Hace no mucho me compré el disco de B B King In London de 1971, grabado junto a gente como Peter Green, Alexis Korner, Humble Pie, Ringo Star, Stevie Winwood, y un largo etcétera. Como suelo hacer en estos casos, he ido directo a leer críticas “profesionales” de este disco, pues suelen hacer que me ría mucho. Se ve que mis oídos escuchan diferente de los suyos.

¡¡¡¡Bravo!!!! ¡¡¡¡¡Por fin Sólo Rock se dedica a publicar artículos sobre el único aspecto verdaderamente interesante del rock!!!!!  De hecho, la única cosa para la cual el rock sirve de algo: EL SEXO. Parejas, tríos, orgías de 4 – 6 o 10 personas. ¡¡¡Al fin!!! Porque si no es para eso, ¿para qué coño vas a querer tocar rock? Bueno, salvo si eres tonto, que también los hay (yo el primero).

Hoy, con la Santa Paciencia vuestra y de Sólo Rock, estreno sub sección dentro de nuestra columna “Notas Libres”, la cual lleva por nombre “La Pedalera Retrógrada”. Un nombre muy acorde a los tiempos que nos toca vivir, lamentablemente. Será una sub sección multimedia, pues contará con varias modalidades, siendo la principal, la audiovisual (¡¡¡vamos, que el video de toda la vida!!!).

Hace una semana, en La Tertulia del Rock se discutía si el Rock está vivo o muerto; con sólidos argumentos para ambos posicionamientos, he de admitir. Creo eso sí, que como toda expresión cultural, mientras exista un solo artista vivo que se dedique a ese género, y mientras exista un solo espectador interesado, ese género artístico no debe considerarse como muerto. Y que yo sepa, el rock tiene más de un artista y más de un espectador. ¿Menos que en 1969? Ciertamente; pero muchos más que uno.

Que el Uruguay es un país carnívoro, es un hecho más que demostrado. Si el bolsillo lo permitiese, muchísimos uruguayos comerían carne a diario; cosa que en mi opinión te define como carnívoro (de hecho o de pensamiento, es igual). Por ello, es que con la sola intención de introducir una variación importante, hoy hablaremos de quien a veces es un contrapunto para la carne, y otras veces es un acompañamiento: LAS ENSALADAS.

¡¡Sí, señor!! Hoy regreso a las Ciencias Humanas: exactamente a la Psicología. Y no hablo de envejecer (ya soy viejo, no me hace falta), sino de entrar a los años ’80. 1980; ¡¡¡hace ya 41 años!!! ¡¡¡¡Es el año del palo gordo que se llevó la dictadura, con el triunfo del NO en el plebiscito celebrado el 30/11/1980, con el cual se quería modificar la constitución vigente por una más favorable al gobierno de facto!!!! Pero tampoco voy a hablar de eso hoy, sino del cambio de la música rock a partir de 1980, y su impacto en la endeble psiquis de un adolescente de 14 años como era yo entonces.

Buenos días, aquí el abuelo Ramón con más historias y batallitas de sus tiempos mozos. La lozana y bravía juventud de hoy día poco conoce de pretéritas épocas en las que no había internet, no había móviles, no había MTV, no había videos (ni promocionales ni en vivo). Y TAMPOCO HABÍA DEMOCRACIA NI LIBERTAD. Lo que había era rockeros mudos, inmóviles, que a veces te miraban desde las portadas de sus discos. ¿Y por qué a veces?