Este siglo XXI encuentra un rock nacional diverso y estratificado. Con muchas más posibilidades que hace años atrás pero con mucha inmadurez en varios puntos. Pero por suerte, los puntos más altos siguen siendo las bandas, como es el caso de Rojo Tres. Un rápido crecimiento para este grupo que no sólo se basa en sus integrantes sino en su buena producción de canciones. Orientados decididamente hacia el rock y de la mano de Marcelo Lasso (ex Los Estómagos y Buitres) Rojo Tres apunta alto y fuerte.
SR: ¿Cómo nace Rojo Tres y cómo se dan las dos etapas de la banda?
Leonardo: Rojo Tres nace en enero de 2019 con otra integración. Éramos un trío y yo fui el último que invitaron a participar. Íbamos a tocar el 5 de abril de ese año, pero surgió otro toque para el 22 de marzo, que fue cuando debutamos. Luego metimos como 10 ó 12 toques en 9 meses. También grabamos e hicimos pila de cosas.
Marcelo: A mí se me ocurrió la banda. Se lo propuse al que en su momento fue bajista y cantante, y él fue el que me presentó con Leo. Arrancamos de cero en un lugar muy chiquito, y fuimos escalando hasta la Sala del Museo con la gente de Trotsky, que nos invitaron a telonearlos. En ese año grabamos el EP, que es el que está ahora nominado para los Graffiti. En diciembre, por algunos motivos, la banda queda en stand by por dos o tres meses, hasta que nos reencontramos con Leo y se nos ocurrió volver. Además para no desaprovechar todo lo que se había hecho en el año anterior. Se le propuso a Pablo nuevamente formar parte de la banda, pero él tenía otros proyectos. Decidimos con Leo buscar otra gente. Actualmente, además de él y yo, está Diego De Luca en voz y Gastón Gómez en bajo. Ya hemos grabado e hicimos un streaming, tocamos en agosto y tocamos el próximo sábado, y en noviembre.
SR: Marcelo, ¿en tu caso cuál fue la motivación para volver después de tanto tiempo?
Marcelo: Yo estuve casi 21 años sin tocar. Empecé a escuchar mucha gente, muchas bandas, que decían que su estilo era el rock, y yo no lo sentía así, como que no era rock and roll. Eran canciones y bandas que están buenísimas, pero no es rock. Y me dieron ganas de volver a tocar y armar una banda de rock uruguayo, y les propuse a Pablo y a Leo de probar. Los primeros ensayos costaron muchísimo.
Leonardo: Lo que transpiró este hombre (risas).
Marcelo: Yo creo que todo inició con la invitación a tocar en los 25 años de Buitres, sin querer. Y luego me invitaron a tocar un par de bandas más.
SR: ¿Por qué te pinchaste luego de que saliste de Buitres?
Marcelo: Yo me peleé un poco con la música, con todo el tema de la movida. Cuando dejé Buitres creo que era cuando se venía Rantifusa. Y me pareció que estábamos haciendo canciones iguales a las que veníamos tocando. Me agarró un día medio revirado y me fui. Además ya venía cansado y medio aburrido. Buitres en aquel momento estaba tocando mucho; había pasado un poco de ser diversión y pasarla bien a parecerse más a un trabajo. Entonces cuando estás tocando música y lo que estás esperando es a que termine el show para cobrar, ya pierde un poco la gracia, desde mi punto de vista. Al poco tiempo de dejar, me llama Guillermo Peluffo para hacer una suplencia al Cuico, y toqué como invitado. Ahí le tomé un poco más de cariño a la música otra vez. Luego me invitaron a grabar una canción Harry y Los Sucios. Pero luego cumplí un ciclo, y vendí la batería.
SR: Leo, vos ya estabas en otras bandas. ¿Cuál fue tu motivación para sumarte a Rojo Tres?
Leonardo: A mí me llamó Pablo, el que tocaba el bajo y cantaba antes, y me dijo que tenía una propuesta para mí, y que estaba Lasso de por medio. Yo sabía que no estaba activo, entonces pensé que era para organizar algún evento o algo. Y cuando hablamos me dijo que era para una banda y que les faltaba un guitarrista. Me dijo, “¿Querés tocar?”. “¡Sí!” (risas).
Marcelo: Y estuvo buenísimo el primer ensayo. Obviamente la banda no tenía nombre y no teníamos canciones, pero ya teníamos dos fechas para tocar (risas). El nombre estuvo 15 días antes de tocar.
SR: ¿De dónde sale el nombre?
Marcelo: Yo quería ponerle algo cortito, y se me había ocurrido Tres, pero había bandas que se llamaban así por todos lados. Luego surge el nombre del color, que tiene un significado de fuerza y un montón de cosas para adelante y positivas, y me gustó la combinación de las dos palabras. No tiene ningún significado, en realidad.
SR: ¿El sonido de la banda cambia con un integrante más?
Leonardo: Lo que varió fue el tema de la voz. Es más armónica.
Marcelo: Más melódica; no por el género, sino melódica la voz. A mi parecer gana la banda, porque el vocalista tiene otra libertad arriba del escenario. Musicalmente es muy parecido. La parte de sonido, de la música de la banda en sí, no cambió nada. Y tanto Pablo como Diego tienen influencias muy fuertes de Gabriel (Peluffo). Pablo tiene influencias de Gabriel de los 80s, de la época de Los Estómagos. Y Diego, por ser más joven, tiene más influencias de Gabriel de los 90s. Si bien cambiamos de vocalista, no es una cosa grosera. Hay una gran diferencia en la forma de cantar: Pablo era más lineal y más guerrero, y Diego es más melódico y busca más armonías. Aparte, el hecho de ser cuatro, hace que el escenario y la imagen sean distintos. En ese sentido creo que ganó la banda.
SR: ¿En qué creen que es diferente la propuesta de Rojo Tres de otras bandas de rock del medio?
Marcelo: Yo creo que hacemos un rock que, desde mi punto de vista, se ha ido dejando un poco de lado. Un tipo de rock uruguayo que en su momento escuchamos habitualmente. Me parece que con el correr de los años –no estoy diciendo que esté mal– ese tipo de rock fue corriéndose para un costado y muchas bandas empezaron a experimentar con otros géneros similares o emparentados con el rock. Y ese viejo y querido rock uruguayo fue quedando de lado.
Leonardo: Con los últimos temas que grabamos mucha gente nos dice que se parece a los Buitres en los ’90.
Marcelo: Nosotros hacemos esto porque nos gusta el género, salen así las canciones.
SR: Están buenos los riffs.
Marcelo: Por algo es el guitarrista de Rojo Tres (risas).
Leonardo: El año pasado compartimos un toque en Rock es la Cultura con Los Chanchos Salvajes. Estaba Parodi en el público, y un amigo de Pando de toda la vida, cuando terminamos de hacer un tema nuestro que termina con un riff, se da vuelta y le dice: “¿Ves?, esa guitarra suena a Parodi” (risas).
Marcelo: En el set que hacemos, siempre tocamos canciones de Estómagos.
SR: ¿Cómo arman las canciones?
Marcelo: Diego arma la letra, la melodía.
Leonardo: Viene con una melodía en la guitarra acústica, por lo general, y me la pasa. Ahí la transformo un poco para que suene a Rojo Tres, y en la sala la terminamos entre todos.
SR: ¿De qué tratan las letras nuevas?
Marcelo: Son historias que no tienen un significado puntual y específico. Hay letras que son historias verídicas y otras son historias que se le ocurrieron a Diego.
SR: ¿Significa algo para la banda estar nominado para el mejor disco punk en los Graffiti?
Marcelo: ¿Y qué te parece?
Leonardo: A un año y poquito de estar armada la banda y ya estamos ahí…
SR: En nuestro medio de rock nacional, que es tan restringido, ¿les parece que una banda como Rojo Tres puede llegar al nivel de una banda como Buitres, por ejemplo? ¿Hay posibilidad de crecimiento?
Leonardo: Fe, nos tenemos, pero no depende sólo de eso.
Marcelo: Posibilidades hay. El tema es poder encontrar el agujerito para poder meternos, que a veces es un poco más complicado. Hay muchas bandas que llegan o se posicionan porque tocaron en tal show o festival grande por contactos o gente amiga, que pasó toda la vida. A nosotros Trotsky nos invitó a tocar porque soy amigo del gordo; bah, ex, ahora yo soy más gordo que él (risas). Que una banda importante te invite a tocar, está buenísimo. Después, lamentablemente, hay mucho show y fechas en que tiene que ver la política, que tampoco es ninguna novedad. Nosotros elegimos la manera más difícil, que es tratar de colocarnos por lo que es la banda en sí. Esto de la nominación a los Graffiti es un aviso de que las cosas tan mal no están saliendo.
Leonardo: El año pasado, cuando tocamos con Trotsky, tocamos primeros y había menos de la mitad del boliche cuando arrancamos. Cuando terminamos, ya estaba lleno. Y con buena aceptación.
SR: Por un lado suma que Marcelo esté tocando, pero por el otro, tampoco alcanza.
Marcelo: Hay mucha gente que no sabe que yo toqué en Estómagos y Buitres. Nos ha pasado en entrevistas, que nos preguntan en qué banda tocó cada uno de nosotros, y cuando yo digo las bandas, me dicen: ¿¡en serio!? (risas).
SR: ¿Qué pueden hacer las bandas grandes para ayudar a las chicas?
Marcelo: Estaría bueno que las invitaran a telonear. O apoyarlas a través de las redes sociales. Hay muchos sitios de bandas de las que están un poco más arriba que podrían hacer publicaciones de bandas chicas, que no les cuesta nada. Pero capaz que no lo hacen por miedo.
SR: Dentro de los planes próximos están los toques y el disco. Cuenten un poco.
Marcelo: El sábado que viene (17 de octubre) estamos en Tazú, con entradas agotadas, igual que el anterior, que fue en agosto. Esta vuelta tocamos con Corvis.
Leonardo: El 13 de noviembre en Sala Zitarrosa, con El Bueno, El Malo y El Feo. También tenemos toques apalabrados para diciembre, pero falta confirmar.
Marcelo: En el verano hay unas cuantas cosas, también, pero está todo en el aire por la situación actual. Tenemos ganas también de tocar en el interior.
SR: ¿Y en cuanto al disco?
Marcelo: Estamos esperando que aparezca… que aparezca la plata. El disco ya lo tenemos, las canciones están. Queremos grabar el disco, no usar las canciones que están sueltas y meterlas en un disco. Queremos que todos los detalles estén cubiertos y que suene como nosotros queremos que suene, que el disco sea un concepto general de sonido. Seguramente el año que viene lo vamos a grabar, de una forma u otra.
SR: Una pregunta sobre Estómagos: si tomamos la disolución de Los Estómagos como el kilómetro 0, y una posible reunión como el kilómetro 100, ¿en qué kilómetro estarían ahora?
Marcelo: Yo estoy en el 100. La posibilidad de que Los Estómagos vuelvan a tocar juntos… voy a arriesgar un número alto: con mucho viento a favor y en bajada, 70. Si fuera a ser más objetivo, te diría un 55.
SR: Ya es más de la mitad.
Marcelo: Sí. Porque hace un tiempo atrás había una negación que hoy no existe.
Winston Estévez y Ariel Scarpa