Miguel Olivencia: Graffiti a la Perseverancia

Miguel Olivencia es el artífice de los Premios Graffiti a la música uruguaya, el principal evento que galardona a los artistas del Uruguay. Con él conversamos sobre sus inicios en los medios, su apuesta a los premios y las novedades de lo que se viene.

SR: ¿Cómo es tu vinculación con la música?

Miguel: Mi padre era gerente de Canal 12 y se encargaba de la programación musical, por eso a mí siempre me gustó la música. Por mi casa pasaban muchos artistas que mi viejo iba a buscar con el auto al aeropuerto, entonces llegué a conocer a muchos de ellos; eran otros tiempos. Luego él compra una radio y yo con 8 años ya me gustaba la idea de ser operador. Fui también disc-jockey y con 15 años empecé a trabajar en Radiomundo, después ya con 18 años estaba cansado de la noche y dije «hasta acá llegué». Paralelamente tenía un video club en Pocitos que se llamaba Video Music, y allí  trabajada Fernando Guridi, primo de Renzo de Los Tontos. Él me contacta con la banda y yo les propongo reunirnos para conseguirles unas fiestas de 15 para hacer. Nos reunimos en el viejo bar Añón, de 21 y Ellauri, y desde el ’86 al ’88 hicimos más de 200 shows en todo el país y en el exterior. Después en 1986 surge la idea del primer Montevideo Rock que fue una locura post dictadura imposible de realizar hoy, porque tenía las mejores 20 bandas de Argentina y de Uruguay, y después de haber trabajado muchas horas y casi sin dormir, me enfermé y no pude ir (risas).

SR: ¿Qué fue lo mejor de Montevideo Rock?

Miguel: Para nosotros era hacer Woodstock en Uruguay. En ese momento estábamos a miles de kilómetros de lo que hacían los argentinos. Las bandas de acá ni siquiera tenían sonidista propio y la diferencia en los instrumentos, los equipos y el rodaje eran infinitos. El que nos vendía la parte de artistas argentinos era Grinbank, y para el segundo Montevideo Rock nos estuvo asesorando y tuvimos que ir a hacer un curso intensivo para mejorar lo hecho. Toda la equipación de los primeros dos Montevideo Rock, eran traídas desde Argentina, acá no había absolutamente nada.

SR: ¿Y después qué?

Miguel: Después dejo Los Tontos porque se puso difícil la interna y preferí irme antes. Luego estuve con Jaime Ross y me superó la ola, porque era muy joven y aún no estaba pronto para algo tan importante. Pero con Los Tontos tuvimos el programa La Cueva del Rock en Canal 4, además de tener mucho éxito con las giras.

SR: ¿Y por qué hoy es tan difícil de repetir esas experiencias?

Miguel: Creo que ahora no hay gente, pero además los costos son otros. Antes eran tres músicos y alguno más, ahora una banda profesional tiene un equipo de 17 a 20 personas, técnicos, plomos, etc. Además acá, por algo que yo no entiendo, los músicos uruguayos ven mal ser comerciales. Segundo, los costos se dispararon, porque si Los Tontos salen 10, seguramente van a tener muchos shows pero si salen 100 no, porque no hay quien pueda pagarlos. Además el rock en muchos casos es un hobby y por eso no tiene esa necesidad comercial. Ojo que hay una elite del rock que vive de la música, pero son muy pocos y la diferencia la hacen en el exterior.

SR: ¿Ves bandas nuevas que aparezcan y puedan alternar con las grandes?

Miguel: Bueno, hay que ver qué bandas están funcionando. NTVG tiene 25 años, La Triple otro tanto, El Cuarteto tiene 35. Acá no hay bandas que aparezcan de un día para el otro, principalmente porque no hay ninguna que revolucione el avispero, además de que somos muy conservadores. Y el otro tema para mí, es que otros géneros como la cumbia y el hip hop se han mostrado más cercanos a la gente, y ese es un problema del rock. A mí me extraña, por ejemplo, que los Buitres tengan ese vínculo con la gente y las bandas nuevas no. Hoy la gente joven escucha de todo tipo de música.

SR: ¿Qué es el rock hoy?

Miguel: El rock es una actitud. Y durante mucho tiempo definió una filosofía de vida, por decirlo de alguna manera, pero ahora se distanció de la gente. También creo que funciona como un eco sistema que se mantiene así, de esta forma. A veces me pregunto qué va a pasar cuando ya no estén NTVG y La Vela Puerca.

SR: ¿Y el medio no le pone techo a esas bandas que intentar subir?

Miguel: Yo creo que las bandas grandes tienen que abrirle paso a las que vienen. Porque no es fácil. Para los nuevos no se arregla con ser populares en Uruguay, deben de trascender afuera. Tampoco es que NTVG se hizo popular con el primer disco, les llevó un tiempo.

SR: ¿Cómo surge la idea de los premios?

Miguel: Bueno, yo estaba en la radio con María Noel Marrone, en Océano, y ella me decía que teníamos que hacer algo para premiar a las bandas de rock que estaban resurgiendo. Eso fue en el 2002, plena crisis. Lo más complicado fue convencer a la gente de que se podía, y gasté una fortuna en llamadas de teléfono, ja, ja. El primer año no perdimos dinero porque a último momento apareció un sponsor con el que cubrimos. El jurado fue complicado, tuvimos que poner un escribano, además todo con planillas porque no teníamos la tecnología que tenemos hoy. El show salió espectacular y fueron un montón de figuras de la TV a entregar premios. Pero la idea era hacerlo sólo esa vez, y al final se acercaron a preguntarnos cuándo hacíamos el próximo. Nos miramos con María y bueno, seguimos adelante.

SR: El nombre Graffiti invoca al rock en especial.

Miguel: Fue uno de los grandes líos, elegir el nombre. Apareció a último momento y lo pensé por el boliche Graffiti. Salió bien, pero era algo nuevo para todos. Nos habíamos fijado algunas metas, por ejemplo lo de tener un jurado, que saliera por la tele, también se sumó que empezó a crecer el rock. Comercialmente siempre fue más fácil vender publicidad cuando éramos sólo de rock que cuando fuimos de toda la música.

SR: ¿Y por qué empiezan a incluir a toda la música?

Miguel: Bueno, empiezan a llegar cada vez más discos y algunos fuera del rock. El primero que mandó fue Walter Bordoni. Entonces me llamaban y me decían, «Miguel, vino este disco», pero no lo determinaba la producción, sino el jurado que decidía si era considerado o no. Por otro lado, nosotros al principio vendíamos el remanente de entradas fuera de las invitaciones, y un día cuando fui a cobrar a Red Pagos resulta que estaba debiendo plata por los impuestos. Entonces decidimos no poner más entradas a la venta. Estuvimos muchos años luchando con AGADU y La Cámara del Disco para que nos exoneren impuestos para realizar el evento, y en un determinado momento AGADU plantea que se debería hacer de toda la música. A su vez el sello Ayuí nos manda un disco de Pepe Guerra en el Solís. Entonces ahí se abrió la puerta a otros estilos musicales, lo que me llevó a otro problema, que alguna gente del rock se enojara conmigo.

SR: ¿Cómo es el proceso anterior a la votación del jurado?

Miguel: Arrancamos con las inscripciones que son del 1° de febrero al 31 de marzo, pero la mayoría viene del 15 de marzo en adelante, a la uruguaya. Después tenemos el proceso de preparar la web con todo el material para que el jurado tenga acceso para escuchar. Los discos físicos hay que digitalizarlos, eso es un buen laburo; después se categoriza, se hacen las planillas, y después empieza el trabajo de los jurados a los que hay que darle tiempo para que escuchen los discos y vean los videos.

SR: ¿Queda algún género por incluir en las categorías?

Miguel: Nosotros abrimos las inscripciones y si hay un género que presenta más de tres discos y no existe esa categoría, la creamos. Los que no aceptamos son discos que representan un repertorio de carnaval. Lo hacemos por dos razones, porque ellos tienen su propio concurso y porque nosotros no queremos hacer una réplica un año después. Sí consideramos, por ejemplo, como ediciones especiales discos recopilatorios.

SR: ¿Cuánta gente trabaja en la producción de los Premios?

Miguel: Bueno, yo soy la cara visible pero, Marisa trabaja los 365 días del año para los Graffiti. Desde enero a octubre tenemos todos los procesos, desde las inscripciones hasta la premiación. También trabaja Sibyla Trabal en prensa, Marcos Da Silva trabaja con las bandas, hay otras dos personas trabajando en la parte de videos y en la preparación del show, que lleva como dos meses. Además este año tenemos 74 jurados. Otra cosa que hacemos, son las certificaciones que nosotros estamos autorizados a emitir a los músicos que nos la soliciten, para tramitar las visas y viajar. Mucha gente colabora de diferentes formas para que esto salga, de lo contrario sería inviable.

SR: En la evolución de los premios, la categoría rock ha tenido muchos cambios, ¿a qué se debe?

Miguel: Tuvimos que ampliarla por la cantidad de discos que se presentan. Tenemos, por ejemplo, el rock alternativo y el pop alternativo en donde la frontera es mínima. Abrir categorías te lleva a que más artistas se puedan mostrar. Tiene dos aspectos, el de ganar y el de «me pude mostrar». Y la mayoría de los artistas mencionan en su historia el haber sido nominado o haber ganado un Graffiti. Este año entregaremos 48 premios, pero además pensamos hacer algo nuevo. En la categoría “Artista Nuevo” vamos a poner 10 nominados en lugar de 5, como lo hacíamos habitualmente. Consideramos que es una categoría en donde es importante mostrarse, porque son artistas que participan por primera vez.

SR: ¿Qué concepto prima para categorizar?

Miguel: En la ficha de inscripción los artistas sugieren la categoría en la que eventualmente deben participar. Si vemos que eso está bien no se modifica, pero hay artistas que ponen cualquier cosa, y en esos casos vemos qué categoría le asignamos. Hay veces que es difícil ponerse de acuerdo porque es un tema discutible.

SR: ¿Las bandas fuertes tienen peso con el nombre?

Miguel: Estamos en un mundo donde las marcas pesan. Si tenemos una categoría donde hay muchos discos inscriptos pero además tenemos bandas como Buitres, Hablan por la Espalda, Cuarteto de Nos, etc, etc, es difícil poder estar, porque además tienen buenas grabaciones, buena producción. Pero ojo, también ha pasado lo contrario, de que buenas bandas presenten discos flojos.

SR: ¿Cómo se soluciona la falta de solidaridad? Hablamos de artistas que se retiran de la sala antes que participen otros compañeros.

Miguel: Ya hicimos de todo, no se dan cuenta que el lugar que dejan vacío se lo dejan al compañero que viene después a recibir un premio o a cantar. En otros países hay mucha plata y son premios a la industria, entonces no se pueden mover porque les están pagando. Ellos tienen contratos y saben que es un laburo. Pero mirá que en Argentina en los Premios Gardel pasa lo mismo. Ni siquiera una foto conjunta con los premios sobre el escenario aseguraría que permanecieran hasta el final. Además los tiempos son muy justos, en el SODRE, si te pasás de hora, te cortan la luz y no podés sacar nada. Llegamos al final con el tanque en la reserva.

SR: ¿Hay algún agradecimiento por parte de las bandas u otros actores por lo que simbolizan los premios para la cultura?

Miguel: No, agradecimientos no buscamos, sí a veces se da que te digan «qué bueno que estuvo» o algo así. Nosotros sólo intentamos que salga lo mejor posible. Yo estoy muy contento así. A mí lo que más me jode es todos los años arrancar de cero con la Intendencia, con la Dirección de Cultura. Pero bueno, eso no cambia.

SR: Hay muchas bandas de punk y metal extremo que no se presentan a los premios; ¿qué les podes decir?

Miguel: Mirá, más pruebas de cristalinidad no podemos dar. El que quiere participar se tiene que inscribir y no garantizamos que sea nominado ni que vaya a ganar, eso lo decide el voto del jurado y te aseguro que es respetado a rajatabla. Hay algo seguro, el 100% de los que no se inscribieron, perdieron. En categorías más radicales los que votan son gente más afín.

SR: Impresiona la cantidad de videos que se presentaron.

Miguel: Sí, es que creo que es el futuro de los premios. Vamos a tener que hacer categorías de videos. El tema es que se nos vienen las cosas encima. Recuerdo que al principio nos juntábamos en W para votar los videos, que mirábamos en VHS, y a medida que avanzaba la cinta se iba votando, y no se podía volver atrás. Y si no lo mirabas ahí, chau, fuiste. El problema es que tenemos que hacer algún equilibrio, no podemos entregar 100 premios.

SR: ¿Qué novedades hay para este año?

Miguel: Una ya se las dije, van a haber 10 nominados en la categoría “Artista Nuevo”. Las categorías de singles son también una novedad. Ya tenemos las bandas que van a actuar, pero las vamos a develar en unos días. Estamos dependiendo del protocolo para definir algunos aspectos de la entrega, también estamos manejando la idea de homenajear a los técnicos por el tema de la pandemia. Nos gustaría armar una banda de técnicos para que hagan un tema, pero estamos trabajando en eso. Ahora el 15 de setiembre en el Teatro Macció de San José será la ceremonia de lanzamiento y anuncio de nominaciones y va por VTV y Radiocero 104.3 FM. Los conductores serán Florencia Infante y El Gran Gustaf. Con respecto a las premiaciones, van a ser dos días corridos para reducir costos: 19 y 20 de octubre en el Auditorio Nacional del SODRE.

SR: ¿Con todo el trabajo y estrés que te genera, cuál es la motivación que te impulsa a seguir?

Miguel: Pah, creo que lo hago por lo que me gusta la música. Además, a esta altura, es como un hijo más (risas).

SR: ¿Por cuánto tiempo más tendremos Graffiti?

Miguel: Y no sé, esto es una plantita que nosotros la regamos todos los años para que crezca derecha. Estaría bueno no tener que arrancar de cero todos los años, no tener que solicitar las entrevistas en la Cámara del Disco, en AGADU. Todos quieren que sigamos, pero es desgastante. Nosotros rompimos con muchos tabúes acá en Uruguay, que no se pueden hacer los premios, que no se pueden hacer los shows, que no se pueden juntar los músicos, pero acá estamos demostrando que se puede.

Winston Estévez y Ariel Scarpa