Esta nota no pretende ser un comentario del libro de Hugo Gutiérrez, “Una hora sangrando bajo el agua”; no me atrevería a tanto. Sí se trata de destacar el tipo de trabajo presentado: su contenido, la forma. También de darle el lugar justo de valor a textos que el batero de La Sangre de Verónika ha dado en recopilar en esta loable iniciativa, máxima expresión del DIY.
En el prólogo escrito por Renzo Teflón en agosto de 2015, que enmarca la obra, define a Hugo como el “autor de algunas de las mejores metáforas del rock uruguayo”. Y es una observación aguda y justa.
Una ansiada presentación para un trabajo de largo aliento que Hugo tenía planeada hacía un tiempo. Un libro que sólo podía ser editado de esta manera, porque sino no hubiera sido justo con la propuesta. Una edición artesanal en su más puro estado, que se palpa de principio a fin.
Fragmentos de los textos van mostrando “minuto a minuto” la sagaz pluma del autor.
Me siento el feliz poseedor del libro n° 36 de esta tirada de la editorial El Pirata Rojo y Negro, cuyo diseño es obra de Gabriel Cianciaruso. Y desde ya que ocupará un lugar especial en mi biblioteca de libros de rock, seguramente como el más auténtico de todos.
Al decir de Enrique Symns en la contratapa del libro: “Tipos como Gutiérrez han mantenido vivo eso que solíamos llamar rock. Todos mis respetos”. Comparto en su totalidad.
Ariel Scarpa