La Polla Records en Antel Arena

Si he de darle un título a la nota, será Una Noche del Mejor Punk Rock. Dos grandes bandas del punk rioplatense, La Sangre de Verónika y 2 Minutos, abrieron el esperado regreso de La Polla Records al sur del planeta. Una explosión punk que aún debe estar sacudiendo los cimientos del Antel Arena.

Como estaba previsto, LSDVK dio el puntapié inicial para esta fecha histórica. Arrancaron muy seguros y se transformaron en imparables. Un tema atrás de otro, y los sangrientos sin aflojar. Una locomotora punk que hizo mucho más que calentar el ambiente. También estuvo Tabaré Rivero, contribuyendo a una actuación impecable, que quedará para siempre en la mejor historia de la banda.

En segundo término, aparecieron los argentinos de 2 Minutos y siguieron la línea. A todo motor, escupiendo todos y cada uno de los temas. Mucha potencia en una actuación redonda. ¡Si hasta apareció el dueño de la pierna ortopédica…!

A continuación, lo que seguramente será ya el regreso más esperado del 2020: La Polla Records. Hubo un poco de polémica desde el inicio respecto a la integración. Quienes se presentarían eran los mismos que en la última versión de La Polla, allá por el 2003: Evaristo, Sumé, Abel, Txiki y Tripi. Pero una infección respiratoria de último momento dejó a Sumé en España, quedando sólo Evaristo y Abel como únicos representantes de La Polla original. En la práctica, se puede decir que fue Gatillazo con Abel de invitado, versionando a La Polla. ¿Importa? Seguramente no, por lo menos para la mayoría de los presentes, entre los que me incluyo. El motor de todo esto innegablemente es Evaristo. La Polla, The Kagas, The Meas y Gatillazo son todos hijos del mismo padre, y la familia seguirá unida mientras el capitán siga al comando del buque de guerra, cualquiera sea su insignia.

Dicho esto, hablemos del show. Por supuesto la apertura fue con “Salve”, como es habitual. Desde ese momento en adelante, fue un disfrute total por parte de todo el público. Una muy buena entrega de la banda que venía de su show en Argentina el día anterior, y que si bien se encuentra potenciada por “la sangre joven” de los actuales Gatillazo, el despliegue de los veteranos estuvo muy pero muy bueno, dejando todo lo que hay que dejar. Evaristo con sus alaridos y su humor, siendo siempre el centro de atención, como corresponde. Lo de este tío ya no tiene explicación, por lo que solamente queda disfrutarlo. Como siempre, las letras con todo su contenido político-social-cultural marcando el pulso de lo que estaba ocurriendo sobre y bajo el escenario. La banda sonando como se podía esperar, y creo que algo más también. Cada uno en su rol desempeñado a la perfección, siendo la base fundamental para que el todo se sostenga de una manera soberbia. Un muy buen sonido fue el compañero ideal para la fiesta del punk mundial. En definitiva, un conjunto de elementos que funcionó a la perfección.

Hubo canciones para todos los gustos, en una recorrida impresionante por la discografía de la banda, respetando el sonido y la concepción original de cada uno de los temas. Fueron nueve bloques de entre cuatro y seis temas, que estuvieron entregados como ráfagas de bombas sobre el público que colmó el Antel Arena y que acompañó con cantos, saltos y bailes. Quizás los tres temas más coreados fueron “Gol en el campo”, “Ellos dicen mierda, nosotros amén” y “No somos nada”. Estos tres, entre muchos otros, tuvieron versiones apoteósicas. ¿Faltaron canciones? Por supuesto, pero no sobró ninguna.

A pesar del “recicle” de los músicos, fue un concierto muy esperado por todos los que estuvimos presentes, y que se disfrutó de principio a fin, sabiendo que será muy difícil que esto se pueda volver a repetir por estas tierras tan lejanas para los grupos del norte. Una fiesta total que seguramente todos hubiéramos querido que siguiera hasta agotar todos los temas de su discografía.

“No somos nada” en este “Mundo cabrón”. “La solución final” será “Ni descanso, ni paz” para “Nuestra alegre juventud”. “Así es la vida”, “Lucky men”.

Ariel Scarpa