Un Rockuerdo Para Jorge Orengo

Esta serie de artículos está dedicada a músicos de rock nacional que ya no están entre nosotros. En esta oportunidad nos referiremos a Jorge Orengo, guitarrista de Alto Voltaje y Oscuro Remanso. El artículo está compuesto de una pequeña biografía y una parte fundamental: gente del ambiente del rock cercana a Jorge que contribuyeron especialmente para este artículo respondiendo seis preguntas. Para el Rockuerdo de Jorge, contamos con el aporte de Miguel Orengo (hermano menor), Gabriel Mangarelli (Alto Voltaje, Luz Roja, Shock), José Guillín (Oscuro Remanso), Danny Acuña (Ácido), Luis D’Angelo, alias el «Peruano» (Alto Voltaje, Chopper), Víctor Rueda (Graf Spee), Robert Pereira, alias «Tineicus» (Oscuro Remanso, Chopper y Piel de Lagarto), Daniel Renna (periodista), Carlos Dogliani (Apollyon, Mortal Adiction, Sátrapa, Primavera 0, InMune y ThixSkind), Sergio Eduardo Camarano, alias «Lemmy» y Javier Rodríguez Quiroga, alias «Manso».


Jorge Orengo nace el 17 de noviembre de 1967. Fue conocido en el ambiente del rock nacional por integrar Alto Voltaje en primera instancia y Oscuro Remanso luego. Guitarrista con un toque personal basado en una búsqueda de sonidos que lo llevó a destacarse en ese sentido. Gran persona y excelente amigo, como dejan constancia en este artículo quienes lo conocieron profundamente.

Personalmente, conocí a Jorge sobre los escenarios tocando con Alto Voltaje. Lograba un buen acople con Emilio Rubio, la otra guitarra de la banda. Sonaban muy bien y la propuesta era interesante, por lo que en su momento decidimos entrevistarlos para nuestro número 24, fechado en junio de 1989. El reportaje nos permitió conocer de cerca a toda la banda y se generó un contacto que se extendió más allá de la misma. Específicamente con Jorge, ocurrió lo que todos los participantes de este artículo mencionan de una manera u otra: descubrimos a un ser especial, una buena persona en toda la magnitud de la palabra.

Con la disolución de Alto Voltaje, Jorge decide formar su banda, que llamó Oscuro Remanso. Estaba conformada por Jorge en guitarra y voz, Robert Pasquini, alias el “Caballo” en guitarra, José Guillín en bajo y Alfredo Rossini en batería. Las casualidades de la vida quisieron que la banda en la que yo tocaba en ese momento coincidiera con el debut de Oscuro Remanso en el Templo del Gato en Zalacaín, en la serie de conciertos de julio de 1990. Jorge tuvo sólo palabras de halago para nuestra banda, demostrando una vez más su calidad de persona.

Para profundizar más de cerca en la vida de Jorge, contactamos con su hermano menor, Miguel Orengo, único sobreviviente de los tres hermanos, ya que César también falleció hace unos años.

Nos cuenta Miguel: “Jorge era muy jodón. Me decía que lo acompañara a muchos lados y siempre me agarraba del cuello. Jugábamos carreras y me decía “dale vos primero”, me dejaba correr y yo me empezaba a reír y él me alcanzaba, porque sabía que me iba a alcanzar. Recuerdo muchas cosas, como él con la guitarra dando clases, explicando cómo poner la mano. Había estudiado solfeo y daba clases a muchos gurises y gurisas”. Sobre características de su personalidad, Miguel destaca: “Jodón, alegre, divertido y siempre con una sonrisa, riéndose. Tenía apego a la música y a las risas. Era familiero y buen amigo”.

Le consultamos a Miguel por los intereses personales de Jorge, aparte de la música, y nos contó que le gustaba el fútbol y que era de Peñarol, pero estaba compenetrado con la música. Agrega: “Recuerdo que en casa había muchos discos y cassettes”.

“Con 18 o 20 años, Jorge estaba un poco más despegado. No quiero que quede como un ser superior, pero me parece que estaba despegado de la media. Tenía una musa, un ángel diferente”. Este es un concepto destacado que varios de sus amigos mencionan, de una manera u otra.

Jorge, Miguel y César Orengo

Foto cedida por Miguel Orengo

Otro concepto reiterado por sus amigos es la calidad de persona que era Jorge y cómo su familia abría las puertas de su casa para que sus amigos se integraran. Al respecto, Miguel recuerda: “Muchas veces había mucha gente en casa. Mi vieja hacía sangría y era todo un ritual: le ponía un corcho y cera de vela, y las dejaba apoyadas en una ventana que tenía que tenía como una forma de vitró”.

En su calidad de músico, Miguel recuerda especialmente una anécdota que hoy reinterpreta emocionado: “No sé a cuántos toques fui. Me acuerdo de dos que fueron importantes. Uno que fue en Las Piedras o La Paz, en donde habían unas antorchas y vinieron unas metaleras y me dijeron “Ay, Miguelito, el hermano de Jorge” y me tocaron el pelo. Pero el que más recuerdo es el toque en el Museo de Artes Visuales, que se llamó Parque Rock-Dó. Cuando tocó Jorge yo decía “ése es mi hermano”. Después de ellos vino Clandestino, puteando a los milicos. Yo estaba con mi vieja y viene Jorge y me dice: “Miguel, llevame esto para casa”. Era el estuche de la guitarra. Y yo me fui caminando como si fuera un músico, subiendo la escalinata de Requena”.

Jorge fue hallado muerto el 24 de noviembre de 1990. Lo temprano de su desaparición y las circunstancias en que se dio, tuvieron un gran impacto en todos los que lo rodeaban. Por su calidad de persona, fue una pérdida irreparable para su familia y para todos sus amigos, pero también para la música rock uruguaya.

Encontrarán que son muchos amigos de Jorge quienes amablemente aceptaron a participar en el artículo. Esto quizás lo haga muy extenso, pero ante la falta de información existente y por la calidad de persona que fue Jorge, entendemos que el aporte de sus amigos resulta fundamental para ilustrar su personalidad y su perfil de músico.

Conociendo a Jorge

Carlos: Conocí a Jorge un poco por casualidad. Vivíamos a un par de cuadras de distancia uno del otro (yo en Pablo de María y Chaná y ellos por Chaná entre Salterain y Requena). Yo solía pasar por la puerta de su casa para ir a entrenar o a la Facultad y me llamaba la atención escuchar siempre alguien tocar la guitarra con alguna melodía o riff de bandas que me encantaban… Recuerdo especialmente allá por el ’88-’89 escuchar el riff de “Sweet child o’mine” de los Guns. Lo concreto es que no sabía quién había del otro lado de la ventana porque estaban siempre las persianas cerradas (y ventanas abiertas)… hasta que un cierto día nos quedamos sin un guitarra en la banda que yo estaba tocando por entonces, Apollyon. Ensayábamos en mi casa, en el sótano detrás del taller de mi viejo. Ese mismo día les dije a mis compañeros de entonces que había un guitarra a la vuelta de casa que yo escuchaba siempre tocar cosas increíbles y que podíamos ir a tocarle timbre a ver si estaba afín de probar con nosotros. ¡¡Nos mandamos y cuando llegamos y nos abren la puerta Jorge y César; no podíamos creer que eran ni más ni menos que el guitarra de Graf Spee (César) y el ex de Alto Voltaje (Jorge)!! Estuvimos un rato largo hablando en el portal de su casa y cuando les explicamos que ensayábamos a la vuelta, nos preguntaron si nos importaba que vinieran al ensayo, y aquel día nació una amistad increíble. Recuerdo como si fuera hoy la cara de emoción de Jorge y con su característica “timidez” casi pidiéndonos perdón, nos explicó que acababa de empezar su proyecto más querido, Oscuro Remanso, y que sentía que tenía que dedicarse al completo para ellos. Lo dicho, el hecho de que no se uniera a nuestro proyecto, no impidió que a partir de entonces nos hiciéramos muy amigos.

Danny: La familia Orengo vivía en el mismo barrio que yo, ellos en Chaná entre Requena y Paullier y yo en Maldonado y José María Muñoz. Con Jorge fuimos a Jardinera y 1° de escuela en el colegio Don Bosco, lo cual me enteré después gracias a una foto que yo tenía. Nos dimos cuenta cuando ya teníamos unos 14 años, porque yo me fui a un colegio público y hubo un tiempo que nos perdimos. Después jugábamos al básketbol con César también en Domingo Savio. Cuando tenían 15 y 16 años, ellos tenían las entradas para ir a ver a Van Halen porque tenían una situación socio económica bastante mejor que la de mi casa. Yo no sólo que no tenía la entrada sino que mis viejos jamás me hubieran dejado ir con la edad que tenía. El Perro y Bill fueron al recital. Yo me hice más amigo de César; Jorge siempre fue un tipo bastante introvertido. Desde ahí seguimos la amistad hasta que falleció.

Gabriel: Conocí a Jorge allá por febrero o marzo del ’88, en un recital de Alto Voltaje en Las Piedras… Esa misma noche tocaba Alvacast y Sádica

José: Fue muy temprano, en la escuela Talleres Don Bosco, en jardinera. Estuvimos hasta sexto año de escuela estudiando juntos. Vivíamos en el mismo barrio en la frontera entre Parque Rodó y Cordón. Hicimos la escuela también con el Chole Gianotti y después Jorge empezó en el liceo Nº 4 Juan Zorrilla de San Martín y yo me fui para el Maturana, pero nos cruzábamos en el barrio y nos saludábamos; unos minutos de conversación y seguíamos nuestros caminos. Yo hice tres años en el Maturana y después pasé al Zorrilla, y ya más adolescentes camino a jóvenes, forjamos la amistad. Al principio en el Zorrilla nos cruzábamos porque yo iba en el turno de la mañana y Jorge en la tarde, pero después yo empecé en la tarde y ahí ya empezamos a juntarnos más. Con Jorge conocí a Emilio y un día apareció Luis D’Angelo. Durante largas tardes nos juntábamos en frente del Zorrilla, tomábamos algunas cervezas. Me acuerdo que marcábamos en la pared con una raya cerveza por cerveza y ahí, entre cientos de rayas, empezó Alto Voltaje. Pero la amistad entre todos era más allá de Alto Voltaje, éramos amigos de la escuela, del barrio, de juergas, de todo. Después de la disolución de Alto Voltaje, Emilio y Gabriel fueron para Luz Roja, Luis D’Angelo formó Chopper y yo tímidamente le dije a Jorge en la esquina de su casa que quería tocar el bajo y me dijo “¡¡manos a la obra!!” y con Robert Pasquini, “el grandioso Caballo”, y el Caverna, formamos Oscuro Remanso.

Tineicus: Conocí a Jorge en su etapa de Alto Voltaje, que era una banda de verdaderos amigos haciendo lo que les gustaba, que era hacer rock pesado en un tiempo donde no era fácil sonar bien y los espectáculos eran a puro pulmón, sin ninguna infraestructura como vemos hoy en día.

Víctor: Fui a verlo muchísimas veces con Alto Voltaje porque tenía mucho aprecio por él. Nos encontrábamos ahí y charlábamos mucho. Tengo la imagen de Jorge con su cazadora de jean y sus pelos. Nos reíamos mucho.

Daniel: Conocí a Jorge a través de El Peruano, cuando ambos estaban en Alto Voltaje. Eso fue alrededor de 1988. Hacían una gran combinación en guitarras con Emilio Rubio. Siempre he sostenido que Alto Voltaje podía haber llegado mucho más lejos.

Peruano: Lo conocí en la puerta del liceo Zorrilla junto con Emilio Rubio porque había quedado con su hermano César en encontrarnos ahí un lunes a la tarde. Luego de eso nos fuimos para su casa, que quedaba bastante cerca. Ahí se dio el nacimiento de Alto Voltaje. Con Jorge cruzamos muchos comentarios respecto a gustos, estilos, formas de tocar, ideas de lo qué tocar. Jorge era un tipo muy receptivo.

Lemmy: A Jorge lo conocí cuando estábamos haciendo 5° y 6° de liceo. Teníamos unos amigos en común con los que yo había hecho 4°. Cuando nos hicieron elegir la orientación, ellos tuvieron que irse para el liceo Zorrilla y yo me quedé en el liceo n° 28. Empezamos siendo rivales de fútbol y luego, al irnos conociendo, terminamos jugando juntos. Al ser todos de Peñarol y con los gustos por la música que eran parecidos, ahí arrancó una relación que duró mientras estuvo vivo. Igual sigue estando en nosotros.

Manso: No recuerdo exactamente cómo conocí a Jorge, pero fue por el año 1985, porque en una de nuestras primeras charlas estuvimos hablando de su ida con su hermano César al recital de Rock in Río. Por ese entonces y en todo ese contexto, yo estaba estudiando batería en AUDEM con Santiago Ameijenda y ya hacía tiempo que iba a ver todos los recitales de música que podía.

De niño y en mi preadolescencia viví en las inmediaciones del Prado. Iba a un colegio que quedaba en la calle Millán esquina Clemenceau, y cuando salía de clase me acercaba por Clemenceau a media cuadra de Millán donde había unos pibes un poco mayores que yo, que cuando tenían la ventana abierta se los escuchaba tocar rock and roll. Poco tiempo después los conocí y resultaron ser Rafael y Pablo Pitetta. Cuando comencé a ir al liceo IBO en el año 1982,  íbamos con mi hermano Pedro y otros amigos a ver a Danger Four en el Club Vramián, que hacían covers y algunos temas de ellos. En casa escuchaba entre otras cosas al Deqo Núñez en CX 26 y recuerdo un recital de aniversario de Meridiano Juvenil donde tocaron Polenta, Marrone y creo que una banda de nombre Crisol.

En esos tiempos conocí en el liceo por intermedio de otro amigo con el que compartíamos la pasión por la música al «Yuyo«, que años después lo volví a encontrar con su banda Sádica. También en el IBO conocí a Víctor (amigo de mi hermano Pedro) que luego fue vocalista de Graf Spee, y por otros amigos del Parque Posadas conocí al «Pachorra», que luego armaron Nostradamus con Rafael «Funfu».

Fueron años de conocer mucha gente y muchas bandas que se estaban formando luego de la dictadura y andábamos por todos los toques que podíamos. Se sentía mucha motivación y una especie de rebeldía que nos unía creando muchas amistades. En ese tiempo y en esas vueltas fue que conocí a Jorge, con el que nos hicimos muy amigos.

Aproximadamente cuando tenía unos 16 años, trabajé un corto tiempo en un taller de reparación de heladeras y de equipos de aire acondicionado en la calle Joaquín Requena esquina Canelones, y Jorge vivía en Chaná entre Joaquín Requena y Salteráin. Me invitaba a que fuera por su casa. Pasábamos horas conversando y escuchando música. Nos encantaba escuchar hard rock y blues. Mucho Led Zeppelin, Riff, Pappo’s Blues, V8 y otras bandas de heavy metal, como Scorpions, Def Leppard y muchas más que había en los ’80. Jorge siempre me decía que se veía de viejo tocando en una banda de blues.

Luego, cuando cumplí los 18, comencé a trabajar en una sastrería que quedaba en Brandzen esquina Pablo de María, y muchas veces en mis dos horas de descanso iba a almorzar con Jorge, que había montado un taller en la casa donde cortaba cuero para hacer mochilas y riñoneras. Siempre fui muy bienvenido en esa casa y recuerdo hermosas charlas con «Don Julio», el papá de Jorge. Un Sr. muy amable y educado que me hacía acordar a Jorge Luis Borges. También su mamá Clarinda siempre fue muy cariñosa, y con su hermano César también hicimos muy buena amistad. El más chico de los tres hermanos, Miguel, era un niño y siempre andaba en la vuelta con sus amiguitos del barrio.

En el hogar de los Orengo siempre había muchos amigos. Los amigos de Alto Voltaje (Emilio, Luis (Peruano), el gallego (Pepe) Ricardo Maeso (Nenocho), Eduardo Camarano (Lemmy), Gabriel Mangarelli y muchos más. Se festejaban cumpleaños y reuniones donde éramos un montón y se brindaba mucha amistad.

En la semana con la «Barra» nos juntábamos casi todos los días en diferentes casas. Recuerdo mucho las reuniones en la casa de Ricardo Maeso (Nenocho) en el Buceo, donde hacíamos asados en una especie de galpón que le llamábamos «La Catedral». Íbamos mucho al Templo del Gato, donde teníamos muchos amigos de bandas de rock. Íbamos de campamento en cualquier fin de semana que fuera largo. Muchos sábados nos reuníamos en la feria de Villa Biarritz y luego en la noche, previo a entrar a Zorba de Solymar, jugábamos al pool en el Rancho de Quique por la calle Gestido.

No faltábamos a ningún toque. Tanto de Alto Voltaje con otras bandas y a ver otras bandas en diferentes lugares: Templo del Gato, el Antro ProRock que abrió Mario Introini con su banda Anarquía, etc.

Alto Voltaje, Tolderia de Tacuabé, diciembre de 1986

Saliendo a escena y sobre el escenario del Club Defensor, Heavy Metal Fest. 1988

Alto Voltaje en Parque del Plata, 1987

Alto Voltaje, Las Piedras, 1987

Fotos cedidas por el Peruano

Jorge como persona

Lemmy: Era un excelente tipo. Era de compartir todo, lo conocieras o no. Nosotros éramos de andar en grupo y si se nos acercaba alguno, no era de esos que decía “borrate”, al contrario. Si estábamos compartiendo un vino o un porro, él era siempre el primero en compartirlo. Un tipo bárbaro, bárbaro, querido por todos. Y no era de los que más hablaba, sino que era bastante callado, pero era al que se le acercaba la gente, aún sin conocerlo.

Gabriel: Como persona te podría decir que era un ser especial… único, introvertido, certero en sus opiniones y juicios, poseedor de sensibilidad, honestidad y coherencia. Ha trascendido en el tiempo como un hermano, moralmente íntegro… siempre presente… entrañable…

Carlos: ¡Un flaco increíble! Un tipo que de sólo verle, te pasaba buena energía. Tímido pero simpático, con ideas clarísimas, humilde, tranquilazo… alguien con quien podías tener conversaciones larguísimas sobre música, obviamente, pero de cualquier cosa en general. Realmente un tipo muy agradable y afable. Un gran tipo con un carisma muy especial.

Manso: Para mí fue como un hermano que me dio la vida. Un muy buen amigo. De perfil bajo, humilde, introvertido, siempre con una sonrisa y a su vez con un dejo de melancolía, de palabras justas, de diálogos sinceros. Muy sencillo, no le gustaba aparentar nada. No le gustaban los «jetones», como él decía. No le gustaba tener un papel protagónico, pero sin embargo era un líder natural por su don de buena gente y su carisma que siempre unía amigos. Teníamos charlas de horas. Hablábamos de música, de nuestras noviecitas del momento, de los sentimientos y de los valores de respeto en la amistad y con las mujeres, de la familia, trabajo, etc. Lo normal entre amigos.

Tineicus: Sin duda hablar de Jorge es hablar de un verdadero amigo. Muuuy querido por tooodos los que lo conocíamos. Tanto él como su familia, que también pude conocer. Veíamos en Jorge a una persona de corazón enooorme. Con muchos sueños por cumplir.

Daniel: Jorge me pareció un tipo bárbaro, luminoso, con un lado sensible, espiritual, algo frágil.

Danny: Jorge era introvertido, no hablaba mucho, por lo menos conmigo. Por momentos era bastante solitario. A veces había que arrastrarlo para sacarlo de la casa. Una vez, con Emilio Rubio y su novia Rosana y yo con la mía, Marisa, íbamos a ir a La Floresta porque había una chica que estaba muerta con Jorge, y él casi nos aguó la fiesta porque no quería ir. Éramos unos gurises con tres chicas e íbamos a chupar y comer. Jorge era buen tipo pero muy reservado, muy de sus cosas, no era muy abierto en lo personal. Si se ponía de mal humor, se iba a la mierda. Su guitarra era su pasión. También tenía sus cruces con César, pero era un buen loco, divino.

Peruano: Como persona Jorge era un tipo extremadamente bueno, un muchacho sin maldad ninguna, siempre queriendo lo mejor para sus amigos, para su gente. Era muy sincero, muy honesto en lo que decía respecto a lo que pensaba, y muy honesto y humilde para tocar. No se consideraba ningún gran músico ni gran guitarrista, se consideraba un tipo más bien sentimental para tocar.

José: Jorge era una muy buena persona, de gran corazón, muy inteligente, tenaz, sencillo, tenía palabra, trabajador, siempre positivo, muy ubicado. Nosotros el sábado nos emborrachábamos y el domingo nos estaba puteando por las boludeces que hacíamos. Una persona emprendedora; decía, “vamos a hacer esto” y lo hacía, siempre iba por el camino seguro y no dudaba, una especie de líder en la barra de amigos. Casi siempre nos juntábamos en la casa de él. Jorge era un seductor, un caballero con las mujeres, ganador nato. Adonde iba Jorge habían siempre mujeres, pero también los demás casi siempre salíamos con mujeres, una gran suerte. Éramos una linda barra de amigos.

Víctor: Jorge y César se parecían mucho. Jorge quizás era más hippie, más rockero.

Jorge como músico

Danny: Era un músico de hard rock, por momentos de rock y algo de metal. Como todos en esa época, éramos más músicos de hard rock que de otra cosa. Un guitarrista que era muy bueno, excelente, tocaba bárbaro, con buen oído. Tenía el don de la música. Lo vi en vivo un par de veces con Alto Voltaje y compartimos escenario una vez con Oscuro Remanso, que fue la otra banda que tuvo, en el Teatro de Verano cuando yo estaba tocando en Luz Roja. Yo tenía un pedo tan grande que no llegué a verlos a ellos o no me acuerdo. Sé que él componía, con el Peruano.

Daniel: Recuerdo ver a Jorge tocar el piano cuando ya estaba en Oscuro Remanso. Tenía algo de Jimmy Page, esa cosa frágil, ausente y creativa.

José: Como dije anteriormente, Jorge era muy inteligente y estudiaba mucho; ya estaba en la Escuela Nacional de Música, había sido admitido, tenía tremendas condiciones como músico, era un flaco de 1,84 cm (calculo, me llevaba una cabeza) con sus pelos largos castaños con su Les Paul, era la imagen de un rocker. No se despegaba de su Les Paul, miraba una película en la TV y estaba haciendo solos de guitarra. Tenía muy buen gusto, enamorado del blues, del hard rock, le gustaban las murgas, le gustaba el folklore, pero de sus dedos salía blues que lo transformaba en hard rock, era un blusero de alma. Le gustaban guitarristas como Angus Young, Slash, Gary Moore, David Gilmour, Eric Clapton, BB King, el viejo Whitesnake. Decía que Sykes para él era el número uno. También le encantaba sacar los solos de guitarra de Saxon, me acuerdo de “Broken heroes” y “Rock the nations”, también Thin Lizzy, etc. Los estudiaba, les robaba piques y así crecía. Tenía mucho sentimiento para tocar, quería escuchar llorar a la guitarra. Antes de fallecer, ya en Oscuro Remanso, lo que él quería era rockear con la guitarra, interesado en las bases y cantar.

Tineicus: Un músico con una sensibilidad y destreza envidiable. Era un deleite verlo tocar y disfrutar cada concierto. El buen gusto en cada uno de sus solos, y se veía que en cada nota dejaba tooodo el corazón.

Víctor: A Jorge no le interesaba tanto el metal como a César. Jorge era bastante fanático de Lynyrd Skynyrd.

Lemmy: Fue uno de los primeros en hacer heavy metal, con la precariedad que había: no había instrumentos ni equipos ni lugares donde tocar. Me acuerdo de las idas a Buenos Aires a buscar los micrófonos DiMarzio. Las guitarras creo que eran marca Samick y había que tratar de arreglarlas y que sonaran lo mejor posible. Los pedales lo mismo, eran caros. Los equipos eran de válvula y no existían las válvulas. Había que ingeniárslas. Jorge dejó su marca, su forma de tocar, su forma de enseñar a sus alumnos. Dejó su marca tanto en Alto Voltaje como en Oscuro Remanso.

Peruano: Como músico era un tipo muy sentimental. El estilo que más lo definía era el blues, justamente por lo sentimental que era. Para él el blues reflejaba sentimientos muy profundos y eso era lo que él quería reflejar a la hora de tocar. No era muy aplicado al estudio pero trataba de aprender lo más que podía respecto a técnicas de blues y de rock and roll, que era lo que más lo llamaba a tocar. Un tipo sentimental, blusero, profundo, sin necesidad de muchas notas.

Carlos: ¡Sobre todo, honesto consigo mismo! Muy abierto en un momento en que si tocabas metal o estilos afines, era difícil mostrar una apertura clara a otros estilos. Recuerdo un sábado a la noche antes de salir para Zorba que estábamos viendo a Bryan Adams en la TV y el flaco se quedó alucinado con la buena vibra y sencillez del canadiense… ¡¡y lo decía riéndose irónicamente, pensando en lo que dirían los “metaleros” si lo escuchaban!! Para concluir, resaltaría la honestidad y la apertura mental combinados con una sensibilidad muy interesante con la que conectabas inmediatamente.

Gabriel: Como músico, en base a su profunda sensibilidad, te puedo decir que exploró en lo profundo de su creatividad con sutileza, buscando y obteniendo resultados de una gran belleza. Recuerdo una frase de una de sus últimas canciones: «…el ruido te ha golpeado y despierta tus sentidos…». Se había enemistado con la estridencia inexpresiva, estaba en la búsqueda de una dulce belleza expresiva… Eso es apreciable en lo que llegó a componer en su última banda, Oscuro Remanso.

Manso: ¿Cómo lo definiría como músico? ¡¡¡Muy bueno!!! Con un futuro musical muy prometedor. Muy abierto a escuchar, descubrir y experimentar otros géneros musicales aparte del heavy metal. Le encantaba Paul Williams. Se emocionaba en particular con el tema «Fausto» del Fantasma en el Paraíso y lo escuchaba en el vinilo. Yo siempre llevaba algún cassette o disco de bandas como Yes, Rush, Emerson, Lake and Palmer, Pink Floyd, King Crimson, etc. Le gustaba la guitarra de Robert Fripp. Recuerdo muchos toques de Alto Voltaje, como ser en el Teatro del Cerro, en el parque RockDó. También en el Defensor, donde vino Massacre de Chile y, si la memoria no me falla, también tocaron Alvacast, Paddok, Sádica, Graff Spee. Dos toques en Las Piedras, de donde era Raúl, el baterista de Alto Voltaje. En el Club Shangrilá, en donde a Jorge le robaron una mochila con un par de pedales, en el Tanque Sisley, etc. Siempre marcando su estilo muy medido, preciso y discreto al tocar. Muy respetuoso en sus conversaciones de guitarra con su amigo Emilio, compañero en Alto Voltaje.

Fotos cedidas por Daniel Renna

Su aporte al rock

José: Hoy en día las nuevas generaciones a Jorge no lo conocen, algo totalmente lógico. Yo recuerdo de ir caminando con él por 18 de Julio y que personas de nuestra edad, unos años más o unos años menos, se acercaban a saludarlo, ¡¡¡nos conocían!!! Yo le preguntaba “¿lo o los conoces?”. Me decía: “NO”. Quedábamos alucinados y nos sucedió más de una vez. De más decirte que de copas en la noche con Emilio, Gabriel, Luis, siempre estábamos rodeados de gente. Yo alucinaba, Jorge estaba trazando un camino y todos estábamos trazando un camino en ese momento, en el barrio en Montevideo o en Las Piedras, donde ensayaba Alto Voltaje. Algo en su momento tuvo que haber aportado. Jorge con sus estudios ayudó y contribuyó a que sus amigos crecieran, ya fuera en un campamento tocando las guitarras, alrededor de una mesa o arriba de un escenario, y a otras bandas amigas también. Ya todo el mundo sabía que si no estudiábamos o no estudias, no íbamos ni vamos a la esquina, teníamos que hacerlo para no quedarnos atrás. A todos los amigos que hoy en día participan en la cultura, nos influenció indirectamente a estudiar y también nos influenciábamos entre nosotros a estudiar y no quedarnos. Lo que sí es seguro es que en ese momento Jorge rellenó un hueco dentro del rock de Montevideo. Hoy tenemos a Chopper que nació con el Peruano, una persona emprendedora y tenaz, que evidentemente se desarrollaron entre ellos ensayando, grabando, tocando en vivo. Todos mejoramos entre sí al lado de Jorge, todas personas con carácter de mejorar y superarse, todos éramos un ejemplo entre nosotros para superarnos. Personas como Carlos Dogliani, Ernesto Sclavo, Lucía Conforte, todos amigos que sumaron y aportaron y aportan. Y también otras barras de amigos que también aportaron en su momento, gente como la de Angkor Vat, el enano Jorge Dell, que en paz descanse, tremendo guitarrista y tremenda persona, el Señor Álvaro García, que anda por el mundo dándole caña a la batería. Muy buenos músicos y muy buenas personas, todos ellos sumaron y aportaron, fue algo mutuo.

Carlos: Fue parte importantísima de la primera camada de bandas de hard rock/metal post dictadura. Alto Voltaje aportó una estética y un enfoque muy especial en aquellos primeros pasos de la escena, y Jorge tenía mucho que ver en ello. Oscuro Remanso seguramente hubiese aportado y representado su evolución como músico y persona de forma más contundente. Desafortunadamente su vida se apagó antes de que ello ocurriera… Para quienes le conocimos, su música y sobre todo su actitud, ha sido de una influencia fundamental.

Víctor: El aporte a la música es como puede ser el nuestro: pioneros, los primeros jóvenes que después de la dictadura se atrevieron a tomar instrumentos, a formar bandas, a montar conciertos y darle un sentido a este país y a la vida. Una normalidad de una juventud buscando su sitio o expresando sus gustos, sintiéndose libre. Todos en aquel entonces, a lo mejor, estábamos abriendo el camino de lo que es hoy la escena, más consolidada. Los pioneros, los que se fuman toda la peor parte de algo que empieza de cero.

Daniel: Objetivamente, su aporte fue pequeño. Apenas hay grabaciones de Jorge con Alto Voltaje y Oscuro Remanso. El mayor aporte en la historia del rock y del metal en Uruguay, fue la muerte de Jorge, un episodio enormemente triste y traumático, especialmente para César.

Manso: Sinceramente no lo sé. Había muy buenos guitarristas en ese momento. Jorge siempre estaba con su guitarra investigando sonidos y componiendo de una forma muy abierta. Si tengo que decir qué, sería muy profético, pero creo que fue su estilo. Cuidadoso en sus arpegios, en sus riffs y por sobre todo, respetuoso.

Danny: Es complicado, porque hasta en lo personal, con Ácido, no sé qué aporte hicimos. Porque cuando me puse a hacer rock y a tocar la guitarra en la década de los ’80, me parece que ya estaba todo medio como cocinado, no había mucho que aportar al rock. Pero Jorge era bastante original, sobre todo con Oscuro Remanso, según me dijeron. Como no me acuerdo de las canciones, es difícil decir qué fue lo que aportó. Lo que sí, fue que aportó su frescura y él, como todos, era único tocando la guitarra: su forma de sonar y tocar era diferente a todos los demás.

Gabriel: En cuanto a su aporte al rock no podría responderte; sí te puedo responder su aporte a sus amigos, a quienes alguna vez tuvimos el privilegio de disfrutar de su sencilla dulzura creativa. Con menos ruido y más corazón, sonás mucho más fuerte…

Tineicus: Cuando se disuelve Alto Voltaje, formó Oscuro Remanso junto al Caballo, en la cual pude tocar en vivo como bajista en el mismísimo Teatro de Verano. Una noche mágica para toodos el poder tocar en ese escenario. Abrió la noche Oscuro Remanso, luego siguió Luz Roja y cerró Chopper. Me voy a quedar por siempre en mi memoria la cara de felicidad de Jorge oculta debajo de su largo pelo. Fue realmente una fiesta y soy un agradecido a Jorge y al Caballo por haberme dado el privilegio de haber compartido juntos ese momento.

Peruano: Su aporte creo que fue el tener una propuesta honesta y sincera. Aportar su estilo clásico blusero, zeppeliano, en una banda de heavy metal fue lo mejor que él aportó para el rock nacional. En su banda Oscuro Remanso también reflejó lo mismo, quizás mejor que en Alto Voltaje porque eran sus propias composiciones para su proyecto. Su aporte ha sido la sinceridad, el sentimiento profundo sin la necesidad de tener que tocar tanto.

Lemmy: Su aporte al rock fue importante. Eran los primeros pasos después de la dictadura. Y más para el heavy metal, porque te veían de pelo largo por la calle y poco más que cruzaban de vereda. Su aporte y el del grupo fue muy bueno. Cada vez que tocaban ellos se juntaba un montón de gente. Fue una movida que se empezó y que costó mucho. Se remó y se remó, y yo creo que fue importante el aporte de ellos.

Las anécdotas

Manso: Me acuerdo de muchas. Campamentos, reuniones de amigos, etc. Pero me voy a referir a una que creo que lo define como ser humano. No recuerdo el año pero creo que fue por 1988, que vino una banda llamada Zinatra a tocar gratis en el predio donde está el Montevideo Shopping, promocionando Philips Moving Sound. Fuimos a verlos con nuestro grupo de amigos y amigas con los que salíamos a menudo. El recital no nos gustó porque pareció que estaban haciendo play back y nos fuimos antes de que terminaran de tocar. Decidimos entre todos tomar un ómnibus e irnos a tomar algo al Centro. Cuando llegamos a la esquina de Luis Alberto de Herrera y Rivera, se acercaron dos gurises chicos a pedirnos alguna moneda porque estaban sin comer. Con Jorge empezamos a contar la plata que teníamos y les compramos una milanesa al pan para los dos. Después de eso nos fuimos caminando por la calle Rivera hasta la plaza Fabini, frente a una discoteca donde a veces nos juntábamos con la barra a tomar algo, porque nos quedamos sin plata para el ómnibus.

Carlos: Puf… elegir una es complicado. Ya mencionaba antes la del día que le conocí… Me vienen un par más ahora mismo… Recuerdo un día hablando de qué hacíamos en la vida uno y otro, y entonces me tocó a mí explicar que jugaba al básquet profesionalmente y estaba acabando mi carrera de Economía al tiempo que intentaba sacar adelante el proyecto de la música. El flaco se quedó perplejo y no podía entender cómo podía distribuirme el tiempo para hacer todo eso. ¡Le parecía imposible! Me decía “me tenés que explicar cómo se hace…”. Y la otra, la del día que acabó siendo el más triste para todos nosotros… Yo no podía ir a Salinas aquella noche porque la mañana siguiente tenía un examen importantísimo en el que me jugaba prácticamente todo el año lectivo… Y así y todo, aquella tarde antes de salir para Salinas, Jorge y el Pepe pasaron por mi casa para intentar convencerme de que me fuera con ellos… Casi lo consiguen, si no fuera porque siempre fui bastante “disciplinado” para mis responsabilidades. La mañana siguiente (de hecho, después de mediodía) fui de los últimos en enterarme de su desaparición cuando regresé de mi examen. Los días que siguieron fueron una pesadilla difícil de olvidar para todos nosotros.

Peruano: Tengo una anécdota que tiene que ver con un viaje. En un momento en que tocábamos en Alto Voltaje, ambos salíamos con dos chicas que eran hermanas. Ellas nos habían invitado a Punta Colorada a pasar unos días. El día que salíamos para allá, estábamos ensayando en Las Piedras. Teníamos que volver a Montevideo a dejar nuestras cosas, agarrar nuestras mochilas y volarnos en lo que encontráramos hacia Punta Colorada. En aquella época todavía funcionaba ONDA, y como era tarde, conseguimos un coche para ir parados hasta Pan de Azúcar, donde llegamos alrededor de las 11:30 de la noche. Lo único que pudimos hacer fue caminar desde Pan de Azúcar hasta Punta Colorada con la compañía de una botella de grappamiel durante toda la noche. Obviamente esa caminata nocturna por la noche profunda y oscura de los cerros de Piriápolis fue un momento bastante profundo para conversar sobre muchas cosas que nos inquietaban en ese momento, porque éramos muchachos de 20-21 años.

Danny: Como conté, en esa ida a La Floresta tuvimos que ir hasta la casa para convencerlo. Tanto rompimos las bolas que al final fue. Íbamos a pasar dos o tres días y sólo llevó el mate y el termo. Nos encontramos con las chicas en la Terminal de Arenal Grande, desde donde salían los ómnibus antes de que existiera la Terminal de Río Branco. Nos tomamos un COPSA, nos fuimos para La Floresta y pasamos dos o tres días divinos. A Jorge no le gustaba pedir nada a nadie, y cuando almorzó el día antes de venirnos, vio en la casa de esta chiquilina que había una bicicleta Graziella rodado 16, de esas viejas, y dijo: “Yo me voy a Montevideo en bicicleta”. Le decíamos que estaba loco, que eran 57 kilómetros. Le dijimos que le pagábamos el pasaje, que nos íbamos todos juntos. No hubo manera de hacerlo entender y al final le pidió prestada la bicicleta y se fue. Después nos enteramos que a la mitad del camino estaba muerto, no podía más. No tenía un mango y no podía subir la bicicleta a un ómnibus. Demoró como ocho o nueve horas y llegó hecho mierda con la bicicleta. Él era de hacer ese tipo de locuras.

Gabriel: ¿¿Anécdota…??… Es increíble lo que te voy a decir… en lo personal no puedo recordar una situación algo jocosa con Jorge como protagonista, por extraño que parezca… Haberle conocido y compartido los momentos nunca suficientes… eso, eso fue una de las más bellas anécdotas de mi vida…

Lemmy: Anécdotas, millones. Siempre nos íbamos de campamento y siempre precario, a veces hasta sin carpa. Una vez nos fuimos a Aguas Dulces, y como él era tanto de compartir, nos hacíamos amigos de algunos y les dábamos de comer y de tomar, y nos fuimos quedando sin plata. Llegamos a tener que comer unas latas de feijoada que venían preparadas. Hacíamos un arroz y le mezclábamos eso, y para tomar nos comprábamos la cachaza brasileña de plástico. Como no teníamos ni para limón ni para azúcar, le poníamos Nesquik de frutilla. Imaginate lo que era tomar eso. Todo por compartir y ayudar a los demás. Respecto a la música, le prestaba la guitarra al que no tenía, además de prestar o regalar cuerdas, cables o púas. No era para nada egoísta, ayudaba a otros grupos.

José: Lo que se me ocurre y más rabia me daba y me hacía putear: salíamos de noche y este señor se ganaba todas las mujeres. O sea, si querías ganar minas, con Jorge no podías salir, tenías que hacer tu vida por otro lado, él se las ganaba todas, él solo. Me acuerdo que se reía por todo, siempre contaba los mismos chistes y siempre nos hacía cagar de la risa a todos con las mismas boludeces. El otro día, hablando con Ernesto Sclavo, nos reíamos y comentábamos la risa del perro Pulgoso, así era la risa de Jorge. Lo único que tengo son recuerdos buenos de una época linda con él y su hermano César, pero que terminó de una forma trágica para Jorge y que al día de hoy no tenemos respuestas ni se hizo justicia.

Daniel: No puedo separar mi recuerdo de Jorge de todo lo relacionado con su desaparición y muerte. Algo horrible. Yo estuve invitado a aquel campamento, y no fui porque trabajaba ese fin de semana. Llegamos a hablar hasta con un vidente que yo conocía del Hotel Victoria Plaza. Su entierro días después, fue una de esas experiencias terribles de juventud. Muy duro. Aún quedan preguntas que nunca tendrán respuesta. Una anécdota divertida, es la situación que tenía con Clarinda, la madre de Jorge y César, una mujer estupenda, que tenía una peletería en la calle San José. Tenían de empleado a Robert Pereyra, el cantante original de Chopper, que trabajaba junto a Miguelito, el menor de los hermanos Orengo. Ella me daba comisión si le mandaba turistas a comprar camperas de cuero y esas cosas, dinero que invertíamos luego en Chopper. Economía circular.

José Guillín, Emilio Rubio y Danny Acuña en Zorba

José Guillín, Jorge Orengo, Emilio Rubio y César Orengo

Parque Rock-Dó. 1987

Fotos cedidas por José Guillín

Un mensaje para Jorge

José: Paaah, pregunta difícil. Espero vivir muuuuchas décadas en este planeta disfrutando de mis instrumentos y estudiando, espero que el día que nos toque marchar ojalá que nos podamos encontrar. También decirle que a veces toco temas de él de Oscuro Remanso. Del otro lado hay mucha gente, mis padres, ya hay unos cuantos amigos. Y otra cosa, que cuando quiera puede venir a visitarme en mis sueños, que hace tiempo que no viene, así conversamos un poco. Y que en paz descanse. Seguro que forma parte del cielo, ya que tiene un muy buen corazón.

Carlos: Nos costó muchísimo digerir su partida y fue realmente muy, muy doloroso disimular su ausencia. En mi caso en particular, le tengo siempre muy presente y las experiencias de vida que nos regaló me siguen iluminando día a día… En la pared de su dormitorio resaltaban unas cuantas frases que lo definían entero. Una en especial retumbará en todos nosotros por siempre:

“Aunque siempre vigiléis y mis datos proceséis

No es tan fácil hacerme callar. Resistiré” (Barón Rojo)

Algunos cuantos años después, sentí la necesidad de escribirle unas líneas que acabaron siendo una canción de mi grupo (Sátrapa) y que está incluía en un álbum del 2000 que se llama Dondetres. La canción se llama “Viejas heridas” y me gustaría traer hoy, como un humilde homenaje, ese estribillo que decía así…

“Nos cuesta tu sangre un profundo dolor, Poesía y misterio, Renovado ardor” (Sátrapa)

Alguna vez leí por ahí que sólo muere lo que se olvida. ¡¡Jorge vive por siempre en todos nosotros!!

Daniel: Muchachos, se les recuerda como lo que fueron: hermanos.

Lemmy: Yo creo que él ha visto cómo quedó todo el grupo íntimo de amigos después de que se fue. Fue muy fuerte para todos nosotros. Creo que desde algún lado nos vio y nos fue ayudando a todos. Decirle que lo extrañamos, que lo queremos, todo eso, pero él ya lo sabía. Siempre nos lo demostramos con abrazos, siempre fuimos muy unidos. Fue una pérdida muy dolorosa.

Danny: Le diría que nos juntáramos en una sala de ensayo a tocar. Yo toqué con él varias veces, no en vivo, pero sí en la casa de él, zapando. Era la manera de comunicarse con él, con la música y las guitarras, no tanto hablando. Le diría que lo quise mucho y que me dolió mucho que se haya ido, y que no fuera tan solitario o individualista, tan para dentro como era él. Ir a tocar y darle un abrazo.

Tineicus: Aportó a nuestras vidas el haber sido una persona que nadie podrá olvidar. Pasan los años y siempre su recuerdo va a estar en cada uno de nosotros. Hoy te recordamos, Jorge querido. Gracias por tooodo lo que nos diste. Y le doy gracias a la vida por haberte conocido. Nunca te olvidaremos.

Manso: Que todos los amigos de la barra, que por suerte en su mayoría tenemos comunicación, lo extrañamos mucho. Siempre lo estamos recordando, está presente en nuestras charlas y sentimos que está entre nosotros.

Víctor: El mensaje que le puedo enviar es que me hubiese encantado haberlo encontrado nosotros a tiempo y haberle salvado. Me hubiese encantado.

Peruano: Siempre te recuerdo, nunca te olvidé. Siempre fuiste un excelente compañero de banda, un excelente amigo, una persona con buenos valores humanos. Siempre sigo tu consejo de tocar con sentimiento más allá de cualquier otra cosa. Siempre te tengo arriba del escenario cuando estoy con mi banda Chopper; es como una conciencia positiva que está ahí, alentándome a seguir tocando. Quizás algún día volveremos a tocar. Ojalá.

Gabriel: El mensaje siempre es: Gracias Jorge por todo, gracias por ser un referente, aún hoy, de tu humana grandeza… por tu recuerdo… Pronto nos encontraremos Jiyo… en la orilla del «OSCURO REMANSO»…

Ariel Scarpa