Fabián Furtado: Un Solo Fabián

La celebración de los 30 años de Chopper fue la excusa para buscar ahora esta entrevista que teníamos planeada hace ya un tiempo. Entrevistar a Fabián Furtado como vocalista de Reytoro ya era interesante, pero con la cercanía de un nuevo toque de Chopper, fue inevitable sentirnos tentados a concretarla. El metal, el rock, la vida, sus pensamientos y otros condimentos, en esta más que interesante entrevista. ¡Adelante!

SR: ¿Qué hay detrás de Reytoro para que suene tan bien?

Fabián: En primer lugar, dedicación. Voy un poco para atrás: cuando resuelvo irme del todo de Chopper, encuentro a Norberto, el guitarrista de Sátrapa, y le digo “quiero hacer metal en este país sin cagarme de hambre; no quiero pagar para tocar”. Suena como raro, pero si lográs eso, te podés sentir como que vivís de esto; hasta que llega un punto, como hace dos o tres años, que te das cuenta de que no vivís de esto, vivís para esto. Entonces me encontré con tres tipos que pensábamos igual. El afán nuestro era llegar a la gente con algo que teníamos para decir: cero condescendencia, yo no canto lo que vos querés escuchar. Reytoro tuvo ese concepto desde el vamos. Lo que me aseguré, con Norberto, fue de conseguir personas que no fueran de un verano. Quería un grupo humano que funcionara, y con Reytoro encontré todo eso. Y nos planteamos “¿de qué vamos a hablar ahora?”. “Hagamos canciones tiradas no tanto para el thrash sino para el rock and roll”, con un crossover, con thrash, pizcas de death metal, arreglos de candombe. Si te ponés a desgranar los tres discos de la trilogía, te vas a encontrar con un montón de cosas que no sabés que están, pero están. Porque venimos de escuelas totalmente distintas. Y me puse a pensar lo difícil que es tocar metal, y dijimos que si hay un buen grupo humano, están salvaguardadas las canciones. Eso se retroalimentó, y 20 años después nos encontramos los mismos tipos bancándonos, en un buen sentido, porque hay que lidiar con un frontman. Esta banda se dio cuenta que se podía trabajar así, y me dio un plus para que yo pudiera, sin ser el rey del Reytoro, tener un poco esos galones. Pero eso venía con un pasado, que es Chopper, y yo venía requemado, porque a mí no me perdonó nadie que me fuera de Chopper… nadie me lo perdonó. No vendimos un ticket de un fanático de Chopper en los primeros shows. Eso en el momento me dolió pila, pero después pensé que pude hacerlo dos veces sin la ayuda de un pasado o un amigo que te haga entrar en la cola primero. Tenés que dejar cosas por el camino, lidiar con los egos, tenés que tener el ego remimado y recuidado porque te podés ir al carajo, y lo que es peor, te podés quedar solo. Aprendí a tener un montón de hermanos, a elegírmelos yo y que me eligieran. Me pasó lo mismo con la música, yo sentí que el metal me eligió a mí y yo elegí al metal, fueron las dos partes. Somos militantes, aunque suene facho o suene como suene, somos militantes. Hay gente que sin subirse al escenario, ayuda al metal a salir del ghetto, pero no un salir del ghetto de salir, de permanecer en él como tal y que la competencia sea contigo y no con otro más. Entonces nos encontramos con que si bien no es nada nuevo lo que hicimos, tanto en Reytoro como en Chopper, es algo sumamente libre en el sentido de que nosotros elegimos con quién nos encamamos. Y con Reytoro tiene el doble sabor de que lo hicimos de cero, sin pagar, a ver hasta dónde llegamos. Tuvimos que hacer los fanáticos de a uno. ¡De a uno! Pero después los mirás a los 500, a los 1.000 y decís “puta, de a uno cayeron en el baile”. No hay cómo no sacarse una foto con ésos. Esa satisfacción yo no la pagué. Todo eso se hizo desde una militancia, de un amor. Eso hay que mostrarlo, porque ahí está el “se puede”. Ahí está el mensaje que me llegó de mi vieja una vuelta en el Estadio Centenario: “estoy muy orgullosa de vos”. ¿Por qué no me lo dijo hasta ahora? Después lo entendí: ¡me lo dijo! Es una tipa a la que yo le debo todo lo que tengo. Tuve una herencia de códigos, de un montón de cosas que son aplicables al metal o al rock and roll, que es increíble, y son las que te hacen estar vivo haciendo lo que me gusta y viviendo para esto, y logrando cada tanto vivir de esto, también.

SR: Hay un compromiso de autenticidad ahí, ¿no?

Fabián: Número 1. Yo no me visto para nadie, me visto para mí.

Foto de Liber Aicardi

 

SR: Tu presencia es muy fuerte en el escenario…

Fabián: Aprovecho carisma.

SR: ¿Pero eso no genera un poco un desnivel en que la banda es la banda de Fabián?

Fabián: Pasa con Mike Patton y Faith No More, pasa con Ozzy y Black Sabbath. Va a pasar, y tenés que lidiar con eso también. Yo he visto cómo corren a los de mi banda para sacarse la foto sólo conmigo. Es bravo, pero también yo soy el vocero. Yo no toco la guitarra ni la batería. Lo único que pedí es que me dejaran hacer las letras. Al tener más carisma, estar más expuesto, al ser la voz cantante, también tenés que delegar un poco, darle un mimo extra al músico. Con la categoría de músicos con que convivo entre Chopper y Reytoro, en cualquier país lo pagarías con millones de dólares. Y yo no sé el décimo de lo que saben esos tipos. Y sin embargo, ellos no tienen la facilidad que yo tengo para cantar. Hay un complemento que está avalado por un respeto. Si no hubiera respeto no hubiéramos durado estos 20 años, o no saldría esta reunión de 30 años con los tipos que me dieron a mí el pulgar para arriba cuando tenía 17 años recién cumplidos. Me dijeron “debutás con Iron Maiden en AFE”. Se me cayó el culo.

SR: ¿Cómo soportás dos horas de cantar al mango?

Fabián: Es la mejor droga. Lo mejor es estar cantando canciones tuyas sin tener que hacer covers, sin robar. No vas a encontrar ningún plagio en mi banda. Yo conozco mucha música y trato de no caer en eso. El mejor mimo que me dieron fue “Chupete, si hubieras nacido en otro país, estarías forrado”. Yo nací en éste, soy profeta en éste y estoy forrado. Pero no de guita, de cosas que no las comprás con guita. A mí el metal fue lo que me rescató, me dio todo lo que tengo.

SR: Tenés una simbiosis con el metal.

Fabián: No conozco otra vida. Yo no puedo hablar de una pelota entrando en una red.

SR: ¿Y el nuevo disco de Reytoro?

Fabián: El año que viene. Ya hay cinco canciones maqueteadas, que son un bombazo, porque logramos ir sonando un poco mejor ya desde la maqueta. No sabemos si vamos a tener productor, o si vamos a tener sello. Tampoco sabemos qué va a pasar con el formato del disco. Lo que sí te sé decir es que hay unos cancionones tremendos. Después de 20 años armamos una sala propia, de la cual estamos todos cerca, y eso nos deja un tiempo extra que podemos utilizar. Somos muy religiosos en ese sentido, todos los jueves hay ensayo.

SR: Hay un profesionalismo atrás de todo esto, ¿no?

Fabián: Sí, sí, mucho, mucho. A nosotros nos tocó lidiar con abrir para otras bandas muy grosas, entre ellas Deep Purple. Ese día me bajé del escenario y ellos vinieron a saludarme. Incluso antes de felicitarme a mí, felicitaron a Alfaro por un pique que tuvo en la batería en “Carne”. Y yo dije, si un Deep Purple se dio cuenta del valor de “Carne”, puedo entender a mi sobrino, con tres años, cantando “Carne”. Yo cuando vi eso dije “esto va a funcionar”. Esa canción la escribí para mí en un momento en que yo no quería amor, quería carne. Y después tenés que batallar con que conseguiste el amor pero tenés que hacer esa canción, y todo eso convive: el yo hago, cómo la interpreto, quién lo ve. Y cuando viene alguien de la valía de un Purple, te pone a lidiar con un profesionalismo en el que sentís que tenés que estar en hora, o hacer la prueba de sonido y estar lo afinado para tocar. Eso sin mucho ensayo no lo lográs. Tenés que tocar la canción de memoria. Cuando la canción es tuya, buena, consentida, no haciendo choclo, podés lidiar con un “Ace of spades” como tuvo que hacer Lemmy durante 50 años. Y no aburrirte. Porque después de que Ian Pace me dice eso de “Carne”, ahora tiene otro sabor para mí. Yo todavía me planteo que esa canción la hicimos nosotros. Esas son las satisfacciones.

SR: ¿Qué es lo que Reytoro te permite hacer y Chopper no, y viceversa?

Fabián: Es buena la pregunta. En Reytoro hay más de lo mío, si se quiere, porque es un proyecto que nace a partir de la amistad entre los cuatro, se puede decir, y se hizo empezando de abajo. En Chopper yo entro ya con canciones que había que retocar. Creo que “Sabiendo que vas a morir” fue la primera que tuve que hacer de Robert, el otro cantante, con una figura emblemática, como es el Peruano. La clave fue que el loco me dijo “Chupete, vos devorate el escenario, hacelo tuyo; ¿qué precisás?”. O sea, todo hablado. Y con Reytoro no hubo que hablarlo, surgió a partir de que yo ya sabía cómo era el modo profesional. No hay mucha diferencia, pero sí la hay. Yo estoy parado en una bomba de un power trío, y con Chopper es un cuarteto en el que son más votos, funciona más como orquesta, si se quiere, que como proyecto. Si bien comienza como proyecto, luego es una banda hecha y derecha, que lo ganamos con los años. No sé cómo explicarte, porque son bien diferentes.

SR: ¿Puede haber un mix de ambas bandas en algún punto?

Fabián: Hay guiñadas en Reytoro a temas de Chopper que yo compuse, y a los que no compuse, también. Pero traté de que no fuera la misma lírica. Vos escuchás Reytoro y Chopper y sabés quién es quién. Y ahí puede estar la clave, qué es lo que le pongo a uno y le saco a otro.

SR: ¿Qué significa Chopper para Fabián Furtado?

Fabián: Chopper me permitió realizar ese sueño que pude terminar soñando. Si se quiere, no habría un Furtado sin ese pasado. Aunque fue muy difícil, fue fácil en el sentido de que justo cuando entro en Chopper, yo venía de una familia desarmada. Agarro un período de alcoholismo tremendo, en donde me gané un apodo que hasta el día de hoy lo remo. Chopper como que fue el salvavidas en ese momento. Alguien me tiró un salvavidas de metal, súper pesado (risas), con el que tuve que empezar a pensar en un disco a las tres semanas, con 17 años. Tuve que alinear cosas extra raras; yo no tenía una casa para vivir pero tenía un hotel pago en Buenos Aires para llenar un Cemento.

SR: Fue como un refugio.

Fabián: Sí, totalmente. Por eso te digo que todo se lo debo al metal.

SR: ¿Y qué te parece que significa Chopper para su público?

Fabián: Hay gente que sobrevivió a aquellos años, porque la vida sigue. Si vos no sos músico, de fanático no te quedás mucho. En el ghetto hay un montón de gente, pero el común denominador de la gente va por una historia que se sustenta con canciones. Lo fantástico que tiene es que hay un cancionero que respalda a la banda. Todos tenemos un primo que fue y vio a los míticos Chopper y conoció al Chupete de pelo largo y conoció al Peruano. Yo me animaría a decirte que éramos muy pocos los que sosteníamos esa revolución. Los pibes que hoy tienen todo digerido, saben la valía que tiene el primer lime de la lima gigantesca del metal de los ’80. Para mí, por ejemplo, Alvacast es mucho más grande ahora de lo que era en el momento. Había que ser Alvacast en aquella época. Si yo entiendo la distancia que hay y los cojones que había que tener en aquella época, cualquier pibe que me vea a mí, con 45 pirulos arriba de un escenario, lo puede entender.

SR: Eso es un poco lo que ha transformado a Chopper en una banda fundamental del heavy local.

Fabián: A base de canciones, y sostenerlas

SR: ¿Cómo es el Chopper de ayer y el de hoy?

Fabián: Parte de un agradecimiento que yo le tengo a Chopper es por lo que nos estamos juntando. Yo tengo mi tiempo con Reytoro, no tendría que estar haciendo esto con Chopper. No lo tendría que estar haciendo si yo no amara a Chopper como lo amé, lo amo y lo amaré. La génesis es de las personas: Leo, Renna, Peruano, Fede, Ernesto. Lo que vino después, estuvo ahí para que estuviera esto ahora. Lo importante y lo que a mí más me pesó antes de ir a grabar para “Cortes” y “Hechos consumados”, fue si iba a poder tener ese espacio que yo tenía, que me daban y que yo me daba, y sí lo tuve. Se enchufó un plug en un Marshall y estábamos componiendo como en esa época.

SR: Hay una continuidad.

Fabián: Sí. Lo de Chopper ahora no es una vuelta, es un reencuentro en el que son 30 años para festejar de un montón de cosas que vivimos que se reflejan en canciones.

Foto de Liber Aicardi

 

SR: El 19 de octubre en la Sala del Museo, ¿qué se va a encontrar la gente que vaya?

Fabián: Va a encontrar cuatro canciones nuevas. Empecé a escribir y me encontré en Chopper, escribiendo para Chopper, cosas de Chopper con músicos de Chopper; bien diferenciadas de mi otra banda. Estaremos con todo el repertorio, con lo más destacado de cada disco.

SR: ¿Hay un próximo disco también?

Fabián: No lo sabemos bien. Nos encontramos con que el en vivo que grabamos es increíble, tiene todo. Queremos ver de poner joyitas de ese en vivo, salpicadas, porque los tiempos son bravos. Estamos todos desperdigados: uno está en Punta del Este, otro en Parque del Plata y otro en Peñarol; afuera, uno en Perú, otro en España y otro que va y viene. Y Renna, que es increíble y merece un capítulo, porque ha tenido que lidiar con todos los marks de Chopper. Él prometió una fiesta redonda para el 19 y yo tengo que estar a esa altura. En primer lugar, el público se va a llevar lo mejor. No sabemos cuándo va a volver a haber una reunión, por lo tanto vamos a tirar la casa por la ventana. Para mí es un show más, porque cada show que doy tengo que partirte la cabeza y escracharte el culo, sino no me lo permito. Son muy pocas las veces que puedo disfrutar esa droga, que es la escenarina, que me lo permite gente que está con una sonrisa de entrada hasta que se va. Y les estoy diciendo “loco, este mundo es una cagada, existió un síndrome de Cronos en que todo el mundo se cree megalómano”. Y los pibes están con una sonrisa, cagándose a palos, haciendo algo increíble, que el que está afuera no lo va a entender jamás. Y nosotros, por suerte, no tenemos que explicarle a nadie qué hacemos en el pogo. Más códigos que ahí no vas a ver ni en una cancha de fútbol ni en una comisaría. Eso van a ver el 19.

SR: ¿Un solo Fabián, entonces?

Fabián: Sí, claro. ¡Qué bueno eso!

Ariel Scarpa

Enlaces de Chopper:

Enlace de Reytoro: