Old Smoke Tales es una banda que suena y pico desde su primer disco. Con un sonido de rock clásico, cantando en inglés y apostando a la experimentación y evolución de la propuesta, poniendo todas las fichas en la música, las voces y las letras, van pisando firme. El entusiasmo y la seguridad que transmiten los entrevistados va en paralelo con la propuesta de la banda. Compuesta por Pablo Otero (voz), Criss Maguna (voz y coros), Victoria Beltrán (voz y coros), César Bicelli (guitarra), Federico Casuriaga (bajo), Manuela Ureta (teclados) y Sebastián Mariño (batería) conforman un septeto que está dispuesto a sorprendernos en el futuro cercano. Así lo sienten quienes participaron de la entrevista: César, Sebastián, Pablo y Manuela.
SR: ¿Cuál es la propuesta de Old Smoke Tales?
Pablo: César y Seba fueron los que iniciaron el proyecto, yo me uní un poquito después. Creo que la idea es apuntar a salir de lo básico y lo estructurado que tiene últimamente el circuito de bandas under, tratar de sacar algo diferente, ni mejor ni peor. La propuesta surgió apuntando a las raíces del rock and roll pleno, como el country y el folk, haciendo fusiones de eso, y más que nada, tener un estilo propio, que lo estamos logrando.
SR: ¿Qué influencias reconocen que tienen?
César: Personalmente, me influencio mucho desde lo que es el rock and roll clásico, muchas raíces de blues, también me he interesado bastante en el country y el folk, algunas partes del pop ochenteno. Si tuviera que usar pilares, serían muchos blueseros viejos, pasando después por Zeppelin, Cream, Stones, Creedence.
Pablo: Se comparte. Creo que en cuanto a géneros creo que es algo que nos identifica y que nos une a todos. Yo soy un poco más veterano que el resto, y soy de escuchar mucho más a Los Beatles, por influencia de mis padres, así como Psiglo y Tótem a nivel nacional. Como dice César, siempre quedan los pilares. Porque he pasado por mi etapa de grunge en los ’90, por ejemplo, pero las influencias están marcadas desde lo que fue la era beatle, por lo menos para mí. No se puede identificar a Old Smoke Tales como a una banda de rock puntualmente. En el primer trabajo sí hay mucho de rock and roll, pero se ven las fusiones. No se identifica con un género, sino con un estilo, porque tiene la particularidad, en lo musical, de generar estilos. Ahora con el tema del teclado de Manu, por ejemplo, le aporta muchísima calidez. Hay un aporte particular de cada uno sin ser algo puntual en cuanto a género.
SR: Y suena bien amalgamado.
Pablo: Es así. Los mejores resultados se dan cuando…
Sebastián: Cuando estamos todos, que se proyecta lo mejor. Aparte la idea es experimentar con sonidos. En nuestro primer disco es como dijo Pablo, pero en lo que estamos trabajando ahora estamos incluyendo muchos instrumentos nuevos, muchas percusiones, guitarras, efectos.
SR: Es una propuesta abierta.
Sebastián: Sí, totalmente.
SR: ¿Quién se encarga de las letras?
Pablo: Me encargo yo, aunque es un trabajo en conjunto. Las escribo pero no es que en seguida se imprimen, sino que nos juntamos y les narro la historia desde mi punto de vista, cual si fuera un Néstor Ganduglia en Voces Anónimas (risas) y los llevo a ese mundo que a mí me contagia y porqué lo veo así. Deja de ser una simple letra y pasa a ser una historia.
Sebastián: Cada canción es una historia diferente, eso es lo que me encanta.
Pablo: Es vivencia, con particularidades nuestras que se ven plasamadas en verso, porque me gusta escribir en verso.
SR: ¿Todo siempre en inglés?
Pablo: Sí, la composición es en inglés. A eso apuntaba yo cuando decía de salir de lo convencional. Queremos sacarle de arriba el estigma del inglés, porque queremos tratar de cantar a una generación de gurises de 17 que ya manejan el inglés como algo que estamos palpando todo el día. Acá a veces somos muy nacionalistas, en el sentido de lo que es el idioma. ¿Quién no cantó algún tema de pop de los ’80 sin saber inglés? Tengo ayuda y correcciones con respecto al idioma, y tratamos de sacar el material lo mejor posible para que sea entendible. Además, es un inglés convencional que no pierde el romanticismo del inglés británico, con la letra bien clara.
SR: La banda está compuesta por dos mujeres más, aparte de Manuela. ¿Que sea inclusiva se dio naturalmente o fue buscado?
César: Se fue generando. El proyecto arrancó cuando Seba se contactó conmigo (nos conocíamos de hace muchos años, habíamos tocado anteriormente juntos) y comenzamos a grabar algunas cosas. Se las pasamos a Pablo, que es amigo de mi hermano, y ahí se fue generando el tema de que, como músicos, empezamos a sentir como que realmente unos coros serían geniales.
Sebastián: ¿Y si conseguimos un bajista, unas coristas y un teclado…?
César: Y empezamos a ver que daba un resultado óptimo, y era para el lado que queríamos, y dijimos que claramente las voces femeninas ocupan un rol fundamental. A nosotros nos encanta, aparte de todo el tema escénico que a hace que nos sintamos súper cómodos.
SR: ¿Manu como tecladista también fue buscada?
Manuela: Caí (risas). Nos conocimos en un toque que tuvimos en común con otro proyecto que yo tenía. Mi banda no funcionó y yo quedé en contacto con César. Hicimos amistad y a mí me interesaba lo que ellos hacían. Ya me habían propuesto ser parte. Participé de unos toques y luego fui quedando fija.
SR: La inclusión de un teclado cambia el sonido.
Manuela: Yo que conocía las canciones de antes –y no es porque sea yo la que toca– siento que le da algo diferente, que me gusta.
Sebastián: Más rock clásico, que es a lo que apuntamos: anillo al dedo.
SR: A pesar de buscar un sonido diferente, ¿se sienten dentro de la movida de rock nacional?
César: Nos sentimos un tanto distanciados. Si tenemos que apuntar a la realidad, yo como consumidor de música, puedo decir que desde que tengo uso de razón siempre consumí música anglosajona. Me fui acostumbrando, y para mí fue una cuestión normal. En cierta manera y medida siento como que me quedé un poco en los ’70 en un montón de cosas, y la música no es la menor. Se siente ya por la cuestión de cantar en inglés y también por a lo que apunta la banda, un poco por fuera del circuito del rock nacional. No sé si iría derecho a la góndola de rock nacional si tuviese que ir a buscar un disco de Old Smoke Tales. En tal caso, creo que hasta sería más rock argentino que nacional, en alguna medida. Pero nos gusta tener participación en la escena nacional, que es a lo que apuntamos, tener un huequito, por lo menos.
SR: ¿En qué ámbito les parece que podría andar mejor la banda?
Pablo: Hemos compartido varios escenarios con varias bandas, con Regina en la Zitarrosa, o el circuito de La Galera, y ahí como que nos sentimos un poco “parte de”. Con Regina compartíamos el hecho de cantar en inglés, siendo que no era el mismo género. Tocar lo haríamos con el que venga. Habíamos hablado con Sebastián de que había una banda llamada Black Smoke, que no nos conocemos, pero estaría bueno para hacer algo en base a unir bandas que reúnan conceptos de género. Ahí sí me veo más por ese lado. De todas formas, hemos compartido escenario con artistas de todo tipo.
César: Se puede decir que nos sentimos bastante cómodos dentro de un escenario chico, en el cual hay que estar esquivando a un mozo que te trae una pizza, o a tener las tablas de la Zitarrosa donde hay amplitud para moverse un poco más. En cualquiera de los dos estamos cómodos.
Sebastián: Aparte, en la movida under, muchas veces tenés que tocar en donde podés tocar, no podés elegir dónde y con quién.
Pablo: Ahora hay una propuesta para un boliche de Las Piedras para hacer domingos de rock. Así que estamos preparando ese show, y algunas cosas más que puedan surgir. Quería aprovechar a mencionar a las chicas que están faltando: Criss Maguna y Viru Beltrán, que son dos grandes. No son coristas, son voces. Somos tres que cantamos ahí, al frente. La verdad que son unas genias.
SR: Se comenta la baja de la popularidad del rock a nivel internacional, y también se dice por ahí que el rock está muerto. ¿Qué opinan al respecto?
César: Estamos del otro lado del mostrador. Creo que siempre y cuando siga habiendo una oferta, va a seguir generando una demanda, más allá de que sea mínima. La idea personal nuestra tampoco es una cuestión de popularidad. Hacemos música para nosotros porque realmente lo disfrutamos, es lo que nos gusta y es lo que se puede decir que nos unió. Si a la gente le puede gustar, nosotros súper encantados, es todavía un incentivo mayor para seguir haciendo cosas.
Sebastián: Apostamos a hacer música que nos gusta a nosotros, que es la música que escuchamos de toda la vida, y a la puesta en escena. Apostamos a vestirnos más o menos como de época, con un poco de maquillaje. Que nos vean y que los transporte a una época, sería el sueño para mí.
SR: Algo así como Greta Van Fleet, ¿no? ¿Cómo ven a esa banda?
César: Espectacular.
Pablo: Espectacular.
Sebastián: Eso es a lo que aspiramos. Escucho a Greta y me lleva a los ’60-’70, la voz de Plant. Si nosotros podemos lograr aunque sea la mitad de eso, sería un sueño.
SR: ¿Cómo definirían al rock?
Pablo: Para mí es leyenda, es vida. Es parte del proceso de mi vida, y es cultura, sin despreciar todos los géneros. Yo mamé de toda la vida. Mi padre también era ávido consumidor de rock and roll. El rock como concepto, me transporta a leyendas, a historias, a cuestiones como por ejemplo, la vida personal de cada artista que vos seguís al punto de tener esa influencia no sólo en la música sino en la persona. Eso genera el rock. A mí lo que me estimula es la presencia del rock como influencia en la vida, como precursora de cosas. Es un disfrute, es familia.
SR: ¿Consideran que hay rock en el rock nacional?
Sebastián: Sí, yo creo que sí.
Pablo: Sí, hay.
Sebastián: Hay pila de bandas nacionales que son icónicas: La Trampa, Buitres. Yo consumo mucho rock nacional y es muy bueno. Y hay muy buenas bandas que no son conocidas. Hay muy buen nivel musical pero hay muy pocos que tienen la oportunidad de ser escuchados. Cuando tocamos en la Zitarrosa con Regina, quedé asombrado, sonaban muy bien, y eran tres músicos y la cantante. Y son jóvenes.
SR: ¿Ven posibilidades de trascender en el medio con la banda?
Pablo: Creo que es viable, pero…
Sebastián: Es difícil.
Manuela: Es posible.
Sebastián: Es tener un poco de suerte, que nos escuche la persona indicada, estar en el momento y lugar indicados, y que suceda.
Manuela: Nosotros tenemos la seguridad y confianza.
Sebastián: Nos encantaría, aspiramos a eso. Como todo el mundo, me encantaría vivir de la música.
Pablo: Hoy es una utopía, pero puede ser que no.
César: Recurriendo a lo que dije Manuela, en parte yo siento que la banda, al ser diferente en el buen sentido, maneja un montón de cosas que por ahí, dentro de la escena nacional, no se ven, sea sonora o estéticamente, sea en puesta en escena o grabaciones. Creo que hay un montón de factores que a lo mejor no se ven tanto o no son tan valoradas si no se cuentan, y que podrían llevar a la banda a un punto mayor que sería justamente el deseado.
Pablo: Igual no nos podemos quejar con las convocatorias que hemos tenido. Hemos sido tenidos en cuenta para tocar y grabar en los Estudios Ion, que era un cupo de 20 bandas que incluía a Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay. Más allá de lo económico está que hubo alguien que se interesó en escucharnos.
Sebastián: Es un estudio mítico, han tocado varias bandas buenas de verdad.
SR: Cuenten la experiencia del disco.
César: Decidimos hacer una cuestión independiente, dado que cuando escuchamos los primeros materiales que empezamos a grabar como maquetas, nos empezó a gustar el sonido. Yo he sido bastante autodidacta en el tema de las grabaciones, y me he interesado por demás. Si bien hoy por hoy tenemos las posibilidades que brinda la tecnología, soy bastante de recurrir a las cuestiones analógicas. Desde los instrumentos, que son muy clásicos, pasando por los efectos y terminando en los equipos, dije “esto lo tenemos que hacer nosotros”. Y tanto grabación como producción y post producción lo hicimos nosotros, haciendo una especie de monopolio. De ahí es que los temas tienen realmente un montón de arreglos que son apreciables, tanto el primer álbum, que ya se lanzó, como el segundo que ya está para lanzarse (están terminándose algunos detalles), y el tercero que estamos arrancando, ya viene todavía más cargado de todo eso, con instrumentos llegando hasta la locura de los clavinomas y hasta el sitar; siempre cargado con esa armónica bluesera, arreglos de cellos, de violines.
Manuela: Hay de todo. Hay que prestar mucha atención al sonido, a la música. No es sólo un piano o una guitarra, es más allá.
César: Es un montón de recursos que tenemos como necesarios, porque realmente no es lo mismo, por lo menos a criterio personal, la banda clásica estructurada que son una o dos guitarras, un bajo y una batería, y ahí se quedó. A nosotros nos interesa llevar todo más allá para poder complementar un sonido y después poder brindarlo tanto en vivo como en el disco.
Sebastián: En un futuro metemos percusionistas, vientos.
SR: El primer disco salió este año y el segundo también saldrá en 2020, y el tercero a principios del año que viene, quizás. Hay una búsqueda y un crecimiento.
César: Lo que pasa es que hay muchísima creación constante. De un piano, sale algo; de un bajo, sale otra cosa.
Pablo: Y de cosas que no se pueden mencionar en la entrevista (risas). Hay secretos de artista que quedan en la banda.
César: Surgen un montón de cosas, y también somos muy recurrentes a las afinaciones alternativas, como para ir creando un poco de ambientes un tanto diferentes. Realmente los álbumes están bastante trabajados, los temas están bastante rebuscados.
SR: Seguramente no hay respuesta para esta pregunta, pero ¿dónde termina esto?
César: Esto es como la mezcla: se empieza pero no se termina, se abandona. Yo creo que no tiene final; quizás tenga un abandono, pero lo veo difícil.
Pablo: Nunca le pusimos un horizonte. El techo que tenemos no existe.
SR: La base es la experimentación, entonces.
Pablo: Sí. Hay un aprendizaje, pero de ahí se sacan cosas, porque una cosa es escuchar algo desde el inicio que está muy bueno por el resultado en cuanto a los conceptos nuestros, pero a su vez hay una diferencia y se nota el crecimiento, el acople, y eso suma mucho y abre horizontes para cualquiera. Con las voces me ha pasado que he tenido muchos desafíos con esto, porque con las bases que se crean, hay que meter mucho ingenio, a veces. En ese sentido, saca cosas de nosotros.
César: Esto lleva al tema de la versatilidad dentro de la banda, que si bien podemos tocar un tema cargado de riffs de blues, medio pesadito y con bastante potencia, también podemos dejar la eléctrica a un costado y agarrar una mandolina, un banjo o una guitarrita de 12 cuerdas, unas teclas y unas voces dulces; o sea, un contrapunto total.
SR: ¿Tienen aún proceso de acople y maduración entre uds. o esa etapa ya está superada?
César: La maduración es siempre.
Pablo: Es más, tenemos nuestra parte de hacer catarsis, como amigos, como parte de la banda, y generar eso. Acá no es sólo ensayar, tocar, grabar. Hay vida atrás, como el rock lo es. Son creaciones y cosas que te van marcando, como parte de la leyenda de lo que hasta ahora viene siendo de dos añitos y poco a esta parte, la leyenda nuestra que estamos creando con Old Smoke Tales. Hay un crecimiento como persona y como músico.
Sebastián: La diferencia entre el primer disco y el segundo que se va a venir, es abismal. No tanto en lo musical, sino en los instrumentos que estamos poniendo.
SR: ¿Y pueden después llevarlo a un escenario?
Sebastián: Sí, sí.
Pablo: Ya experimentamos algo, no hay mucha diferencia en realidad.
Sebastián: Tampoco meter cuatro o cinco guitarras.
SR: ¿Identifican que les está faltando algo ahora, algún tipo de limitación?
Pablo: Sí, que se abran las fronteras para ir a Ion (risas). Y después, el oído de alguien que nos escuche y diga: “Estos gurises están despegados, vamos a darle para adelante”.
SR: ¿Cuáles son las expectativas de la banda?
Sebastián: Cuando arrancamos a tocar con César, mi expectativa era formar una banda. La formamos. Después fue tocar en vivo. Tocamos en vivo. Luego, en mi vida jamás me imaginé tocar en un teatro como la Zitarrosa. Logramos tocar en la Zitarrosa, y para mí fue un sueño. Y lo que viene, me va a encantar, seguro me va a encantar. Jamás me imaginé que me hagan una entrevista o estar en una radio. Hace 15 años que toco la batería, y en estos últimos dos años logré más que en los otros 13.
Manuela: Yo me sumé ahora, pero ellos como que empezaron a ver que ahora que tenemos entrevistas y que pasaron de ser tres a ser siete sobre el escenario, ya mismo ha habido un crecimiento. Ellos empezaron de cero y creo que verlo ahora, es como… ¡fa!
Sebastián: ¡Tengo un video en YouTube, ya! (risas).
Manuela: Queremos más, pero mismo ya crecimos.
Pablo: Es todo un proceso en todo sentido, tanto en lo musical como la parte legislativa, digamos, donde hay que hacer una serie de cosas puntuales de registro de obras, que está todo plasmado como debe ser. Nos tomamos este “hobby” con una responsabilidad brutal, pero nunca dejamos de lado el disfrute. Es como dice Seba, cada avance que tiene la banda vemos que lo hicimos nosotros, lo logramos. Y la suerte de contar con las chicas, e inclusive de estar dentro de los estándares que hoy proponen de tener un 50% femenino en las bandas. Y a nosotros se nos dio. La verdad es una cosa que rompe fronteras.
SR: Es un diferencial.
Pablo: Totalmente. Más allá del sonido de la banda, es una cosa que desborda ver el movimiento, la interacción entre nosotros, ver el despliegue de estas bellezas que tenemos al lado y ver cómo cantan, porque son unas profesionales de primera. Yo siempre aprendo de cualquiera de ellas.
Manuela: Eso es lo lindo de la banda, que hay mucha diversidad, muchas generaciones y todos aprendemos de todos, todo el tiempo.
Pablo: Por eso creo que hablando de distinguirse del resto, sin despreciar a nadie porque hay muy buenas bandas, es algo que nos diferencia: ver que lo que ofrecemos es un show.
Ariel Scarpa