Los Chanchos Salvajes: Auténticos Al 100%

La entrevista con Los Chanchos Salvajes tuvo la intención inicial de conversar sobre el lanzamiento de su tercer disco, el que está disponible desde hoy en Spotify. Pero tampoco podíamos dejar de conversar sobre la banda en general, donde surgieron conceptos muy interesantes de lo que pasa en la actualidad con el mundo. Encontrarán que este reportaje tiene esas dos partes, bien diferenciadas y con mucho contenido en ambos casos. Gustavo Parodi, Claudio Decillis y Guillermo Bareño dijeron presente, volcaron sus interesantes conceptos y repasamos uno a uno los temas de su último lanzamiento. Imperdible.


SR: ¿Cómo definirían a la banda?

Claudio: Ruidosa, bastante primitiva y bastante del momento.

Gustavo: Es una banda de música bastante urgente, no hay una canción de la banda que haya demorado más de un par de ensayos en realizarse y terminarse. Y si en algún momento pasó algo así con una canción, queda afuera. No nos gusta definir qué tipo de banda somos. Sí tiene mucho robado de la música que se le llamó de garaje de los ’60 y parte de los ’70, pero es una mezcla de influencias de toda la vida. Es música bastante urgente, porque yo considero que el encanto en este tipo de música es aprovechar el momento en que se te viene una canción, un riff o una palabra a la cabeza. Es fundamental eso. En el teléfono hay como 200 y pico de proyectos de canciones que uno graba en la casa, pero no hay ninguna canción que esté puesta en los discos. El 90% de las canciones se me ocurren antes de ensayar. Trabajamos muy bien como banda, nos entendemos bastante bien y eso te facilita muchísimo. Nos llevamos muy bien… por ahora (risas). Eso te lleva a largar cosas en los ensayos. Sí tenemos una premisa, y es que la canción tiene que ser corta, no tiene que irse mucho más lejos de donde debería. Le hacemos adoración al riff de la guitarra y las letras son concretas, sin mucha vuelta. Somos tipos que tocan música intensa y urgente.

Claudio: Es una banda que se divierte mucho en el buen sentido, componiendo y juntándose, ensayando, tocando. No tenemos presiones ni compromisos, hacemos lo que realmente queremos hacer.

Gustavo: Tenemos nuestro lugar, y cuando se nos antoja dejamos de tocar y vamos para afuera y conversamos. Son cosas que yo había perdido: “vamos a tocar cualquier pavada y después encaramos lo que estábamos haciendo”. Somos muy prolíficos. Tenemos tres años de vida, con un año que no se cuenta, y tenemos tres discos.

SR: ¿Tienen una carga política?

Claudio: No.

Gustavo: No, en absoluto. Creemos en la individualidad del ser humano. Somos todos de partidos diferentes.

Guillermo: No somos políticamente correctos.

Gustavo: En lo particular, hace mucho tiempo que estoy desengañado de la política. Sí me interesa como ser humano, pero yo no creo en la política, creo en la individualidad de la persona, lo que tiene en su cabeza, lo que puede compartir y hacer con los demás. Más en los tiempos en que vivimos, que son muy jodidos, tiempos muy importantes aunque no lo parezca. No vivimos en tiempos importantes por lo del coronavirus sino por todo lo que implica, la locura mental y sicológica. Estamos pasando por un momento de cambio y hay mucha gente que no se está dando cuenta. Creo que es importante que la gente abra la cabeza y piense un poquito más y analice cada cosa que le están diciendo. Es lo que tratamos de decir en las canciones, que busquen información, que se cuestionen las cosas. De eso se trata ser una persona. El mundo está dividido en una cantidad de aspectos porque nos han hecho dividir. Por esa locura de “tenés que estar interesado en la política” te han partido la cabeza a la mitad y hoy por hoy lo único que respirás es violencia.

Claudio: Estamos de acuerdo en que no nos bancamos mucho la intolerancia. Yo puedo estar en descuerdo con Gustavo, pero no significa que me tengo que pelear con él. En los tiempos que corren, tener una opinión de algo es estar enfrentado a otros.

Guillermo: Cada uno en la banda es diferente, desde el punto de vista musical hasta lo político.

Claudio: Eso tiene que ser enriquecedor, no divisorio.

Gustavo: Hace un tiempo importante que nos están llevando a dividirnos en todo sentido. Me preocupa por los gurises. Tengo un hijo de 17 años, veo cómo piensan, y me preocupa muchísimo; cómo volvieron a ser un poco lo que en parte querían que nosotros fuéramos en los ’70, que pensaras de una sola manera, que escucharas un solo tipo de música o que te vistieras de una sola manera, que no cuestionaras nada. Creo que está todo impulsado para que vayamos a una especie de autoritarismo: nos van a dar todo pero vamos a funcionar de una única manera. Vas a tener una cantidad de cosas pero no vas a poder opinar o pensar. De eso tratamos de escribir, y no tener miedo a decirlo. Hay que pensar más allá de la policía o de un presidente de un partido político. Pensá más lejos, qué es lo que a vos te hace humano, lo que te hace libre; o sea, decidir. Tener tu propia opinión y que los demás la acepten. Porque más allá de la movida de que hay que aceptarse y respetarse, no nos respetamos.

SR: En ese sentido, es una banda política. Es a lo que me refería.

Gustavo: Sí, sí, sí.

Claudio: No es una banda político partidaria. Casi todos los actos que hacemos como personas son políticos.

Gustavo: Todo ser humano es un ser político. Pero creo que todo pasa por la información. Hay que aprender a informarse, hay que buscar, porque no te va a llegar enseguida. Hay que cuestionarse y empezar a hablar con gente.

Claudio: He visto gente cercana a mí que tiene determinado pensamiento un poco polarizado, y toda la información que le llega a esa persona tiene que ver con eso que piensa; es como un autobombo. Nunca va a validar algo que sea para contraponer algo diferente. Es como están armadas las redes sociales y todo para que te llegue la información que te conviene que leas.

SR: ¿Esto es un diferencial en Los Chanchos o encuentran otras bandas que van en el mismo sentido?

Gustavo: Eeehhh…

Guillermo: No hablamos de otras bandas (risas).

Gustavo: He visto gente del medio que ha tenido muy buenas expresiones con respecto a lo que ha pasado, está pasando y va a pasar, y otros que se pliegan a lo que les dicen que hay que hacer. Sin haber tenido contacto con esas personas, empezás a darte cuenta que hay gente mucho más despierta que otros, porque ya vienen pensando diferente desde hace un tiempo y cuestionándose cosas. De eso se trata, no ser camisetero de algo, sino ser real.

Claudio: Hubo una banda importante que se había separado y después volvió en un momento y sacó unos temas que decías “mirá qué bueno estos locos que sacaron estas letras muy interesantes”. Después, lamentablemente se volvieron a separar, pero me quedé sorprendido, porque vinieron a decir algo que quizás mucha gente pensaba.

SR: Ése es el gran aporte de los artistas, ayudar a abrir cabezas.

Gustavo: Yo creo que sí. Yo entiendo que el artista tiene que entretener, pero está bueno que también haga pensar. Y se acepta todo.

Claudio: Capaz que te hacen cambiar de opinión en algo.

Gustavo: Todo el tiempo podés aprender cosas, y también te podés arrepentir de una cantidad de cosas, que es válido, y no tener vergüenza de eso. También decís “voy a cumplir 60 años en cualquier momento, tengo todo el derecho a decir lo que pienso”. Me pasa con Lorenzo, mi hijo, que veo cómo un tipo joven se lleva todo por delante, que me parece bárbaro. Y el día que crecés y tenés un hijo, decís: “La puta madre, mi viejo tenía razón” (risas). En el 98% de las cosas, no era un viejo de mierda, tenía razón.

SR: Gustavo, ¿qué te permite Los Chanchos que no te permite Buitres?

Claudio: Cantar (risas).

Gustavo: Puedo escribir mis cosas, lo que yo pienso. En Buitres básicamente las canciones las está haciendo Gabriel. Él dice: “Yo soy el que canto y tengo que estar convencido de lo que canto”. Me parece perfecto. Gabriel y yo somos muy diferentes en la manera de pensar en un montón de cosas. Los Buitres somos muy diferentes entre nosotros. Una de las razones por la cual decidí hacer cosas, es para ser libre de decir lo que pienso. Y hacer un estilo de música que en Buitres no se puede hacer. Está comprobado: los Buitres pueden sacar una canción y automáticamente van a tener 5.000 escuchas, y Los Chanchos sacan una canción y para tener 300, pasan 10 semanas. Me permite tocar en lugares en que con Buitres no podemos tocar y hacer cosas que con Buitres no podemos hacer. Yo necesito tener esa libertad de estar tocando en determinado tipo de lugares. También nos pusimos de acuerdo en ambas bandas de qué manera íbamos a actuar con todo esto que ha pasado, y decidimos que no íbamos a tocar hasta que esto no se ponga normal. Si tenemos que retroceder y ceder ante algo que consideramos que no está bien, no seríamos auténticos. Consideramos que las bandas tienen que tocar de determinada manera, sino no van a tocar.

SR: ¿Para la banda cómo es tener un referente como Parodi?

Claudio: Al principio, cuando arrancamos con la banda anterior, Niñera Nueva Ola, era toda una novedad. Yo nací el mismo mes y año que debutaron Los Estómagos. Primero escuché a los Buitres y después llegué a Los Estómagos, entonces lo tengo como referente. Cuando empecé a tocar con él en una banda, hay un montón de cosas que las seguís pensando pero las manejamos con total libertad. No es que venga a decirme lo que tengo que hacer. Sí hay pila de cosas que las escuchamos y aprendemos, eso es fundamental. A la hora de componer o de funcionar como banda, en este momento lo tomo natural.

Guillermo: Yo también entré en Niñera, pero cuando ya estaban formados. Necesitaban un buen baterista, lo encontraron y me llamaron a mí (risas).

Claudio: Como era de Pando, servía.

Guillermo: Yo tocaba en Harry, y como estuvo produciendo nuestro disco, ahí lo conocí. Con él aprendés mucho. Siempre habla y está contando cosas, y hasta te discute un groove de batería. No siempre, pero generalmente termina teniendo razón (risas). Yo nací en Pando escuchándolos. En mi cumpleaños número 18 podía entrar al baile, y ese 11 de noviembre, tocaba Buitres en Pando. Incluso hay una foto en la que estoy mirándolo, y después de tantos años, decir “mirá, estoy tocando con el tipo que estaba ahí arriba”. Era como la banda top de ese momento. Pero en todo el resto, le discuto. Él es permeable a la hora de que nosotros tengamos nuestras opiniones.

Gustavo: Yo me apoyo en ellos todo el tiempo. Las decisiones últimas, generalmente las toman ellos, en cuanto al sonido y demás.

Claudio: Además es muy divertido tocar en vivo con el gordo. Te saca presión porque es muy seguro a la hora de tocar, aparte de que a mí me encanta lo que toca. Hace cosas divertidas en el escenario, que no voy a contar, que la gente no se da cuenta (risas). Lo más importante de una banda de rock, por lo menos lo que nos gusta hacer a nosotros, es el momento del toque en vivo. Entonces, cuando vas a tocar en vivo, te sacaron la presión y te vas a divertir, es como que el doble.

Guillermo: Aprendés a encarar el escenario distinto.

Gustavo: Con la gente vieja se aprende. Cuando grabamos el disco ahora con el Rata Mérola, Guillermo aprendió en una semana lo que no aprendió en toda su vida. Espero que le haya servido (risas).

Claudio: Aparte a Guille le gusta aprender.

Gustavo: Uno como que se hizo guacho en todo esto, no tenía referencias. Después de que te hiciste un hombre y tuviste la chance de empezar a trabajar con gente muy pesada, estás todo el tiempo aprendiendo.

SR: Eso se traspasa a la banda, pero no significa que Los Chanchos sea la banda de Parodi.

Gustavo: No, no, no.

Guillermo: No, porque cuando algo no nos gusta, le decimos que no. Y cuando a él no le gusta, le decimos “sí, sí”. Nos ponemos perros.

Claudio: Otra cosa importante, es que es un tipo que te da un libro o te manda videos de cosas que están buenas. Son cosas que van más allá de la música y que uno absorbe y aprende.

Gustavo: Vos tratás de hacer lo mismo que hicieron con vos. Yo creo que la misión de uno es traspasar conocimiento.

SR: Vamos al disco. ¿Cómo se llama?

Claudio: Los Chanchos Salvajes.

Gustavo: No tiene nombre. El Rata, cuando estaba haciendo el master, nos pide el nombre, y no lo teníamos. Lo grabamos en el sótano de la casa de mi primo, en Pando, como si lo hubiéramos grabado en el año ’70. Por eso el disco suena de esa manera: todos juntos, con tres micrófonos en la batería. El proceso fue muy largo, terminamos de grabar en marzo y lo mezclamos por teléfono por Whasapp. Y cuando llegó el momento, no teníamos un nombre. Dijimos: “El tercer disco de Los Estómagos no tiene nombre, ¿por qué éste tiene que tener un nombre? Ya los otros tienen nombre”. “No le pongas nombre: Los Chanchos Salvajes”.

SR: ¿Las letras son de…?

Claudio: Del cantor.

SR: El disco suena muy bien, compacto.

Gustavo: El Rata Mérola fue amigo de toda la vida de la barra de Costa Azul. Fue sonidista de Los Estómagos y grabamos discos de Buitres con él, hasta que se fue a Europa y terminó en Londres. Empezó a hacer sonido en los boliches y a comprar su material, hasta que se hizo un estudio y se especializó en masterización y en grabar música como se grababa antes, con pocos micrófonos. Y tiene una cabeza de rock and roll de la que a mí me gusta. Yo siempre quise grabar un disco entero con el Rata. Limpiamos el sótano de la casa de mi primo y armamos un estudio ahí para poder grabar. Grabamos al lado de un aljibe, que lo usamos como cámara de reverb.

Claudio: El streaming está filmado ahí.

Gustavo: Estuvimos encerrados 15 – 20 días. Yo tengo una atracción particular por los discos que se grabaron en un estudio que hay en Denmark Street en Londres, donde grabaron los Stones su primer disco y Black Sabbath el Paranoid, donde grababan todos juntos. Grabamos en 8 pistas, y lo único que hicimos después fue doblar las guitarras, para tener un poco más de amplitud, y cantar. Yo quería que sonara de esa manera, y si a la gente no le gusta, no me importa. No quiero escuchar más música procesada, comprimida, apretada. Eso que hay en el disco es lo que somos nosotros tocando: ni más ni menos ni mejor ni peor. Si no les gusta es porque no les gusta la banda. Esos somos nosotros, con nuestros pifies y con todo. Por eso creo que es muy auténtico.

Claudio: No hay nada editado.

Guillermo: Sin metro, sin nada.

Gustavo: El Rata trajo unos micrófonos viejos, Shure 57, que había conseguido en el estudio donde Bowie había grabado no sé qué disco. Los comparás con los mismos pero nuevos y decís “la puta que lo parió”. Son pequeñas diferencias que al menos vos te quedás contento.

SR: Repasamos el disco tema a tema y nos van contando, ¿les parece? ¿Cuál es el primer tema?

Guillermo: “Las sillas vacías (Fuzz)”.

SR: Arranca tranqui pero tiene intensidad.

Gustavo: Es un disco con intensidad. Hay de todo, cosas lentas y muy picadas. Esta canción habla de esa casa donde estamos ensayando, la casa de mis viejos, lo que sentí cuando entré a esa casa y en lo que se transformó, cómo agarró vida con el hecho de empezar a ensayar. Es una música muy particular, muy rara.

Claudio: Y va subiendo de intensidad. Ese tema va de abajo para arriba, un fade in.

SR: ¿Cuál sigue?

Guillermo: “Reptiles!!!”

SR: Los reptilianos, ¿no?

Gustavo: Exacto.

Guillermo: Fue el último tema que se presentó en el ensayo.

Gustavo: Es muy explícito para el que entiende de qué estás hablando. Para mí es muy normal.

Guillermo: El siguiente es “Femicidio en Disneylandia”.

Gustavo: Ahí es darle atención a lo que realmente hay que darle atención. Nadie tiene la exclusividad de que te maten. A todos nos pueden matar. Es jodido que maten a una mujer o a un niño o a un hombre. No es sólo a una persona a la que hay que prestar atención cuando la matan, creo que a todos nos pueden matar. La canción es un poco eso.

SR: Es un tema escabroso.

Gustavo: Si vamos a hacer un disco, lo hacemos de verdad, no un disco correcto.

Guillermo: La idea es hablarlo. Está mal, no estamos diciendo que está bien.

SR: No está peor que otros asesinatos.

Gustavo: Exactamente. Creo que es lo que todos pensamos, pero mucha gente tiene miedo de decirlo.

Guillermo: Había un sketch que creo que era de Capusotto que decía: “No le pegues a fulanito”. No, no hay que pegar (risas).

Gustavo: Creo que tenemos que sacarnos la careta un poco ante una cantidad de cosas.

SR: Lo que pasa es que los temas de la agenda, mandan.

Claudio: Nosotros como banda, no estamos para estar en la agenda.

Guillermo: Somos políticamente incorrectos. No es “no mates a las mujeres”. Es “no mates”.

Gustavo: Lo peor de todo es que la mayoría de la gente piensa de esa manera, pero tienen miedo y no quieren meterse en problemas. Y eso es lo peor que podemos hacer, no sostenernos como personas y ceder ante lo que te aplican. No hay que callarse la boca. Ya por callarnos la boca hemos tenido muy malas experiencias a través de la historia.

SR: A veces alinearse es alienarse.

Gustavo: También, no lo dudo.

Guillermo: Sigue “El juego de las vidas”.

Claudio: Es divertido de tocar.

Gustavo: Habla de lo que yo considero que es morirse cuando te morís, adónde vas y qué te espera. Lo que pasa es que al lado de cada canción debería ir un asterisco que dijera “leer tal cosa” (risas). Creo que… sí, está bastante salado el disco. Creo que decidís adónde irte, y lo que uno no debe hacer. Yo considero que nosotros venimos viajando de vida en vida y que el hecho de reencarnar -mirá adónde vamos, van a decir que estoy más loco que nunca- es optativo. Podés reencarnar en esta noria que estamos viviendo para seguir siendo esclavo de alguien que energéticamente te está sacando energía, pero vas a tener la opción de ir a un lado mejor que te van a venir a ofrecer. Ese es el juego de la vida.

Guillermo: “El rey del baile”. Es una letra de cuando Gustavo era joven.

Gustavo: Sí, sí. En la época del liceo, que estabas ahí parado mirando a los muchachos que bailaban con las muchachas.

SR: Hay una referencia al año ’79.

Gustavo: Sí, el año en que me regalan la guitarra. “¿Por qué dejaste ir a fulanita?”. “Porque quería ir a mi casa a tocar la guitarra” (risas).

Guillermo: Sigue “Millones de monos”.

SR: Esa canción me gustó mucho. Es la historia de la humanidad.

Gustavo: Es la historia de la humanidad y de lo que está pasando ahora: qué fácil es convencerte de que hagas las cosas y hacerte pensar mal del que no las hace.

Claudio: Habla del futuro, también, porque habla del nuevo orden que supuestamente vendrá si no se hace algo.

Gustavo: Soy un convencido de que si un grupo de gente no reacciona a tiempo, está todo dado como para que vayamos a eso. Una China a nivel global. Vas a tener todo, pero no vas a poder abrir la boca ni pensar libremente. Nos creemos que somos libres y que somos felices, y no somos ni libres ni felices. Uno no puede expresarse libremente y decir lo que piensa.

Guillermo: “Los cómplices de siempre”.

Gustavo: Más de lo mismo. Arranca con un discurso de Kennedy. Al fin y al cabo, deciden que a ese tipo hay que sacarlo del medio porque iba contra lo establecido y va a liberar una cantidad de información y no es conveniente, como ha pasado y acaba de pasar sobre todo en Estados Unidos. Y cuando comienzan a abrir la boca, yo te suicido fácil. Primero difamarlo, y si no se puede, limpiarlo. Lo que pasó en Estados Unidos en las últimas elecciones es bochornoso, y a nadie parece importarle. Los informativos de acá ni siquiera tocaron el tema. El asunto era darle a uno de ellos y al otro alabarlo aunque no se sabía qué tenía en la cabeza. Tenemos que aprender que el mundo no lo manejan los presidentes, lo manejan otras personas, y a esas personas las manejan otras cosas.

SR: ¿Qué tema sigue?

Guillermo: “Uno, dos y tres coronita es”.

Gustavo: Estamos en la misma. En particular con la historia del coronavirus, yo considero que se encaró y se informó muy mal a la gente. El coronavirus existe. Sí, está, lo crearon y lo tiraron, pero nos han mentido muchísimo más que las verdades que nos dijeron. Hay una cantidad de gente que cuando quiere discutir del tema, no se la deja ni siquiera dialogar. Particularmente, esta vacuna no me la quiero dar. Ésta y la de la gripe. Tengo una cierta intuición y he recibido información que me dice “no”, o “todavía no”.

Claudio: Y lo del pase verde es una cosa grave. Más allá de que uno se vacune o no, no tiene que ver con hacer una segregación para poder entrar a un evento artístico. Eso ya es grave. Nosotros como banda no vamos a tocar con un pase verde. Jamás.

Gustavo: Yo vengo de una época en donde había ciudadanos clase A, clase B y clase C. Era a otro nivel, pero todas esas cosas son muy jodidas.

SR: Queda el último tema: “Marta”. ¿Quién es Marta?

Gustavo: Marta es una señora con alzheimer que se fue de la casa. Caso típico; algunas personas vuelven y otras no. Ésta volvió.

SR: ¿Y la estática del final?

Gustavo: Eso es un invento del Rata que está buenísimo. Dijo que quería hacer algo para el final del disco y que quería que esa canción fuera el final del disco. Y nunca nos dijo qué. “Yo hice algo, ahora no me rompan las bolas” (risas).

Claudio: Y nos encantó.

Gustavo: La voz que está es de la pareja de él, Trish Jones. Al Rata le llamó mucho la atención, se copó y le puso eso, que es lo que a él le parece que tiene que ver con la confusión que tiene esa gente en la cabeza. Está bueno.

Guillermo: Y está el tema de la tapa del disco.

Gustavo: La tapa nos trajo problemas. Había unos amigos que apoyaban y otros que no. La cosa es así: August Landmesser era un alemán de la época nazi que para trabajar en un astillero, tenía que hacerse miembro del partido nazi. Estaba casado con una judía y le costó mucho conseguir el carnet para poder entrar a trabajar. El día que lanzan un barco, todos los obreros saludan y él se queda quieto. Esa foto es famosa porque lo agarraron al tipo y lo mandaron a un campo de concentración. La mujer, que estaba embarazada, fue a un campo y él a otro. La mujer da a luz pero muere, y la niña la cría un matrimonio. Cuando Alemania se ve apretada porque los rusos se los comen, lo agarran al tipo y lo mandan a pelear, y ahí desaparece. La historia es que la hija, muchísimos años después y sabiendo la historia del padre, descubre la foto y le dicen que ése era el padre. Un poco es eso: el tipo no estaba de acuerdo, lo embretaron, y lo limpiaron a él y a su familia. Pero es una foto muy actual. Observá la foto y ahora mirate vos, pensá, ¿vos quién sos?

Guillermo: ¿Querés ser los nazis?

SR: Claro, está completamente alineado con el contenido del disco.

Gustavo: Podés poner una tapa más linda, pero creo que es una tapa jugada que corresponde con la situación actual.

Guillermo: Es más linda la foto nuestra (risas).

Gustavo: Es una persona que apareció en las tapas de los simples que sacamos ahora. Hay una cuarta persona que es él, aparece manejando el auto de Kennedy. Nadie va a entender quién es. Espero que alguno se entere.

SR: ¿Está pensada una presentación del disco?

Guillermo: El 13 de noviembre hay un toque al aire libre que es anti todo esto.

Gustavo: Estos toques que se han hecho donde hay bandas y son al aire libre. La gente puede saltar y abrazarse, hasta que se suspendan. Ahora van a hacer otra instancia, y nosotros pedimos para tocar.

Claudio: No hemos tocado desde el 7 de marzo de 2020, cuando festejábamos los dos años de la banda.

Gustavo: Nos han invitado a tocar, lo cual agradecemos enormemente, pero la razón por la que no queremos tocar es porque no estamos de acuerdo con lo que está pasando. Cuando yo arranqué a tocar, había que presentar la lista de temas en la comisaría. Basta de eso.

SR: O sea que quedaría para el año que viene si cambian las condiciones.

Gustavo: Sí. Pero algún invento más vamos a hacer. Si lo hacemos, te vamos a avisar.

Ariel Scarpa

 

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