Bestia Zen: Creciendo Firme

A punto de editar su segundo disco y de comenzar su gira por Chile, invitamos a Bestia Zen a que nos visitaran para una entrevista. Integran la banda actualmente Ignacio “Nacho” Delgado (voz y guitarra), Cael Jiménez (guitarra y coros), Elías Castro (batería) e Ignacio “Nacho” Rossi (bajo y coros). Los dos Nachos fueron quienes concurrieron al rockportaje, por lo que al bajista lo identificaremos como Rossi, para poder diferenciarlos. Sras y Sres: Bestia Zen.

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SR: ¿Por qué Bestia Zen?

Nacho: Es una especie de oxímoron en sí mismo: bestia es un demonio y zen un estado de paz. Justamente, la visión es la de un demonio haciendo yoga. Es algo que tiene energía tensa, algo contenido que estalla. Esa era la idea. Y es lo que tratamos de hacer, tanto a nivel de grabación como de las presentaciones en vivo, que el show sea potente.

SR: Es un estado latente, potencialmente explosivo.

Nacho: Sí, antes del show estamos en zen, arriba en el show, tratamos de estar en bestia.

SR: ¿Dónde se ubican en el espectro musical?

Rossi: Gabriel (Brikman) nos definió como rock amargo. Es porque las letras son como jodidas pero de lo cotidiano, pero siempre buscándole la vuelta.

Nacho: Algunas letras son críticas, otras con como “Mufa”, una especie casi de reírse de uno mismo. Hay muchas cosas distintas en nuestros dos discos. Hay cosas que pasan también por el área de lo sentimental. Todo desde una perspectiva como que tirando a medio oscuro.

Rossi: Como una visión cínica.

Nacho: Ahí va.

SR: Es bastante uruguaya, ¿no?

Nacho: Sí, es totalmente uruguaya, montevideana diría yo.

SR: ¿Hay algún mensaje en las letras a lo largo de los temas?

Nacho: Para decirlo en un término, sería desconformidad, inconformismo.

Rossi: No fue pensado de antemano, las cosas se fueron dando y naturalmente gravitamos ahí. Si bien es una visión cínica de todo, está entregado con la mayor potencia posible. Es como oponerse.

Nacho: Tratar de proponer cosas que no están nada buenas envolviéndolas en un hermoso papelito. Yo tengo una definición mía, que es que son caramelitos de veneno. La idea es que se llegue a la parte cínica del texto como segunda opción. En los ‘80s y ‘90s había como una congruencia a veces demasiado literal entre los textos oscuros y la música oscura. A mí me gustaba, pero a mi entender, fue una de las cosas que llevó a que el movimiento se fuera extinguiendo. Le faltó a las bandas y al público dar el salto. Algunas bandas lo dieron, como Buitres, aunque en su momento fueron duramente criticadas. Renzo Teflón también. En determinado momento era un quemo que te gustaran Los Tontos. Yo creo que ahí fue donde fallamos músicos y público, en cierta manera, en entender que había que pasar de pantalla. Los Tontos, por ejemplo, tienen unas letras tremendas. Sin embargo se los calificaba de caretas porque tenían una actitud divertida. El que tomó la música de Los Tontos como música liviana, no escuchó los textos. Y yo creo que ahí hay un missing patch que llevó a que, para una generación que éramos los que vinimos inmediatamente después de la dictadura, eso era nuestro. Pero la generación que vino después no conectaba con eso, porque ellos en la época de la dictadura eran demasiado chicos.

SR: Las bandas que participan del resurgimiento del rock en los ’90 fueron completamente distintas de las de fines de los ’80.

Nacho: Sí, totalmente. Y que a su vez son totalmente distintas de las que vinieron después, como La Vela Puerca, No Te Va Gustar y La Abuela Coca, que es otra generación.

SR: Y ahí entramos en la discusión de si es rock o no es rock.

Nacho: Yo no lo catalogaría de rock. La Vela sí, en momentos. No Te Va Gustar para mí es pop. Me gustan las dos bandas, pero cuando me decís rock, yo veo dos o una guitarra, un power trío, o un cuarteto, y como mucho un quinteto con la tecla, ahí ya… Pero eso es una visión mía. Yo creo que si Los Tontos hubieran sido de la generación del ’98, ponele, les hubiera ido fantástico.

SR: Hablemos un poco del primer disco de Bestia Zen.

Rossi: Fue un caos. Estábamos en el estudio Cimarrón y resulta que un día cayó el aviso de que en un mes cerraba.

Nacho: Por mayo empezamos a ensayar firmemente algunas canciones que yo ya tenía, más alguna composición nueva, y la idea era grabar en verano. Cuando nos enteramos de que había que desmantelar el estudio era octubre, y había que hacerlo para noviembre. Así que corrimos la fecha de grabación de enero para el fin de semana siguiente en octubre. Se grabó el disco completo en directo en el fin de semana.

SR: ¿Y el disco nuevo?

Nacho: Nos fuimos para una casa en la playa, y estuvimos un fin de semana probando ideas. De no sé cuántas maquetas que hicimos en dos días, elegimos algunas y empezamos a trabajar sobre eso. En este disco hay más composiciones que son de la guitarra de Cael.

SR: Los discos son diferentes uno del otro.

Nacho: Yo veo un hilo conductor entre los dos discos en muchas cosas. En otras sí veo hay una diferencia, que es la evolución del grupo. El otro disco fue hijo de la urgencia. Lo bueno es que salió muy bien. Lo que sí estaba claro, y fue una cosa que la mantuvimos en este disco también, el concepto de la banda iba a ser hacer grabaciones en estudio. En esta época hay como un exceso de sobre producción de las cosas. Entonces yo planteé la idea de hacer exactamente lo contrario: vamos a tocar sólo lo que vamos a tocar. O sea, el tema tiene que rendir tocado a dos guitarras, bajo y batería. Y eso fue lo que se hizo.

SR: Parece fácil pero es un desafío, también.

Nacho: Más aún en un época donde está todo tan tuneado. El disco entero se grabó en siete horas.

Rossi: La idea era replicar esa necesidad de urgencia que se dio en el primer disco.

Nacho: El primero casi recién lo habíamos terminado de componer cuando lo tuvimos que grabar. Y éste segundo se ensayó cuatro meses antes todos los domingos con metrónomo. La idea era llegar al estudio y poderlo hacer como lo hicimos.

SR: ¿Qué beneficios notan de grabar de esa manera, aparte de los obvios como la frescura y la energía?

Nacho: Es más barato (risas). La edición es menor.

Rossi: Antes yo tenía otra banda que se llamaba Midway. Hicimos dos discos, y al segundo le pusimos máquinas y metrónomo. Después de grabar, me puse a editar la batería, pero cuanto más lo acomodaba, peor sonaba. No era por mal tocado, sonaba menos natural, más plástico.

Nacho: Hay algo que se pierde ahí. Cuando se escucha una grabación de Cream o de Zeppelin, -no es por compararnos de ninguna manera- fueron grabados con equipos que hoy son totalmente obsoletos. Sin embargo hay una energía en la música que no se pierde. Hay una magia, una estructura, que es como un esqueleto que sostiene todo. Hoy en día hay mucha producción que suena bárbaro, está todo prolijo, pero no te dice absolutamente nada. Está bien trabajar con la edición y con la producción, pero hay que tratar de hacer lo menos posible

Rossi: La forma de componer también cambió un poco, porque Cael no estaba.

Nacho: Es una construcción colectiva.

SR: ¿Y ahora en qué pasos andan?

Nacho: Ahora que nos vamos a Chile empezó a tallar Gabriel Brikman en el management de la banda, lo cual es un dato nada menor. Lo conocíamos desde hace un tiempo, cuando tenía el proyecto Wolf. Cuando estábamos grabando el segundo disco se lo mostré y le gustó mucho. A partir de ahí empezamos a hablar. Lo de Chile salió porque tocamos en la sala Zitarrosa en BandaZ en Red con Bock, una banda del sur de Chile, de Valdivia, y el año pasado con Fuma & Baila, que vino también de allá. El baterista de Bock tiene un festival que se llama Marea, y el bajista de Fuma & Baila tiene una feria que se llama Fluvial, que es de negocios. Ahí los managers se sientan en mesas y les mostrás tu disco. Les gustó mucho lo que estábamos haciendo, y ahora se comunicaron para invitarnos para allá. Lo bueno de este año es que se junta la feria con el festival.

SR: ¿Qué fechas son exactamente?

Nacho: Nos vamos el 25 – 26 de noviembre. Hay fechas en tratativas aún, pero haremos una fecha seguro en Valdivia (28 de noviembre) y otra en Osorno (1º de diciembre), además del festival y la feria.

SR: ¿Qué se piensan traer de allá?

Nacho: Primero que nada, buenos toques.

Rossi: Algún contacto…

Nacho: Sí, también estamos gestionando contactos en Paraguay.

Nacho: Se están dando cosas en las cuales estamos empezando a decidir que esto va en serio. Tocamos hace poco en la marcha de la diversidad, que fue lejos, lejos lo más grande en que hemos tocado. Eso fue fortísimo. Son de esos días en que hay que pelar y darle. Es duro, hay que pararse delante de esa masa de gente y rendir, porque ese tipo de oportunidades en la música se te dan una vez.

SR: ¿Quieren agregar algo más?

Nacho: Vamos a estar sacando el disco en distintos formatos, el cd para el que quiere formato físico, y después vamos a estar haciendo otras cosas, un formato digital que es el sello de Gabriel, 01Records. Y también vamos a sacar unas tarjetitas con la tapa del disco y en el dorso un código QR, que al leerlo, entrás directamente a la página de 01Records, a nuestra sección, donde podés leer información, ver videos, bajar el disco.

Partiendo en estos días hacia Chile, Bestia Zen abrirá nuevos caminos. Banda pujante con ganas de ir a más, basándose en un trabajo pensado y bien ejecutado. ¡Suerte, gente!

Ariel Scarpa

01Records

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