Leonardo García y Eduardo Gómez acababan de dejar Zero y el resto de la banda buscaba reciclarse para poder seguir su camino. En esta charla con Martiniano Olivera y Alejandro Gerolmini, profundizamos en el Zero de principios de 1988 donde existían planes de un segundo disco. Pasamos por varios temas todos referidos al rock, los que tornaron a esta entrevista en algo muy interesante.
La primera entrevista de este año está dedicada a Zero. Este grupo está pasando actualmente por un cambio importante puesto que tienen que buscar un sustituto para lo que era su vocalista. Creímos que en este momento en que muchos dan por disueto al grupo era una buena oportunidad para entrevistarlos.
Zero está compuesto por Daniel Machado (guitarra, 22 años), Martiniano Olivera (teclados, 22 años), Alejandro Gerolmini (batería, 15 años) y Maurizio Trabal (teclados, 18 años). El reportaje contó con la presencia de Martiniano y de Alejandro, el cual tuvo que retirarse con anticipación.
SR: ¿Cuándo empieza Zero?
Martiniano: Zero empieza en el ’84. La primera actuación fue en el Teatro de La Candela como grupo soporte de Cross, en julio del ’84. Ahí debutó Zero con la integración original que eran Daniel, Eduardo Gómez, Edgardo Regueira y Leonardo García. Esta integración es la que graba Graffiti. Es la que gana el Festival de La Paz de ese año y es la que toca en un ciclo que se hizo en el Anglo que tocaron varios grupos: tocó Luz Roja, Franco Francés y tocaba mucha gente del canto popular, también.
SR: ¿Qué tipo de música era la que tocaban por ese entonces?
Martiniano: Ya era la música que se ve en el disco Visitantes. Lo de que Zero era un grupo pesado en los comienzos es más que nada el comentario de una intención que tenían Daniel y Leonardo cuando se juntaron. Cuando ingresa Eduardo (se puede decir que ahí nace Zero) nunca se hizo rock pesado.
Alejandro: Sí, en definitiva Zero nunca hizo rock pesado.
SR: En general se sabe, pero ¿de dónde viene el nombre Zero?
Martiniano: El nombre lo propuso Edgardo porque no tenían un nombre. Estaban buscando uno y él lo propuso porque le gustaba, y al resto no le pareció mal, le sonó más o menos bien. El motivo es el de los aviones que usaban los kamikazes japoneses en la segunda guerra mundial.
Alejandro: No hay ninguna relación directa con lo que hacemos. No es para definir una línea; no seguimos la línea de los kamikazes, no somos suicidas (risas).
SR: ¿Cómo es la historia de los demos que grabaron?
Martiniano: Yo no estaba en Zero, pero conozco la historia. Se grabaron unos demos (tres temas: “Riga”, “Escorpión” y “El péndulo”) y se los hicieron llegar al Palacio. Y fueron elegidos para que grabaran para Graffiti.
SR: Vos venías de otro grupo, de ADN. ¿Cómo fue que te vinculaste con Zero y por qué cambiaste?
Martiniano: Bueno, ya a Zero lo conocí en ese ciclo del Anglo a fines del ’84, tocando en ADN. Era un ciclo cooperativo, todos teníamos que trabajar para que se montaran los espectáculos y nos veíamos mucho. Y bueno, Daniel y Leonardo iban seguido por el ensayo de ADN, y después ADN se disolvió, después se volvió a formar y yo estuve sin tocar. Y Zero, por marzo-abril, estaba cambiando algunas cosas (durante ese verano habían incluido un bajista y después no les convenció en el sonido general del grupo tener un bajo de cuerdas, preferían seguir con los bajos de teclados) y Eduardo quería dedicarse sólo al bajo para poder darle tranquilidad a toda la armonía general. Y bueno, querían un tecladista y a mí ya me conocían. Me probaron y les pareció bien.
SR: ¿Consideran que el grupo hace música tecno?
Alejandro: Evidentemente hay influencias tecno, pero no podemos definir a Zero como tecno y ni nos interesa definirlo.
(En este momento Alejandro se tiene que retirar y aprovechamos a hacerle unas preguntas antes de que se vaya).
SR: ¿Cómo entraste al grupo?
Alejandro: Cuando el anterior baterista de Zero se fue, yo estaba tocando en otro grupo. En aquel entonces la novia de Daniel era compañera mía del liceo y me dijo si quería tocar en un grupo. Yo pensé que era una broma que me estaban haciendo todos mis compañeros, pero después me di cuenta de que no. Entonces hicimos una cita para hacer la prueba, probé y dijeron “ta, fenómeno” y toqué. Tuve la suerte que estaba la batería electrónica en la prueba, y para mí fue una de las cosas que influyó bastante. A mí me gustaba la línea que tocaba el grupo y más o menos sabía lo que tenía que hacer. Entonces sonó bastante parecido y eso los dejó impresionados (risas).
SR: ¿Qué bateristas te gustan?
Alejandro: Pah… bateristas me gustan 700 millones, pero te puedo decir que he escuchado mucho y que me gustan Peter Erskine de Weather Report, Omar Hakim, Ian Paice, Boham me gusta muchísimo, Stewart Copeland. Más cerca te puedo decir que tengo influencias de mi profesor, que es Gustavo Etchenique, influencias en la parte técnica. Me gusta mucho Osvaldo Fattoruso, Willy Iturri.
(Alejandro se va).
SR: Estábamos con lo del tecno.
Martiniano: Ah, sí. Los temas de Zero son canciones típicas de rock, instrumentadas con cosas del tecno. Hay muchos teclados. “Visitantes” debe ser el tema más tecno del disco. En general no es tecno la música de Zero.
SR: Hablando del disco, ¿uds. pueden sacar en vivo un sonido igual al disco?
Martiniano: Cuando grabamos el disco ya sabíamos que íbamos a hacer algo con muchos teclados, pero tratamos de nunca tener más de cuatro teclados sonando simultáneamente en lo posible, porque somos dos tecladistas y tenemos cuatro manos entre los dos; que eso se pudiera tocar en vivo. Y bueno, si en vivo no suena, hay pila de factores: a veces no está toda la instrumentación necesaria, que es la mayoría de las veces.
SR: La gran prueba de uds. fue la del Censa.
Martiniano: Sí, fue la gran prueba y yo creo que perdimos la oportunidad. Es una opinión muy personal. Yo creo que no tocamos como podíamos tocar y tampoco sonó bien. La actuación del concierto del Día Pop debe haber sido la mejor hasta ahora. Nosotros de arriba escuchábamos bien y veíamos que estábamos tocando aceptablemente.
SR: ¿Cómo surgen las ideas para los temas?
Martiniano: Antes era distinto, fue muy particular todo el proceso de Visitantes. La mitad del disco ya estaba compuesto cuando Alejandro y yo llegamos al disco, entonces nosotros aportamos lo nuestro pero en función de una matriz que ya está. Otro caso son los temas que están en el disco que fueron compuestos en la época en que ya estábamos Alejandro y yo, caso “Ángeles caídos”, “Tiempos olvidados”, “Ahuyentando el miedo”. Generalmente alguien viene con una idea y la trabajamos entre todos.
SR: ¿Apuntan las letras hacia algún lado?
Martiniano: Justo esta nota es en una etapa de cambio grande en lo de las letras más que nada, porque las letras del disco anterior son todas de Leonardo y Eduardo. Ahora es distinto. En este próximo disco van a haber letras que tienen un hilo conductor con el disco anterior. Se refieren a la gente, no cantamos a cosas que no existen. Este nuevo disco va a ser mucho más cotidiano que el anterior.
SR: ¿Ya está grabado el disco?
Martiniano: No, se iba a grabar en enero o febrero.
SR: ¿Tienen todos los temas que van a ir?
Martiniano: No, nosotros queríamos hacer más temas de los necesarios y después elegir y es lo que estamos haciendo. Tenemos un montón de material nuevo compuesto, tenemos letras sueltas, todo material nuevo. Este disco es una nueva etapa. Lo que quedó del disco es lo que se grabó en la ensalada que está por salir. Los temas son: “Los guardianes del secreto” y “Tres horas”, más conocido como “El flotante”.
SR: ¿Cómo influye la ida de Leonardo? ¿No cambia eso la imagen de Zero?
Martiniano: Sí, yo pienso que esa imagen que tenía no va a ser nunca más, va a ser otra, pero la imagen general del grupo va a ser la misma. Pero incluso si estuvieran Leonardo y Eduardo ya en este disco iban a haber cambios, pretendemos que tenga un poquito más de calor humano, sin perder lo bueno que tenía el anterior. Sentimos que Visitantes es un disco muy como que de máquinas, incluso la composición de los temas. Esos cambios se vienen dando, además se agregan las deserciones de Leonardo y Eduardo, que van a alterar en lo particular, en lo general el grupo sigue el mismo camino que traía.
SR: ¿Por qué la separación de Leonardo y Eduardo?
Martiniano: El motivo fundamental de que ellos no sigan con Zero no es musical. Es que ellos no tenían interés de enfrentar un proyecto serio de grupo, al que además ya estamos obligados, también. El grupo no es un chiveo de fin de semana para nosotros, aunque sí nos divertimos cuando tocamos. Y de repente aquellos no tenían ganas de empezar a asumir cada vez más responsabilidades por el lado del grupo. Y Eduardo fue el primero en decir “yo no tengo ganas, a mí me gusta la música, me gusta tocar, y no tengo muchas ganas de seguir tocando a este ritmo y de esta forma”. Y musicalmente también; él siempre quiso hacer tecno rabioso, no le disgustaba lo que hacía Zero, pero él, si lo dejás, toca tecno. Leonardo fue un caso similar. Tiene muchos problemas fuera del grupo, él es casado, tiene una nena chica, tiene problemas económicos como cualquier joven y entonces la cabeza de él está en muchas otras cosas. En la escala de valores de él, como que la jerarquización de Zero iba siendo cada vez menor frente a las otras cosas. Y bueno, el ánimo de él ya no era como para seguir en el grupo, y terminó la temporada y Leonardo no quiso seguir en Zero.
SR: ¿Y sus relaciones terminaron bien?
Martiniano: Ah, sí, perfectamente. Pasado mañana es el cumpleaños de Eduardo y vamos a ir todos para allá. Nunca hubo problemas con ninguno de los dos.
SR: ¿Cómo podés definir la propuesta del grupo?
Martiniano: Es muy difícil. Yo te puedo hablar de esos acuerdos mínimos que yo te digo que tenemos. En lo que estamos todos de acuerdo es que es una propuesta profundamente humana, en el sentido de reflejar lo que es la humanidad y comunicar qué pensamos nosotros acerca de la humanidad.
SR: ¿Ves al rock nacional como un movimiento?
Martiniano: No, yo nunca lo vi como un movimiento, y no es un movimiento. No tiene ni siquiera un mínimo de tronco común en el desarrollo. Lo único que quizás nos une es que éramos jóvenes que en vez de darnos por jugar al fútbol, nos dio por tocar, lo que hizo generar esta nueva camada de rock en que no había expresiones donde la juventud se identificara.
SR: ¿Cómo ves el futuro del rock nacional?
Martiniano: Lo veo muy confuso por la propia heterogeneidad de la cosa. Yo creo que nosotros tenemos en la mano algunos logros que no nos damos cuenta todavía de lo que significan, y que de seguir así los vamos a perder y nos vamos a quedar en la vía. Como, por ejemplo, tener discos grabados, tener difusión y tener diariamente no sé cuántos miles de orejas que escuchan la radio. Eso no es todo lo que necesitás para consolidarte pero es una buena parte. Yo creo que nosotros mismos tendríamos que empezar a tener un poquito más de coherencia con nosotros mismos. Hay grupos que trabajan a conciencia, Zero es uno, que sienten que quieren ser músicos, de que quieren seguir comunicándose con la música, también. Pero creo que son los menos. ¿Entonces qué pasa?: si la mayoría de los grupos sienten que mañana se les termina, mañana no tienen radios, no tienen disco y les da lo mismo, poco podemos esperar del rock nacional. Y creo que muchos grupos sienten eso.
SR: Vemos al rock nacional como en un bajón. ¿Qué considerás que se necesita para levantarlo?
Martiniano: Eso es para un sociólogo, más que para mí.
SR: ¿Cómo se ve adentro?
Martiniano: Te desalienta un poco. Yo veo que hay poca gente en Uruguay que le guste la música en cualquier estilo musical. En el rock es más alarmante porque tiene un agregado mucho más fuerte que cualquier otro género musical: no es solamente un género musical. Para mí el rock es como una expresión social que va más allá de la música solamente. Dentro de la cultura hay un espacio, una subcultura que sería el rock y que va más allá de la música. Yo siento que sí hay gente para el rock, que a veces el público se boludea con el disco o con la foto del diario, como que muchos ven que el rock es eso, pero el rock no es eso, porque más de la mitad del rock no está en los diarios ni está en los discos.
SR: ¿Qué se te ocurre que se puede hacer?
Martiniano: Yo pienso mucho en los clubes de barrio, por ejemplo. Hacer recitales chicos ahí. Me parece que nos tendríamos que sentar los músicos, que en última instancia somos los responsables directos de que eso se pueda hacer. Yo no tendría ningún problema, y ahí te hablo por mí (tendría que hablar con el resto del grupo), en tocar por 30 mil pesos en un club de barrio; o tocar a porcentaje si no nos contrata nadie, si hacemos un convenio, por ejemplo. Por eso te decía que nos tendríamos que sentar los músicos y decir: “Bueno, tenemos estos problemas, la gente no nos va a los recitales”. Y entonces elaboramos un proyecto que se pueda coordinar, por ejemplo, con el cantinero del club y se le diga que le damos la cantina por el club. Yo creo que ha llegado el momento de agarrar y decir: “Pará, yo voy a hablar con los demás grupos porque ellos tienen el mismo problema y a ver qué podemos hacer”. Nosotros conocemos más el paño porque estamos adentro. Falta unión y falta honestidad en cuanto al planteo personal: “¿Qué hago yo con una guitarra en un escenario? ¿Para qué estoy?”. Y me da la impresión que en el fondo el motor principal que hizo que se crearan grupos de rock es que “es lindo, es divertido; yo toco en un escenario y me gano quince minas”. Son menos los que están tocando porque quieren ser músicos y además les gusta el rock. La mayoría dicen: “A mí se me termina el rock y yo sigo trabajando en la oficina, si en el fondo yo soy oficinista”. Creo que hace falta más gente que diga: “No, yo tengo que darle para adelante porque yo voy a ser músico”.
SR: ¿Cómo fue la experiencia en el interior?
Martiniano: Muy buena. Tocamos mucho en el interior. Es distinto. Es mucho más grato porque hay otra expectativa. Nosotros con Zero tocamos en muchos lugares: en Artigas dos veces, en Melo dos veces, en Tacuarembó, en Rivera, en Durazno, en San José, en Pando dos veces, en Santa Lucía y en Canelones; tocamos en muchos lugares del interior, en Salto también. En el interior nos esperan con ansias de vernos. Es un terreno muy fértil donde hay contras, pero hay muchas cosas a favor.
SR: ¿Qué sacan de positivo de la filmación de los videos?
Martiniano: Nosotros hicimos una filmación (un playback) y un video de “Persecución”, un clip. Los dos los hicimos en el Canal 4 y el clip salió porque al Canal le interesó hacer un clip con nosotros, y a nosotros nos interesaba hacer un clip en condiciones mínimamente dignas. Se dieron esas condiciones: teníamos un camarógrafo solo con una cámara y un iluminador, y se quedaron seis horas de noche filmando el clip. Fue todo filmado en un galpón enorme que tiene Canal 4 en donde guardan todas las cosas de utilería.
SR: ¿Qué grupos te gustan de acá?
Martiniano: Me gusta el Cuarteto de Nos. Y si bien al principio no me gustaron, y no me terminan de convencer, pero creo que el mejor grupo en este momento que hay acá en el Uruguay son Los Estómagos. Y me gusta bastante lo que están haciendo. Me gustan, además, Contenido Neto; me gustan los temas del long play de Neoh 23. y después me gusta otra música que no es rock, como Jaime Roos, Leo Maslíah.
SR: El nombre del disco Visitantes, ¿fue elegido al azar o tiene algún motivo?
Martiniano: Teníamos como seis o siete nombres. Cada uno decía un nombre y se fundamentaba porqué. Pusimos varios y votamos por tres nombres y salió Visitantes. Pero también queríamos ponerle Los Guardianes Del Secreto. Se llama Visitantes (Eduardo lo planteó) un poco dando la pauta de que el disco en todo su conjunto era algo que venía como de otro lado, como una alternativa distinta. Eduardo siempre fue un apasionado de la ciencia ficción y de todo lo que son los astros y la vida extraterrestre. El tema “Visitantes” describe un encuentro con un OVNI. Y hay un toque medio de ciencia ficción en el disco, ya en la foto con la película infrarroja. Siempre hay como flotando un clima extraterrestre en el disco, y un poco por eso.
SR: ¿Cuándo sale el segundo disco?
Martiniano: Se manejaba enero o a más tardar febrero para que en abril pudiera estar en la calle. Pero ahora dependemos un poco de conseguir cantante, que yo creo que lo vamos a conseguir. Hemos probado varios, todavía no nos hemos quedado con ninguno y seguimos probando.
SR: ¿Qué influencias reconocés como tecladista?
Martiniano: Yo he escuchado muchísimas cosas. No veo una influencia directa. Me parece que estoy más cerca quizás de un estilo propio que de algún molde anterior. Te puedo decir tecladistas que me gustan que son muy distintos. Me gusta Jon Lord, de Deep Purple. Creo que es el único tipo que pudo meter un teclado en rock pesado. Me gustan los pianistas que tocan jazz. Me gusta mucho Chick Corea y Herbie Hancock.
SR: Danos una definición de tus compañeros de grupo, ya que no están.
Martiniano: Daniel es muy alegre, leal, muy obstinado. Quizás lo que tiene de malo es que pueda ser un poco terco, pero es un tipo bien, sencillo, tranquilo. Maurizio es el más nuevo, un tipo pacífico, más bien tranquilo, medio callado, medio siempre como meditando. Un tipo manso y un poco introvertido. Y Alejandro es muy reflexivo, muy responsable, serio en el sentido de que las cosas que hay que tomarse en serio, se las toma en serio, no se pone a pavear. A veces se pone pavo pero… (risas). Un tipo bueno, es el más callado de todo el grupo, y relativamente introvertido, no tanto como Maurizio.
SR: ¿Qué te parece esta idea de las revistas subterráneas?
Martiniano: Yo lo veo fenómeno, y más en este momento. Creo que se hace cada vez más necesario que los propios generadores del fenómeno pongan el hombro para que eso no se venga abajo. Me parece perfecto, porque son realmente prensa alternativa. No es gente que viene de paracaidista, son gente que está adentro, somos nosotros mismos, somos gente de rock que está haciendo la revista. Creo que es fundamental que se apoye a la revista, que la gente la compre.
Con esta importante reflexión de Martiniano finaliza este reportaje. Pensamos que era una buena nota para empezar este año. Zero es un grupo del que se hablaba mucho pero al que no se le estaba dando participación en lo que se decía sobre él. Esperamos que este reportaje haya servido para aclarar conceptos.