Y un día Dr. Rocka volvió a los escenarios. Doce años habían transcurrido desde la última vez que tocaron en vivo. Se procesaron cambios que transformaron a la banda pero que supo conservar su esencia. Hoy, conformada por Claudia Piretti (voz), Pablo Soiza (voz y guitarra), Mauro Ávila (guitarra), Federico Valenzuela (bajo) y «Toté» Fernández (batería), la banda está lista para seguir demostrando todo lo que tiene para ofrecer al público. Mientras no se permiten toques en vivo, charlamos con Claudia y Pablo, para que nos cuenten sus vivencias en profundidad.
SR: Hay un regreso de la banda luego de doce años sin tocar. ¿Hay puntos de conexión entre el Dr. Rocka de aquel entonces y el de hoy?
Pablo: Hay una continuidad artística en la esencia de la banda, y el hecho del formato, que era muy característico de la banda en cuanto al dueto vocal masculino/femenino. Y el espíritu; siempre fue una banda que tuvo una actitud bastante combativa. Obviamente la formación cambió con el transcurso de los años, y quizás ahora lo que se está incorporando son otras texturas a nivel musical, y otra búsqueda que profundiza un poco. Después de tanto tiempo, cuando escucho estos tres temas nuevos que lanzamos en el 2018 más estos que salieron ahora, me da la sensación como si esta banda hubiese continuado tocando desde aquel entonces hasta ahora, como la evolución natural de hacia dónde hubiésemos terminado. Y ahora es una banda que es mucho más desafiante a nivel técnico. Nos gusta trabajar con cosas que quizás en aquel entonces yo desconocía, como por ejemplo la métrica irregular. Es como que jugamos mucho más a nivel rítmico. En este nuevo formato nos beneficia, por ejemplo, Claudia, que es bailarina profesional. Y es una banda que es muy percusiva también ahora. Se está juntando mucho el tema del movimiento con el sonido. En aquel entonces podíamos decir que la banda era más visceral; había una búsqueda desde lo artístico pero obviamente estaba limitada por lo que eran mis conocimientos como compositor, hasta dónde llegaba mi cabeza, que era la música que yo conocía. Ahora me junté con otra camada de artistas, cada uno con su bagaje cultural, sus inquietudes musicales y con su propia búsqueda. Eso termina decantando en que la esencia y el espíritu de Dr. Rocka se conservó. Es como una identidad. Yo lo veo como un concepto; noto que todos lo adoptamos de cierta manera, como una forma de vivir en torno a la música. Todos desde sus áreas en sus carreras hemos estado defendiendo ese concepto. Por momentos tiene hasta un corte místico. Ahí puedo decir que la esencia está, porque lo primero que tuvo que conectar fue el espíritu de la banda, y ahora estamos sumando la parte técnica, el buscar otras texturas que no nos animábamos o no podíamos hacer en aquel entonces.
SR: Hay una continuidad más que como si fuera otra banda.
Pablo: Claro. Es hacia dónde evolucionó la composición. Las canciones siguen siendo buscadas que sean cancioneras, que tengan estribillo, que tengan una estructura clásica de búsqueda de leitmotivs, del riff, de que no se pierda lo tarareable; pero a la vez estamos apuntando a expresar mucho más desde lo rítmico, desde el movimiento.
Claudia: El cuerpo y el alma de la música.
SR: ¿Cómo llegás a la banda, Claudia?
Claudia: Yo canto con Pablo desde antes de que él supiera. Me hice re fanática, los conocí desde el primer demo, en Circo Máximo, el programa de Kairo y Diego González. No dije “yo quiero una banda así”, dije “quiero esta banda”. Con todo, con Mariana, con todo.
SR: ¿Habías cantado antes en alguna banda?
Claudia: La música en el escenario siempre la viví a través de mi hermana menor, que tenía una banda que se llamaba Gravedad Cero, y yo fui siempre remando con ellos. Yo hice mi camino por la danza y me dediqué a bailar con bandas, entre otras cosas. He hecho teatro, muchas cosas.
Pablo: También cantó en Alicia Boulevard.
Claudia: A partir del 2012 pintó una oportunidad de subir al escenario a cantar. Era un trío de electro/tango/rock en donde yo, además, utilizaba todas mis herramientas aparte de cantar. Como que entré por el otro lado, para tener huevos, porque la cantante era Jime. Esa fue mi primera experiencia y me di cuenta de que funcionaba todo lo que venía adquiriendo. Pasó el tiempo y se dio una movida a través del tributo que se le hizo a Dr. Rocka que lo organizó un amigo mío, Diego Muscarelli. Fede, el bajista, entró también a la banda y estaba Lucía Cappi y Javier Do Nacimento, que era el baterista.
Pablo: De la formación original, volvimos Javier y yo.
Claudia: El tributo lo que hizo fue movilizar.
Pablo: Habíamos grabado un disco en 2019 que se llamaba Canciones Para Un Mundo Enfermo con la formación anterior. Ese fin de año hubo un montón de cambios a nivel emocional de todos, principalmente en el mío y en el batero de ese entonces. En mi caso fue que mataron a mi papá en un accidente de tránsito el 1° de enero. Todas esas cosas provocaron un montón de replanteos en mi vida, y había decidido volcarme 100% a la música, y sobre todo al proyecto Dr. Rocka. Pintaron distancias y discrepancias respecto a hacia dónde iba a ir el futuro de la banda. Teníamos un disco recién salido el 1° de diciembre de 2019. En abril de ese año me entero que Javier y Lucía ya no querían seguir formando parte del proyecto, y nos miramos con Fede a ver si seguíamos adelante o no. Yo tenía un montón de música que quería darle vida bajo este concepto de Dr. Rocka, y empezamos a reclutar gente. Pero ese disco me parecía como muy raro para la historia de la banda, y tomé la decisión de darlo de baja y darle la chance de ser regrabado con los nuevos integrantes que tuviera el proyecto, destripando todas las canciones y volviéndolas a trabajar. Cuando empezamos a reclutar a las personas con Fede…
Claudia: La novia del bajista, no (risas).
Pablo: Ella siempre tuvo un acercamiento con la banda, en todas las etapas Claudia estaba presente. Siempre la vi como una cantante de la concha de la lora; siempre me sentí muy intimidado por el tema de su carácter y de su histrionismo. Yo sabía que tenía todas las aptitudes desde el punto de vista técnico y espiritual, porque primero fuimos amigos. Me daba un poco de temor que el hecho de incluirla en la banda implicaba poner en riesgo esa amistad que no quería perder, sumado a estar nuevamente en un proyecto musical en el cual la cantante y el bajista eran pareja. Eso en el pasado, dando mi opinión, fue algo que fue muy contraproducente para mí. Tuve que ponerme firme y decir que me importa tres carajos qué pase entre ellos como pareja; se manejan.
Claudia: Hasta que nos conoció de verdad (risas).
Pablo: Ese era mi temor en aquel entonces. Después de que nos soltamos y empezamos a plasmar, funcionó. Y dijimos, “vamos a salir con un material que sea 100% de esta formación”. Ahí empezó el proceso de la composición de esas tres canciones nuevas que tiene este disco, Sobreviviendo Al Limbo. Empezamos mostrando lo que es el presente absoluto de la banda, y después vamos a ir a trabajar esas otras canciones que ya venían como preconcebidas.
Claudia: Y la nueva voz, porque es muy importante cómo se arraigó la voz de Mariana (Acosta), ella toda. Era muy fuerte arrancar con los temas viejos conmigo. Nos pareció buenísimo lo del Live Session, también. Después de tirar “Respira”, que fue el primero de los nuevos, acostumbrarle el oído a la gente, invitarlos a que se encontraran con algo después de tanto tiempo. Porque el registro de la gente es uno, que es maravilloso, como el Pilsen Rock. Y ahora hay todo un lenguaje diferente, es subir un combo que viene forjado en base al Dr. Rocka original.
Pablo: Es la primera vez que la banda evoluciona hacia otra cosa. Cuando volvimos, la formación era mucho más amigable con los que estaban acostumbrados a escuchar el sonido original. Y con la formación de ahora, lo escuchábamos, nos encantaba, pero era otra cosa, otro acercamiento.
Claudia: Era la transición.
Pablo: Notábamos incluso que las canciones clásicas quedan distintas. Ahora estamos pensando en hacer otro Live Session pero haciendo otra tanda de temas.
SR: ¿Cómo definirían esta química que se logra con las voces femenina y masculina y toda la puesta en escena?
Claudia: Simbiosis absoluta. Es como la misma voz, varón y mujer. Nos dicen mucho eso.
Pablo: A mí me encanta Fleetwood Mac. Siempre me gustó la música de diálogo. En un formato de banda siempre me gustó un diálogo entre dos voces, sobre todo masculino y femenino. Me parece que ese sonido es como muy descriptivo de lo que es la simbiosis que tenemos nosotros. Y viendo los videos del show del otro día en Plaza Mateo y cómo fluimos en el escenario, pienso que ahora con Claudia la banda notoriamente tiene una puesta en escena del carajo. Ella tiene una forma no solamente de hacer sonar la canción sino de visualizarla, de expresar con un movimiento una frase. Es algo que siempre me gustó de algunas bandas. Siempre fui fanático de los Pilots. De Uruguay me encantaba ir a ver a Traidores y ver cómo Casanova, agarraba el micrófono, y con la otra mano está como contando la misma historia. Entonces ahora me parece que la banda está muy equilibrada en escena. Es otra herramienta para expresar más, todavía. Estamos en una era en que cada vez más el ser humano es más difícil de conmover. Hay mostrarle que hay una diferencia muy grande entre poner play en una pantalla y estar ahí. Incluso a la hora de sentir. Lo que a nosotros nos conmovió cuando íbamos a un show era el sentir.
Claudia: No olvidarte de lo que te pasa cuando estás abajo, es fundamental para estar arriba. Tenés que estar mirando a las personas y decir “…¡yo sé lo que te pasa!…”. Sino, no sirve de nada, es al pedo.
SR: Parece que a la gente más joven le cuesta sentir.
Pablo: Están sobre estimulados.
Claudia: Pero si se lo mostrás en una pantalla, que la música pasa a través de un brazo… ¡ya está!
Pablo: Igual yo sigo sintiendo que en la forma de acercarnos a la música, la vieja escuela sigue siendo la mejor arma. Por eso estamos ahora en un momento de crisis por el hecho de no poder subirnos a un escenario; le quita todo eso que la tecnología no le puede brindar al usuario, que es el estar ahí.
Claudia: Sentir la vibración de un bajo.
Pablo: En el show del otro día se sintió no sólo que la banda lo necesitaba, sino que la gente también. Ese acercamiento a la música sigue siendo la ley primera: tenés que estar ahí y una maza de sonido te tiene que abrazar o te tiene que ahuyentar. Ahora me parece que más que nunca estamos en una era en la cual tiene que haber una diferencia muy grande entre el video que puedas consumir en tu casa y el hecho de pagar una entrada, ir a un show y sentir otras cosas que son imposibles de que las sientas a través de la pantalla.
Claudia: O encontrar un material que tenga que ver con cómo se hacía la música originalmente, por ejemplo, todo el mundo junto.
Pablo: Tocando de verdad.
Claudia: Donde todo el mundo se mira. Los vínculos que se dan en los ensayos y toda esa convivencia, vas y la ponés en el escenario. Ahí está la diferencia de lo que pasaba, lo que pasa ahora y lo que está por pasar.
Pablo: Tiene que pasar mucho de la parte humana también, no es sólo ensayar y que la canción suene perfecta, sino que también se sienta perfecta. Lo tenés o no lo tenés. Y la prueba de si seguíamos adelante terminó siendo si a la hora de crear nuevas canciones, ponemos play… ¿nos sigue sonando a algo que tiene alma, que es Dr. Rocka?… Y, sí. Con ellos, incluso con Toté que tiene seis bandas más, todos terminamos muy conmovidos con el proceso de trabajo.
Claudia: No lo podíamos creer.
Pablo: Después escuchamos “Respira la vida” y vimos el video y escuchamos el audio, y todo lo que tuvo que pasar para que eso sucediera, porque fue un año de mucha resiliencia, de crear en un momento muy conmocionado para la humanidad y tener delante nada más que el norte de la música, de quemar todas las naves ahí sin saber qué iba a pasar.
SR: Este momento de mierda va a potenciar este tipo de cosas.
Pablo: Es que ya está.
Claudia: Porque es el momento en que la gente más necesita sentirse cerca. Acá en Uruguay, que somos más artistas que en otros rubros, como que la gente necesita tenerlos cerca, porque estaban acostumbrados a que salían de la casa y había un tambor. Y ahora no te sube nadie a cantar al bondi. Yo he llorado con gente cantando en el bondi. ¿Y si no puedo llorar ahora, qué hago?
Pablo: Está triste. Es un momento como de congoja.
Claudia: Igual viene bien para generar cosas.
Pablo: Yo viví en una etapa lo que fue la transición musical en el medio de una crisis. Uds. vivieron lo de la post dictadura en los ’80. Ese fue un gran momento a nivel nacional para la música. Después vino un período oscuro y de meseta, que fueron todos los ’90, con el auge de la cumbia, donde no sonaba rock nacional en las radios ni a palos. Yo viví la crisis del 2002, cuando no había ni un mango en la calle, donde la gente estaba muy complicada. Y la cuestión es que en esos momentos hubo auges de movidas juveniles interesantes, como fue BJ que fue un boliche que nos dio vida y surgimos un montón de bandas que, justamente, en un período de crisis, ya veníamos creando de antes, y fue un momento como que ideal para plasmar.
Claudia: Y levantaron mucho al país.
Pablo: Esos festivales motivaban. Los Pilsen Rock que existieron fueron un bálsamos para una sociedad herida en aquel entonces. Y ahora que estamos en este confinamiento, en esta distancia, está comprobado que en las plataformas digitales nunca hubo tantas ediciones artísticas en la historia de la humanidad en un año. Todo eso está ahí como contenido en una olla a presión, donde la única forma en que lo podés consumir es a través de un dispositivo electrónico. La gente valora lo que tiene con la ausencia. A mí me parece que si muchas bandas nos enfocamos en mantener lo que realmente dijimos que éramos, con crisis o sin crisis, que es ser artista, si tenemos el coraje de seguir plasmando no importa qué, eso va a ser como los surfistas que están esperando la ola. La vida del músico que se autogestiona acá, que es independiente y que quiere crear libre de los grilletes del mercado, sin que venga un productor y te diga que tenés que poner el autotune en la voz, una base de trap y hacerlo más bailable, ahora es el momento para hacerlo.
Claudia: Hay que esperar la ola y bancarte la lisa que te cachetea.
Pablo: Dr. Rocka es una banda, un concepto, que nació en el año ’98. Del ’98 al 2005 pasaron casi 10 años para que la banda lograra concretar su primer disco. Después en el 2007 grabamos el segundo disco, que se llama Paciencia, en el momento de auge. Y la banda lo que no tuvo en ese momento, fue paciencia, y se fue todo a la mierda. Y doce años después tuvieron que venir cinco pibes, juntarse a ensayar, subirse a un escenario y ponerse a tocar canciones que yo había hecho hacía 18 años. Yo estaba tomando una birra y fue como que me volvió el alma al cuerpo, y entendí que no podía seguir enemistado con esa etapa de la vida, y que en realidad tenía tremendas ganas y pasión por esas canciones, y que las había tenido que dejar como en un cajón olvidado. Ese concepto fue el que en realidad en su momento me abrió puertas, porque después tuve varias bandas, pero con ninguna llegué. Sí a nivel artístico siento pleno orgullo por todo lo que hice con Índigo y Sendero del Filo –amo esos discos– pero a nivel de trabajo y de conexión con el público, la verdad que Dr. Rocka siempre fue mi puerta. Tenían que pasar muchas epifanías para que esto realmente volviera a latir. Llega un punto en que Dr. Rocka es como una entidad que, casi siempre, cuando los astros están alineados y tenemos todo el amor real depositado en la música, cobra vida. Cada formación de la banda es como un capítulo.
Claudia: Yo entré acá al agujero que me salvó la vida durante pila de tiempo. Para mí, la música es todo. Yo no puedo respirar sin música. Cuando entré a la banda, un día le pude decir a Pablo por mensaje de texto “tus canciones me salvaron la vida muchas veces”, y me la siguen salvando, la verdad.
Pablo: A mí también, no sólo a vos. Ese es el tema.
Claudia: Mis coreografías me salvan la vida a mí y le han salvado la vida a algunas personas. Ahora tener la voz, además del cuerpo, es todo.
Pablo: Grabar este disco con ellos me salvó la vida. Todo lo de la muerte de mi padre lo sobreviví, y la resiliencia la canalicé, a través del disco que pude grabar con ellos. Siempre tuve claro que no iba a llegar a ningún lado solo. La gente a veces confunde el deseo de seguir adelante con soberbia, y no tiene que ver con eso. Es un tema de necesidad para mí. Dr. Rocka es algo muy importante en mi vida; después de mi hijo es mi mayor creación. Es la cosa a la que más amor y tiempo le he depositado en toda mi existencia. Yo conservo ese deseo y lo comparto con el que quiera seguir al lado mío. Están todos acá porque quieren estar y porque quieren sentir esta música, porque quieren darle vida. Cuando veo el video del show del otro día, la verdad que me regocija. Siento que finalmente se está dando una sinergia que nos va a abrir puertas para poder seguir haciendo esto el tiempo que nosotros deseemos. Hay muchas ganas de hacer música, grabar discos y tocar. Lo que estamos deseando como cambio en nuestra vida es poder salir a compartir esto con la gente. Si no podemos estar arriba de un escenario, va a ser difícil que se puedan seguir dando esas conexiones.
Claudia: Porque la música no es sólo escuchar, hay que estar ahí. ¿Qué nos pide la gente cuando viene y recurre a nuestra experiencia? Que nosotros podamos transmitirle, no enseñar.
SR: Cuenten sobre el nuevo disco Sobreviviendo Al Limbo.
Pablo: Es un material híbrido, porque conjuga tres canciones clásicas de la banda, una que había salido en el disco Canciones Para Un Mundo Enfermo pero ahora está grabada en formato en vivo –lo que suma cuatro canciones en vivo acá en el estudio– y tres canciones inéditas compuestas en el período de la cuarentena en su versión de estudio. Ese material fue masterizado en Europa por Tony Lindgren en un estudio sueco que se llama Fascination Street Studios. Es la primera vez que tuve la posibilidad de realizar un trabajo de esas características. Yo me desempeño acá, en el estudio de grabación, y estuve encargado de la mezcla del disco. Fue la primera vez que me pude dar el gusto de hacer un trabajo que finalmente cumpliera con esa etapa final del audio, que es la masterización. Quedamos súper felices, porque es un álbum que arranca en el presente de la banda y te va llevando en un viaje hacia lo más antiguo, pero a la vez, aggiornado. Las canciones quedaron muy poderosas, incluso a las canciones clásicas les buscamos la vuelta para reversionarlas, y a la vez quedaron como con esa cuestión visceral del en vivo. Surgió la idea por la sala de ensayo: ensayamos todos conectados, microfoneados y con monitoreo en línea, y tenemos todos los instrumentos sonando en las mezclas. Cuando escuchamos el producto final del Live Session, nos cerró toda la jugada y terminó decantando en un disco. Ahora estamos disfrutando de haberle dado vida a ese material y de que haya tenido lindas repercusiones. El sonido nuevo de la banda captó la atención. El material fue editado de forma independiente y al alcance de la mano de todos los usuarios, porque tiene descarga libre desde nuestra página https://www.drrocka.com.uy/ La idea era esa, que la música esté al alcance.
SR: ¿Cuáles son los planes de futuro para este año tan difícil?
Pablo: Ya el hecho de que tocáramos este año fue como una especie de milagro, porque el día antes de tocar el Presidente hizo el anuncio de que shows de menos de 400 personas se podían hacer. Tocamos y a la semana salió el Decreto de que ya había sido todo.
Claudia: Fue como que el destino nos esperó.
Pablo: Estamos tratando de tender puentes hacia la gente. Claudia decía y tiene razón, que tenemos que aprovechar más las redes para que la gente pueda seguir viendo material audio visual.
Claudia: Para mí hay que estar presente en las redes, porque es la única manera que tenemos de estar cerca de lo que realmente somos.
Ariel Scarpa