La entrevista con Chucho pintó para hacerse, como no podía ser de otra manera, en su taller de motos. Entre un montón impresionante de fierros transcurrió esta charla más que disfrutable. También incluyó una visita a la sala de ensayo, donde además tuve el placer de escucharlo tocar algunas cosas en su guitarra. En el ambiente sólo se respiró rock and roll, por la conversación y el entorno, por la música y lo visual. Una zambullida que permitió empaparse de la mejor esencia de esta música, en la cual no sólo tuvo su semilla y su incomparable inicio, sino donde siempre se ha de volver si la intención es rockear de verdad. Y de eso se trata cuando Los Rockadictos toman el escenario: puro rock and roll. Actualmente integran la banda Chucho Cairoli en guitarra y voz, Gabriel «Sapo» Federico en contrabajo y Álvaro «Walo» Crespo en batería.
SR: ¿Qué tal si repasamos un poco tu carrera?
Chucho: Bueno, soy hijo de músico, mi viejo es batero de toda la vida. Había una batería en casa y aprendí solo a tocar. Empezamos a competir con mi hermano (Nino) que estaba en ADN, y yo estaba más para el palo del metal y siempre Elvis. El rock and roll del ’50 y Van Halen son dos cosas distintas pero que siempre iban de la mano para mí. Hice los Teddy Rockers en el ’85 y fuimos los primeros que tocamos en el Zorrilla después de la dictadura. Éramos un trío y yo era el batero. Ahí conocí a los locos de Los Clavos, que era una banda que estaba más armada, con Diego Lorenzo y Néstor Romero, aún en la batería. Luego me abrí porque quería tocar la guitarra. Por el ’86 armé Los Rockers con dos de los Indios Muertos, que era una banda punk. Ahí ya tocaba guitarra y cantaba. Por los ’90 conocía a los de La Pandilla y pasé con ellos, con el Chenando, Pablo Rodas, el flaco Molina, el Rascamuchi; ahí sólo cantaba. Cuando Rodas se fue para España, empecé a hacer lo que sería mi grupo con mis cosas: ahí hice Los Rockadictos, con parte de La Pandilla, que ellos hicieron después La Sonora Quemante. Yo buscaba hacer cada vez más años ’50. Siempre busqué gente que tocara el contrabajo y nunca encontré hasta que terminé consiguiendo uno. Seguí cambiando de músicos, hasta que por el ’98 empiezo a tocar con el Sapo, que es el que es fijo de Los Rockadictos, y fuimos cambiando de batero. Mucho tiempo estuvo Pablito Blois con nosotros, que falleció, y Walo. En una época intercambiábamos entre ellos. Justamente hoy (25 de abril) hace fecha que Pablo murió, cuando estábamos arreglando para hacer un toque en Piriápolis. Una bala que no era para él, le dió. Era el tipo más sano que conocí. También yo con la guitarra laburé mucho tiempo en el Viejo Jack, con el bajo acompañé a Johnny Tedesco y Lalo Fransen, del Club del Clan, con mi padre en la batería. Con la guitarra, como contratado, con muchos porteños. Lo que más destaco son tres años que toqué con Pappo. Le arreglé las motos e hice buena amistad con él; cumplió 50 años acá en casa. Toqué en una orquesta en que trabajaba mi padre, tocando de todo. Pero lo mío es el rock and roll de los ’50 con letras mías, yo digo que es un rockabilly sucio. Hago covers porque hay que hacer las reverencias a los grandes.
SR: ¿Cómo definirías al rock and roll?
Chucho: Pah, me mataste. No tiene definición.
SR: Esa es una buena definición (risas).
Chucho: Es respetar unos patrones, unos ritmos. Trato de no despegarme de cierta influencia para no intoxicarme con cosas que van pasando en la época. Si bien no estoy por fuera de cosas que también me gustan, y hasta se puede notar alguna influencia dependiendo de cuándo hice la música, trato de agarrarme siempre a los del ’50 para no descarrilarme de ahí.
SR: Tratás de mantener una esencia 100% rockera.
Chucho: Fui a la base para poder salir de ahí para todos lados.
SR: Tu otra pasión son las motos. ¿Se puede decir que son el complemento ideal y una necesidad del rock and roll?
Chucho: Va de la mano. Lo de las motos me gusta desde que nací, igual que la música. Vi la película de Marlon Brandon cuando tenía 4 años y no me olvido más. Esa misma Triumph me la compré cuando tenía 19 años. Si me gusta una cosa, me dedico a eso.
SR: ¿Qué diferencia marcarías entre el rockabilly y el rock and roll?
Chucho: Dentro del rockabilly hay un montón de ramas. La diferencia está más que nada en el ritmo, en el tresillo que utiliza el contrabajo: slapea pero no como en el funky. Suena como tres golpes pero de ahí sale una sola nota. Eso se hacía, cuando se empezó a utilizar electricidad en las guitarras, para dar más volumen. Y el rock and roll… te lo tendría que mostrar.
SR: Dale.
SR: Tu mayor referente es Gene Vincent. ¿Cuál es la diferencia con Eddie Cochran o Elvis Presley?
Chucho: Gene Vincent y Eddie Cochran van muy de la mano. En realidad va todo de la mano. Gene Vincent lo que tiene es que es la primera banda – banda de rock and roll. El contrabajo no lo toca slapeado, lo toca pulsado como si fuera un bajo eléctrico. Y es una banda con un cantante, antes eran cantantes con el músico de turno que estuviera en el estudio. El loco además se quebró igual que yo en la moto, fue el primero que empezó a andar en cuero, el primer reventado, el tipo que no era bonito, el primer rocker. Eddie Cochran lo que tenía era que se hacía sus propios temas, un buen investigador de técnicas de estudio. Inventó el formato de riff en lo que es un tema. También lo hizo Chuck Berry eso, eran todos muy contemporáneos. Y sobre todo, no se copiaban, eran muy originales. Elvis es el rey, o el dios, porque englobó todo. Primero que fue la puerta de acceso para todos, el que le mostró al mundo lo que era el rock and roll.
SR: Ya que estamos con las figuras, ¿Wanda Jackson o Brenda Lee?
Chucho: Soy fanático de las dos. De pendejo, me gustó Brenda Lee, después conocí a Wanda Jackson. Brenda Lee aportó la voz de niña que tenía, como gritaba. A Wanda la escuchaba, pero no sabía que era ella. Cuando Vincent tuvo problemas con el sello y no le permitieron usar a los Blue Caps, ellos fueron la banda de Wanda Jackson. Si querés seguir escuchando a Cliff Gallup y Dickie Harrell, están en los discos de Wanda.
SR: ¿Cuál te parece que es el elemento fundamental que determina que la música sea rock?
Chucho: Está mal usado el término rock. Al rock lo define el bajo, la guitarra y la batería, y la guitarra rítmica no puede faltar. Se pueden usar las cosas que hay y hacerlas sonar rock, pero el rock básico es así: un riff, un par de cantadas, punteo…
SR: ¿Actitud?
Chucho: Sí, eso es fundamental. Ya el llegar a ese formato es una parte de la actitud. Ya el hecho de aguantarte a dos o tres músicos más, que somos bastante infumables, sobre todo el que toca guitarra y canta es insoportable (risas), y como batero que fui, también es insoportable el batero (risas). Llegar a eso ya es una actitud de rock, si lo tecnificás, pierde un poco esa sangre, la esencia.
SR: ¿Considerás que hay bandas de rock hoy en el panorama internacional?
Chucho: Sí, sí, hay.
SR: ¿Cuál destacarías?
Chucho: Yo trato de no escuchar rockabilly nuevo, pero lo más moderno que escucho es a Reverendo Horton Heat, que es un grupazo onda Stray Cats. Queens of the Stone Age son de las últimas cosas que me han gustado. Josh Homme es el uno, para mí es un capo. Jack White me parece que es un capo, igual que Dave Grohl. Y me puedo estar olvidando de un montón de cosas más.
SR: ¿Y cómo ves al rock nacional?
Chucho: Es difícil eso. No sé qué tan rock es, lo conocido es más pop que rock. Ahora, si querés rock, tenés que ir a esos toques que no va nadie, ahí está el rock. Me gusta mucho Reytoro, ponele, eso me parece rock. Lo escucho y no te digo que es metal, es rock.
SR: ¿De alguna manera le está faltando rock and roll al rock nacional?
Chucho: No hay rock and roll, sí es rock. Yo creo que agregarle el rock and roll sería la parte más rítmica, más bailable de la cosa. Si bien todo se puede bailar, le falta más esa parte del rock and roll, que es lo que hacemos nosotros.
SR: Vamos a tu banda, Los Rockadictos. ¿Se puede decir que es una evolución de todas tus bandas?
Chucho: Siempre hice lo mismo. En una época quise hacerlo más años ’50 y en otras épocas un poco menos, pero nunca me olvidé de los ’50 y, por ejemplo, usar un delay. Yo siempre odié todo lo moderno. A veces sí usar un poco de chorus en un micrófono, esas cosas que son herramientas, ventajas.
SR: Si tuvieras que explicarle a alguien cuál es la propuesta de Los Rockadictos, qué es lo que buscan, ¿qué le dirías?
Chucho: No buscamos nada, tocar, nada más y largar lo que está adentro. Es una expresión. Sí te puedo decir que es rock and roll de los ’50 tratando de tener buenas letras.
SR: ¿Las letras y la música son tuyas?
Chucho: Sí. Aquellos tienen su ingerencia porque yo sé como toca el batero o el bajista, entonces les muestro una base que a veces ya grabé solo, y ellos hacen lo que se les canta arriba de eso, sin perder ciertas pautas que les digo.
SR: ¿Considerás que tienen un espacio dentro del panorama del rock donde explayarse?
Chucho: Nosotros fallamos en la parte de vendernos, que en realidad tendría que hacerlo yo, pero no soy muy social. Los bolicheros están todos de vivos, se creen que te hacen un favor. A nosotros nos va bien siempre, pero hay músicos que se dejan culear por dos mangos por el hecho de tocar nomás.
SR: ¿En qué etapa está ahora Los Rockadictos?
Chucho: Estamos terminando de mezclar lo que estamos grabando acá en el sótano. Lo grabamos unas partes en directa, sin pinchar. La base la grabamos acá, y la voz y el contrabajo lo hacemos en el estudio. Ni bien esté terminado, lo sacaremos.
SR: ¿Va a ser un EP con cuántos temas?
Chucho: Por ahora van 6 temas, quizás 7. Si puedo, lo saco en vinilo.
SR: ¿Y después presentarlo?
Chucho: Ahí ya lo delego, que se encargue Walo, que está más clarito de la cabeza que yo. Yo quiero terminarlo y que suene bien. Cada vez que tocamos, como que lo presentamos. Soy medio reo, no sé si me veo haciendo un toque presentación de algo.
SR: A veces es la excusa para hacer un toque con otra banda.
Chucho: Sí, me gustaría, y se va a hacer. Pero ya te digo, como que soy una cosa muy anárquica con los horarios, tengo problemas con el tiempo. Cuando quede, va a estar, y ahí vamos a ver.
SR: ¿Algún otro plan de futuro?
Chucho: Y no… el futuro es lo que estamos haciendo, tocando y tocando. Me gustaría hacer más plata, nada más (risas) para poder dejar de trabajar con las motos. Nunca voy a dejar de arreglar motos, pero sí trabajar de eso. Me gustaría vivir de lo que uno toca, pero que no se transforme en un trabajo porque ahí te deja de gustar.
SR: ¿Hasta cuándo te parece que vamos a tener rock and roll, o sigue para siempre?
Chucho: El rock and roll, siempre. Siempre hay enfermos nuevos que nacen (risas). Ya se dijo varias veces a lo largo de la historia que el rock and roll ya era. El rock and roll está ahí porque está ahí, las bases están y no van a cambiar. Siempre hay alguien que va a volver a la raíz y va a arrancar de vuelta para arriba.
SR: Se reinventa.
Chucho: Se reinventa, y siempre se vuelve a la raíz, en todo.
Ariel Scarpa
EP LOS ROCKADICTOS EN BANDCAMP