Una relativamente nueva banda con gente experimentada quizás podría ser una definición para Cormoran. Pero no estaríamos siendo justos, porque es mucho más que eso. Cuatro excelentes músicos con un nutrido historial (Sebastián Cobas en bajo, Sebastián Crimson en voz, Santiago Castro en guitarra y Gastón Lorenzo en batería) conforman una banda que en su única presentación en vivo hasta el momento, ya ha dado que hablar. Y ahora con el lanzamiento de su tema “In pieces”, y con el próximo toque junto a Soen y Project 131, se para firme en la escena local. Charlamos con su bajista, Sebastián Cobas, y esto fue lo que nos dijo:
SR: Cormoran es un ave.
Sebastián: Es un ave. La elección del nombre es más por lo que significa que por el ave en sí. Yo siempre fui medio fanático de los cuervos, y si bien el cormoran no es un cuervo, el nombre significa cuervo calvo. Me gustan los cuervos… yo soy calvo… (risas). Me gustó cómo sonaba, la estética y la fonética del nombre, y tenía cierta relación con esas cosas que me gustaban. Es un ave que tiene cierta particularidad, se usa para la pesca porque sus plumas no son impermeables. Es una de la aves que se puede zambullir más profundo, y me gustó eso de profundizar, el concepto de ir más hondo que otros. Me pareció que artísticamente ese concepto estaba bueno. Era como buscar en mi arte y llegar a lo profundo.
SR: Y no es la única referencia a un ave, porque Cormoran nació, dejó de existir, y después resurge, como el ave Fénix.
Sebastián: En el 2012 yo tenía un papelito anotado con dos nombres de bandas, y pensaba: “si tengo una banda me gustaría llamarla así”. Uno era Cormoran y otro era Sendero del Filo. Yo había abandonado un poco el rock pesado. De 2006 a 2012 estuve en un proyecto de rock electrónico que se llamó Colectivo Coral. Me picó un poco el bichito de volver porque hubo una época en que funcioné un poco como bajista comodín del metal uruguayo, para tocar en shows puntuales o para grabar algo, o la gira por Brasil y Chile con Réquiem Aeternam. Entonces me pongo a componer unas canciones y me encuentro con una foto –y acá también un ave tuvo que ver– de Fernando Santullo. En esa foto él tenía una remera de una banda que me gusta que se llama Pelican. Me puse en contacto con él, y de la charla surgió una canción que se llama “Manada negra”, letra de él con música mía, y que la sacamos bajo el nombre de Cormoran como un demo. Era la idea hacer un proyecto un poco más serio, pero en ese momento la banda de Santullo empieza a tener vida propia, y a mí me llaman para ser miembro de una banda que estaba formando Pablo Soiza, ex Índigo y ex Dr. Rocka, y Fabián Bueno, que había tocado conmigo en una banda que se llamaba Gnomos. Empezamos a trabajar en las primeras canciones y me dicen: “nos falta nombre”. Yo pregunto: “¿qué quieren conceptualizar con el nombre?”. “Queremos que sea sobre el extremo sur, algo que tenga que ver con el frío, pero americano”. OK, Sendero del Filo, que es un camino que lleva al glaciar Martial en Tierra del Fuego. Cormoran pasa a meterse en el freezer. Cuando Sendero se termina en setiembre del año pasado, un poco por apuro y un poco porque me había quedado con el bichito de hacer algo bajo el nombre de Cormoran, es que este proyecto se llamó así. Apuro porque yo venía hablando para un compilado brasilero, precisaba un nombre, y cierra un montón de conceptos que a mí me interesa profundizar con esta banda.
SR: ¿Es un resurgimiento, entonces?
Sebastián: Yo diría que es un resurgimiento del nombre, no del proyecto, porque es muy diferente. Es un reciclaje, si querés, más que un resurgimiento.
SR: ¿Cuáles serían las influencias de Cormoran?
Sebastián: Cuando se une Santiago Castro al proyecto, vimos los gustos musicales que teníamos en común. Sabía que a Santiago le gustaba mucho Katatonia y Opeth. Pero además, cuando hablamos de guitarristas, si me preguntás cuál es el mejor solo de guitarra, para mí es el de “Comfortably numb” de Pink Floyd, y sé que para Santiago también. Y por fuera del metal, eso fue algo que me llamó la atención, que me dice que con esta persona vamos a andar bien. A la misma gente que escucha Paradise Lost, Catatonia, Soen, algo de Opeth o algo de Evergrey, creo que Cormoran es su banda local para escuchar. También tiene una pinceladas de post-metal, si bien la sonoridad es más parecida a lo otro, pero en la composición hay algunos momentos de esos, también.
SR: Si tuvieras que definir el estilo de Cormoran, ¿qué dirías?
Sebastián: Pasa por tres ramas grandes, tres subgéneros. Creo que tiene una influencia importante del metal progresivo. Dentro del metal progresivo, de ése que tiene más que ver con la búsqueda en la experimentación rítmica, no tanto en la virtuosidad de la velocidad de notas, más emparentado con la búsqueda de bandas como Tool. Por otro lado, el post-metal, todo ese movimiento de vanguardia que hubo tras el desarrollo de la banda Neurosis, pero sobre todo me interesa cómo se reflejó en Europa; soy muy fanático de Cult of Luna, Callisto y The Ocean, que es una música muy pesada, muy sentimental, muy cargada de emoción. Y por otro lado tenemos la parte como más afianzada en la música con la que nos criamos, que es el rock de los ’90: el metal alternativo o el rock alternativo, bandas como Alice in Chains, Faith no More.
SR: ¿Hay diferencias con lo que era Sendero del Filo?
Sebastián: Yo creo que musicalmente no tanto con respecto a lo que era lo último de Sendero del Filo. Hubo un vuelco en lo musical bastante grande con respecto a lo que fue el primer disco al segundo, en lo que tiene que ver en la balanza compositiva. En el primer disco, cuando me invitan, había 7 canciones compuestas por Pablo de 10 que tenía el disco. Obviamente el alma musical de ese disco es Pablo. Ya para el segundo hay un 50% y 50%, y quizás para lo último estaba un poco más efervescente yo en lo compositivo. También porque Pablo estaba bastante volcado al resurgimiento de Dr. Rocka. Yo no lo siento tan diferente porque sé hacia donde estaba yendo Sendero pero que no se llegó a mostrar.
SR: Para vos es como una continuidad.
Sebastián: En realidad hay bastante continuidad, no sólo en lo musical sino también en lo logístico: yo seguí de largo, Sendero se termina un martes de mañana y yo formé Cormoran el martes de noche. Por ejemplo, eso que tenía para Brasil era algo que había negociado para Sendero; incluso la fecha en que uds. nos vieron (en el Montevideo Hard Rock Festival) la idea original era que participara Sendero. Hubo un quiebre en lo personal, pero hubo una cierta continuidad en lo logístico y en lo musical, si bien cuando empecé a componer pensando que era otro proyecto, se potencian otras cosas para que suene a Cormoran.
SR: ¿Es como una especie de súper grupo?
Sebastián: Me parece un poco pedante de mi parte decirlo. Creo que a lo que viene eso es a que está conformado por gente con bastante bagaje en la escena. Se dio la casualidad de que en 2006 me dieron un premio al mejor bajista nacional, y en ese mismo año también salió Gastón Lorenzo, batero de Cormorán y también de Sendero, y Santiago Castro, guitarrista que era de Apneuma en ese momento y ahora es de Cormoran. Dentro de la escena under del metal uruguayo, somos como unos músicos que tienen cierto reconocimiento. Y Sebastián Crimson, el vocalista, hace rato que está considerado de los mejores vocalistas de metal de acá: pasó por Eclíptica, Épsilon, y ahora está con nosotros. Nos sentimos como muy afortunados de ese talento que hay dentro del seno de esta banda. Súper grupo me parece que nos queda un poco grande. Sin pecar de falsa modestia, sí considero que somos cuatro personas con experiencia y que somos instrumentistas decentes.
SR: Eso les allana el camino pero también les genera cierto compromiso.
Sebastián: El compromiso es conmigo, de que no voy a salir con un grupo cuya vara de calidad no esté bastante alta. Cada vez me exijo más.
SR: Seguramente no por tener la experiencia que tienen es menos trabajo, sino al contrario.
Sebastián: Justamente, porque si tuviese 17 años, no me exigiría tanto, no exigiría tanto al lugar al que voy a tocar, no estaría tan pendiente del sonido o los detalles.
SR: El primer toque en vivo en el Montevideo Hard Rock Festival fue bastante desafiante, ¿no?
Sebastián: Sí, porque ese recital fue un catalizador para la formación de la banda. Con Gastón decidimos seguir trabajando juntos y nos pusimos una meta, eso fue en setiembre y el show fue en octubre. Fue una presión, pero fue ese tipo de presión que te pone a trabajar. Creo que tal vez no llegamos como me hubiese gustado llegar, pero creo que para la gente se dio una buena impresión.
SR: Y ahora están lanzando “In pieces”.
Sebastián: Sí. Preparamos varias maquetas que las vamos agarrando y trabajando en ellas, pero “In pieces” tiene algo especial, y es que fue el primer tema, el que yo mostré para decir “quiero hacer una banda para este lado”. Tenía como esa carga emotiva de sacarlo primero a la luz porque tenía ese significado para nosotros. Junto al show, fue el catalizador para ponerse a trabajar. Tiene un cariño y se merecía ser el primero, aunque tal vez no represente todo el espectro de nuestra música. Es un tema muy directo, muy cuadradito, y un amigo me comentó, por ejemplo, que se había sorprendido porque como esa canción la había compuesto yo, esperaba que fuera toda rara. Y el desafío para mí fue hacer un tema así. Pero no quiere decir que todo el material sea así. Los que vayan al show de Soen se van a encontrar con esa cuota de rock progresivo que tal vez me caracteriza. “In pieces” tiene de eso, pero lo tiene un poco enmascarado. Tiene ciertas cosas mías sin por eso tener que dejar de ser en 4/4. Yo nunca compongo pensando en matemáticas, compongo sintiendo. La que manda es la canción.
SR: Dame algún detalle: ¿dónde y cuándo lo grabaron y dónde se puede escuchar?
Sebastián: Lo grabamos en un estudio que se llama Mute Diseño de Sonido. El técnico de todo el proceso fue Bruno Tortorella, que es el tecladista del Peyote Asesino y de Santullo. Lo grabamos en noviembre del año pasado y lo mezclamos en diciembre. Se puede escuchar en Spotify, iTunes, Apple Music, Napster, Shazam, Deezer y más, y tenemos video lyric en YouTube (aquí).
SR: ¿Después qué sigue? ¿Otro demo?
Sebastián: La idea es primero sacar un tema más, y elegir un tema que muestre otra faceta. Que suene a Cormoran, porque a mí me gustan bandas raras que hacen un poco de todo, pero me gusta cuando escuchás y podés decir “esto es esto”. Que haya una paleta de colores en su sonido que uno pueda distinguir, ciertos timbres, ciertas texturas, y sobre todo cierta emoción que me diga que lo que estoy escuchando es tal cosa y no tal otra. Cuando no sos una banda de género definido, como nosotros, se torna un poquito más difícil encontrar “esto suena a Cormoran”. Pero creo que se está logrando. Pero dentro de esa unidad u homogeneidad que me gusta que tengan, sí me gusta experimentar con diferentes cosas.
SR: ¿Cómo ves la inserción de la propuesta de Cormoran en el medio local? Porque te puede ayudar que sea un poco distinto, pero te complica en otros sentidos.
Sebastián: En Uruguay no te ayuda. Creo que tengo una experiencia como para hablar con ciertos argumentos sobre eso. Yo hace muchos años decidí ser del bando de los raros. Por el 2002, cuando formé Portal 7, ya estábamos mezclando metal con avant garde, con jazz, con candombe. Era rarísimo acá, y nos costó mucho. Con Sendero nos pasó, también, porque era una banda que tenía esa pata de rock de los ’90 más pronunciada, porque las voces estaban muy influencias por los cantantes de Alice in Chains, de esa camada más grungera. Éramos una banda con un sonido muy pesado, con afinación muy baja, con doble maza, con todo lo que debería ser para ser una banda de metal pero cantado así. Entonces para el metalero no éramos metal, y el rockero decía “esto no es rock, esto es metal”. A mí eso me fascinaba artísticamente, me parecía una búsqueda mucho más rica. Para llegar a algo acá, a un reconocimiento, tomamos el camino difícil. De todos modos, creo que lo que tiene de malo también te da cierta libertad, porque en Uruguay el techo es muy bajo. La banda de metal que más ha llevado gente en Uruguay, vamos a suponer que meten un show de 1.000 personas. Por 1.000 personas no voy a vender lo que tengo ganas de hacer. Y eso mismo me da una libertad bárbara.
SR: Esa libertad te permite crecer como artista.
Sebastián: Esta libertad es fundamental. También tengo los pies en la tierra de la edad y las posibilidades que tengo y la proyección que le puedo dar a este proyecto. Lo trabajamos como un proyecto regional, no estamos pensando en el circuito uruguayo solamente. Estamos trabajando muchísimo con Chile: en noviembre tenemos gira allá, cuando subimos el tema ahora lo hicimos a través de una empresa chilena, y la semana que viene me voy a hacer notas en Chile. Argentina también es una posibilidad. Está más difícil ahora, pero hay que esperar a que salgan de la crisis.
SR: Hablemos un poco del toque del 31 de marzo: Project 131, Soen y uds. Segundo toque en vivo, otro gran desafío.
Sebastián: Como anécdota, te cuento que cuando formamos este proyecto con los chicos, fantaseábamos con qué bandas nos gustaría tocar. Yo, por ejemplo, me quedé con ganas de abrir para Katatonia. En ese momento no existía Sendero del Filo todavía, y el productor que los trajo me lo encontré unos años después y me dijo que Katatonia no había tenido telonero porque Sendero del Filo aún no existía. Y ahora con Cormoran, fantaseando en eso, Soen fue una de las bandas que mencionamos. Creo que lo mejor fue que haya sido la música la que nos llevó a estar en ese lugar. ¿A qué me refiero? Cuando me enteré que venía Soen, al productor no sé las veces que le escribí. Pero no fue hasta que le mandé una canción que me contestó, aunque tardó. Me mandó un mensaje preguntándome si el tema era nuestro. Le dije que sí, y me dijo que entonces nosotros abríamos para Soen. Si bien no sonamos parecido a Soen, se está entendiendo lo que queremos hacer. Además es muy probable que por un tema de edades, con Martín que es el principal compositor de Soen, tengamos gustos similares. Y cuando lo vas a volcar en la música, hay ciertos ingredientes que estás poniendo en común.
SR: ¿Qué expectativas tienen sobre este show?
Sebastián: No estoy participando de un show internacional por decir que me voy a mostrar ante más cantidad de gente que en un show nacional. Me parece una buenísima oportunidad para esta banda de ir a un escenario bueno, sonando bien, con una infraestructura de show grande que somos capaces de dar. Project es una tremenda banda; hace rato que veníamos con ganas de hacer algo juntos.
SR: ¿Cuáles son los planes para el resto del año?
Sebastián: Como te decía, primero grabar un tema más para dar una idea un poco más general de lo que es el sonido del proyecto. Enseguida después del 31 de marzo nos pondríamos a grabarlo. Y para fin de año, por noviembre, largar un EP. No es que no haya material para hacer un LP, considero que no lo precisamos ahora, además por cómo se está moviendo la música. Está bravísimo retener la atención de la gente si no tenés ya un nombre. Es asumir la realidad de hoy en que el mundo está funcionando así.
Ariel Scarpa