Primero un video, para que se entienda el título, dicho con total respeto y propiedad, y saber de qué vamos a hablar.
Es indiscutible el sonido zeppeliniano de esta banda de Frankenmuth, Estados Unidos. Integrada por los hermanos Josh (voz), Jake (guitarra) (mellizos) y Sam Kiszka (bajo) además de Danny Wagner (batería), vienen poniéndole color al rock desde el año 2012. Si bien se puede argumentar que el color con el que tiñen es el sepia, no se les puede negar que recurren a una época y a una banda memorables, del más puro y creativo sonido, como fue la integrada por Page, Plant, Jones y Bonham en su momento, el dirigible más pesado del mundo.
Esta evocación no sólo está de manifiesto en la música, sino también en lo estético y en lo más representativo del rock de los ’70. Es el sonido, el toque, las panderetas y la guitarra en la nuca. Y la voz. De esa boca redonda sale un flujo sonoro que inevitablemente nos lleva a no creer estar viendo a Josh sino a Robert Plant.
¿Es un homenaje? ¿Es una copia? Si así fuera, seamos sinceros y digamos que recurrieron a una de las mejores páginas del rock. Y también aseveremos que lo llevan a cabo haciendo un aporte que personalmente dimensionaría como importante. Porque aporte es la palabra correcta en el derroche de creatividad que ponen sobre el escenario. Porque suenan muy creíbles. Porque les sale muy bien. Podríamos decir que si de alguna manera fueran la continuación de Led Zeppelin, es una segunda parte muy honrosa. Escuchemos la opinión de Plant:
Un tema más para corroborar lo dicho:
No se los puede titular como aire fresco, pero sí como algo muy reconfortante. En medio de la mediocridad de la mayoría de las propuestas comerciales de la actualidad, Greta Van Fleet suena como Zeppelin, como rock de verdad, algo que sólo por eso deberíamos agradecer. Pero además le agregan frescura y creatividad con respeto. Desde el descalzo bajista – tecladista, pasando por el batero y el vocalista, hasta llegar al guitarrista.
Sus registros discográficos son dos EPs. En abril de 2017 editan el primero, Black Smoke Rising, compuesto por los temas Highway Tune, Safari Song, Flower Power y Black Smoke Rising. El segundo EP, de noviembre de ese mismo año, estaba integrado por estos mismos cuatro temas más Edge Of Darkness, Talk On The Street, A Change Is Gonna Come (de Sam Cooke) y Meet On The Ledge (de Fairport Convention).
¿Está mal evocar los ’70 en el siglo XXI? Creo que no, sobre todo si se hace de esta manera. De mientras, seguimos esperando el nuevo aporte del rock para esta década.
¿Quieren más? Yo sí.
Ariel Scarpa
Al principio entré por el aro y, paralelamente a esa suerte de fascinación, en mi interior crecía algo incómodo. Recientemente se presentaron en el Tonight Show de Jimmy Fallon y fue ahí que me hizo efecto la pastilla roja de The Matrix. Tienen todo estudiado: el atuendo, los movimientos, absolutamente todo, cuando se le les cae la careta, te das cuenta de que es otra producción marketinera muy bien armada. El único paralelismo que se me ocurrió , es cuando Silvio Soldán en Grandes Valores – plenos años ’80 – presentaba a aquellos niños cantores trajeados para que una panda de viejos decrépitos, se ilusionaran de que el tango no estaba muerto. Amo el rock, es la historia de mi vida, pero gente, tengo malas noticias: el rock tal como lo conocimos, su actitud, su autencticidad, su postura rupturista frente al mundo enfrentando el conservadurismo en todos sus niveles, murió. Greta Van Fleet podrían ser hologramas hechos por computadora y es exactamente lo mismo, cantos de sirena para que viejos marinos, encallemos en las rocas, nada más. Saludos
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Comparto tu comentario en gran medida, y me animo a expandir tus malas noticias a todo lo que se nos ofrece hoy por hoy, ya sea cine, fútbol o cualquiera de las ilusiones creadas para entretenernos. El rock no es la excepción, sólo queda el rinconcito de lo más under, aquello que muchos nos quejamos que no tiene apoyo ni crece. Porque si lo hace… al carajo, lo atrapa el puto sistema, y a la mierda. Como Greta o cualquier grupo sonando en cualquier radio. Es triste, ¿no? Como en nuestro rock nacional esto casi que no ocurre, podemos decir que estamos mal (bien) acostumbrados. Y si miramos para afuera con esos mismos ojos, ocurre lo que vos mencionás. Sólo nos queda el consuelo de que por lo menos el «producto final» suena como rock. Y dados los tiempos que corren, quizás no sea poca cosa. ¡Abrazo!
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