El sonido que arrojan los parlantes de mi equipo mientras reproduzco Inmortal Volumen 1, me lleva inequívocamente al año del nombre de la banda. Y cuando digo el sonido me refiero efectivamente a la totalidad: voces, instrumentos, composiciones, interpretaciones. Este disco es un viaje al pasado en formato homenaje a una época que marcó al rock uruguayo. Y se luce.
1987 es uno de esos grupos que cuentan en sus filas con figuras de trayectoria. A Pablo Rodríguez en bajo y voz, Hugo Gutiérrez en batería, Gabriel González en guitarra y Agustina Da Silva en voz, se le suman invitados de lujo, como lo son Fabián «Hueso» Hernández en piano y coros (en “Soldados de la histeria”, “Algo anda mal” e “Inmortal”), Fabián Curbelo en voz y coros (en “Algo anda mal”) y Marcelo Curbelo en coros (en “Algo anda mal”). Un plantel de lujo para llevar adelante esta propuesta que no se queda exclusivamente en lo retro, sino que lo redimensiona y lo lanza con integridad, respeto y música de calidad.
El disco fue grabado, mezclado y masterizado por Gustavo Ruvertoni en Estudios GR entre setiembre y diciembre del 2020, y contó con el diseño gráfico de Evelyn Telis. Las canciones que lo componen son las siguientes:
El Eco – Primitivo – Soldados de la histeria
Calma – Algo anda mal – Inmortal
La alquimia lograda por 1987 representa la esencia del sonido de esa época, teniendo como base la impronta de Los Estómagos. La orientación de la obra de la banda es revisitada por 1987, recreando la atmósfera y dándole vigor.
Consultado Hugo Gutiérrez sobre porqué se eligió ese año como nombre del grupo y no otro, nos comentó: «Porque fue el año en donde se registra el mayor número de ediciones de discos de rock uruguayo. Además, ese año Pablo formó su primer banda, La Zona Muerta (embrión de Libertad Condicional), y yo edité mi primer fanzine, Miseria Juvenil. Ese año la cultura rock uruguaya logró una identidad que lamentablemente con el tiempo se perdió. Uno de los objetivos ambiciosos de 1987 es recuperarla.»
Recorramos rápidamente el disco: “El eco” oficia de buena introducción y engancha a la perfección con “Primitivo”. “Soldados de la histeria” es quizás el mejor exponente del rescate ochentero, con la introducción y posteriores intervenciones de piano del Hueso creando clima, mientras “Calma” sigue perfectamente la línea. La potencia vuelve con “Algo anda mal” con el condimento de Fabián Curbelo destacándose en una estrofa, y cierra “Inmortal”, que suena solemne, con la delicadeza de la voz de Agustina Da Silva y el final de lujo en el piano a manos del Hueso.
Muy buenas letras y música, una propuesta valiosa e interesante, ejecutada con lo necesario para que este disco sea muy destacable, con el agregado de aportes destacados de invitados de lujo. Quedamos a la espera de más material, indudablemente.
Ariel Scarpa