En el marco de la presentación del disco Hierba Mala Nunca Muere de Me Echó La Burra, la banda invitó a Cadáveres Ilustres a compartir el escenario del Centro Cultural Terminal Goes. Y así, mancomunados, brindaron un concierto de rock con todas las letras, donde se dieron la mano los dos estilos que las bandas llevan adelante.
Con una gran convocatoria a la sala equipada con 90 butacas y con un muy buen sonido que permite que se escuche todo perfectamente, Cadáveres Ilustres y Me Echó La Burra coparon el escenario y transfirieron toda su música y energía a un público expectante y que supo apreciar, valorar y disfrutar todo el rock and roll que se le proporcionó.
Cadáveres Ilustres fue el encargado de abrir el fuego. El quinteto disparó de entrada con “Esperando el invierno”, iniciando una recorrida por nueve de sus canciones. Por el camino fueron sonando los infaltables clásicos “Mala fama” y “Quiero salir de aquí”, que fue la encargada del cierre, a las que se le sumaron otros temas, como “My face” (canción que Pablo Martín anunció que estarían grabando al día siguiente en el estudio de Orlando Fernández, actual Buitres y que también tuviera su pasaje por Cadáveres) y su último tema registrado, “Indiferente”. Una muy buena actuación de la histórica banda, que fue muy aplaudida por un público que se copó cantando sus temas preferidos.


A continuación y sin mediar mucho tiempo, Me Echó La Burra toma el escenario. Y lo hace con propiedad, haciéndose dueños de él y más allá. Salieron con toda la fuerza, decididos a brindar una actuación llena de tremenda energía que desbordó hacia la gente. Abren el show con “Operación rality”, a la que seguirían más de una quincena de canciones. Si bien la excusa del show era presentar el disco Hierba Mala Nunca Muere, de reciente edición en vinilo, también se fueron intercalando otras canciones. El contenido del disco fue tocado en su totalidad, y dentro del complemento de las demás canciones de la banda, hubo tiempo y lugar hasta para sumar a “Carne para la picadora”, de La Polla Records.

Los temas se fueron disparando uno a uno desde el escenario sin bajar ni la energía ni la intensidad en ningún momento. Gran actuación del quinteto que supo llenar todos los espacios con despliegue físico y musical, algo que el público recibió con gran intensidad, participando activamente. En ese despliegue y mientras sonaba “Todos muertos”, los dos guitarristas y el bajista saltan del escenario para tocar a los pies de la primera fila, algo que Javier Irigoyen, el vocalista de la banda, ya había hecho y repitió luego. También hubo espacio para que Juan Bervejillo subiera a cantar “Todo cocinado”, aportando lo suyo al completo show que la banda estaba dando.
En resumen, un tremendo concierto de dos grandes bandas en un excelente lugar. Rock por los cuatro costados con dos propuestas diferentes pero que supieron complementarse a la perfección para lograr calentar una noche fresca. No podemos pedir más.
Ariel Scarpa
