¡La Pregunta!: ¿En Qué Momento Se Encuentra El Rock Nacional?

En esta sección que dimos en llamar ¡La pregunta! buscamos la opinión de gente del ambiente sobre determinada cuestión planteada a través de una pregunta. Sus respuestas, hilvanadas por un artículo sobre el tema, se reproducen a continuación. Para esta oportunidad, la pregunta fue: ¿En Qué Momento Se Encuentra El Rock Nacional? Nos dieron sus opiniones Gonzalo Rodríguez (El Under Sigue Sonando – Radio El Aguantadero), César Curbelo (Gritos Ocultos), Sebastián Rosa (Vil Ruleta), Guillermo Troisi (Desidia), Emiliano Olivera (Gualicho) y Claudio Decillis (Los Chanchos Salvajes).

¿En Qué Momento Se Encuentra El Rock Nacional? Una nueva pregunta que puede tener varios puntos de vista. El público, las bandas y los medios seguramente tengan distintas respuestas dependiendo de la experiencia y lo vivido.

En mi opinión, el rock nacional se encuentra permanentemente en un gran bucle que lo lleva a repetir ciertas etapas. Es así que pasa por momentos de éxito (con distintas dimensiones, es cierto), por inevitables bajadas de popularidad, por un llano donde se cuecen grandes recetas, y una nueva y lenta subida. Cada una de las etapas tiene diferente duración y no se puede predecir cuánto durará.

Lo que sí se puede decir es que desde el regreso del rock nacional en la década del ’80, ha permanecido en una recta ascendente en lo que tiene que ver con su desarrollo y calidad, tanto sea en la ejecución por parte de los músicos o en la creación de letras y melodías. Este desarrollo se ha dado en un amplio abanico de estilos musicales a lo largo de cuatro décadas, no dejando de llamar constantemente la atención la proliferación de bandas, donde además los músicos se repiten buscando diferentes formas y vías de expresión.

La popularidad del rock nacional no tiene nada que ver con su desarrollo, ya que es manejada por otros factores que pueden ser intencionales (como la promoción en ámbitos por fuera del rock) o propios de los cambios a nivel social y cultural (que también de alguna manera son instrumentados).

En cuanto al momento en que se encuentra actualmente, creo que se está manifestando una creatividad arrolladora, con cientos de bandas que se mueven en los circuitos a los que pueden acceder. Es habitual encontrar grandes canciones en la mayoría de los exponentes rockeros locales. ¿Que hay poco público? Puede ser… pero ése ya es otro tema. ¿Que condiciona al rock? No lo creo. Puede que sea desestimulante para algunas bandas, pero la creación le pasa por encima a ese hecho.

Estimo que a todas las bandas les gustaría contar con un público al cual llegarle y que pudieran tocar en más lugares. Pero la calidad del rock nacional sigue en pie y creciendo. Habrá que esperar a que el bucle nos lleve nuevamente a una etapa de crecimiento en la que se puedan cumplir los dos faltantes enunciados en este párrafo. De mientras, el rock nacional goza de muy buena salud.


Gonzalo Rodríguez

El rock nacional está en una permanente calesita; tuvo un momento de ebullición en los ochenta y noventa al cual no volvimos a estar de esa manera. Ahora está en un impasse permanente, donde las bandas comerciales crean rock and pop y las bandas del under están creando buen material. Desde mi punto de vista, deberíamos unificar más para levantar más el nivel del rock en este país, no darle oportunidades a los mismos de siempre y abrir la cancha. El rock es cultura, apoyo, tanto como tienen expresiones culturales, se deja de lado porque sigue habiendo la creencia de que son los peludos revoltosos, aunque en mi experiencia como organizador, no tuve nunca un drama.

 

Guillermo Troisi

Vestigio de nuestra historia reciente, el rock como expresión de una cultura, de las personas que la vivencian y respiran a diario, es canalizador colectivo de emociones cotidianas, procesos históricos y de otros aspectos inmateriales de la existencia misma. Como testigo irreverente de un imperialismo económico y cultural, el rock nacional, fue, es y será resistencia activa por definición, pero eso no lo exime de las consecuencias estructurales del sistema en el que vivimos.

Hoy en día, asistimos a una etapa en la que los avances de la tecnología y de la ingeniería de sonido, transversalizan las propuestas artísticas, reformulando sus estéticas, condicionando sus formatos y retroalimentando la ansiedad de lo inmediato. En tal sentido, la actualidad se manifiesta desafiante para la música nacional y en especial para las expresiones asociadas al rock, donde emerge una tensión clara entre los requerimientos del mercado y la autenticidad de las propuestas artísticas, sobre las cuales recae la presión de adaptarse para sobrevivir en un presente inestable y vertiginoso.

De tal manera, comenzamos a visualizar que el rock en Uruguay no es uno solo y que está transversalizado por múltiples realidades, contextos, recursos e identidades que parecen coexistir de forma paralela, en territorios tan dispares como lo puede reflejar la dicotomía interior-capital. Es así que enclaves como el under en la actualidad, emerge y conjuga una serie de aspectos variopintos que permiten visualizarlo como un refugio de convivencia socio-cultural, en donde se entremezcla lo intergeneracional, la autogestión y la solidaridad, ingredientes indispensables para un menú lo suficientemente amplio que permita satisfacer las almas de una sociedad que se devora a sí misma.

 

César Curbelo

El rock uruguayo está pasando por un momento crítico, bastante crítico, diría. Ya no es aquel de los ’90 o la ola que tuvo en el 2000, también, con el despegue de La Trampa y Los Buitres, que son los únicos que por ahí se mantienen junto con La Vela y No Te Va Gustar. En la época actual hay como una grieta, me parece; una cosa es el under y otra cosa es el rock uruguayo de bandas mal llamadas grandes. Me parece que está más en aumento lo de la grieta, eso de que las bandas grandes no dan oportunidades a las bandas chicas aunque sea teloneando, que eso era lo que pasaba antes. Eso ya no pasa, y a mi criterio es lo que hoy tendría que pasar. Las bandas grandes se cortan solas y tocan solas y no les dan aquel tirón que se supone que tienen que tener las bandas del under. Y después, bueno, a las bandas under se les complica para grabar, sacar un disco, incluso para ensayar, a veces. Eso desgasta a una banda, y aquellas bandas que de repente empiezan con tremenda fuerza, después con el tiempo se empieza a desgastar. Y lo tercero que voy a decir, que se da hoy mucho más que antes y con lo que estoy totalmente en desacuerdo, la historia de los boliches cobrándoles a las bandas para tocar. Eso me parece totalmente una aberración. Estoy en completo desacuerdo con eso; no existe un artista pagando para mostrar su arte.

 

Emiliano Olivera

El rock nacional se encuentra en el freezer, momento en el que la industria de la música le da las espaldas (nada nuevo). Donde por suerte para algunos y desgracia para otros, el artista de rock no es negocio para vender un espectáculo, dónde las bandas se «autosustentan» por los siglos de los siglos (y después cada uno sigue su frase). Preguntarnos ¿por qué no hay ninguna banda nueva en nuestro rock que le rompa la cabeza a muchos como sí lo hicieron otras? Por falta de profesionalismo y nivel artístico no es, el rock en Uruguay seguirá siendo lo que es y bandas de trayectoria lo demuestran que llevan miles de personas a festivales, eventos que conglomeran nuevas generaciones escuchando viejas canciones. De todos modos brindo por los colegas que el público no conoce y dejan todo por este género a su salud, a nuestra salud. Eso es el rock uruguayo, lo demás es negocio y no estamos invitados al cumple. Jejejeje.

 

Sebastián Rosa

Es una pregunta recurrente. Yo no sé en qué momento se encuentra, si es bueno o si es malo. Lo que sí sé es que el rock siempre está presente, no es una moda, no es algo que se escucha un verano. Como decía Rob Zombie en un documental, “no conozco a nadie que dijera “escuché a Slayer un verano””. No existe eso en el rock, y en el rock nacional tampoco. Por eso tengo claro que sí está presente. Hay un montón de bandas y de músicos. Hace poco fui invitado a grabar unas voces para la banda de unos amigos, Inadaptados, para un disco independiente. Hace poco los amigos de Ruido Salvaje también editaron un disco. Nosotros con Vil Ruleta el año pasado hicimos un EP de cuatro temas, donde hicimos tres videos de esos temas y el cuarto está por salir este año. Yo vivo al lado de una sala de ensayo y veo a guachos de 20 años que se juntan a ensayar y me hacen acordar a mí cuando me juntaba a mis 20 años con mi primer banda. Veinte años después sigo tocando porque el rock es una pasión, un sentimiento; no es algo que se haga por una moda o por hacerse millonario. Las modas son pasajeras, pero el rock no, siempre está presente. Tendrá momentos más altos, como en la época del Pilsen Rock, o momentos más bajos, dependiendo de lo que consuma la gente. Pero eso es la moda, las tendencias, el mainstream, lo que aporta la difusión.

También hay lugares que te dicen para ir a tocar y te tenés que pagarles $2.000 o $3.000 y no te dan nada, ni un atril ni una jirafa. Esas cosas pasan acá porque es el tercer mundo, en un montón de cosas y en el rock también, porque en Europa no pasa eso. Es España tenés el Resurrection Fest, en Francia el Hell Fest, en Alemania tenés el Wacken, y ahí van bandas como Social Distortion, Dropkick Murphys, Pearl Jam, Megadeth. A nadie se le ocurre llevar a Shakira o a Carlos Vives. Acá en Uruguay hacen una cosa que se llama Cosquín Rock y lo que vi que tienen de rock es Divididos y Skay, después no había más nada de rock. Cámbienle el nombre, pónganle Cosquín Variado, Cosquín Diverso. En resumen, creo que tiene momentos más altos o más bajos, depende de la difusión y dónde se apoye. En los festivales que hay, le cambian el orden, pero son siempre las mismas bandas. No significa eso que no haya bandas. El rock a nivel mundial, no sólo nacional, es un estilo de vida y de amistad. Con la música y con el rock hice amigos hasta el día de hoy. Creo que el único momento en que fue moda fue con el Pilsen Rock, donde surgieron 100 bandas, editaron medio disco y desaparecieron. Como resumen, te diría que siempre está presente y siempre va a estar presente. Siempre siguen surgiendo bandas donde las influencias son Los Beatles, Black Sabbath, bandas que no existen hace años pero se sigue pasando de generación en generación. Creo que es algo que no va a morir nunca.

 

Claudio Decillis

Así estamos…

Sobre la pregunta misma se abren tantas aristas que hasta parece difícil centrarse en una única respuesta, por lo tanto, voy por partes intentando resumir.

Difícil no hablar del contexto histórico, para poder entender ciertas cosas. El rock nacional, desde la década del ’60 hacia acá, pareciera siempre haber tenido puntos de ebullición y auge, en lo que se podrían denominar crisis económicas, sociales y políticas. Basta mirar la vuelta a la democracia… la mitad de los ’90… la crisis de los 2000… ¿y ahora? Después de la ola de los Pilsen Rock, que quizás a alguno le puede parecer menor, el repunte, renacimiento y reforma del estilo, parecía ser el comienzo de una nueva era… pero no tanto. Desde mi punto de vista, o no lo supimos aprovechar o nos descansamos en lo que creímos que iba bárbaro. Capaz no nos cuestionamos ciertas cosas lo suficiente, capaz nos dejamos estar, capaz la vimos fácil, capaz pensamos que teníamos las soluciones, capaz nos sentimos seguros, o lo que es peor, capaz pensábamos que todo estaba bien. Y después vino la “pandemia”, o eso que vino, que nos volvió a poner seguros en las manos de terceros, o eso creímos. No hay cuestionamientos, cada uno hizo lo que creyó que debía hacer, cada uno debería respetar lo que el otro creyó que debía hacer, aunque no esté de acuerdo; en mi caso…. estoy con la minoría (como casi siempre).

Ahora que volvimos a los shows… volvieron los sótanos, volvieron los circuitos de bandas, volvieron el “hazlo tú mismo”, volvieron las subidas a Spotify, las pequeñas producciones para YouTube, volvieron los mini-recitales, volvieron los boliches que se preocupan por tener un lugar con las mínimas condiciones, volvieron los otros. Volvimos las bandas, volvió el under, y volvieron los mega recitales, volvió todo lo que siempre estuvo, un poco mejor, o un poco peor, lo importante es que volvió. Volvimos a ir a pequeños lugares del interior, los que nunca se debe dejar de ir, los que hay que ponerle real importancia. Volvimos con las peleas y volvimos con las reconciliaciones.

Capaz podemos volver a pedir mejores condiciones, más difusión, más presencia nacional, más oportunidades… quizás… y quizás, también, podemos seguir metiendo para adelante y haciendo lo que nos gusta, sin pedirle nada a nadie, viviendo la vida, dentro del rock and roll, que siempre quisimos tener.


Distintas opiniones de gente del ambiente. Algunos puntos de contacto y algunas diferencias. Aportes muy valiosos que agradecemos.

Ariel Scarpa