En la retrospección que de alguna manera se está dando en nuestro rock, con una mirada focalizada en el rock de los ‘80s, Los Seres Vivientes surge rápidamente como una banda con una energía arrolladora y con objetivos claros. Con un disco grabado y varios toques a lo largo de los últimos y próximos meses, se presentan como un grupo al que prestarle atención. Lo merecen. Para averiguar un poco más, charlamos con su guitarrista, Leo Bonzo.
SR: Para coordinar esta entrevista, charlé con Fede Britos, que es el manager de la banda. Me llamó la atención que un grupo relativamente nuevo tuviera uno. No es lo habitual.
Leo: Pasaron dos cosas. La primera fue que cuando terminamos de grabar el primer disco, antes de mezclarlo, le mandé un mensaje a Fede. Yo sabía cómo trabajaba él, y se me prendió una lucecita adentro que me dijo “a este proyecto le va a ir bien”, y sentí que necesitaba liberarme de ciertas cosas, como ser salir a buscar boliches, las entrevistas. Yo necesito agarrar la guitarra y componer canciones y necesitaba esa libertad, que otra persona hiciera esa cosas por mí. Lo segundo que pasó, que es lo más raro, es que pasó casi un año y nos llamó Fede para decirnos que sí. En realidad la primera vez que le mandé un mensaje me dijo que no podía porque estaba con otros proyectos. Él me escribió diciéndome que le había gustado el material nuestro y que le interesaba.
SR: Vos estuviste en otras bandas tocando otros instrumentos. Me gustaría que me cuentes un poco eso y luego cómo surgen Los Seres Vivientes.
Leo: Desde la primera banda que tuve, fui rellenando agujeros. A mí siempre me gustó la batería, y en la primera banda que estuve se necesitaba un bajista, y yo tenía un bajo en casa y no tenía batería. Se llamaba Bonzos, obviamente homenaje al tema de Ramones “Bonzo Goes To Bitburg”. Ahí fue que nos pusimos el apellido Bonzo, y de ahí salió mi apodo. Después de eso ensayé con Luis Morantes y entré en Diasepunk, rellenando agujeros porque le faltaba baterista. Luego hubo un problema y el cantante se fue, y nos surgió la posibilidad de viajar a Buenos Aires. Como yo me sabía todos los temas de Ramones que tocábamos, fuimos con un amigo que tocaba la batería y yo como cantante. Y cuando volvimos ya quedé: rellené el agujero (risas). Después de que se terminó Diasepunk volví a la batería con una persona de Minas en una banda que se mantiene activa. Después de que se terminó eso, fue mi primera incursión en la guitarra. Conocí a una banda de Minas que se llamaba Los Wilson, que el cantante es el actual de Los Seres Vivientes, que me invitó a cantar. Pero como ya habían grabado un disco, le propuse que cambiar de cantante era mucho más chocante que cambiar de guitarrista. Así que quedó él cantando y yo agarré la guitarra. Cuando se terminó Los Wilson, el cantante y yo quisimos seguir juntos porque teníamos muchísimas canciones que no se habían podido grabar, y bueno, acá está, Los Seres Vivientes.
SR: Con tanto cambio seguramente tendrás próximamente algún otro en camino, aunque no lo tengas planeado, pero que se va a manifestar.
Leo: No, no. Como banda no, porque es muy estresante tener una banda, porque se me complica juntarme con gente que tenga la misma cabeza que yo, porque soy muy muy enfermo por la música: necesito ensayar y necesito grabar.
SR: ¿Sos un poco el motor de Los Seres Vivientes, entonces?
Leo: Con Los Seres Vivientes somos los cuatro integrantes actuales cinchando para el mismo lado, entonces ya no tengo que ser el motor. Por eso le tengo fe a esta banda, y no creo que vaya a hacer un cambio. Lo que sí tengo son cosas mías solistas, ya que tengo la suerte de poder tocar batería, guitarra y bajo a mi manera, muy tosca. Yo en casa grabo mucho, y tengo cosas que voy colgando en Internet.
SR: Hemos visto cosas tuyas.
Leo: Saqué un EP, otro EP de covers de películas, y ya tengo el segundo donde me faltan las voces. También tengo un disco solista entero de 14 canciones. Cuando el ritmo de la banda va por un lado y yo tengo esa necesidad de grabar, grabo en casa.
SR: La propuesta de Los Seres Vivientes está muy dirigida a lo que fue el rock de los ‘80s. Aparte de que el nombre de la banda es muy significativo, ¿por qué van por ahí?
Leo: No fue muy planeado, pero la intención era ir por ese lado. Primero porque cuando Christian y yo decidimos hacer una banda juntos, yo le dije que no quería hacer nada que no fuera uruguayo. Lo del nombre de la banda salió porque con Los Wilson hacíamos un cover de “Los Seres Vivientes” de Los Estómagos, que también hacíamos en los primeros ensayos con la banda actual. Cuando decidimos el nombre de la banda, teníamos dos y Los Seres Vivientes, y dijimos “Los Seres Vivientes, seguro”. Tuvimos la suerte de tocar con Rojo Tres, la banda de Lasso, con Los Chanchos Salvajes, la banda de Parodi. Yo pude conocer a Renzo antes de que falleciera, le mandamos una maqueta del disco, que él escuchó y dijo que quería grabarnos el disco. Fue como una gran casualidad, de que apuntáramos al rock de los ’80, y que toda esa gente que tanto me hizo crecer como músico, se interesara en mi banda. Fue increíble, pero fue una casualidad.
SR: ¿Qué les llegó a uds. de toda esa época?
Leo: Cuando mi madre estaba cocinando en mi casa, yo tenía 5 años, y todas las mañanas ponía Aquí Está Su Disco. Yo escuchaba Cambalache, La Lluvia Cae Sobre Montevideo y El Himno De Los Conductores Imprudentes. Mi madre tiene cassettes donde yo estoy cantando eso, con 5 años. Fue sin querer, era porque estaba en la radio. Pasaron muchos años, hasta mis 14 años que volví a escuchar rock. Empecé con rock en inglés, los Ramones, los Clash. Y de repente empecé a buscar cosas de rock uruguayo y empecé a escuchar a Los Tontos, Los Traidores, y dije “pero esto yo lo conozco”. Ahí me cayó la ficha que lo había mamado a los 5 años.
SR: Aquella época tuvo un momento especial, a la salida de la dictadura. ¿Eso fue como una semilla en vos?
Leo: No, no. En realidad, musicalmente yo me hice con los Ramones. Mis letras, si bien son bastante introspectivas, son un poco negativas, aunque la música es bastante alegre. Los Estómagos y Los Traidores tenían eso de criticar cosas. Los temas que son míos en este disco, son críticas a mí, no son críticas sociales o políticas. No tengo mucha influencia en letras, en música sí.
SR: ¿Cómo llegaron a Parodi y toda esta gente?
Leo: Fue todo un accidente. Siempre amé a Parodi y su forma de tocar la guitarra; me encanta que no quiera sobresalir. De todas formas, mi máximo ídolo es el Hueso, siempre lo fue. Aprendí a tocar realmente escuchando los discos de Estómagos. Musicalmente le debo todo al Hueso en lo que son cuerdas.
SR: ¿Cómo llegan a compartir escenario con Glen Matlock?
Leo: Por Fede, obviamente, que tiene contacto con la gente de Bluzz. Aclaro que no pagamos para tocar. Lo que sí hicimos fue poner el back line. Fede presentó a la banda, mostró el disco, a la gente de Bluzz le gustó y nos preguntaron si teníamos todo.
SR: ¿Qué tal el contacto con Glen?
Leo: Es un crack. Estuvo buenísimo, un tipo recontra perfil bajo. Estaba El Niño, Stuka, yo estaba como en un sueño. Pasa todo tan rápido que no te da tiempo de reaccionar.
SR: Para Los Seres Vivientes fue muy redondo, porque tuvieron ni más ni menos que a Víctor Nattero y a Fabián Vázquez.
Leo: Fede le propuso a Víctor subir a tocar, y de él surgió tocar un tema nuestro también, no sólo un tema de Traidores. Fue el tema Luna de Cúneo, que del disco es el único que tiene cosas para trabajar sobre él como para que Nattero lo destroce. Yo tenía a Víctor al lado mío haciendo arreglos de un tema que yo compuse, un sueño. Con Fabián tengo amistad por La Sangre de Verónika. La carrera de Diasepunk prácticamente se la debemos a La Sangre, que nos invitó miles de veces a tocar con ellos. Fabián es muy fanático del punk inglés, y lo llamé y le dije “tenés que estar”.
SR: O sea que hubo agradecimiento de ambas partes.
Leo: De mi parte fue una forma de decirle “yo no estaría acá si no fuera por La Sangre, y tenés que estar arriba del escenario y bajar al sótano y conocer a Glen Matlock”. Fue una devolución de gentilezas.
SR: Uds. sacaron el disco en el 2018. ¿Hay planes en este 2019 en cuanto a trabajos discográficos?
Leo: Mi plan era grabar un disco completo, del que ya tenemos todas las maquetas prontas, todos los temas están listos. Pero surgió lo de Matlock, lo de Lasso, lo de la Fiesta Club 77, una seguidilla de toques por los que no tuvimos tiempo. El fin de semana pasado grabamos dos temas: uno es para el compilado de los 30 años de La Sangre de Verónika, y otro es una versión que yo quería hacer de la canción Minas y Abril, de Santiago Chalar, que la vamos a sacar ahora. Después no sé si Fede nos da tiempo de que podamos grabar el segundo disco. Yo amo la música y quiero grabar, y amo meterme en un estudio. Todo lo que la mayoría de los músicos dicen que es lo más aburrido, es lo que más disfruto. Amo las mezclas, pero no tengo tiempo, hay muchos toques.
SR: El nombre de Fede aparece constantemente en la nota.
Leo: Sí, por rompe cocos (risas). Le debemos mucho pero nos tranca mucho, también. Lo que pasa es que tiene muchas ideas que no van a la par con la parte musical. Y está perfecto, tenemos un disco hace menos de un año, y yo ya quiero grabar el segundo. Él quiere presentar el disco, y tiene razón él.
SR: ¿Van a presentar el disco?
Leo: No, no, todo esto que estamos haciendo es la presentación del disco. Tenemos toques hasta mayo.
SR: ¿Qué pasa con el rock en Minas?
Leo: Bueno, esa parte es brava. Creo que Minas es una de las ciudades con más rock del interior. No conozco mucho, creo que Paysandú es bastante rockero. Sacando Montevideo y Pando, Minas es de las ciudades más rockeras del Uruguay, por la cantidad de bandas respecto a la gente que vivimos ahí. Lo que pasa es que no trascienden mucho. Siempre están surgiendo bandas nuevas.
SR: ¿Y hay público?
Leo: No, nada. Eso es lo más extraño de todo. Somos demasiadas bandas y siempre tocamos para los mismos.
SR: Acá pasa más o menos lo mismo.
Leo: Capaz que se nota menos por el volumen de gente, allá son 25 ó 30 que son siempre los mismos, y nunca se va a hacer masivo.
SR: Pero capaz que está bueno que no se haga tan masivo, ¿no?
Leo: No sé todavía. El día que se haga masivo voy a poder comparar. Hoy lo que está pasando es que tenés que hacer toques como este que vamos a hacer nosotros en un club de bochas, porque no hay lugares donde tocar. Hay que alquilar lugares y poner plata del bolsillo. Lo hago porque tengo ganas de hacerlo, para que haya un toque en Minas con bandas con sonido ‘80s.
SR: Y lo están haciendo a la forma de los ’80.
Leo: Exactamente. Eso nos pasó cuando tocamos con Parodi en Minas. Cuando llegó de Montevideo, ya tenía todo armado, y dijo “¡esto es igual a los ’80!”. Eso es la autogestión.
SR: ¿Qué tiene eso de bueno y de malo?
Leo: … (pausa). Está bueno porque tenés el control, y lo malo es que perdés económicamente (risas). Igual tengo una satisfacción que no la comparo con nada. Yo lo hago para que esos 30 ó 40 que somos siempre los mismos vayan a ver un espectáculo de calidad, y ver que la gente lo disfrutó y que al otro día se esté hablando de eso, es lo mejor.
SR: ¿Y aceptarían ser invitados a un toque grande con varias bandas?
Leo: No te puedo responder eso todavía. Ya lo hemos hablado, y tenemos diferencias. Somos una banda democrática en que somos cinco con Fede. Cuando surge algo, se vota. Las últimas tres cosas de las que hablamos, perdí todas. De esto, mi voto es negativo, pero si se tiene que hacer, se hace.
SR: ¿Qué le está faltando al rock nacional, si es que le está faltando algo?
Leo: La música hoy parece que no es tan importante para los jóvenes; los viejitos de 30 para arriba como nosotros no sabemos vivir sin música. Yo necesito generar lo que a mí me generaron Los Estómagos y Los Traidores, que hasta hoy no los puedo olvidar. La música para mí es espiritual, es una cosa que me da mucha paz, me hace bien y me hace mal. Si estoy enojado, pongo música y me hace enojar más todavía. Mi vida es música 24 horas al día. Me pasa con bandas nuevas que escucho de otros países, que me vuelan la cabeza y estoy todo el día escuchando el último disco que sacaron. Necesito generarle eso algún día a alguien, lo que a mí me hizo la música, dárselo a alguien más. Pasar la pelota, y que alguien agarre eso y haga una banda y lo continúe. Eso es lo que le falta al rock, falta motivación de querer comerse la cancha, que es lo que pasaba en los ’80. Falta un poquito de que el músico le de algo al público, y de que la gente deje de vivir como vive hoy, pensando que una canción es vieja porque tiene 3 ó 4 años. La música no tiene fecha de caducidad.
SR: ¿Tenés algún otro proyecto personal?
Leo: No, no. Yo estoy muy feliz con Los Seres. Conseguí tres personas, tres músicos que me están aguantando mil cosas, y no tengo necesidad de nada más. Lo que sí, como vivo música y respiro música, grabo cosas en casa. Tengo preparado un disco de canciones de dibujitos de los ’80 que yo miraba, pero eso es porque me aburro, enchufo la guitarra y grabo.
Ariel Scarpa
LOS SERES VIVIENTES