El regreso de Graf Spee el 19 de diciembre junto a Apneuma en Midas Music es un evento de un impacto tan importante para nuestro medio, que Sólo Rock no podía dejar pasar la oportunidad de entrevistarlos. La banda estará integrada por Víctor Rueda (voz), Luis Linfa (guitarra), Pablo Minoli (guitarra), Luis Barbas Spósito (bajo) y Diego García (batería). Además, queríamos aprovechar esta chance para entrar nuevamente en contacto para un reencuentro que demoró unos 30 años. Víctor desde Madrid y Luis desde Montevideo participaron de esta entrevista, que por supuesto estuvo precedida de una charla que nos debíamos y que disfrutamos mucho.
SR: ¿Por qué les parece que la banda se destacó tanto en el pasado?
Víctor: En aquel entonces no era tan difícil destacar, ya que prácticamente éramos la única banda que hacíamos metal extremo. Para mí lo más sorprendente de nuestra carrera es que 30 años después es casi como que hemos destacado luego de que hemos dejado de tocar, más que cuando estábamos activos. Nuestros discos se han reeditado por chiquicientos mil sitios del mundo, se han vuelto piezas de colección y alcanzaron cifras astronómicas. Yo estoy alucinando y orgulloso también, de cierto modo, porque tengo amigos de Uruguay que con el dinero que han conseguido con el disco han podido arreglar su vivienda, por ejemplo. Cuando me han comentado cosas como ésas, te juro que me he quedado alucinado de la repercusión que tuvieron los discos mucho tiempo después de haber salido. Y eso es un poco lo que ha motivado esta reunión. Creo que nosotros encajaríamos más en el mundo actual que en el de aquella época. Tanto en mis letras como en mi caso, que en aquella época ya era vegetariano y era una cosa muy difícil, por ejemplo, y ahora hay unos movimientos veganos muy fuertes. Hay una concientización animal y por el planeta que son cosas que yo planteaba en mis canciones en aquel entonces. Hay una canción en que se pregunta si es posible hacer una revolución. La revolución que nosotros siempre hemos planteado ha sido a nivel personal, donde el que tenía que cambiar eras tú para que realmente se produjera un cambio en el planeta. Tú cambias tu micro mundo y esto acabaría afectando al macro mundo. En aquel entonces acabábamos de salir de la dictadura y las bandas estaban en un rock más contestatario. Imitaban mucho a bandas como Barón Rojo o cosas así. Si ves nuestras canciones, no tienen estribillos, no son pegadizas, la música es muy oscura, muy cruda, muy potente. Intentábamos sacudir tu cabeza en todos los sentidos, a nivel sicológico con el mensaje de las letras y a nivel físico con la potencia de la música. En aquel entonces intentamos dar un sonido característico para ese país. Una banda que no estaba imitando a nadie en ese momento. A nosotros no se nos pudo definir, se decía que hacíamos thrash, death, doom, crossover. Incluso al día de hoy no nos podrían encajar dentro de un estilo musical. Sí estamos dentro de lo que se considera metal extremo pero no podrías definir que nosotros tenemos la corriente de tal o cual banda. Creo que en ese entonces conseguimos un sonido auténtico para ese país. Eso tardó su tiempo en que se reconociera. Por eso, a nivel internacional, nuestro disco empezó a despertar un interés porque era algo diferente. Uno de los problemas fue que cuando buscamos un guitarrista, hasta que llegó Pablo, nos costaba mucho introducir un miembro en nuestra banda porque toda la gente tenía muy marcadas las influencias. Nosotros intentábamos poder liberarnos de las influencias y seguir una línea en nuestras composiciones y nuestra música. Recién ahora, con el tiempo, esa autenticidad de la banda empezó a adquirir valor, y eso fue lo que cada vez nos situó más en el mercado nacional y en el mundo. Yo creo que el secreto ha estado en ser auténticos.
SR: Hay una mística sobre la banda, ¿no? ¿Cómo lo perciben uds.?
Víctor: ¿En qué sentido?
SR: En el sentido del nombre de la banda y la trascendencia que ha tenido en todo este tiempo y la influencia en las bandas del medio.
Víctor: En cuanto a la influencia, en su momento ayudamos a muchísimas bandas a salir, cediéndoles espacio, equipación, nuestra sala de ensayo. O sea, trabajamos para que la escena creciera; no intentamos salir sólo nosotros pisándole la cabeza a los de al lado. Intentamos ayudar a todas las bandas que en aquel momento se acercaron. Hubo gente que me vino a pedir una mano para conseguir guitarristas, cantantes para formar bandas. Hay bandas que prácticamente las he formado yo y les hemos dado espacio y equipos para que pudieran salir. Nosotros echamos una mano, y eso particularmente me enorgullece. Cuando estuve en el certamen para el Wacken donde Luis era juez, vi muy buenas bandas. El trabajo que hicimos en aquel entonces dio sus frutos. Ahora hay muchos chicos y buenas bandas tocando. Me dio mucha satisfacción haber sido los pioneros en empezar ese camino. Internet también ayudó muchísimo. Sería muy diferente ahora si nosotros tuviéramos 20 años y tuviésemos esa herramienta tan magnífica.
SR: Cuando la banda se separó tenía pendientes. ¿Cuáles eran?
Víctor: Bueno, la banda nunca se separó. La banda tenía unos objetivos que fueron difíciles de cumplir por la situación personal de cada uno. Nuestro objetivo era avanzar dentro de nuestra música y acceder a una mejor tecnología a la hora de grabar. Sufrimos mucho con nuestras grabaciones ahí. Queríamos evolucionar y mejorar, y para eso había que salir de Uruguay. Una vez Max me dijo: “Aquí nadie te va a venir a buscar. Tienes que ir a Estados Unidos e intentarlo allí, porque vosotros tenéis potencial”. Queríamos mejorar como profesionales, principalmente en cuanto a sonido. Para nosotros realmente fue un aborto de mono hacer nuestro primer disco.
Luis: En aquellos años ni siquiera había amplificación para comprar, no había un Marshall a la venta, había una carencia total de todo. Y había carencia en estudios, también. Los estudios de grabación, milagros técnicos que conocieran un poco de lo que queríamos hacer, no habían. Buscábamos eso, pero no se dio.
Víctor: La vida no nos dejó concretar, el esfuerzo se fue en vivir. Era imposible. No es que nos hayamos separado, intentamos hacer un esfuerzo que la vida no pudo con nosotros. En aquel entonces la globalización no había comenzado y los chinos todavía no estaban fabricando todo. Eso hoy hace los precios accesibles y que las cosas lleguen a todas partes. Para difundir nuestra música, yo tenía un promedio de 30 – 40 cartas diarias de correo postal. Enviar un disco o un CD a alguien que lo pedía en la otra punta del mundo, costaba un dinero, y a veces ni llegaba. Imaginate el costo de traer un Marshall.
SR: ¿De alguna manera es como una revancha para la banda?
Víctor: No, no. Este concierto que vamos a hacer es para despedirnos de la gente, de nuestro público. En mi caso, la pandemia me tocó mucho la fibra porque he perdido amigos y gente conocida, músicos de esa época que se han quedado por el camino. Entonces vamos a celebrar un poco la vida y a despedirnos de la forma que sabemos.
SR: Y con posibilidades de sonar mejor que en aquella época.
Víctor: Eso es lo que esperamos (risas). En eso es en lo que estamos trabajando y nos estamos preocupando, poder conseguir aunque sea una vez en nuestra vida, sonar.
SR: ¿Cómo se conjugaron los factores para este regreso?
Luis: Vinieron unos amigos a casa con la idea de hacer un tributo al Mother Fucker, en el que varias bandas tocaran esos temas, y yo les dije que estaba bien, que lo hicieran. Nosotros tenemos un Whatsapp de Graf Spee en que nos hablamos siempre, donde nos comunicamos y comentamos las cosas. Así que se los comenté, y Víctor me dice: “Che, siempre lo mismo, nunca juntan esfuerzos para llevarnos a nosotros para hacer algo en realidad de la banda”. “Deciles que no, que vamos nosotros y tocamos”. Y yo le dije: “¿En serio? Te tomo la palabra”. Me dice: “Sí, dale”. Entonces fui y les dije que teníamos intenciones de tocar nosotros y que si querían grabar, que grabaran. Ahí fue que salió la cosa. Empezamos a hablar de fechas y nos pusimos de acuerdo. Entonces apareció Pablito Minoli con su pasaje (risas) y ahí ya no había vuelta atrás. Hace años que teníamos las intenciones de hacer algo. Lo que pasa es que es muy difícil; no hay una producción en Uruguay que nos traiga, que diga: “Hay un músico en Holanda y dos en España, ¿cuánto me salen los pasajes? Tomá, ya está”. Nunca. Acá en Uruguay no pasan esas cosas. Es triste. Yo sé que destinar una plata para eso es difícil, pero es muy doloroso para el músico ver que no puede pasar eso una vez en la vida. Estamos hablando de la banda nuestra, que supuestamente ha colmado expectativas de varias generaciones. Esto es una patriada que están haciendo ellos que dijeron: “Vamos y tocamos porque tenemos ganas de tocar. Y vamos a mostrar lo que éramos antes y lo que podemos ser ahora con nuevo sonido”. Y también es darle un poco un cierre a lo que fue la banda, que no lo tuvimos. No pudimos hacer un toque despedida antes de que ellos se fueran para Europa.
SR: El toque salió a la uruguaya.
Luis: Y sí. Lamentablemente no salió como queríamos, pero salió a la uruguaya. Pero bueno, sale. Ya cuando vinieron los Cavalera hace tres años estuvimos ahí de habernos podido juntar, pero por un montón de coordinadas que no se dieron, no se pudo. Ahora sí, y la vamos a disfrutar. Es una fiesta. Y estamos agradecidos con todo el público que está sacando la entrada. El local en el que vamos a tocar, me sorprendió. Fui a ver un par de bandas y realmente suena. Los equipos que vamos a llevar son los de una sala de ensayo que son de la generación que siempre quisimos tener: cabezales Marshall, valvulares, que se suenan todo, con un equipo Hartke de bajo de 500 watts que te mueve la peluca. Algo para que el show sea realmente contundente. Y la batería, bueno… ¡para qué te voy a contar!
SR: ¿Cómo han vivenciado el tiempo entre que han dejado de tocar y ahora?
Luis: Todos tenemos emprendimientos diferentes, unos como empleados, otros como patrones.
Víctor: Otros como emigrantes.
SR: ¿Y en lo que respecta a la banda?
Víctor: Yo estuve en otras bandas aquí en España. He grabado y he estado tocando, pero la última vez que me subí a un escenario fue en 1997. El hecho de ir ahora a Uruguay lo había planificado de otra forma, porque pensaba llevar a uno de mis hijos que también toca y con el cual yo compongo con él. Pensaba tocar con él ahí. Pero las cosas se torcieron de una forma en que eso ahora no es posible. De hecho, pensaba haber ido mucho más tiempo para preparar bien el show, pero los tiempos se han acortado. Esto fue por los compromisos, la parte económica, las complicaciones de la pandemia. Por un lado va restando pero también va dando fuerzas para intentar superar todo eso y hacer las cosas. Hay una necesidad un poco emocional de todos nosotros de hacer este show.
Luis: Nombraste a tu hijo a la pasada, que toca la guitarra, y hubiera sido hermoso tenerlo acá para que tocara. Pero ya va a venir acá a Uruguay con su banda a romper cabezas, porque la verdad que es un tipo que tiene un oído prodigioso, una digitación y una creatividad para componer muy muy buena.
Víctor: Él ahora se está formando, que es el camino que hay que seguir: primero formarte y luego tratar de afrontar una carrera profesional. Él hace cosas, toca con gente, pero siempre dentro de la formación. Recién tiene 20 años. En Uruguay tienes que ser un poco autodidacta y es difícil adquirir una formación desde pequeño, porque siempre el problema es el dinero.
Luis: Igual Uruguay está mucho mejor ahora. Además, para un músico, internet es un instrumento valiosísimo. Tenés lo que quieras: música, profesores. El mundo cambió. Ni que hablar que España es primer mundo, de cualquier manera.
Víctor: Internet ha ayudado muchísimo. Muchos músicos que hoy están viviendo de la música, comenzaron colgando sus videos ahí.
SR: ¿Están teniendo ensayos por internet o se van a hacer sólo cuando estén todos acá?
Luis: Estamos haciendo ensayos por separado; Pablo, el Barbas y yo, y un poco con Diego, pero juntos los cinco, vamos a estar acá. Lo estamos planificando muy a conciencia, de forma casi personal, rearmando los temas para buscarle un poco de touch, quizás un poco más fuerte de lo que tenían, hacerlo un poco más contundente, más pesado y que duela. Van a ver la mejor versión de Graf Spee, eso ponele la firma.
SR: Precisamente quería preguntarles qué va a escuchar el público el 19 de diciembre en Midas.
Luis: Todo el Mother Fucker, por supuesto, que fue lo último que se grabó, y lo más contundente del Reincarnation, los clásicos y más conocidos, los que de repente trascendieron un poquito más que otros. Queremos que realmente arda Midas.
SR: ¿Cómo van a hacer con las explosiones en Midas? (risas).
Luis: Eso es lo que estamos resolviendo.
Víctor: Eso está un poco complicado ahora, han legalizado todas esas cosas (risas).
SR: Siempre cuento una anécdota de cuando los vi en el Circo. Estaba con dos amigos que tenían un pedo brutal. Estábamos cerca del escenario, y cuando uds. hicieron la detonación, mis dos amigos se pegaron tal cagazo que se les fue el pedo instantáneamente (risas).
Luis: Bueno, era la idea (risas).
Víctor: El artefacto le cayó a Leo Maslíah en la cabeza y vino a traérnoslo al escenario (risas).
Luis: Vino con un pañuelo en la cabeza porque le sangraba.
Víctor: Con la cabeza partida.
Luis: Nos mostraba la sangre y nos decía: “Bo, ¿y esto?” (risas). Malísimo. Habíamos hecho una V con el artefacto, y el ingeniero que teníamos, que era Víctor Rueda, pensó que se iban a disipar los dos iguales. Pero se ve que por el medio quiso también salir eso y reventó y voló como 30 metros. ¿Y a quién le cae en la cabeza? Pobre Leo. Tuve tiempo para pedirle disculpas.
Víctor: Nosotros le dijimos que pasara la factura a Sólo Rock (risas).
SR: Por suerte nunca llegó el reclamo (risas). Volviendo al show, está Apneuma como telonero. ¿Cómo se concreta esa participación?
Luis: Cuando resolvimos que íbamos a tocar y más o menos teníamos una fecha, hablé con algunas bandas de acá y lamentablemente algunas no podían. Cuando hablé con Apneuma me dijeron: “¡Sí, vamos! ¿Qué fecha?”. “19 de diciembre”. “Me encanta”. Pum para arriba, con todo. La gente de Apneuma son unos amigos. Gerardo cantó con nosotros cuando vinieron los Cavalera y tengo muy buena relación con él. Otras bandas tenían problemas; parecía que volvíamos al ’89. Así que tocamos sólo con Apneuma. La verdad, queríamos hacer un toque un poco más grande, que fuera tipo un festival de bandas de metal con cuatro o cinco bandas y hacerlo en un lugar quizás más grande. Pero vimos que estaba un poco complicado y decidimos hacerlo con Apneuma, que se prendió de una. Aparte es un grupo que suena bien, están para presentar el nuevo formato de trío y tienen un disco para mostrar. Para ellos el toque es tan importante como para nosotros.
SR: ¿Se graba y se filma?
Luis: Pensamos que sí.
SR: ¿El toque es una despedida o se puede esperar algo más de Graf Spee?
Víctor: Yo te diría que es una despedida. Para mí, al menos, lo considero así. Es algo que lo podemos hacer una vez. Como dijo Luis, si hubiese habido otra recepción de parte de la gente que se hubiera movido para intentar llevar la banda, hubiéramos ido ya hace bastante tiempo. Las cosas ahí siguen siendo un poco a pulmón con mucho esfuerzo por parte de la banda. Todos los que estamos fuera hacemos un gran esfuerzo económico en pasajes y en estadía, y lo hacemos por la gente, para despedirnos de nuestro público, para vernos. Si no se hacen las cosas como habitualmente funcionan en el mundo de la música y el rock, no podemos nosotros continuamente estar haciendo esto. Por nuestra parte puede ser una despedida, la mejor que podemos ofrecer nosotros. Ahora, si el día de mañana aparece un productor o alguien que realmente esté dispuesto a montar un show y hacer una cosa en condiciones, podríamos plantearnos el volver a tocar. Con estas condiciones de hoy, es muy difícil.
Luis: Totalmente de acuerdo.
SR: ¿Tienen expectativas sobre este show?
Víctor: Sí, claro. Han pasado por lo menos un par de generaciones, gente que nunca nos ha visto o que pudo haber oído hablar de nosotros, más el público que nos conoce de aquella época. Genera una expectativa porque es el reencuentro con las huestes y posiblemente con sus hijos y hasta sus nietos. Para los que éramos jóvenes en aquel entonces y no íbamos a los bailes, los toques eran la forma de encuentro. Ahí se daban las conversaciones y el relacionamiento. En Argentina también era así, ibas a ver una banda y era el encuentro con la gente.
Luis: De acuerdo con lo que dice Víctor. También está la expectativa de poder sonar como nunca lo hicimos, con la ventaja de estar en el siglo XXI. Le vamos a volar la peluca.
Ariel Scarpa