Recurriendo a los estatutos más tradicionales del punk español, Me Echó La Burra se para en el rock uruguayo con letras con mucho para decir. Con la música acorde a la propuesta de la banda, Javier Irigoyen (voz), Martín Olmos (guitarra), Sebastián Dobsky (batería), Gustavo Bello (guitarra) y Juan Pablo Machado (bajo), presentaron recientemente su disco Fulero. Ensayar, tocar y grabar el disco fue casi un solo elemento, muy al estilo punk. Para profundizar en la esencia de la propuesta y el mensaje, charlamos con Javier, Martín y Sebastián, y esto fue lo que dijeron:
SR: El nombre de la banda llama la atención, más allá de que lo comparten con la marca de cerveza.
Javier: Es que viene de ahí. Me lo traje de un viaje que hice al norte argentino. Es un dicho muy común de allá, y la primera vez que lo vimos impreso fue en una cerveza; y bueno, si era un buen nombre para una cerveza, era un buen nombre para una banda (risas). Preguntamos cuál era el significado y nos dijeron que era como que uno iba a hacer una cosa y no la hacía, una especie de vagancia o pachorra. Nosotros lo último que buscábamos era un nombre para la banda, y cuando aparecía una idea de nombre, lo buscábamos en Google y ya estaba esa banda (risas).
Martín: Comenzados los ensayos, ya teníamos algunas canciones y precisábamos un nombre. Ahí Javier tiró la idea y llamó la atención.
Javier: Lo googleamos a ver si había alguna banda (risas).
Martín: Lo más interesante es que no somos “Los xxx”.
SR: Si no conocés la marca de la cerveza, el nombre te puede intrigar qué significa.
Martín: Te puede disparar para varios lados.
SR: El estilo de la banda es punk. ¿Cuál es la propuesta?
Sebastián: Cuando vi la propuesta de Javier en una red social, puso unas bandas de referencia que a él le gustaban, como evidentemente son La Polla, Extremoduro, Eskorbuto, Reincidentes. A mí me interesó porque es una música que yo escuché. Yo me crié escuchando también bandas locales. La primera banda que escuché y compré el cassette fue Los Estómagos; es una banda que llevo en el alma.
Javier: La propuesta es una crítica social. Hacemos letras con lo que vemos que está reflejado en nuestra línea política, en lo social, lo político y a veces hasta en el sentimiento; hay algún tema que habla de algún desamor. En general, es una crítica política.
SR: ¿Quién hace las letras?
Javier: Yo.
SR: Mucha influencia de La Polla, ¿no?
Javier: Y de los Sex Pistols, también.
SR: A pesar del tiempo que ha pasado, ¿por qué entienden que tiene tanta vigencia la propuesta punk en estos tiempos?
Martín: Es cíclico, un bucle. Muchísimas cosas no han cambiado, y deberían de cambiar. Esto pasa desde hace muchísimo tiempo. Gente muriéndose de hambre, por desgracia, sigue habiendo.
Javier: Desigualdad.
Martín: Falta de derechos.
Sebastián: También nos parecía que acá en Uruguay se había cortado esa brecha de bandas, como las de la década del ’80 de la post dictadura. Vinieron los ’90 y empezaron a haber bandas que traían otras influencias, pero no había una banda punk que dijera cosas. Lo más interesante es la propuesta de lo que dicen las letras, más allá de lo musical.
SR: Continuidad en la música hubo todo este tiempo, ¿no?, de alguna manera.
Javier: En el género, también.
SR: ¿Dicen que la potencia de las letras se había perdido?
Martín: Nos parecía que faltaban bandas que escucharas y que dijeran cosas.
SR: ¿En qué medida les parece que el rock puede seguir ayudando en ese sentido? Porque ha perdido algo de peso últimamente.
Martín: Yo me veo a mí y es difícil de que me imagine no escuchando rock. Y me parece que están apareciendo bandas, como que hay un nuevo resurgir del rock. Estoy viendo muchas bandas nuevas de guachos jóvenes o queriendo formar una banda. Yo creo que el público sigue estando ahí.
Javier: Yo veo dos cosas. Una, que el rock es muy diverso. Nosotros hacemos punk y nos ponen en un género que es rock. En el rock hay diversidad: reggae, ska, blues. Y después está lo otro: acá bandas de rock, hay un montón; el problema es que no tienen salida. Hay tres o cuatro bandas conocidas, después el resto somos todos a pulmón y que estamos buscando el lugar, y que tampoco te lo dan. Agradecidos a Sólo Rock y a todos los que nos han dado pelota. Pero cuando empezamos, a los 20 años, nadie te da pelota. Ahora de viejos estamos tratando de hacer algo y de repente paran la oreja.
Martín: Me parece que esas bandas, que son tres y que son las que soportan el rock acá con su convocatoria, la mayoría tuvieron continuidad. Ha pasado mucho que los integrantes de las bandas se desgastaban porque era difícil acceder a los medios de prensa o a que la gente te escuchara. Creo que también es un logro la continuidad de esas bandas grandes de hoy en día. Por otro lado veo que no hay un resurgimiento, porque si ves las edades de los integrantes de esas bandas grandes, son tipos que superan los 50 años. Y en realidad, por debajo de esa franja etaria, podés encontrar alguna banda que esté en un segundo escalón.
Javier: Nuestros ídolos peinan canas.
Martín: O han palmado.
SR: Ustedes se forman en el 2019. Tocaron tres o cuatro veces y enseguida los agarra la pandemia, pero sin embargo sacan el disco. ¿Cómo fue esa transición?
Martín: Yo fui el último integrante en ingresar, y llegué cuando el disco ya estaba grabado.
Javier: Vino a participar en el disco, y nos dimos cuenta grabándolo que precisábamos una guitarra más, porque de hecho estábamos haciendo dos violas. Y dijimos “esto en vivo va a cambiar”.
SR: OK, pero ¿cómo vivieron el proceso formación-pandemia-disco?
Javier: Nosotros venimos de otras bandas, la mayoría. Yo había hecho un gran parate y venía con muchas ganas. Encontré a Seba también con muchas ganas, y al otro también. Vimos que en la cancha jugábamos bien, que estábamos haciendo algo interesante, y salimos a tocar. Debutamos en Parque del Plata en Rock en la Costa, que fue tremendo toque. Enseguida nos agarra la pandemia y nos quedamos con el culo al aire.
SR: ¿Cuál fue la motivación ahí para no largar todo?
Martín: Cuando fue ese primer ensayo, Javier vino con unas ideas de canciones y se dio algo que después lo ves en la cancha.
Javier: Cuando nos agarra la pandemia, teníamos muchas ganas de saber cómo sonábamos. Llegamos a un punto de producir las canciones un poco para hacer una maqueta, y después decidimos hacer el disco. Habíamos hablado con Pablo Soñora y fuimos al estudio y grabamos el disco.
Sebastián: No tuvimos dudas. Teníamos las canciones y creo que quedaron afuera dos temas.
SR: El nombre del disco es Fulero. ¿Es fulero? (risas).
Javier: Está bastante, sí (risas).
SR: ¿Qué es lo fulero del disco?
Javier: Lo fulero del disco, lamentablemente, es seguir hablando de lo mismo. A veces hay canciones que pueden tener 20 años pero siguen teniendo la misma vigencia. Yo me considero el menos músico de todos y tengo que hacer hincapié en escribir algo que realmente a mí me mueva o que quiera decir, y lamentablemente siempre escribo de lo mismo. Con canciones distintas, con temas distintos, pero siempre y durante muchos años ha sido igual. Eso es lo fulero. Fulero es un conjunto de 10 temas que hablan sobre la crueldad del capitalismo, básicamente.
SR: ¿Cómo llegan a conectarse con el sello español Discos Suicidas?
Javier: Nosotros empezamos a grabar el disco y dijimos “¿qué hacemos?, ¿lo subimos a YouTube, nada más?”. Salimos a buscar sellos. Mandamos algunas canciones y videos de los toques, y Discos Suicidas se interesó. Mandamos más cosas y dijeron “sí”.
Martín: A mí me gustó la actitud de él (Javier) porque muchos no se animan. El disco aún no estaba terminado, y estaba meta mandar mails. Agarraba los discos y miraba qué sellos los habían editado. ¿Por qué no te van a responder?
Javier: Con Leo Peirano habíamos arreglado antes. Le insistí que escuchara. Leo, un divino. A mí me colgaba la cabeza del loco, cómo piensa, que no es un tema comercial, es algo más, por la difusión de la música. Pero en un momento aparece Discos Suicida y le aviso a Leo, y me dice: “te voy a dar un concejo como amigo: andate con ellos que te pueden ofrecer algo más”. Discos Suicidas es un sello punk, con una trayectoria de 40 años.
Martín: Ha editado a Eskorbuto.
Javier: Y a Reincidentes. Es un sello que estuvo en la escena del punk vasco, cuando nace.
Martín: Es una ventana al primer mundo, con filiales en Buenos Aires, México, Chile. También es la oportunidad que nos puede dar.
SR: Más allá del sonido con influencias de La Polla, ¿qué creen que vio el sello en uds.?
Javier: El nexo principal está en Argentina, pero el grupo de él está en España. Lo mandó a España y nos dijo: “tienen mucho de La Polla, pero tienen la esencia de su lugar, de donde están radicados”. Muchos acá piensan que somos españoles (risas) pero para ellos, somos uruguayos. Y se nota. Nosotros hablamos de las cosas de acá, generalmente.
SR: ¿En qué medida piensan que con las letras de la banda pueden captar público nuevo para el rock nacional? Porque es un desafío hoy captar a los jóvenes.
Javier: El rap que hacen a veces tiene letras que están buenas. Bienvenido sea todo. A nosotros, el público que nos da bola, es más bien el veterano. Pero hay jóvenes que le gusta. El rock acá es como una moda que pasa cada 10 años o cada 15 y de repente explota. Hay que saber cómo venderlo. Pero estamos los rockeros que escuchamos rock siempre. El tema es cómo hacerlo llegar a los jóvenes.
Sebastián: Pensando en lo de la juventud, lo que se perdió un poco es el salir a buscar, como nosotros hicimos, el ir a las disquerías, buscar los discos y escuchar la obra completa. Hoy por hoy, eso se perdió. El joven de ahora no va a escuchar el disco entero, ponen 10 segundos y pasan, pasan y pasan. Y así como pasa Me Echó La Burra, pasan 10 bandas en 20 minutos.
Javier: A mí la verdad no me interesa mucho.
Martín: Una de las cosas que nosotros siempre tuvimos muy en claro es poder hacer la música que nos gustaba hacer; si hay público o si no hay… yo he tocado para cuatro. Pero como decía Javier, si damos un poco más de difusión… también queremos que la gente escuche. Una cosa es que después digan si les gusta o no, pero porque lo escucharon.
SR: ¿Piensan entonces que la propuesta es compatible con la masividad, de alguna manera?
Javier: No, para nada.
Martín: Con la masividad, no.
Javier: Pero no vamos a dejar de hacer lo que nos gusta. A nosotros nos pasa que el sello nos da una posibilidad, no vamos a decir que no. Nos dijeron de irnos para España y para Argentina. Y estamos viendo si nos reditúa ir a España; allá debe haber 1.500 bandas iguales a nosotros.
Martín: Lo que hace el sello es aperturarte un poco más la escucha, saliendo de lo local. El sello hizo una gestión para ponerlo en varias plataformas y que lo pueda escuchar muchísima gente.
Javier: Estuvimos buscando y aparecemos hasta en páginas coreanas.
Martín: El sello quiere hacer fuerza en Uruguay y que después vayamos a tocar a Argentina, y tienen contactos en Chile, México y España. Hablar de masividad, yo lo veo poco tangible. Creo que es importante que tengas un grupo de gente que le guste lo que estás haciendo. El género es under, pero si mañana metemos 50.000 personas, yo estoy ahí.
Sebastián: Esto no fue pensado con la cabeza de hacer dinero.
Javier: Ni ser masivos tampoco.
Martín: Si eso llega, genial.
SR: Si pinta, pinta.
Sebastián: Obviamente.
Martín: ¿Por qué te voy a decir que no?
Javier: Cualquiera que tenga una banda y te diga que no quiere que lo vean, es un hipócrita, así toque para amigos. Si me dicen que la banda es una porquería, tampoco me molesta, yo creo que el arte tiene que trasmitir. Si no te trasmite nada, ahí fracasás.
Martín: Lo peor que le puede pasar a un artista, es que te digan “no lo entendí” o “no me dijiste nada”.

SR: Más allá de la pandemia, ¿para dónde les parece que está yendo el rock nacional? ¿Tiene alguna dirección?
Javier: Yo no lo veo. El rock nacional generalmente triunfa en Argentina y después lo vemos acá, aunque no es siempre así. Ahora, con la pandemia, el rock nacional está quietazo. Con el tema de mirarlo por las redes, son las dos o tres bandas que están siempre. Yo vi el Montevideo Rock y me dio asco.
Martín: Ahora me parece que la propuesta es la escucha.
Javier: ¿Pero quién es el rock nacional? Esa es la pregunta, ¿qué es el rock nacional? ¿La Vela Puerca, tres o cuatro bandas?
Martín: Yo creo que el rock nacional es el catálogo de bandas que vos tengas acá, más allá de a lo que le que llamen rock nacional. Creo que lo que está pasando con respecto a la pandemia, es que da para escuchar música. Lo que han hecho las bandas, como Me Echó La Burra, es sacar material para que la gente escuche.
Sebastián: El streaming. Creo que va por ese lado. Se han sacado muchos singles y han hecho streaming.
Martín: Ahora, cuando se termine la pandemia, no sé qué pasará.
Javier: Si el rock nacional depende de ciertas movidas o de ciertos tipitos que manejen todo, ahí estamos fritos. La mayoría del rock nacional es a pulmón. Lo que pasa es que la gente te dice “rock nacional” y va para un lado, y cuando lo dicen otros, van para otro lado. Creo que rock nacional somos todos los que hoy estamos haciendo algo de música y queremos salir adelante.
Sebastián: Lo que no está bueno es que nosotros como banda, y el resto de las que recién empiezan, entremos en esa de criticar a las bandas masivas porque no nos dan una oportunidad. Por ahí a ellos no se les antoja o nunca se la dieron a ellos, y se la ganaron por sus propios medios. Uno tiene que estar conciente de lo que hace pero no criticando al otro. Lo que veo es que en el rock uruguayo nunca hubo unidad.
Javier: Yo tenía un profesor que me decía que le pusiera trompetas, vientos, “y ahí la pegás” (risas). Y a mí no me gusta. Nosotros no elegimos eso, y tampoco elegimos la masividad. Buscamos el peor género.
Martín: Yo creo que las bandas que han elegido ese sonido también son lo que son por la continuidad. Mucha gente los conoció a los 10 o 15 años de comenzar a tocar. Si esas bandas nos gustan o no, es una carta aparte. Mantienen viva un poco la esencia de la gente. Y si nos vamos un poco más hacia el negocio o lo que fuese, por suerte de última, hay gente. Me refiero al público.
Javier: A nosotros nos empezó a ir distinto cuando dejamos de pensar sólo como músicos y tratar de mostrar lo nuestro y traer gente idónea para esto. A mí me cuesta un montón vender la banda, pero trajimos a un manager que se encarga de eso. Y buscamos un sello que sea idóneo para mostrarnos en otras partes del mundo.
SR: Cuando termine la pandemia, ¿cuáles serán los próximos pasos de la banda?
Javier: Seguir haciendo ruido. Si no podemos tocar, vamos a grabar otro disco.
Sebastián: Hay una fecha, que ahora tuvimos que posponer, que va a ser una especie de presentación. Posiblemente ya esté el formato físico del disco, que el sello lo está procesando.
Martín: El disco se va a presentar, lo que nos sabemos es cuándo.
Javier: Ampliar el repertorio siempre es una buena opción.
Sebastián: Creo que cuando estén las canciones y si aún no podemos tocar, entraremos a estudio a grabar.
SR: ¿Quieren agregar algo?
Javier: Podemos agregar que, sabiendo que éramos una banda nueva, quisimos hacer un disco corto para difusión y ver qué pasa. Las canciones punk no se caracterizan por ser muy largas. Optamos por hacer 10 canciones para adecuarnos a esto de ir largando tema a tema, para que el disco no sea un embole.
Martín: Algo que yo destaco, es que se hizo el proceso al revés. Por lo general las bandas ensayan un año para salir a la cancha con un repertorio de temas. Ganás una experiencia arriba de un escenario, después la gente te conoce y estás un poco más curtido, y después vas a grabar el disco. Acá fueron un año de ensayo, tres toques, y dentro de ese año empezamos a grabar el disco y vino el sello.
Sebastián: Y prácticamente medio año ensayando sin bajo (risas). Además de que no empezamos haciendo covers, porque a veces las bandas cuando recién arrancan, se tiran a hacer algún cover para que la gente se enganche. Nosotros hicimos todos temas propios.
Javier: Para ser punk rock, tuvimos una suerte bárbara porque fuimos aceptados, que eso es lo más raro para nosotros.
Ariel Scarpa