Personaje muy movedizo, Jonás tiene mucho para contar. Una trayectoria extensa que hoy se resume en D.S.M., Rito Eléctrico… y algo más. Un nuevo impulso para la primera y un montón de proyectos relacionados a la segunda, motivaron esta charla, la cual pasó (ineludiblemente) por otros temas. Mucho para contar por el hecho de hacer mucho, precisamente. Dejemos que sea el mismo Jonás el que nos comente en qué está embarcado actualmente.
SR: ¿En qué andás? Estás con Rito Eléctrico pero resurge D.S.M.
Jonás: Todo surgió porque un amigo de Argentina me dijo que en un año había ido tres veces con D.S.M. y de un momento al otro, dejé de ir. La pandemia frenó todo eso. De hecho, estábamos en Brasil de gira y el 16 de marzo de 2020 nos tuvimos que volver. Cuando llegamos acá, medio como que nos separamos. Líber y Santiago decidieron tomar otros rumbos y con Londra quedamos pensando en rehacer la banda. Por una cosa o por otra, no nos fuimos juntando y yo empecé a hacer #3, que mutó en Rito Eléctrico. Dejé descansar a D.S.M. un tiempo y me embarqué a hacer otras músicas y no tanto el punk garagero. La idea era hacer como una banda solista y terminó siendo Rito Eléctrico, un proyecto musical de todos los que lo integramos: Das en teclas, Diego en batería y Uther Faig en bajo. Ensayamos todo un año, entramos a grabar el disco en lo de Javier Longhi y tamibén pasó por Peloloco con Anselmi y en Monasterio. Fuimos grabando en distintos lugares las cosas que nos gustaban cómo sonaban. En Peloloco grabamos violonchelos, violines y percusiones. En Monasterio grabamos voces, donde Demian Caula nos hizo de coach vocal, y guitarras. En el estudio que tiene nuestro tecladista, que se llama Aeropuerto Para OVNIs, grabamos unas guitarras más y las teclas. Sacamos pila de canciones y dejamos el EP con cinco temas. Corren tiempos en que la gente no se sienta a escuchar 10 ó 12 canciones, por desgracia, porque a mí me encantaría eso. Una vez que tuvimos todas las pistas grabadas empezamos a mezclarlo con Das y nos llevó como ocho meses. Lo hicimos con pasión. Luego hubo que masterizar y se lo dimos a un amigo. Quedamos conformes pero buscábamos algo más. Lo mandamos a Argentina a alguien que laburó con gente que yo admiro mucho, como Charly García, Andrés Calamaro, Speedy González, Cerati. Masterizó dos canciones y me había gustado bastante, pero él andaba muy ocupado. Entonces hablé con Pablo Soñora, que es un crack (hay muchos cracks acá en Uruguay), y me dijo que lo esperara una semana. Lo masterizó y lo dejó como queríamos. Luego yo hablo con la gente de Ultrapop para sacar el disco y Gustavo, el director del sello, me dice que sí. En ese momento pienso en ir a Argentina a buscar CDs y me acuerdo de mi amigo que me había dicho que no estaba yendo. Lo llamé y le dije de armar D.S.M. pero con gente de allá. Nicolás, que toca en El Sepulcro Punk y trabaja en el Salón Pueyrredón y que ahora toca en Sorete Con Choclo, es un músico muy querido y es uruguayo, y nos ha ayudado pila. Necesitábamos un batero y allá hay uno que es como el Líber pero argentino, que excepcional, muy buena onda, que le dicen el Chueco y que toca en una banda que suena espectacular que se llama Los Mentirosos. Lo llamé a él y le dije a Fabricio, que se había quedado en la banda, y al bajista de Rito. Yo tenía unas canciones pensadas para D.S.M. que no quedaron para Rito Eléctrico porque eran un poco más punk, con otra cosa musical. En Argentina en cuatro días grabamos tres canciones que van a quedar seguras. Trabajamos virtualmente con Fabricio, que es quien hace coros y los soniditos. Estamos en ese plan de trabajo. Surgieron algunas fechas para tocar en Argentina con Los Mentirosos en Del Viso Ruta 26 y otra en Morón Rock Factory con Los Lotus, el 24 y 26 de noviembre. El 24 de noviembre tocamos en Uruguay como D.S.M. en Tanguito Bar junto a El Umbral y Los Mentirosos, y el 26 en Mansión Foster, que es un hostel cultural en Parque Del Plata, con Rojo Tres y Los Mentirosos.
SR: No estás haciendo nada (risas).
Jonás: Con Rito Eléctrico nos salió una pre presentación del disco. El batero estaba muy ocupado y se fue de la banda hace un tiempo. Se me ocurrió decirle a Irvin Carballo, que es muy profesional, y se sumó con muchas ganas.
SR: Comentaste que D.S.M. es más punk. ¿Cómo es Rito Eléctrico, es más alternativo?
Jonás: Es sicodelia. En un comienzo buscamos como tener el garage de teclados tipo Farfisa o Hammond todo el tiempo adelante, guitarras con riffs y canciones que digan algo, pero siempre apuntamos a la parte sicodélica que te invite a otra cosa aparte de saltar y darte contra la gente, que invite a escuchar y a viajar como si fuera una droga musical, que te eleve.
SR: ¿Tiene un porcentaje de locura, también?
Jonás: Tiene un poco, sí. En el arte, Uther, que es un diseñador gráfico re sarpado, le metió toda esa idea al disco, que es como muy loco.
SR: ¿Qué te permite Rito Eléctrico que no te permite D.S.M.?
Jonás: Bueno, ser el dueño de una banda (risas). Me permite experimentar más y sacar un lado como menos peleador. Rito Eléctrico no es peleador ni muy contestatario. Si bien tenemos las ideas claras y sabemos lo que queremos y lo que no queremos, no es una banda que va a ir al choque, va a ir a unir. Va a llevar una canción para que la gente se sienta bien, feliz. D.S.M. también es eso, pero vamos al choque. Son como dos cosas distintas. Con Rito Eléctrico uso un antifaz rojo y con D.S.M. un antifaz negro (risas).
SR: Son dos Jonás distintos.
Jonás: Sí. Es la misma idea, pero musicalmente y en el escenario, son dos distintos.
SR: Hace poco alguien te dijo que vos eras como un Chico Eléctrico más.
Jonás: Eso sería un re honor, porque es una de las bandas que me re gustan, que marcó mi vida, por así decirlo. Por suerte los pude conocer a casi todos ellos. Pero eso de ser un Chico Eléctrico creo que va más por eso de ir rápido, desaforado, con una vida (capaz) como que sin límites. Capaz que a veces doy esa imagen, pero yo no estoy ni ahí con la falopa ni con el reviente. También estoy en contra de cosas y las digo, porque no soy políticamente correcto, aunque en algunos lados obviamente me voy a comportar, pero digo lo que siento. Creo que los Chicos Eléctricos, dentro del rock uruguayo, no se casaron con nadie, dijeron e hicieron lo que quisieron y así les fue, porque no transaron con un montón de cosas, y a veces tenés que transar para entrar en el mainstream o en esta ronda que hay de músicos. Los locos se transformaron en culto por eso mismo, por llevar sus ideas a cabo. Creo que en eso sí tengo algo, que es “tengo idea y voy a dar todo de mí para llevarlo a cabo”.
SR: El tema de atarte a los Chicos va por el tema musical pero también de actitud. Porque el rock es actitud.
Jonás: Sí, es actitud; tiene un 80% de actitud. Me gustó eso, fue como un mimo, que te comparen con tus héroes del rock.
SR: Contame un poco del disco de Rito Eléctrico. ¿Hay un hilo conductor en los cinco temas?
Jonás: Están medios entrelazados entre sí, pero hilo conductor… no. Hay un hilo conductor porque hicimos que las canciones se puedan entrelazar entre sí, pero cada canción habla de cosas distintas. El hilo conductor es la música; cada canción termina y se engancha con la que viene después. Eso fue un trabajo que hizo Das.
SR: Este disco es representativo de la banda, pero ¿hay más facetas de la banda que no están en este disco?
Jonás: Ah, sí, hay un montón. Nos pasó que en el primer momento de la banda apuntábamos más al garage que a la sicodelia y llegaron Victoria Rodríguez y Alejandro Escuder para proponernos algunas cosas para la banda y a jugar con nosotros en esto de la música. Vieron un ensayo y nos dijeron nuestros puntos fuertes y los que estaría bueno explorar. Si me dicen que hago bien algo, no me puedo quedar haciendo eso el resto de mi vida porque no exploré otros lugares. Ahí fue cuando nos abrieron el campo a la parte sicodélica, y ahí está la otra faceta.
SR: Hay más sorpresas…
Jonás: El primer tema que grabamos, que lo llamábamos “Hit” porque para nosotros era un hit, no lo metimos en el disco. Y en algún momento saldrá como un outtrack o algo así. El Funfu hizo tremenda mezcla, pero no lo sacamos en el disco porque no entraba en el concepto musical. El Funfu tiene mucho que ver con Rito Eléctrico porque me alentó mucho cuando se separó D.S.M. a hacer otra banda con otra música.
SR: En tu historia has tenido no sé si una evolución, pero sí una línea bastante dispar donde se puede esperar cualquier cosa. ¿Lo ves así?
Jonás: Creo que sí (risas). Espero que sí. Intenté siempre cambiar o no quedarme conforme con algo. Una vez alguien me dijo: “Tendrías que hacer una banda que sonara como los ’80 porque cantás muy bien con ese timbre que se utilizaba”. Y ahí empecé a desprenderme de eso, a intentar cantar distinto para no casarme con algo que me salía medianamente bien. Aunque el canto es algo que me cuesta mucho. Tuve unas clases con Sofi May y Demian Caula, que me ayudaron pila a encontrarme un poco, pero me falta mucho.
SR: ¿Cómo te definirías como músico, como creador?
Jonás: Como un trabajador. Hay gente que se levanta y ya sabe hasta cómo va a cantar. Yo tengo la canción ahí, espero que madure un poquito, y le doy, le doy, le doy. La llevo al ensayo y ahí me dicen “así está mal” (risas). Y en lugar de quemarme y romper todo, empiezo a laburarla de nuevo. Espero, espero y después la llevo. En este disco hay dos canciones (“Electricidad” y “A1”) que no me quedaban. Y fue laburar, ir a ensayos, frustrarme y volver. Si hacés todo a la ligera, es como que el arte no existe, no es un producto artístico, es algo musical, nomás. Yo me enfoco en todo. La música es un movimiento artístico.
SR: ¿Tenés un brote de inspiración y lo vas trabajando o nace una cosa chiquita y va creciendo?
Jonás: Eso es algo que le cuento a mis amigos y no lo entienden: me levanto de mañana y tiene que haber sol. Me hago un café a las 8 ó 9 de la mañana, cuando está todo en silencio, y disfruto el sol. Agarro la guitarra y ahí se me ocurre una música y pienso: “¿Qué puedo decir acá?”. Empiezo a pensar en cosas que me gustaría transmitir a la gente pero también transmitirme a mí. Yo no soy muy del ego pero sí soy de escuchar lo que hago porque me pone feliz. Y eso a veces me inspira a hacer otras cosas. Mi momento de inspiración es ése, en la mañana, con un café, y va saliendo todo más o menos solo. A veces me cuesta la letra, entonces canto en un idioma que nadie entiende, ni siquiera yo. Me grabo y después le cambio la letra a esa melodía vocal. Para mí la letra siempre es importante, porque si no tiene nada la letra, hago una canción instrumental que puede quedar buena y no la arruinás.
SR: ¿Es 50% letra y 50% música?
Jonás: Para mí, sí. El otro día escuché una entrevista a María Gabriela Epumer donde decía que no le daba mucha bola a las letras pero sí a la música. Y la escuchás y no lo podés creer, porque tiene unas letras re lindas y una música bárbara.
SR: ¿Qué podemos esperar de D.S.M. a nivel local?
Jonás: No sé si vamos a tocar mucho en Uruguay. No quiero que suene pedante, pero tocar en Uruguay hoy en día… hay dos boliches, el público está en otra. Y hay otros lugares que hay un montón de gente más y están dispuestos a escuchar. Hoy en día en Uruguay como que se achicó mucho el público. No sé si fue la pandemia, porque bandas hay un montón. El rock no se está muriendo, lo que pasa es que los ojos están en otro lado. Todo el tiempo las bandas están sacando discos, simples, EPs, hay salas de ensayo que trabajan todos los días, hay productores con mucho laburo. Hay música, lo que está faltando es público. Como acá tocamos pila, decidimos hacer la misma por la cual se creó D.S.M., que es para viajar. Vamos a tocar más en Argentina y en Brasil que acá, pero si nos invitan a tocar acá, estamos felices.
SR: ¿A quién llevás si te invitan a tocar, a D.S.M. o a Rito Eléctrico?
Jonás: Según la propuesta y las bandas que haya. Rito Eléctrico es más tranqui y D.S.M. es más vertiginoso.
SR: ¿Pero hay novedades con D.S.M.?
Jonás: Lo que vamos a hacer es reeditar el segundo disco en formato físico.
SR: ¿El mismo disco o agregan alguna cosita?
Jonás: Hay un tema que no lo sacamos en las plataformas y lo vamos a meter en el disco. Estoy intentando cerrar y completar las cosas que tengo en el debe.
SR: El hecho de tener dos bandas no quita que pueda surgir una tercera, ¿no?
Jonás: Bueno, de hecho estoy en una tercera (risas). Estoy trabajando con Paul Guisande, que es un archivólogo del rock uruguayo desde sus comienzos, desde el ’54 hasta ahora. Tiene una colección de música que no lo podés creer, de cosas que están totalmente perdidas. Estamos jugando un poco y agarrando esas canciones perdidas y haciéndolas… justo yo que soy anti cover. Intentamos llevar la música a cómo se sonaba en ese momento, más garagero, con mucho fuzz. En comienzo es grabar y después veremos si salimos a tocar. Por ahora grabamos cuatro canciones.
SR: ¿Quiénes están en la banda contigo?
Jonás: Paul Guisande, que es el que canta y que antes tenía una banda que se llamaba Don Walter, Uther Faig, bajista de Rito Eléctrico (que lo hice socio musical porque es un tipo adorable y tremendo músico) y el batero de Na-K y Leroy, Tato, que también fue batero de Don Walter. Yo sólo toco la guitarra, no canto.
SR: OK, entonces cambio la pregunta: el hecho de que tengas tres bandas no quita que pueda surgir una cuarta (risas).
Jonás: Bueno, tengo una cuarta… (risas). No, ya está, porque cumplo más o menos los objetivos que quería. D.S.M. es la banda que me permite decir lo que verdaderamente pienso de cosas, de la vida, del accionar, de hacer una revolución. Puedo hacer el show más visceral, sin sacarle la ternura, donde intento meterle cosas en la cabeza a la gente para ver si nos podemos mover de una forma más armoniosa en el mundo y no estar tan anti todo. Está bueno saber quiénes son los que son anti todo y unirnos para poder hacer algo mejor. Porque si estás anti todo y no hacés absolutamente nada y creés que prendiendo fuego un McDonald’s estás haciendo una revolución, estás equivocado. Hacer una revolución es invitar a la gente a pensar y a razonar. Rito Eléctrico es la otra parte, la que soy yo pero más tranquilo con amigos que también están experimentando en este viaje musical. Con la otra banda, que por ahora se llama Xopos, me permite aprender cosas. Más allá del rock uruguayo que no conozco, aprendo a tocar otros ritmos o tocar sin tanta distorsión. Son tres cosas distintas que me ayudan a crecer.
SR: ¿El próximo toque es…?
Jonás: El 12 de octubre vamos a hacer esta presentación del disco donde tenemos de invitado a Demian Caula. El lugar es Varsovia, que queda en Maldonado y Blanes, en un sitio que se llama Dale Play que consiste en mostrar el disco antes de que salga en las plataformas. El disco sale el 14 y nosotros lo vamos a tocar el 12, además de un par de temas más.
SR: Quienes quieran el disco te contactan por las redes.
Jonás: Sí. También va a estar en Little Butterfly Records.
Ariel Scarpa