Radical: Un Musculoso Regreso Rockero

La banda Radical supo dejar una profunda huella en nuestro rock local con su potente presencia, reflejada en sus actuaciones en vivo y sus registros discográficos y de video. Luego de una etapa de silencio, Radical regresa manteniendo a Gabriel Brikman en guitarras y Joel Carballo en bajo, complementándose con Martín Núñez en vocales y Gastón Lorenzo en batería. Pero no sólo hay cambios en la formación. Como suele suceder en estos casos, las modificaciones se reflejan en otros aspectos en esta nueva etapa. Las experiencias vividas, el tiempo transcurrido y el trabajo profesional, presentan a la reformulación de Radical con unos interesantes ribetes que Gabriel nos detalla a continuación y cuyo puntapié inicial es su impactante y recientemente presentado disco homónimo.


SR: ¿Por qué volver ahora? Es un regreso en otras condiciones, pero regreso al fin.

Gabriel: Estamos haciendo esta nota en el lugar donde decidimos volver (Bar Monteverde) porque acá nos juntamos con Joel el fin de año del 2021. La banda había quedado en un impasse luego de un show en Bluzz, donde nos enteramos que Álvaro se iba. Y también, quizás era un momento de cansancio de situaciones que se dan en la interna de la banda, y que a veces lleva a situaciones de disolución. En el caso de Radical se dio ese cansancio entre Rodrigo y yo. Pero algo tenía claro y era que no lo iba a expulsar, y tampoco él podía hacerlo conmigo. Entonces plantée que yo no iba a tocar, pero la banda no podía tocar sin mí. Lo que automáticamente dejaba a la banda en una suerte de parálisis o de estado de shock, como nuestra canción. En resumen, la banda quedaba como congelada. Eso fue en el 2018. Y con Joel tenemos una amistad que va más allá Radical, que viene de la música pero que trascendió a la música misma. Somos amigos de vida, toquemos o no toquemos. Entonces nos juntamos en este bar e invitamos a Leo Rodríguez, (ex Radical, Chopper), a que volviera a la banda. Y Leo nos explicó que no estaba para tocar en ese momento. A la vez invitamos a Rodrigo a que se sumara, pero al otro día nos contesta que en realidad él quería ir por un lado que ni Joel ni yo queríamos ir, y da un paso al costado. De ese encuentro en el bar, quedó la idea de que queríamos volver. Pero… ¿por qué volver? Supongo que porque queremos mucho a la banda. Joel no estuvo tanto tiempo, sin embargo vivió cosas lindas, vivió la gira a Chile y la Zitarrosa que hicimos. Y es una banda a la que le quedaban cosas por hacer y decir. Entonces, volvemos porque queremos a Radical y creemos que la banda tiene mucho para decir.

SR: ¿Cuáles son las diferencias con la versión anterior de Radical?

Gabriel: Uno, que hace un rato que ya está en el ambiente de la música ve los reagrupamientos. Creo que esta banda, cuando nació, se propuso como volver o reenfocarse en las raíces primarias de la música que nos gustaba, raíces del rock pero sin límites. Es decir, no es que vamos a ir a las raíces del blues y quedarnos tocando blues. No. Era el no ponernos límites, ir a mayores intensidades, y sobre todo caminar en varios territorios a la vez. Esta versión de Radical se presentó en vivo con un set list muy violento, muy fresco, y que le permitió a los nuevos integrantes, a Gastón y a Martín, como que acercarse, porque Radical en su repertorio tiene canciones que pueden ir desde rock and roll a canciones más extremas. Pero creo que Radical tiene una deuda que concierne a balancear la diversidad. De ahí que después de escuchar el disco terminado, dije que definía la banda como transgénero. Y con todo respeto con lo que implica la palabra transgénero. O sea, Radical se define como una banda de rock. Punto. ¿Es una banda de metal? Y… sí… pero es muy punk para ser metal. ¿Es una banda de punk? No, porque es muy metal para ser punk. Y tiene de hardcore y tiene otras cosas. Primero tenía que recuperar ese espíritu transgénero de Radical, y a la vez tenía que ser como una evaluación: ¿hasta dónde o hacia dónde podemos ir? Hacer como un disco bisagra entre lo que hemos vivido todos estos años con otros compañeros y sentar una plataforma de desarrollo de trabajo, para lo que puede llegar a venir. Creo que hay una diferencia, por ejemplo, tímbrica muy notoria entre Martín y Rodrigo, y esa diferencia en el carácter de Martín le permitió a la banda abordar cosas que quizás en la etapa anterior resultaban un poco forzadas. Ahí tenés una primera diferencia. Creo que nos encuentra con un momento de elasticidad artística mayor. De la última etapa de Radical a esta etapa nueva etapa, creo que es como elástico: no tuvimos que trabajar tanto para llegar a esto. Eso es una diferencia fundamental. En el sonido, creo que hay más musculatura, y bueno, ese es el trabajo también de producción y de conocer a la banda y de saber dónde querés ubicarte. Entonces también creo que hay una lección o varias lecciones aprendidas de los trabajos de los discos anteriores.

SR: ¿Podemos decir que Radical es más Radical ahora?

Gabriel: Este álbum que íbamos a sacar iba a tener otro nombre, y en el camino y charlando con el núcleo más cerrado de la banda, vimos que este disco se tenía que llamar Radical porque es Radical. Es más radical porque la banda suena más agresiva, pero también suena más a sí misma.

SR: Es como una refundación.

Gabriel: Como dice la canción: “Somos esa nueva piel que nace de las heridas”. Es una nueva piel que viene sin rencores con respecto a la piel anterior. No sé si es una reencarnación, capaz que sí. O puede ser que la banda sea como una suerte de bandera la cual fuimos varios que a lo largo de los años la vamos llevando. La forma de llevar la música que tiene esta idea, que es Radical, creo que ahora está muy bien. Creo que es el disco definitivo de Radical y ahora se obliga a superar este disco.

SR: Vamos al disco y empezamos por la tapa, que es fuerte. ¿Cuál era la idea?

Gabriel: La inteligencia artificial siempre estuvo como una suerte de dibujante automático que ayudara a plasmar o a visualizar conceptos en poco tiempo, y como que había quedado pendiente el concepto de la remera que teníamos de “Pensar es terror”: el muchacho en una ciudad toda devastada, abrazando su corazón y su cerebro con cara de pánico mientras el mundo se viene abajo. Nada que no esté pasando ahora (risas). Sobre esa base se empezó a trabajar, y sucedió que cuando se encontró el color sónico, el color del sonido, fue cuando la banda empezó a sonar a un color oscuro -y esto fue en la mezcla- con una impronta de fines de los ’80, principios de los ’90, o sea música extrema vista desde comienzos de los ’90 (yo soy muy adorador de eso), donde lo hi fi y sonar a la última vanguardia no importaba, sino que lo que importaba era que la obra explotara. O sea, poner las herramientas para que la obra explote sin condicionarla a una época. Y eso fue determinante. En el momento en que encontramos el color del sonido, automáticamente entendí que la tapa era como un plantar bandera y ahí fue donde dije: ¿Qué pasaría si yo pudiera contarle al pintor francés Eugene Delacroix esta idea y que me reformulara La Libertad guiando al pueblo pero con la perspectiva Radical?; no la bandera de Francia sino una bandera negra, que es la verdadera bandera de la libertad, no la libertad que están vendiendo ahora que es negación de libertad o esa libertad de extrema derecha, sino la bandera negra de la libertad, y que en vez de ser una señora de piel blanca que guía a gente de piel blanca como es el cuadro, fueran esqueletos que no tienen piel, que pueden ser de cualquier parte del mundo, que no tienen fronteras. El esqueleto, en cierta forma, termina resumiendo al ser humano: no importa lo que pienses, no importa tu color de piel, no importa tu religión, en los esqueletos somos todos iguales. Vamos al concepto primario del humano y la libertad, y la banda, a la vez, plantando bandera. Siempre me acuerdo del final de poema Spleen, de Baudelaire, cuando dice: “Y sobre mi cráneo planta su bandera negra”, que puede ser una muerte, porque en el caso de Baudelaire es un significado más hacia la muerte, pero la muerte como cambio, como refutación. A mí me encanta la tapa. La defiendo, y fue como que lo que está atrás de esa tapa, o sea la banda y sus canciones, es representado por esa tapa, y esa tapa representa lo que está atrás.

SR: Yendo al sonido y suponiendo que yo no escuché nada de Radical, ni de antes ni de ahora, y te pregunto cómo suena tu banda, ¿qué me dirías?

Gabriel: Precioso (risas).

SR: Dame una idea más aproximada.

Gabriel: Es un disco extremadamente violento, pero a la vez es un disco extremadamente ganchero. Es un disco extremadamente enérgico y a la vez tiene como un enojo, pero que no descarga odio. Y eso es algo muy raro. Porque la gran parte de los gritos conducen al odio, pero este disco, no. Creo que el no hacer la pose del rockero enojado es uno de los grandes goles de este disco. Es un disco muy honesto… ¿se nota que lo defiendo no? (risas). Fijate que no hay concesión alguna a nivel de intensidad para gustar. Pero la naturaleza de lo que está expresado tampoco tiene ese rechazo que genera el odio. Hay canciones muy extremas como “Crisis” y sin embargo todo tiene su lugar. El disco te va llevando. Es un disco corto, pero cada segundo es muy intenso. Hay una perspectiva distinta del tiempo. No es lo mismo mirar los minutos solos, que recorrer esos minutos a través de las canciones. Te lleva. No terminás cansado o absorbido. No es esa música fuerte que te drena energía sino música que te aporta, y creo que es muy difícil en la música extrema generar ese sentimiento centrífugo y no centrípeto. Y lo logramos.

SR: ¿Las composiciones son todas tuyas?

Gabriel: Hay composiciones de varias épocas. Hay una que hizo Joel completa, que es “Hacelo vos”, hay algunas que son sólo mías, algunas que son letras de Rodrigo y música mía, y hay algunas que están firmadas como colectivo. Hay dos temas de Perfecto Infierno. Todas las canciones son las que llegaron al borde de ese quiebre que tuvo Radical. Algunas fueron grabadas, otras no. “Corro”, por ejemplo, es una canción que viene de mi primera banda, Gato Negro, que se había incorporado. A este disco seguimos llenándolo de referencias. Es como una suerte de estuario que recibió las aguas de Perfecto Infierno, las aguas de un Radical con canciones que no están en álbumes, canciones que no fueron grabadas. Por ejemplo, “Detona” no fue grabada, “Sin control” fue grabada como simple. “Pensar es terror”, era Radical y la grabé con G, y “Corro” también era Gato Negro y le grabé con G; o sea, le tenía ganas a esas canciones. Cuando las escuché tratadas por Radical dije: “Está bueno que estas canciones tengan un lugar acá”.

SR: Ya que no lo definimos como metal… porque no lo definimos como metal, ¿no?

Gabriel: (Se ríe). Tiene metal, obviamente que tiene metal (risas).

SR: Pero tomando tus palabras, no puedo decir que es un disco de metal.

Gabriel: A ver … me imagino la película Blade. ¿A Blade lo definirías como vampiro? Sí y no. Tenía del mundo humano y del mundo vampiro. Este disco tiene mucho de metal, hay una matriz de metal, y te va a sonar raro lo que te voy a decir, pero es un disco más ochentero y cancionero. O sea, antes que nada son canciones. Fijate “Crisis”, 39 segundos de molerte a palos, pero tiene dos versos y dos estribillos. Es una canción.

SR: ¿Decís que ahí la gente puede cantar?

Gabriel: Formalmente tiene un micro formato canción. Yo la presento como micro canción. ¿Es para cantar, es para gritarla, es para ladrarla o grownlearla? Bueno, cada uno lo vibrará y lo sentirá. ¿Son canciones para hacer pogo? Bueno, eso tampoco define, porque se hace pogo en el rock and roll y con otros géneros. Entonces, ¿es metal? Tiene metal. ¿Es punk? Tiene punk. Tiene mucho rock and roll, tiene mucho formato canción, pero está todo cocido, pensado y expresado a una temperatura que no lo saca de la forma de metal y lo saca de algunas formas del punk. Si tenés que meterlo en las bateas de punk o de metal, metelo al medio (risas). Tiene un espíritu muy rock and roll el disco.

SR: ¿Cómo se inserta Radical y su disco en el panorama del rock nacional?

Gabriel: No sé.

SR: ¿No sabés y no te importa mucho?

Gabriel: Me importa, sí, claro que me importa. Si estamos en esto es porque queremos que escuchen la música. Queremos ser parte, ser un pequeño eslabón, un gran eslabón o una piedra en el zapato de alguien. Entiendo que este disco tiene algo. Esto te lo puedo contestar el año que viene (risas). Porque yo tengo como un pálpito con este disco.

SR: Veo al disco como una ventana más hacia lo internacional.

Gabriel: Sí, este disco fue concebido en Uruguay y parido en Chile.

SR: Claro, pero musicalmente parece haber sido sí concebido como para el medio pero…

Gabriel: No. Una cosa es la estrategia de promoción del disco, pero el disco fue concebido con el barro que teníamos para hacer las criaturas, y ese barro éramos nosotros grabando las canciones. Entonces no hicimos un disco para el exterior, hicimos un disco para honrar esas canciones. Iba a ser un disco mucho más humilde, como para grabar y tener algo para afirmarnos para salir. Cuando el disco se termina y toma la dimensión de sonido y con la tapa, me di cuenta que había, que hay algo. Hay algo en el disco, pero nunca fue concebido para afuera.

SR: Pero el propio sonido de la banda registrado en el disco, como que…

Gabriel: Ojalá, ojalá. No sé qué decirte. El disco fue hecho, ahora le toca seguir su camino.

SR: Y la banda atrás del disco. ¿Qué sigue ahora? ¿Ensayos, toques, presentación?

Gabriel: No, otro disco. Te pregunto: ¿Cuál es la carrera de una banda hoy en día?

SR: Bueno, se forma una banda juntándose músicos. Ensayan, graban un tema y lo suben a Spotify o a YouTube.

Gabriel: No grabé uno, grabé diez. Subí en Bandcamp, no subí primero en Spotify por toda una sucesión de hechos que llevaron a que el disco se terminara a fin de año. Los compañeros querían que el disco fuese de este año para poder presentarlo a los Premios Graffiti, que Radical se merecía volver a presentar, y también los compañeros decir que hicieron este esfuerzo y se presentó. Si esperamos por las plataformas tradicionales, el disco no iba a estar en fecha. Se publicó oficialmente el 29 de diciembre, por lo tanto fue lanzado. También optamos por Bandcamp que es instantáneo y que también es como independiente, alineado un poco al perfil de la banda. Pero volviendo a cuál es el futuro de la banda, por un lado está ahora todo el trabajo administrativo de promoción que es tan necesario, el poder contarle al mundo que existe este disco. Se supone que tenemos que hacer algún vídeo en algún momento; lo veremos. En lo personal, yo quisiera grabar más música. Esto es muy mío y lo hice con Pecho ‘e Fierro. En la gestión que tuve con ellos en un año grabaron 23 temas. Bueno, yo entiendo que Radical encontró un camino sónico, se encontró sónicamente. ¿Qué tiene que hacer ahora? Crear. Yo prefiero invertir el tiempo en hacer canciones, y aparte Radical tiene como una necesidad de hacer esas canciones. Fijate que este disco lo lanzamos hasta sin fotos de la banda; es la tapa y la música, la vieja escuela, tapa y música. Escuchá la música, mirá la tapa. Estamos promocionando un tema por día, lanzando desde las redes de Radical contando la historia, la aventura de este disco. Después llegará el momento de presentar esa música, pero había que hacer este disco. Estamos muy contentos con él. Ahora que hay que hacer más música, grabar más, porque eso es lo que va a quedar para siempre. Los shows están buenos, pasan y son necesarios, pero lo que queda para siempre son las canciones grabadas. Entonces creo que Radical tiene que concentrarse, seguir haciendo su camino al andar. También tenemos que reencontrarnos después del verano. En la etapa de producción me encerré con el material, y si bien me iba contactando, no fue un trabajo colectivo, fue un trabajo producido por una persona. Bueno, ahora lo que tenemos que hacer es ser músicos.

SR: Y cuando llegue el momento de la banda sobre el escenario, ¿cómo la ves para poder reproducir y transmitir lo que es el contenido de este disco y del próximo? ¿Es un desafío?

Gabriel: Lo que pasa es que una banda en vivo es como un factor multidimensional. Por un lado es el encuentro de los músicos ejecutando las canciones hacia el público, después está el encuentro de los músicos hacia ellos mismos disfrutando de las canciones. Pero después está el encuentro con uno mismo, yendo a disfrutar esas canciones. Creo que este disco es como es un disco portal, abrió un portal hacia una nueva forma o una etapa diferente de Radical, con otra formación pero que en realidad en vez de alejarse de lo que era Radical, como que se acercó más a la idea musical de Radical, producto del tiempo y de la madurez de los compañeros que fueron convocados a ser parte. Eso es muy importante, y a mí me gustaría darle a este presente y al futuro Radical canciones que sean 100% pura sangre de esta formación, porque se lo merece.

SR: ¿El segundo disco iría para el mismo lado que el segundo?

Gabriel: Estamos hablando de una banda que como que no tiene disco para atrás, pero en realidad tenemos discos para atrás. Lo que pasa es que no es sencillo para una banda cuando cambia vocal. ¿Cómo honrar el pasado, pero a la vez potenciar el futuro? La voz es el instrumento el más personal de todos, porque quienes ejecutamos instrumentos que no sean propios y orgánicos de nuestro físico, podemos llegar a emular a otro instrumento. Pero en el caso de la voz, una nueva voz es una suerte de cambio de rostro, de cirugía estética. Hay casos en la historia del rock en que esos cambios fueron increíbles; cambiaron estéticamente, llevaron a bandas a cambiar las formas de verse a sí mismas. En este caso es injusto comparar hacia atrás, porque hacia atrás no podemos compararnos más que con nosotros mismos, y comparar este Radical con las formaciones anteriores, me parece de insanía, porque convocar a Martín es porque recorrimos un camino de 17 años. Entonces el camino fue buscar quién interprete nuestra música y nos pueda proyectar, y en eso fue como un rayo láser, fue Martín, que aparte está en los proyectos Days Of The Phoenix y Cormoran, y sin embargo quiso estar en Radical. Quizás sea el proyecto no “más desprolijo” pero donde la milanesa puede salir bigotuda y donde no tiene que haber los detalles que requieren las otras dos propuestas. Es más de jeans rotos.

SR: ¿Más visceral?

Gabriel: No, porque estaría poniendo a las otras bandas como menos viscerales y sería como una arrogancia en mi parte. Radical no es más visceral, es de otra época. Y creo que también para él es entender esa otra época y esa otra forma diferente de conectarte con el rock, donde a veces ciertas “desprolijidades” hacen a la estética.

SR: Muy propio de los ’90.

Gabriel: Propio de la evolución de los ’70 – ’80 que llega a los ’90, en esos ’90 en donde en el metal y el punk extremo todo se va al garete, todo se va al diablo en el mejor sentido. En esa ida al garete es donde Radical como que se ubica, pero no es una banda retrógrada.

SR: ¿Sentís que es tu disco definitivo?

Gabriel: Hasta este momento, sí. Siento que este disco me hace mirar con mucho cariño y perspectiva los discos anteriores, pero me estableció un umbral en lo personal donde se da una simbiosis entre arte, música y expresión. Estoy feliz de tener la edad que tengo y poder hacer esta música y ver que todos los puntos convergen en un lugar. El otro día lo puse en la playa y lo escuché, y estaba tan feliz y tan convencido… Y miraba la tapa, y esa especie de esqueleto que te mira, que está abajo del que lleva la bandera… A mí me encantaría estar en el disco que está detrás de esa etapa, y estoy. Siento eso que no me ocurría desde el Sangrando. Tengo una sensación rarísima, como no la sentía hace muchos años. “Adónde nos conduce esto, yo no lo comprendo, sólo sé que vamos” bien, muy bien y hacia algún lado (risas) ¿“Mal dirigidos”?, sí, no sé cómo estamos dirigidos. Se está haciendo un trabajo ordenado de prensa. El primer trabajo de prensa lo estamos arrancando acá, pero va a haber un trabajo ordenado en el lanzamiento de Chile. Después seguirá Argentina y creo que eso también empieza a contestar o contesta el porqué arranqué teniendo un agente de prensa en Chile, que es Verónica Espinosa y que escribió un librazo, que es un manual de todo lo que hay que hacer y que lo usé. En este viaje de diciembre a Chile me dan el libro físico y lo entro a leer. Yo terminaba de trabajar en el estudio y me iba a estudiar. Era como un manual de todos los pasos que hay que seguir para hacer las cosas bien. Me ayudó a ordenar ideas; una genia Verónica Espinoza.

SR: ¿Por qué Chile?

Gabriel: Porque me tratan bien, laburo bien. Encontré un lugar donde poder trabajar con un ingeniero donde los roles están definidos. Se trabaja en un entorno absolutamente profesional y distendido. Porque cuando te vas lejos de casa a hacer las cosas, estás deseando volver con las cosas terminadas. Ya había iniciado una relación con Blackflag en el año 2018 cuando entrevisté en Distorsión a Bojan Ostojic, su director. En 2019 fuimos con Black Smoke e hicieron un Blackflag Live. Luego hicimos la mezcla y master del disco de Pecho ‘e Fierro, que terminó siendo premiado y que puso a Pecho en el lugar que queríamos. Y eso se logró trabajando en Blackflag. Por eso llevé el disco de Radical para ahí. Gente muy idónea, muy piola, que nos ha apoyado en todo sentido. No tengo más que agradecimiento, y de hecho me ha permitido integrarme al staff de Blackflag siendo una especie de representante en Uruguay de alguien que ha trabajado y que tiene la conexión con el estudio. Blackflag tiene su primer reconocimiento como estudio a través de los Premios Graffiti.

Ariel Scarpa

 

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