eso. Cuando hoy me pongo a escuchar bandas actuales, es muy raro que alguien haga algo que no haya sido hecho antes, si tenés conocimiento de rock. Algo están imitando, o una mezcla de ambas cosas. Donde hay terrenos que son diferentes, y quizás sea la música actual, puede ser en lo electrónico, pero en el rock no. Nosotros ya estamos en un declive, que podría haber comenzado a mediados de los ’90. Ese declive, creo yo, obliga a mirar hacia atrás. Obliga, porque uno se va dando cuenta que esas cosas que existieron tenían un valor y le vas tomando el peso.

SR: ¿Es válida entonces esa mirada para atrás?

Marcelo: Por supuesto. Porque si vos no tenés idea de tu historia, difícilmente puedas construir algún tipo de futuro.

SR: En pocas palabras, definime una actuación de Cross.

Marcelo: Adrenalina, intensidad, entrega, entrega total. Cuando subo ahí arriba, mis colegas y yo, te puedo asegurar que dejamos todo. Yo dejo hasta la última gota. Termino exhausto, pero no sólo físicamente, sino emocionalmente.

SR: ¿Y qué es lo que disfrutás más?

Marcelo: Estar arriba del escenario es lo que más me gusta. La adrenalina que te da el público es la vibración; no hay guita que pague eso. Ese ida y vuelta es vital.

SR: Es adictivo.

Marcelo: Es adictivo, también, claro que sí. Pero es una buena adicción, te llena y es alucinante. Es muy fuerte. Cuando uno sube a un escenario, lo que hace es… subir, por arriba de sus congéneres para que lo vean. Eso requiere aprender a tocar un poquito la viola, el bajo o la bata, hacer una bandita y componer una letra. Hoy, con una camarita, un poquito de “standapeo”, me hago youtuber sentado en casa: no compongo, no hago música, no hago un sorongo. Y si tengo carisma, probablemente pueda llegar a un millón de suscriptores, lo cual me va a dar un montón de dinerito. ¡Mirá qué fácil!

SR: Eso es éxito pero no es valor.

Marcelo: No, pero en eso estamos, a eso llegamos.

SR: Algo se perdió en el camino.

Marcelo: Por supuesto; se perdió algo no, se perdió de todo: se perdió el espíritu, se perdió la música, se perdió el hecho de que, para hacer lo anterior, vos tenías que poner una cuota de arte. Mientras que para hacer esto, digamos que tenés que ser un tipo que le caiga bien a las personas y que sea rápido con las palabras. Me parece que hemos ido en franca caída. Y va a llegar el momento en que quizás el youtuber sea un holograma, realidad virtual o inteligencia artificial. Estamos en los albores de suplantar gran parte de todas las cosas que antes hacían los seres humanos, o el macho y la hembra, como me gusta decir a mí. Más allá de que culturalmente podamos elegir, somos macho y hembra. Porque nos quieren hacer olvidar de que somos macho y hembra. Yo creo que cada cual puede hacer lo que quiera de su vida, pero la bajada de línea viene de desarticular esa dualidad que es fundamental para la vida. Porque no fuimos creados iguales y no somos iguales, no hay manera de hacernos iguales. Está ligado también a la inteligencia artificial y a suplantar a la especie de alguna manera.

SR: Son temas de la agenda mundial.

Marcelo: Exactamente. Creo que tenemos que estar todos alertas, porque las cosas se disfrazan muchas veces y se ven como derechos adquiridos y está bien, pero se puede llegar a puntos peligrosos.

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SR: Una última pregunta: ¿Cross es una leyenda?

Marcelo: …..(larga pausa en silencio)….. Para alguna gente sí, para otra todavía no. Yo creo estar encaminado, no sé si para la palabra leyenda, pero para dejar un legado, seguramente. Porque es eso lo que me propuse cuando intenté hacer música. Es muy pesado el término leyenda, pero creo que uno de los logros más grosos que se puede plantear un artista es quedar en la posteridad. Y eso no se logró a nivel masivo. Tené en cuenta que vos estás hablando con una persona que jamás salió en un diario o en un medio importante, rara vez. Sin embargo, ha logrado una serie de cosas que otras personas que sí han salido en todos esos medios, no han logrado. Porque ahí va lo que vos trasmitís, y si lo que trasmitís pasa en el tiempo, entonces trascendés. Lo ves en la gente que nos viene a ver, donde hay chicos de 17 ó 18 años. Yo creo que cuanto más carga tenés, más tenés que ser “que esté todo bien”; o sea, el que se la creyó, cagó. (risas)

Ariel Scarpa