Las Etapas De Producción De Un Disco – #14 – El Grial De La Mezcla

Hola, ¿cómo van? ¿Cómo han pasado? ¡Qué locura esto de grabar! Me imagino que uds., lectores no músicos, no se imaginaban cuántas etapas, detalles, fases, conlleva el poder dejar registrado material. A lo largo de toda esta serie, fuimos paso a paso descubriendo, de la forma lo más didáctica posible, todos los detalles y aspectos del supremo hecho de grabar. En esta entrega, luego de ya haber “apretado el botón de REC” y estar en el medio de la grabación, nos enfrentaremos a una de las etapas más fascinantes y complejas de todo el proceso: la mezcla.

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Entender el concepto de mezcla

Creo que todos en cierta forma podemos comprender el concepto de mezcla o su acción mezclar, pero como es costumbre en este espacio, vamos a recurrir a la definición más básica, proporcionada por la RAE.

Mezclar

De mesclar.

  1. tr. Juntar, unir, incorporar algo con otra cosa, confundiéndolos. U. t. c. prnl.
  2. tr. Alterar el orden de las cosas, desordenarlas.
  3. tr. Meter a alguien en algo que no le incumbe o no le interesa. ¡No me mezcles en tus asuntos! U. t. c. prnl. Se mezcla en todas las discusiones callejeras.
  4. tr. desus. Enredar, poner división y enemistad entre las personas con chismes o cuentos.
  5. prnl. Dicho de una persona: Introducirse o meterse entre otras.
  6. prnl. Dicho de una cosa: Introducirse en otra, participar de ella.
  7. prnl. p. us. Dicho de una familia o de un linaje: Enlazarse con otro.

Bueno, como verán no hay mucho que refiera a este proceso desde el punto de vista musical. Pero vamos a ir construyendo nuestro propio concepto a partir de estas acepciones de la RAE:

  1. tr. Juntar, unir, incorporar algo con otra cosa, confundiéndolos.

Esta definición en un punto puede ser de guía, pero no tan así. Imaginen, por ejemplo, una batería. La grabación de los platillos, bombo y tambor deben juntarse de forma que el escucha pueda tener la noción de todo, de forma individual y colectiva a la vez, pero jamás confundirse. ¿Se va entendiendo?

  1. tr. Alterar el orden de las cosas, desordenarlas.

Cuando grabamos, vamos creando una realidad inexistente. Esa realidad es proporcionada por el registro de todas las partes que vimos en el proceso de grabación. La aparición de un instrumento o registro no le da aún el lugar. Por lo tanto podemos decir que la etapa previa a la mezcla es una suerte de caos donde un posible orden se dará en la mezcla.

  1. tr. Meter a alguien en algo que no le incumbe o no le interesa. ¡No me mezcles en tus asuntos! U. t. c. prnl. Se mezcla en todas las discusiones callejeras.

Ah… si bien no tiene nada que ver en lo estrictamente técnico… esto será relevante en los problemas de mezcla, los protagonismos de ego que pueden llegar a aparecer, y el cómo resolverlo. Eso lo veremos en #problemasdemezcla.

  1. tr. desus. Enredar, poner división y enemistad entre las personas con chismes o cuentos.

No ha lugar para nuestro trabajo… pero…. si no prospera la definición tres en el proceso de trabajo, ésta aparece sin que la llamen. O revisen la historia de Metallica en el álbum And Justice For All… ¡¡¡¡qué horror!!!!

  1. prnl. Dicho de una persona: Introducirse o meterse entre otras.

No ha lugar para nuestro trabajo (al menos que las opiniones contaminen el proceso de mezcla). Lo veremos en #problemasdemezcla.

  1. prnl. Dicho de una cosa: Introducirse en otra, participar de ella.

No ha lugar para nuestro trabajo.

  1. prnl. p. us. Dicho de una familia o de un linaje: Enlazarse con otro.

No ha lugar para nuestro trabajo.

En resumen y para poder construir un concepto propio, podemos decir que la mezcla es ordenar el material (las pistas de instrumentos y voces) en una escucha que nos dé el espíritu buscado por el compositor musical, el autor del texto (si hay letra) y los intérpretes (quienes ejecutan), dentro de la estética propuesta en el proceso de preproducción y que sea coherente estilísticamente con el conjunto de obras de la cual forma parte. Digamos que, más o menos, es… que todo suene de acuerdo a como lo imaginamos… ¡¡¡¡más o menos!!!!

Por favor tener en cuenta que esta definición es una construcción muy personal para esta columna. Hay infinidad de libros técnicos con definiciones y aproximaciones mucho más técnicas y detalladas.

 

Preparar “la mesa”

En tiempos de “reality shows” vinculados a la comida, podemos establecer la mezcla como una suerte de proceso de finalización de cocción de los elementos que ya disponemos (la música grabada). Si bien la analogía puede ser discutible, en cierta forma la mezcla es como darle el punto: jugoso, a punto, cocido o muy cocido. Cuando hablo de preparar la mesa, no me refiero a la consola o mesa de mezcla, me refiero de forma metafórica a preparar todo el entorno para nuestro trabajo.

Para mezclar música, antes que nada debemos saber qué precisamos y tener claras algunas cosas que serán determinantes en el proceso.

Esto es:

  • las partes instrumentales
  • las partes vocales
  • los efectos o sonidos no ejecutados que se requieren
  • el entorno de trabajo / estudio / software
  • definir los actores que participan del proceso de mezcla
  • tiempo
  • una hoja de ruta a nivel estético

No vamos a ahondar en lo obvio, para no aburrir al lector, como las partes musicales, pero sí me gustaría poder poner el foco en tres puntos que considero críticos a la hora de la mezcla:

  • Definir los actores que participan del proceso de mezcla

¿Qué quiere decir esto? Muy simple: Quiénes deben estar en el proceso. De pique, el técnico / ingeniero de sonido debe estar, ya que es quien opera el estudio. Indiscutible.

Por otra parte, debe estar el productor artístico, figura de la cual ya hemos hablado en profundidad (ver el link) . Su rol será el poder darle el “taste”, el sabor o gusto del artista.

Pero… y… ¿los músicos? ¿No participan? ¿Cómo puede ser que no estén en la mezcla? Bueno… acá comienza una de las cosas más críticas que sucede en los estudios. Las opiniones.

Desde esta columna abogamos por un proceso de mezcla ordenado, por lo que en este proceso, el productor artístico debe tener la confianza del artista (individual y grupal) para poder realizar el trabajo, ya que es la persona que formó parte del proceso de preproducción, conoce todos los aspectos a nivel musical y de concepto de la obra y debe ser el guía de la hoja de ruta que se marcó el artista.

Esto no quita que se puedan hacer consultas en estudio con los músicos involucrados y que se puedan hacer escuchas de finales de mezcla y correcciones. Pero en el proceso, se recomienda confiar y dar la derecha al productor artístico.

  • Tiempo

Es obvio que este proceso va a llevar tiempo y el tiempo es dinero, dinero que se paga en el estudio. La administración de este dinero pasa a estar a cargo del productor artístico que debe estar en contacto con el productor ejecutivo, para que se cumplan los tiempos pautados y los presupuestos acordados.

La negociación de extensiones de tiempo y por consiguiente ampliación de presupuesto, se dará entre ellos, tratando que el artista se vea lo menos involucrado posible.

  • Una hoja de ruta a nivel estético

Clave. Totalmente a cargo de la comunicación entre el artista (grupal o individual) y el productor artístico. Si este ultimo no tiene claro esto, las posibilidades de enlentecimiento y poca conformidad serán más altas. Esa hoja de ruta debe estar plasmada en comunicaciones fluidas que se inician en la preproducción y que, en la medida de lo posible, sea documentada de forma que todos la aprueben.

#problemasdelamezcla

“Todo puede suceder”. Sí. Pero tratemos que no. Que se cumpla el proceso de mezcla de forma ordenada y sin sobresaltos. Pero… ¿qué puede pasar? ¿Cuáles son los ítems que hay que atender a la hora de la mezcla?

  • No definir quienes participan de la mezcla

Como vimos en el ítem anterior, el no definir de forma clara quiénes participan de la mezcla, puede llevar a que las sesiones se conviertan en debates, en mesas de bar donde todos opinan, y se deba tener que escuchar a todos y a la vez perder tiempo, que se paga, y concentrar energías en moderar debates. ESO NO PUEDE PASAR.

  • Los egos

Un poco como consecuencia de lo anterior, van a aflorar los egos de la forma más “a la defensiva” posible. Eso no sólo va a afectar la mezcla si no que puede generar grietas dentro del propio grupo artístico y llegar a tener consecuencias tremendas. ¿Se imaginan a un miembro del grupo que abandona porque en la mezcla no se lo oyó? Ha pasado. O que el proyecto termine convirtiéndose en un “lucimiento personal” con una mezcla desbalanceada producto de la confrontación de egos. ESO NO PUEDE PASAR.

  • La falta de hoja de ruta

Sin querer ser repetitivo, ¿se imaginan que la mezcla termine sonando de forma correcta pero en un lugar totalmente diferente a lo que el artista pensaba? Me ha pasado en lo personal y les aseguro que ahí comienzan otro tipo de negociaciones, que implica muchísima diplomacia para poder cambiar el rumbo estético del proyecto hacia un rumbo que represente al artista. Me voy a reservar detalles de esto que les conté, pero les aseguro que fue… intenso, siempre con educación, caballerosidad y argumentos por sobre todo. ¡Por suerte se logró! Como vengo repitiendo. ESTO NO PUEDE PASAR.

  • La intoxicación auditiva

Esto es algo tremendo, silencioso y que empieza en el momento que arranca la mezcla. Hay un punto del proceso de mezcla donde se comienza a hilar fino, a corregir detalles que pueden afectar cosas que se han hecho. Y se puede ir transitando un camino que viene bien y de pronto la mezcla puede variar en detalles que son drásticos.

Y al meterse cada vez más en esos detalles, e ir sumando horas y repeticiones, se pierde la audición “macro” y se calibra el oído en detalles, que terminan “corriendo” la sensibilidad y el cómo percibir el todo.

Debe haber tiempos, momentos, pausas y descansos para poder escuchar el trabajo sin tener esa intoxicación o fatiga auditiva. Esos tiempos deben estar previstos en el plan de trabajo que el productor artístico armó en conjunto con el productor ejecutivo y el artista. ESTO NO PUEDE PASAR.

  • Entrar en “el triangulo de las bermudas”

Esto es un nivel “alarma” cuando se combinan todos los factores anteriores y se pierde el rumbo. Puede ser un proceso de cansancio, de golpes de estado dentro del proyecto, o simplemente de ansiedad, otro de los demonios que son comunes en la música. En caso de estar sin referencias y darse cuenta, ¡FRENAR ! Poner pausa obligada. Detener la sangría económica y tomarse un tiempo para reordenar todo y reevaluar de forma positiva y constructiva lo hecho.

  • No saber abandonar una mezcla

Hay un dicho que reza: “las mezclas no se terminan, se abandonan”. Si bien se puede llegar a un punto de conformidad, y decir “esta mezcla de sonido” está terminada, siempre va a haber un detalle que ameritaría un retoque, y acá aparece lo que yo llamo “el efecto jenga”. ¿Conocen el juego, no? Es construir una torre con piezas de madera, pero la gracia es ir sacando piezas y que la torre se mantenga. El tema es que a medida que vas retocando la mezcla, vas tocando todas las piezas que están en un equilibrio y puede llegar a pasar que por un detalle esa mezcla se venga abajo. A veces hay que evaluar qué tan funcional es ese retoque y qué tanto puede llegar a afectar el trabajo final así como el presupuesto y las horas destinadas al mismo.

  • Falta de backups o respaldos de los materiales

Enlazado al anterior, siempre debe haber respaldos de las sesiones de mezcla. Esos respaldos, que son digitales, son los archivos de las sesiones de trabajo del día y de cada día. Eso debe estar muy aceitado, ya que, frente a errores o colapsos de los softwares (en algunos casos muy comunes), es necesario recuperar, yendo hacia atrás en el tiempo. El no disponer de esto puede ser muy complejo a nivel de recuperar lo ya hecho, así como el aspecto anímico de todo el equipo. Como venimos diciendo… ESTO NO PUEDE PASAR.

 

#Resumiendo

Mezclar es algo muy muy increíble. Es llevar orden al caos. Pero un orden que es muy personal. No hay un orden para una mezcla. Cada persona puede tener una perspectiva de una mezcla y en principio todas pueden ser válidas, hasta las que rompan ciertas reglas.

Pero en la vida real, en lo cotidiano de los artistas que van por un registro grabado de su obra, que no disponen de un estudio o de infraestructura propia, ser ordenado, tener método y tener claros los procesos, les va a permitir lograr resultados increíbles a menor costo económico, temporal y energético, y poder potenciar la realización de su arte de forma más eficiente.

Es hermosa la etapa de mezcla. Hay que ser muy disciplinado y tener mentalidad de equipo para visualizar la obra como el fin. Estar unidos y tener la mejor comunicación posible, la más honesta, franca, diplomática y constructiva.

Un abrazo enorme para todos. ¡Viva la música!

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Gabriel Brikman (área 51)

músico / productor / comunicador / gestor cultural

Responsable del proyecto de comunicación Distorsión

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