El de Osvaldo Fattoruso fue el último rockportaje que realizáramos para el ciclo de nuestra revista en formato under impreso. Por su posición y características, Osvaldo no era representante del rock uruguayo concebido éste en el más estricto margen del concepto, pero sus credenciales como integrante de Los Shakers en la década del ’60 fueron motivo suficiente para darnos el gusto de entrevistarlo. A continuación leerán una breve recorrida de su carrera y su opinión sobre el rock uruguayo en general y el actual de ese momento, en setiembre de 1990.
En este mes de setiembre hemos decidido rockportear a un excelente músico de nuestro medio. Osvaldo Fattoruso (42 años). ¿Quién no ha oído hablar de “los Fattoruso”? Osvaldo y Hugo fueron parte fundamental de Los Shakers, ese importante grupo de rock nacional de la década del ’60; así como del no menos famoso grupo Opa. Hay mucho camino recorrido desde Los Shakers al Osvaldo Fattoruso de hoy, considerado por muchos el mejor baterista del medio. Los invitamos a conocer aunque sea una pequeña parte de este personaje.
SR: La gente que lee la revista te conoce, pero muy a grandes rasgos, ¿podés mencionar los pasos de tu carrera?
Osvaldo: Bueno. Entre los 7 y 8 años ya estaba tocando, más que nada en casa con mi hermano. Después, como un poquito más profesional, tocaba con mi viejo y mi hermano como el Trío Fattoruso, hasta los 11 ó 12 años. Después Hugo se hizo más profesional y ya se rajó a tocar por las de él. Yo tuve un período de un par de años en el que toqué muy poco, hasta los 13 – 14 años, que empecé a tocar jazz en el Hot Club; y haciendo algunos trabajos comerciales tipo Hot Blowers, algo de televisión, de radio, alguna grabación. Después se forman Los Shakers, donde yo paso a tocar guitarra por cuestiones del momento, hasta los 18 – 19 que me fui para Estados Unidos a tocar batería con Opa. Después volví en el ’81 y toqué con Rada, en Buenos Aires, unos cuatro o cinco años. Y ahora hace un par de años que estoy acá, tocando con Mariana Ingold o con Hugo o con Galemire o con gente.
SR: Vamos a profundizar en Los Shakers. ¿Cómo surge la idea del grupo? Evidentemente estaba la influencia de la música que llegaba en esa época; pero ¿qué los llevó a formar el grupo?
Osvaldo: Lo primero que nos pegó fue la música de Los Beatles. Nos gustaba el sonido y la onde de los tipos. Y un poco empujados por mi viejo, que era muy hincha nuestro y muy hincha de Los Beatles, él mencionó un par de veces que podríamos hacer un conjunto que sonara en esa onda. Nos gustó la idea y empezamos a ensayar. Yo iba a tocar batería en un principio, pero pasé a tocar guitarra porque íbamos a hacerlo entre amigos y músicos conocidos y éramos dos bateristas amigos y faltaba un guitarrista. Entonces yo me fue para adelante con la viola.
SR: Escuchando los discos de Los Shakers se oye que el sonido logrado estaba muy ahí con respecto a lo que se escuchaba en ese entonces proveniente de otros países; cosa que ahora no se puede lograr. ¿Qué pasa?, ¿por qué esa diferencia?
Osvaldo: Me parece que ha progresado mucho el exterior, ha dado un salto a nivel técnico de grabación y a nivel técnico de tocar. Ha sido tan grande el salto a fuera, que nosotros estamos atrasados en ese aspecto. Tal ve la distancia que había en mis tiempos, tecnológicamente, no era tanta como la que hay ahora. Y la forma de tocar de Los Beatles no estaba muy diferente a la nuestra. Los acordes de ellos son muy fáciles, son todos mayores o menores o séptimas, no tenían rango armónico complicado. No había tanta distancia musical. Por supuesto los admiro, y nunca me creí superior a ellos, ni igual siquiera. Hoy en día, los conjuntos de afuera tienen mucha técnica, son tipos que saben muchísimo. Y las grabaciones son asquerosamente buenas.
SR: ¿Qué hay de cierto en esa historia que dice que Los Beatles se llevaron un disco de Los Shakers y dijeron que eran Los Beatles uruguayos?
Osvaldo: Nunca supe que ellos recibieran material nuestro ni que supieran de nosotros. Dicen que sí, pero no tengo pruebas.
SR: De cualquier manera, con la edición de sus discos fuera de fronteras, han trascendido mucho.
Osvaldo: Mirá, hace poco me hicieron autografiar un disco de Los Shakers comprado en Australia, hecho por una compañía australiana, con la contratapa en inglés, con una tapa sacada de alguna de nuestras tapas pero totalmente distinta. En Estados Unidos se vendía. Se han vendido discos de Los Shakers como cosas raras.
SR: ¿Tienen idea de cuánto llegaron a vender acá?
Osvaldo: No, no. No, porque las compañías, más que nada por estos lados que fue donde vendimos más, son grandes ladrones.
SR: ¿Y reciben algún peso de esas ediciones extrañas?
Osvaldo: No. De Argentina recibimos un poco. Pero, por ejemplo, pagan en Argentina en australes, y al año o más. Cuando te llega a vos, después de todos los descuentos y de que el austral bajó a 500 kilómetros por hora, lo que cobrás no te alcanza ni para el ómnibus. Otras cosas que cobramos son pasadas de discos nuestros en otros lados, en países que tienen fama de ser más legales. Recibo guita de Japón, del Reino Unido, de Alemania; pero más que nada por pasadas de discos de Opa.
SR: Antes de pasar a Opa te quería preguntar si en aquella época de Los Shakers se hacía tan difícil como lo es ahora para el músico uruguayo acceder a una buena equipación.
Osvaldo: No, era peor. Había muy poco importado, por ejemplo. Lo único que había era Höfner –guitarras y bajos–, guitarras Eko, que creo que eran italianas. Pero no había variedad y la calidad no era buena. Equipos no había; Fender, Gretsch, Ludwig no había, o sino aparecía una cada cien años y era una cosa rarísima. Hoy en día lo difícil es porque no tenemos guita, pero están en la vidriera de muchas casas, por lo menos.
SR: Pasemos ahora a Opa. ¿Qué nos podés decir del súper grupo?
Osvaldo: Bueno, se disuelven Los Shakers y estuvimos un año grabando y tocando con otra gente; y decidimos irnos Hugo y yo a Estados Unidos, donde estaba Ringo tocando. Entonces formamos un trío para trabajar. Estuvimos trabajando bastante tiempo en un restorán bailable donde tocábamos de todo. Esos fueron los comienzos de Opa. Después de cuatro o cinco años de estar formados, vino la oferta de grabar.
SR: ¿Por qué no hay reedición de los discos de Los Shakers y de Opa?
Osvaldo: No tengo la menor idea. Por ejemplo, de Los Shakers se han dejado de fabricar hace mucho tiempo porque creo que los contratos han vencido hace tanto que los tipos no tienen derecho sobre eso. Entonces, de editar algo, creo que correrían el riesgo de que les hiciéramos juicio. Tampoco han hecho propuestas interesantes, porque el Palacio me llegó a ofrecer creo que mil dólares por long play; por un trabajo ya grabado, ya hecho, con un grupo que tiene una campaña de publicidad prácticamente ya hecha, y es un grupo que se puede llegar a vender mucho. ¿Y me hablan de mil dólares? Están mal de la cabeza. Yo por mil dólares no puedo vender a Los Shakers. Suponiendo que dividamos en partes iguales, nos toca 250 dólares a cada uno por una cosa que es un pedazo de oro para nosotros. Aparte son 20 años de inversión de nuestra música y nuestra vida, ¿cómo les voy a dar eso por 250 dólares?
SR: ¿Y los discos de Opa van por el mismo camino?
Osvaldo: Yo creo que sí. Lo que pasa es que yo perdí mucho contacto con la compañía que grabó a Opa allá. Tendría que averiguar si hay cintas madre y ver si puedo recuperar eso para editar acá. Porque lo que salió acá de RCA creo que fue una pirateada extremadamente grande, porque estoy muy seguro de que los tipos copiaron de un disco e hicieron una matriz. Para empezar ahí ya vamos mal. Y de las tapas, por ejemplo, sacaron foto e hicieron una tapa espantosa. Y según dicen, lo pasabas tres veces y lo tenías que tirar a la basura. Y se vendió mucho acá; Opa estaba muy de moda. Y tampoco nunca cobramos un mango de eso.
SR: Vos te referías recién a tu carrera artística: ¿sos conciente de que hicieron y están haciendo un gran aporte a la cultura uruguaya?
Osvaldo: No sé si a la cultura, pero en la música invertimos bastante. No sé si a la cultura… me suena muy grande (risas). Yo creo que ha influido para que mucha gente lo de Opa, sobre todo. Porque Los Shakers, dentro de todo, era una copia, ¿no?; a pesar de que tocábamos temas nuestros y tirando al final teníamos un sonido más propio. Pero Opa fue un poco más único y más representativo de esta tierra. Entonces creo que ahí el aporte es más sólido. Y me doy cuenta, al sentir grabaciones de otros grupos, la influencia que hemos tenido. Opa tiene un estilo bastante personal, y hay grupos que anduvieron acariciando ese sonido. Entonces es como un honor para nosotros.
SR: ¿Has escuchado las bandas de rock uruguayo que andan por ahí?
Osvaldo: No, no escucho rock uruguayo.
SR: O sea que emitir una opinión sobre el rock uruguayo es medio arriesgado.
Osvaldo: Es arriesgado. Lo poco que vi no me gusta. Me parece que está todo bien, ojo, ¿eh? Está bárbaro, y veo que hay gente con buenas posibilidades de llegar a tocar muy bien, pero todavía me parece que está medio crudo. No ha progresado técnicamente como para que a mí me guste, digamos.
SR: ¿Te parece que suenan uruguayas las bandas?
Osvaldo: No, tienen muy pocos rasgos uruguayos.
SR: ¿Con qué se puede lograr un sonido uruguayo?
Osvaldo: Mirá, el sonido uruguayo no sé cuál es, pero es muy loco, ¿no? Si hablamos de sonido como “la música uruguaya”, es una música muy loca, porque muchas veces no tiene ni pies ni cabeza. Es una música muy rara: la música de Mateo es rara, lo de Mariana es rara, la de Leo Maslíah es rara. Y eso lo veo como más uruguayo que el rock. Entonces “rock uruguayo”…; yo no sé cómo darle un sonido uruguayo porque es imposible. Estamos imitando los sonidos extranjeros, frases extranjeras, construcción armónica, melódica y rítmica extranjera.
SR: Algunos críticos citan el long play La Conferencia Secreta del Toto’s Bar como auténtico rock uruguayo.
Osvaldo: Ves, ése es más raro que el rock que se está tocando hoy en día, más extraño. Eso ya tenía rasgos de música rara que puede ser uruguaya.
SR: ¿Te parece que hay creatividad a nivel local?
Osvaldo: Sí, mucha, muchísima.
SR: ¿Y qué pasa?, porque parece que la gente no responde en la misma medida a esa creatividad.
Osvaldo: Yo le achaco mucho a las radios. Tienen a la gente embobada escuchando cosas de otros lados. Sí me opongo a que no se apoye al artista nacional, sea bueno o sea malo. Hay que apoyarlo al tipo para que pueda progresar, para que tenga su público.
SR: ¿A quién podés citar como influencia dentro de lo que vos hacés como baterista?
Osvaldo: Influencias creo que tengo desde gente de acá hasta gente de afuera. Tanto sean cosas folclóricas africanas como piezas clásicas, como bateristas de jazz, de rock. Me gusta un espectro muy amplio.
SR: ¿Y cómo definirías la forma que vos tenés de tocar?
Osvaldo: Ahí volvemos otra vez a la música uruguaya. Estoy interesado en tocar distinto. Yo ya imité mucho tiempo –uno aprende imitando–, ahora, desde hace unos años, ya estoy en una época de tocar lo que carajo se me plazca tocar. Y me gusta ese estilo porque está relacionado con la música uruguaya, que es distinta a todo.
SR: ¿Te queda algo por aprender en batería?
Osvaldo: Sí, sí; hasta que me muera (risas). Estudio hasta cuatro horas por día. Me satisface y lo necesito físicamente.
SR: ¿Sabés que mucha gente dice que sos el mejor baterista de acá?
Osvaldo: Tienen razón (risas). No, hay mucha gente que toca bien acá. Nicolás Arnicho toca bien; Galletti toca muchísimo, y ahí está un baterista uruguayo, que toca a la uruguaya.
SR: ¿Cómo definirías eso de tocar a la uruguaya?
Osvaldo: Es lo más inesperado que puedas imaginar. El tipo siempre está delante de ti con mucho gusto. Te hace las cosas más inesperadas con un tiempo perfecto, con una expresión, con un relax que únicamente él puede hacer. Eso es: lo totalmente inesperado. Es Galletti, y es un monstruo tocando, es una barbaridad. Un concepto rítmico y un concepto creativo que yo creo que nadie ha llegado acá.
SR: ¿Actualmente vivís de la música?
Osvaldo: Sí, me da para vivir.
SR: ¿Y sos conciente de que sos uno de los pocos privilegiados?
Osvaldo: Soy conciente. Estoy muy contento y muy agradecido, no sé si a mí mismo, porque puedo vivir de la música. No te digo que viva con lujo, pero n o tengo mayores problemas económicos. Es una pena, porque hay mucha gente con muchas cualidades que tiene que andar laburando de otra cosa y no termina de aprender su metier.
SR: ¿No te parece que hay muchísimas cosas para cambiar para que mejore la situación del músico?
Osvaldo: Lo que sí tenemos que empezar es a no ser boludos. Libros existieron siempre. Nos podemos quejar de que no hay libros al alcance de la mano, pero donde uno busque, encuentra; o alguien que tiene que vos podés fotocopiar. Pasa lo mismo con los instrumentos. Ya es un poco más difícil porque entra mucho más el aspecto económico, pero si uno se rompe bien el culo, llega un momento en que puede llegar a tener un instrumento. Hay mucha gente que se empieza quejando por ahí y no estudia. “No hay libros”, “bueno, tomá diez escalas”, y no te las estudia como hay que estudiarlas.
SR: ¿Hay algo que tengas para hacer en mente?
Osvaldo: Tengo un libro a medio escribir hace 100 años, con ritmos de candombe. Más que nada dedicado a los tambores; tiene una parte de batería pero es así nomás. Lo que más me interesa es poder editar eso como libro. Hace años que lo estoy preparando y nunca termino de concretar; creo que por respeto al candombe, también. Me parece un poco atrevido de mi parte hacer eso, pero alguien lo tiene que registrar, ponerlo en papel para que se vea cómo es graficado.
SR: ¿Qué planes de futuro tenés?
Osvaldo: Me dedico ahora a pulir una cantidad de repertorio y de cosas que tenemos con Mariana, para trabajar ella y yo como dúo. También estamos invitados a trabajar con otra gente, como Cabrera, Darnauchans; pero eso como participación especial. Hay un video con Mariana que acabamos de filmar que estará pronto dentro de una semana.
SR: ¿En qué medida te enriquece trabajar con tanta gente diferente?
Osvaldo: Económicamente, no (risas). Es una cosa social. Entrás en contacto con otros públicos, que tal vez no sea el público ni de Los Shakers ni de Opa. Y también musicalmente, porque acompañar a alguien exige ciertas reglas.
SR: La última pregunta: ¿qué significa Hugo para vos?
Osvaldo: Bueno, Hugo fue un gran maestro. El maestro mío de música ha sido él, en el nivel concepto… creatividad, interpretación, que es parte del concepto con que uno mira la música. Es un maestro él como instrumentista. Y a la vez me pasó esa influencia de cómo encarar la música, cómo encarar un tema o un ritmo. Influyó mucho en lo que llegué a ser yo ahora. Hoy en día yo ya tengo mi estilo, mi cabeza; pero imaginate cuando yo tenái 7, 8, 9, 10 años, Hugo me daba indicaciones que me marcaron mis comienzos.