Este reportaje lo publicamos originalmente en nuestro número 13, correspondiente a julio de 1988. En ese momento, Alejandro había dejado de pertenecer a Los Traidores. Nuestra intención era entrevistar a ambas partes, pero no pudimos concretar la nota con la banda porque no llegamos a un acuerdo con el manager que tenían en ese momento. Así que quedó sólo el reportaje a Alejandro, donde nos contó su visión de lo que estaba ocurriendo por esos tiempos y su nuevo proyecto, de su salida de Traidores y el cambio de propuesta estética y musical de la banda. Lamentablemente él ya no está entre nosotros, así que esto que leerán a continuación es una buena forma de recordarlo.
Para este número queríamos variar un poquito todo. Y la sección de los rockportajes también tiene su pequeña modificación: por primera vez encaramos un rockportaje unipersonal. El elegido fue alguien que teníamos en mente hace un tiempo: Alejandro Bourdillón, ex baterista de Los Traidores. Esta es una entrevista que hicimos con muchas ganas y que sirve en cierta manera de complemento de la nota sobre Los Traidores que fue en nuestro número anterior. Veamos, pues, las respuestas de Alejandro.
SR: Contanos a manera de síntesis sobre tu iniciación en esto de la música y tu vinculación con Los Traidores.
Alejandro: Comencé hace algunos años a hacer heavy metal en un grupo. Nos pidieron autógrafos y de todo un poco. La verdad que no sé qué pasó, yo había llevado una batería de mierda y salió bien. Después de ahí me echaron y el bajista de este grupo me dio un aviso que sacó del diario que decía: “Se necesita baterista para grupo punk”. Yo dije: “¿Qué será esto?, voy a llamar”. “Hola, sí, yo llamo por el aviso”. “Ah, sí, mirá, nos tenemos que ver en Bulevar Artigas y Av. Italia a las 8, ¿te parece?”. “Sí, bien”. Entonces fui pensando encontrarme con unos punkies rabiosos con los pelos parados, con alfileres, chapas de The Clash, Sex Pistols, etc. Y cuando llego me veo a unos peladitos, de zapatos de punta, pantalones bombilla… Pato tenía el pelo teñido de rubio. Entonces me quedé esperando; los miro, ellos me miran, les pregunto: “¿Son uds.?”. “Ah, sí, somos”. Entramos a hablar y, bueno, quedé: pero faltaba la opinión de uno del grupo, de Juanfer, entonces estábamos en Rivera y Paullier, que es donde paran ellos, y llega Juanfer del liceo. Ni bien me vio no sé qué me dijo, me hizo unas historias, medio como que me dijo: “¿Qué hacés, chino inmundo?”, o “No me jodas porque te mato”. Muy agresivo, pero después me fui haciendo amigo de él, hasta que quedó todo bien. Ahora, yo tenía el pelo largo, y como a ellos no les copaba el pelo largo, me dice Víctor muy sutilmente: “Alejandro, ¿por qué no te cortás el pelo?, porque la estética del grupo…”. Y mi amado pelo voló.
SR; Hablanos de las primeras grabaciones.
Alejandro: Bueno, fuimos a Schaffner porque el hijo del dueño tenía una grabadora de demos y allí grabamos “Montevideo agoniza”, otros inéditos como “La calle es la basura” y otros que no los conoce nadie. Así, con este demo, a través de Ricardo Dandraya, se lo hicimos llegar a Carbone. Esperamos la respuesta y nos dijeron: “Traidores tiene que grabar o grabar”. Allí empezamos a hacer los arreglos. Primero se grabó para Graffiti “La lluvia cae sobre Montevideo” y “Juegos de poder”. Después no sé si vino una ensalada más o se grabó el disco.
SR: ¿Había temas que ya estaban compuestos antes de tu ingreso?
Alejandro: Sí, por ejemplo “Montevideo agoniza”.
SR: ¿El grupo tenía un batero anterior a vos?
Alejandro: No, porque el grupo se iba a llamar Vía o Los Traidores, y lo hicimos a votación y todos elegimos Los Traidores.
SR: ¿Quién se encargaba de las composiciones?
Alejandro: Víctor, Pato y Juanfer hacían la música y las letras.
SR: Cuando te hablaron de la propuesta del grupo, ¿qué te dijeron?
Alejandro: En sí la propuesta era muy underground, pero con mucha estética y muy fuerte. Las bases de Los Traidores fueron Sex Pistols y Clash.
SR: ¿Pensaban en ese entonces llegar a triunfar como músicos o sólo se trataba de tocar?
Alejandro: Primero empezó como hobby, y cuando vimos que las propuestas iban surgiendo, nos agarramos la cabeza y nos pusimos a pensar que venía en serio la cosa, con un disco, con una ensalada, un video.
SR: ¿Creés que eso pesó en el grupo como para cambiar la propuesta original? ¿Se siguió haciendo lo que les gustaba?
Alejandro: Sí, pienso que sí, se hacía lo que nos gustaba.
SR: ¿Alguno de ellos había tenido alguna experiencia como músico?
Alejandro: Sí, antes se llamaban Rimel; eran Pato y Víctor con otros, y según me contaron, eran un tipo new romantic. Como que experimentaron con el new romantic primero y no les dio nada, entonces hicieron un grupo punk.
SR: ¿Había alguna otra condición para entrar a Los Traidores, aparte de cortarse el pelo?
Alejandro: No, te tenías que acoplar y andar como andan ellos, para todos lados juntos.
SR: Actuaciones. Las primeras, claro.
Alejandro: La primera fue en Lazy Ranch con Los Estómagos, pero no estaba planeado; es decir, Los Estómagos estaban tocando, fuimos nosotros y nos encontramos con unos punkies que nos conocían de nombre y dijeron: “Uds. tienen que tocar”. Entonces vino el gordo Parodi y nos ofreció tocar, así que nos subimos y salió como el reverendo orto, todo desafinado, sin empaste. Claro, no teníamos ensayo. Tocamos cuatro o cinco temas y la gente quería más, no querían que nos fuéramos. Nos dejaron descolocados y disparamos, nos fugamos.
SR: ¿Y la primera actuación grande en el Teatro?
Alejandro: Hicimos de teloneros de Los Estómagos; la actuación fue muy loca.
SR: Cuando se comenzó a escalar posiciones, a obtener cierto prestigio, a tener ciertas responsabilidades, ¿notaste en tus compañeros un cambio?
Alejandro: Sí, casi en los finales de mi época en Los Traidores me estaban preparando, de una manera. Me echaron una vez y me volvieron a llamar y me plantearon que querían cambiar de estética, y por lo tanto, de música. Entonces me dejaron pensando. Yo llegué a tocar “Perros callejeros”, “La luna no cuelga del cielo” y otros.
SR: ¿Por qué ese cambio?
Alejandro: Y, porque se les ocurrió.
SR: Pero, ¿cómo fue? ¿Un día se levantaron y dijeron “vamos a cambiar todo”, o hubo una evolución.
Alejandro: No, hubo una evolución, no fue de un día para el otro, fue planeado.
SR: ¿Pensás que se puede pasar de una propuesta como la de Montevideo Agoniza a la actual tan repentinamente?
Alejandro: Bueno, ya se perdió lo contestatario, se pasó del underground al comercial, y es un paso muy grande. Si no estás preparado, mejor que no lo hagas.
SR: ¿Pensás que no estaban preparados?
Alejandro: Ellos sí lo estaban porque ya lo hicieron.
SR: Recién nos referimos al cambio de propuesta. Volviendo a eso, ¿puede haber un cambio tan repentino?
Alejandro: Sí, creo que se apresuraron un poco las cosas, más bien que están apresurándose en todo.
SR: ¿Se apresuran ellos o hay otras presiones?
Alejandro: Eso no sé, hasta donde yo tuve conocimiento no hubo nada de eso.

SR: ¿Qué pasó con el público que los seguía?
Alejandro: Hay gente que le sigue gustando, pero te aseguro que la gente que fue por primera vez al Teatro de Verano ahora no los sigue más.
SR: ¿Cómo viene tu desvinculación del grupo?
Alejandro: Bueno, viene Pato a casa y me dice: “Alejandro, no vas a tocar más con nosotros”. Y le digo: “¿Qué?”. “Que no vas a tocar más con nosotros”. Porque ellos estuvieron probando otros bateristas sin que yo lo supiera. Es decir, lo que hicieron los tipos fue buscarse el terreno y en el momento adecuado, ¡paff!, y entraba el otro.
SR: ¿Qué razones te dieron?
Alejandro: Que nos servía para los propósitos de ellos.
SR: ¿Y cuáles eran esos propósitos?
Alejandro: No me los dijeron. Los míos eran seguir tocando.
SR: ¿Hubieses dado los mismos pasos junto a ellos?
Alejandro: Yo tocar para la 85 jamás; ahí me iba del grupo. Si me decían “tocás ahora o te echamos del grupo”, yo decía “échenme”.
SR: ¿Pero el camino que han seguido en lo musical?
Alejandro: El camino musical puede ser, aunque Traidores era antes. Traidores eran en Montevideo Agoniza, en Graffiti, porque ahí era cuando a la gente le gustaba Traidores.
SR: ¿Qué pasaría si Los Traidores te invitan a tocar de nuevo?
Alejandro: No, nunca más. Pero hay un dicho que dice “nunca digas de esta agua no he de beber”; pero no, simplemente no. Además no tengo ninguna bronca contra ellos.
SR: ¿Se trata de crear una moda Traidores con la vestimenta, corte de pelo?
Alejandro: Sí. Entraron dos integrantes nuevos y los pasaron por vestuario y peluquería, los pasaron por la máquina de afiches y salió el producto perfecto: Marcelo y Caio.
SR: ¿Tocaste en algún otro grupo?
Alejandro: El año pasado llegué a estar en tres grupos a la vez: en La Chancha Francisca, en Rosas Negras y en Los Traidores. La grabación de Rosas Negras es excelente, lástima que no salió nada. Estaba cantado en inglés por Gustavo Doorman, y sonaba como un grupo más inglés.
SR: ¿Qué impresiones nos podés dejar de las ediciones discográficas; claro, refiriéndonos al rock nacional?
Alejandro: Carbone no está más encargado de producción, ahora está Sergio Pérez, y es un tipo muy duro; te aceptará los demos, te dirá que los escucha, pero capaz que los archiva y no los escucha nada. Así que si realmente tenés una propuesta y querés tomar la iniciativa, tenés que hablar con Carbone o con la gente de Discovery. Por ejemplo, Níquel habló mucho tiempo con Palacio y todo quedó en promesas, así que fueron a Discovery.
SR: ¿Cómo ves nuestro rock?
Alejandro: Es bravísimo, lo veo muy duro, fundamentalmente para el rockero que recién comienza. Hay que meter. Hay una competencia underground que es muy vasta, hay mil grupos.
SR: ¿Hay nivel?
Alejandro: Mirá, Claroscuro me gusta, pero yo qué sé. Te puedo decir que somos más creativos que los argentinos, más contestatarios. Por ejemplo, en una letra de Soda Stereo quedás colgado, porque te dicen: digital, TV, persiana americana, comunicación sin emoción. Dicen mucho pero no dicen nada.
SR: ¿Cómo ves los medios de difusión?
Alejandro: Parece que si no tenés banca, no te pasan, no salís en las radios.
SR: Si fuiste a Parque Rock-dó, ¿podés opinar algo sobre el incidente con Clandestino?
Alejandro: No pude verlos, pero no pueden agarrar a un pendejo de 17 ó 18 años porque puteó a alguien y meterlo en cana. Eso no puede ser, pero puede ser que se la coman por giles, porque subir al escenario y putear al presidente y al parlamento sin sutileza y con descaro total, me parece una gilada, porque si lo hacés es porque te querés ganar una primera plana, porque querés ganarte fans o yo qué sé porqué.
SR: ¿Cuál es tu actividad actualmente?
Alejandro: Soy microbio y baterista, doy clases de batería. Además estoy en un grupo del cual no quiero decir nada pero me gustaría decir mucho. Tenemos una vocalista femenina.
SR: ¿Es una sorpresa?
Alejandro: Sí. En Uruguay todavía no se hizo. Tal vez debutemos en Cabaret Voltaire o en Extasy. Ahora estamos con un demo a toda máquina. Prometo pasarles la primicia. No quiero decir más, no doy más pistas.
SR: ¿Qué bateristas te gustan?
Alejandro: Como influencias puedo mencionar a Stewart Copeland, Bill Bruford, y Krupa, son los tres que tengo en el altar. Además me gusta el jazz rock y la música experimental.
SR: ¿Hay buenos bateros aquí?
Alejandro: Sí. Primero José Luis Pérez y después Leonardo Baroncini, Álvaro Pintos; son músicos serios.
SR: Contanos algo sobre tu internación.
Alejandro: Bueno, sucedió en el período que tocaba con Los Traidores, y el motivo fue que quedé del cráneo. Es una época un poco gris para mí, pero estuve internado en un hospital siquiátrico durante un mes. En ese tiempo el grupo paró de tocar y ni bien salí fuimos a grabar Montevideo Agoniza, sacamos las fotos, etc.
SR: ¿El motivo de que prescindieran de vos como baterista en Los Traidores puede estar relacionado con algo de esto?
Alejandro: No, incluso cuando salí del sanatorio ellos me decían Pompón porque estaba gordito y la relación era buena.
SR: ¿La gente te consideraba violento o extraño?
Alejandro: No. Mucha gente pensaba que estaba internado por loco… bueno, un poco loco sí; pero gracias a “Cachofa” volví a la realidad. “Cachofa” es mi novia.
SR: ¿Cómo te definís como persona?, porque muchos dicen “ahí va el punk de Los Traidores”.
Alejandro: Me han tratado de puto, de punk, de new romantic, de todo; pero me defino como yo, Alejandro.
SR: Notamos un cambio en tu look. ¿Qué pasó?
Alejandro: Sí, he cambiado mucho. Antes usaba caravanas largas, turbante, trapos, collares de perlas, collares con cadenas, guantes sin dedos, cadenas, pañuelos, labios pintados, ojos pintados, y ahora largué todo eso a la mierda.
SR: ¿A qué se debe el cambio?
Alejandro: Bueno, que conocí a una personita que me brindó mucha ternura, mucho cariño e hice ese cambio porque no quería que al lado de ella estuviera un loco. Ahora me visto como gente normal; es decir, yo de por sí soy muy egocéntrico, pero dejé mi egocentrismo de lado y ahora soy uno más.
SR: Leímos por ahí un graffiti que dice “Traidores acabados”. ¿Es tan así?
Alejandro: No, les queda aún algo debajo de la manga. De ahora en más no sé qué puede pasar, pero la gente si no te quiere, no hay solución, y te lo hacen saber de diferentes formas. Cuando ellos te quieren hacer saber algo, te das cuenta sólo con mirarlos.
SR: Tirá un mensaje que se te ocurra.
Alejandro: Si tenés una guitarra, una batería y un bajo, ponete a tocar, loco, porque se viene la re onda.
He aquí el pensamiento de uno de los personajes de nuestro rock. Alejandro empezó hace un tiempo una nueva etapa en su vida, en la cual juega un papel preponderante su novia Claudia (a la cual él llama “Cachofa”) y que también estuvo presente durante la entrevista. Le decimos muchas gracias a Alejandro, y le deseamos la mejor de las suertes en su futuro.
