Nameless: Los Caminos Del Rock y El Metal

La banda Nameless viene recorriendo un camino firme en el rock nacional. Este año están cumpliendo 20 años de trayectoria, la que ha sido jalonada con éxitos en base a pasos firmes y seguros, marcando un estilo y una presencia en los escenarios del país. Compuesta por Betina Sánchez (voz), Martín Silva (guitarra y voz), Juan Miguel Pérez (bajo) y Leonardo Romero (batería). Nameless mostrado que llevan adelante un trabajo profesional y cuidado. También son los responsables del ya clásico Rock & Metal Ladies, evento que convoca a mujeres vinculadas a la música para una presentación anual junto a la banda. Hay mucho para conversar con Betina y Martín, así que damos paso a sus opiniones y pensamientos.


SR: ¿Pueden resumir un poco la historia de la banda?

Martín: Nameless arranca en el año 2005, Con Betina veníamos trabajando en otros proyectos donde hacíamos covers y algunos temas propios. Pero ese año decidimos hacer algo diferente, enfocado al rock, sin saber el estilo que iba a salir. Por enero, febrero de 2005 se formó Nameless con una agrupación que no es la misma. Estábamos nosotros dos y estaba Gonzalo Mercader, que fue el primer baterista. Nicolás, que fue el primer bajista, se fue al poco tiempo. Ahí entró Juan Miguel Pérez, que es el bajista que tenemos actualmente. Está prácticamente desde el inicio; el primer disco ya lo grabó Juan. Lo decimos porque corresponde y porque nos preguntás, pero Juan es el que está desde los inicios. Nuestro baterista actual es Leonardo Romero.

Betina: Éramos un grupo de amigos que teníamos ganas de hacer música, y como dice Martín, no teníamos un estilo definido. Estábamos todos con la idea de que nos gustaba el rock, obviamente, pero cada uno con sus distintas vetas según lo que escuchaba. Creo que es por eso mismo que nuestro primer disco es como muy indefinido. Sabemos que es un rock, pero tiene pop, tiene un poco de hard, tiene un poco de metal, tiene un poco de todo. Creo que es propio de esa mezcla, e incluso también de la inexperiencia de esos años de no tener un rumbo definido. Pero es un disco al que le tenemos muchísimo cariño porque es el que inició todo.

Martín: Ese disco salió en el 2008.

SR: 20 años de carrera este año. Un recorrido bastante largo para una banda, con permanencia siempre, además. ¿Qué resumen hacen de ese recorrido?

Martín: 20 años es toda una vida. Primero que nada, en estos 20 años aprendimos a conocernos todos los miembros. Nos volvimos familia y nuestra familia también se volvió parte de la banda. Nuestros padres, hermanos, sobrinos, pareja, todos tienen que ver, saben que es nuestra vida. Entonces son 20 años que no es sólo lo musical, es todo lo que engloba. Dentro de lo musical en estos 20 años se nos dio la oportunidad de tocar en grandes eventos, en muchos boliches, yendo poco a poco, y haber sacado siete discos. Estos 20 años nos permitieron también tocar con todos los que fueron nuestros ídolos de la música uruguaya. Inclusive grabamos discos con ellos, desde Frankie Lampariello, Chupete Furtado, Alejandro Spuntone, Federico Lima. Son personas que tenían la carrera desde antes que nosotros, y los admiramos siempre. Fue conocerlos y volvernos parte de la música uruguaya. Si me apurás, estos 20 años nos permiten un lugar dentro de la música uruguaya.

SR: Obviamente notan una evolución en estos años no sólo en lo musical sino también como banda, ¿no? Y como personas, también.

Betina: Creo que la evolución es permanente y se necesita. Primero porque la creación de lo que son las canciones, la música, el sonido, todo eso, tiene un crecimiento natural. Y después, el crecimiento de uno mismo como persona. Entonces, al momento de escribir y plasmar cosas que van pasando, uno también tiene su propio crecimiento personal. Es una cosa natural. Después, plasmar eso en la banda. Y el crecimiento también de la tecnología, del sonido, de todo con lo que se trabaja. Hace 20 años atrás no trabajábamos de la misma manera que se hace ahora. Hay que irse aggiornando de todas las tecnologías, las cosas, las redes sociales.

Martín: El equipo técnico también creció mucho. Antes íbamos y tocábamos donde había un enchufe. Ahora tenemos un equipo bastante grande donde están el sonidista, el iluminador, los asistentes. Si tenemos que movilizar nuestro equipo, estamos siempre arriba de las 10 personas.

Betina: En algún caso, son 20.

Martín: Eso es crecimiento también, porque antes ibas vos y te encargabas de un montón de cosas. Ojo, lo seguimos haciendo según el tipo de show; eso varía mucho. Pero ya tenés un equipo. El crecimiento ha sido musical, logístico, en todo.

SR: ¿La banda sustenta todo ese equipo?

Martín: Sí, es autosustentable. La idea es esa. O sea, nos encantaría poder vivir de la música -todavía no lo hemos conseguido- pero la banda no es un costo. Se genera todas sus cosas, y el dinero de la banda en algún momento nos ha salvado a todos. Me acuerdo que el primer contrato de alquiler que hice, pagué tres años con la plata de la banda porque me salía mucho más barato, y después se lo devolví a la banda. Creo que todos en algún momento lo hicimos.

SR: Igual es un montón, porque la gran mayoría de las bandas no están en esa situación.

Martín: Sí, en Uruguay considero que son pocos los privilegiados, y que merecido lo tienen. La mayoría de los que conozco tienen su trabajo.

SR: Estos 20 años para la banda, ¿son un mojón o es un paso más en el camino?

Martín: Para mí es un paso más. Nunca lo vi como “llegué a los 20 años y ¿qué hago?”.

Betina: No es una meta, digamos, pero es lindo llegar y mirar hacia atrás.

SR: ¿Cómo ha sido esa evolución en los discos?

Martín: El primer disco todavía no sabemos ni qué es (risas). Es un disco que me encanta, pero no lo puedo escuchar porque veo toda la inexperiencia.

Betina: Uno piensa ¿cómo lo mejoraría?, ¿no?

Martín: Inclusive con el segundo disco me pasa eso. Ya con 7 Caminos, no. Capaz que porque fue el que nos marcó. La banda venía con Primero, Existencial y en 7 Caminos se hizo una línea recta. Lo que pasa es que a partir de 7 Caminos empecé a grabar los discos yo. Tenía tiempo, podía mezclarlos, escucharlos. En los otros dos discos fuimos a un estudio a grabar, y si te equivocás tres veces, te empezás a sentir mal por inexperiente, porque la hora cuesta, el tiempo pasa, las cosas no salen. Yo agarro la guitarra en casa, tiro un solo, me tomo un café, me voy, me juego un partido de paleta, lo que sea. Vengo, lo tiro de vuelta y si me gusta, lo dejo.

Betina: Es cierto. Cuando uno tiene la disposición del tiempo, es fundamental. Los dos primeros discos fueron cronometrados en estudio. Teníamos dos horas para tirar dos temas y después no quedabas del todo convencido. Pero, bueno, fue lo que salió en el momento.

Martín: Y el sonido y los arreglos. Me pongo a solear arriba de las canciones de esos dos primeros discos y se me ocurren arreglos, arreglos para las voces. Ahí es donde entramos en el famoso dicho de que un disco no se termina, se abandona. Pero esos dos discos fueron lo primero y existencial. En la portada de uno, soy yo que estoy con alas, y el otro es una chica que está con alas, pero ya está lastimada. Son muy hermanos: uno es masculino, otro femenino, uno es blanco, el otro es negro. Nunca lo pensamos así. El primero salió así porque se daba, y en el segundo quisimos hacer algo de la mano del primero. En esos primeros dos discos los nombres de las canciones son de una sola palabra. O sea, ahí sí siento que cumplimos una etapa hasta 7 Caminos. Y ahí se puso mucho más dura la banda, mucho más lógica en los temas, en un camino mucho más marcado. Después vino el 90% Acústico, que fue un show en vivo de Nameless que nos encantó hacerlo. Ahora vamos a hacer uno en el Planetario en octubre, que está agotado. En ese disco llevamos las canciones de esos tres primeros discos a formato acústico. También es un DVD en vivo que está está en YouTube, que grabamos tocando en una sala hermosa, llena, divina. Después vino el NLS, un disco también que sigue la línea de 7 Caminos, capaz que un poquito más potente. Lo grabamos diferente: yo puse las guitarras un poco más bajas, las baterías más al frente, con un sonido no tan agresivo, porque consideraba que capaz que tenía más posibilidad radial, y me di cuenta que no. Después de 20 años entendés cómo funciona. Después de ese disco vino De Acá Venimos, que es un homenaje a la música uruguaya, que son canciones de Jaime, Níquel, Dino, No Te Va a Gustar, La Trampa, Reytoro, esa música de las personas que admiramos, que escuchamos y que decidimos plasmarlas en un disco versionándolas a nuestro estilo. Fue un disco que fue muy lindo. Y después vino esta Reina De Espadas, que es cuando dijimos, “Bueno, acá va con todo”. Las guitarras están fuertísimas, la banda está potente y el sonido es extremadamente crudo. Y creo que cualquiera que escucha todos los discos, cuando escuchás Reina De Espadas decís “me pega”. Es un disco que te pega con una canción atrás de la otra. Y suena y te mueve.

Betina: De Acá Venimos nos dio el primer Graffiti. Para mí fue un disco de mucho crecimiento personal a nivel artista, porque nos dio la posibilidad de conectar con muchísimos artistas que nosotros teníamos como muy referentes. Llegar a ellos y pedirles permiso para hacer sus canciones, versionar esas canciones con todo el respeto del mundo y tener a su vez de ellos una retribución diciendo: “Qué bueno que está el tema, me encanta”. Tener esas cosas oídas y las vueltas con ellos, para mí fue un crecimiento fenomenal. Y a su vez, la parte de grabación con otros artistas también, que fueron los invitados que estuvieron en el disco, trabajando a la par de artistas con los que nosotros también soñamos algún día trabajar y decir: “Bueno, estamos acá, estamos todos en el mismo lugar, en la misma carrera”. Fue tremenda producción de Martín, porque tiene todo eso del respeto del tema original y a su vez pasarlo a lo que hace Nameless, y con el gustito especial de lo que es el rock o lo que sea. Como en el caso, por ejemplo, muy raro de Reytoro que lo hicimos al revés. Para mí es un disco espectacular en crecimiento y producción, fundamentalmente. Es un disco que hizo como un quiebrecito.

Martín: Yo creo que sí. Ni bien íbamos grabando las versiones, se las mandaba al dueño de la canción. Me fui a AGADU y pregunté de quién era cada canción. Incluso me acuerdo que queríamos hacer “Sangre y rosas” de Níquel, y cuando fui a averiguar no era de Níquel y yo no sabía. Ahí hicimos “Lluvia de amor”. A mí me marcó mucho Níquel, reconozco que en los ’90 me encantaba. Y la devolución de Jorge Nasser fue buenísima. Mi miedo fue cuando tuve que mandarle a Jaime, pero me mandó un mail con una devolución hermosa, que lo leí en la voz de él y todo (risas). Y después Dino, que fue alguien que nos llegó a contestar la canción de él que hicimos, que fue “Tablas”. Nos dijo que estaba muy emocionado de que la gente joven siguiera haciendo la música de él. Fue genial, fue genial. Con No Te Va a Gustar se me trancó el tema porque tuvimos que pedir permiso. Fue un disco muy lindo, como dijo Betina, respetando la esencia de las canciones, porque les hicimos la misma melodía y poniéndole lo nuestro. Con ese disco fue que obtuvimos el Graffiti con Betina como la primera banda liderada por una mujer 100% que gana el premio de la categoría hard rock y metal. Para nosotros fue importante y creo que en general es importante, porque no es, o no era, la categoría donde la mujer era la más competitiva. Me acuerdo que antes de los Graffiti, tocamos con Reytoro y estábamos hablando con Fabián y me dice: “El Graffiti se lo llevan ustedes. Tienen un discazo”. Y yo me acuerdo que le dije: “Fabián, estamos nominados con Chopper en la misma categoría. No hay chance”. Me dice: “El Graffiti es de ustedes”. Fabián… cantante de Chopper. O sea, fue increíble. Porque sabíamos que el disco estaba bueno, pero aunque es muy amigo nuestro, también el reconocimiento nos hizo muy bien.

SR: Ambos hablan con mucho entusiasmo de ese disco, pero ahora el último es Reina De Espadas. Vamos a hacer la pregunta obvia: ¿Es el mejor disco hasta ahora de Nameless?

Martín: Sí.

Betina: Sí. Creo que siempre lo es.

Martín: Es un disco que decidimos hacer un disco de beats, que las canciones peguen.

Betina: De entrada decidimos hacer un disco muy ganchero, con el beat en que la gente salta.

SR: ¿Cuál es? ¿120?

Betina: Exacto.

Martín: De 120 hasta 210 (risas). El que cantó Fabián está a 210.

Betina: Ya con el ánimo de que fuera saltarín, de que fuera energético, que tuviera un perfil bastante más movido y más… no sé si fiestero es el título.

Martín: Sí, se presta. Lo vivimos con “Negro al 10” en vivo, que la gente se copa, que fue la penúltima canción que escribí y fue la primera que sacamos.

SR: Betina, este disco te entrona desde el nombre hasta la foto de la portada. ¿Cómo estás en ese rol?

Betina: Bien. Me costó un poco. Martín ya lo había comentado en alguna oportunidad el hecho de auto reconocerse como tal. Siempre en Nameless yo he sido una más de la banda. No es Betina y Los Nameless, sino que somos Nameless, que es lo que yo siento como importante. Somos un equipo, una familia y como tal nos movemos. El reconocimiento es lindo para lo que engloba la situación de reina de espadas, como ese personaje. A mí me resulta más la situación que el personaje, que es la de estar como fémina líder de este equipo. Pero también hay muchas féminas a su vez que también son líderes de muchas cosas. Entonces yo siento que hay muchas reinas de espadas por ahí y que básicamente es ese sentimiento que es medio materno, de maternar al equipo y de tener ese liderazgo, esa fuerza, esa resiliencia, que es justamente lo que representa el personaje. Y creo que eso se vino logrando con el tema de los años, de los cambios, de la independencia, de todo lo que te viene pasando en la vida. Decís: “Estoy acá hoy y ese es mi personaje”, y bueno… qué bueno que me tocó esto. La verdad que es muy lindo.

SR: Y eso se da la mano bastante o del todo con el Rock & Metal Ladies.

Betina: También, sí, sí. El crecimiento que tuvo el Rock & Metal Ladies en los últimos años ha sido muy lindo. Nosotros siempre lo venimos hablando. Ya tiene 16 años. Cuando recién lo hicimos, fue con la idea de encontrar alguna otra banda que tuviera algo en común con nosotros. En aquel entonces era Decibelios, 40 pesos la entrada. Pero dijimos: “Qué lindo esto, qué buena. Repitámoslo”. Cuando lo repetimos creció un poco más. En los siguientes años encontramos más bandas y más posibilidades y todo fue como creciendo exponencialmente, al punto que ahora hay chicas que nos llaman para participar en el show. Y ahora ya no es sólo rock & metal, ahora es todo lo que engloba a la música uruguaya. La que quiera puede venir a cantar rock y metal con nosotros y también tenemos chiquilinas que son del pop, del hip-hop, del tango, de todo un poco. La verdad que estamos bastante orgullosos de lo que ha sido el crecimiento y la producción.

Martín: Fijate que fue un evento que arrancó en un boliche, se pasó a la Sala Camacuá, pasó a la Sala Vaz Ferreira, pasó a la Sala Zitarrosa. Volvimos a hacerlo en un boliche y luego en un BJ. Después fue el SODRE, volvió a la Zitarrosa. Van como nueve ediciones, creo que la del año que viene sería la décima, si no me equivoco. Antes lo hacíamos más como un festival de bandas y ahora ya no se puede. Hay muchas bandas, entonces no podemos poner tantas y optamos por invitar a las chicas.

Betina: Así pueden participar la mayor cantidad posible de chicas. Este año fueron 18.

SR: Y muchas jóvenes.

Martín: Sí. Teníamos gente de experiencia de verdad como, Betina, Ale Wolf, Moni Navarro.

Betina: Pero después teníamos un cuadro Sub-20 (risas).

Martín: Sí, de 20 añitos, 21, 22, 23. Está buenísimo, nos gusta y nos hace sentir muy bien darles la posibilidad a las chicas que están empezando y que están comprometidas o que tienen su proyecto y todavía no han tocado, y que puedan hacerlo en la Zitarrosa. Este año hubo muchas chicas que nunca habían cantado en la Zitarrosa y que por el simple hecho de estar en ese escenario que es tan importante en Uruguay, ya marca una gran diferencia. Creo que es lo que puede hacer Nameless después de tantos años de pelearla. A nosotros nunca nos ayudó un colectivo, nunca nada. Nameless siempre se manejó laburándola y empujando. Nunca nos paramos en que estamos liderados por una mujer. Fueron muchos años y esto es todo más nuevo. Nosotros venimos desde hace 20 años. Ahora está apareciendo toda una movida que visualiza un poco más, pero antes era a base de mucho laburo. Ahora obviamente también tenés que sostenerlo con laburo.

Betina: Sí, eso creo que siempre.

SR: Tampoco había tantas mujeres en bandas o al frente de bandas.

Martín: Exactamente.

Betina: A raíz del Metal Ladies a mí me llegó una entrevista que estaba haciendo una chica en la radio hablando que iba a cantar con nosotros de invitada o algo así, donde ella misma dice: “Lo que pasa es que cuando inicié mi banda escuché a Nameless y dije “qué bueno, mirá la mujer que canta, yo quiero ser así”». Como que te llega eso y pensás que estás dejando una semillita por ahí. Es buenísimo. Nos pasa frecuentemente ahora en los últimos Rock & Metal Ladies que vienen muchas niñas, chicas. Hay una nena que es súper fanática de la banda y que la subimos al escenario cada vez que aparece. Y no está sólo viendo una mujer, está viendo 18 mujeres que tocan la guitarra, la batería, el bajo, bailan, cantan, todo. Está viendo un despliegue que para ella es “yo puedo hacer esto”. Para mí eso es genial. Es un legado que deja el Rock & Metal Ladies que hace 20 años no era tan así. Estaba bastante más difícil de encontrar.

SR: ¿Por qué son importantes las mujeres en el rock? Ya sea cantando o tocando instrumentos.

Betina: ¡Pah!…

Martín: Es una barrabasada decir que es por un principio de equidad, porque nunca se les prohibió. Lo que pasa es que estamos viviendo en una época donde se está buscando eso. Es redifícil contestar esa pregunta. Si tienen ganas, que tengan su lugar, está bien. Y que sea importante quiere decir que se le da su lugar. Estoy tratando de hacer una ecuación de la pregunta.

SR: ¿Y por qué es importante para el rock que haya mujeres?

Martín: Porque suma, porque es más gente. Porque las mujeres, al ver que hay mujeres, capaz que se entusiasman a seguir la brecha.

SR: ¿Qué dice la mujer de la banda?

Betina: Yo siempre lo he vivido como igualitario, siempre me ha parecido que no hay o no debe haber una diferencia. Por eso casi siempre cuando me preguntan algo que tiene que ver con la mujer, yo digo que lo vivo como uno más de la banda y no siento que haya sido diferente. Para mí es cuestión de cómo sos como artista o como persona. Sos una buena persona, sos es un buen artista, no importa si sos mujer, hombre o lo que seas. Simple y llanamente.

Martín: ¿A vos qué te parece?

SR: Creo que en la música y en el rock, como en otros aspectos de la vida, los hombres y las mujeres sí somos distintos y cada uno tiene algo para aportar y para sumar.

Martín: Claro, yo lo estaba mirando desde un punto de vista social. Además, en una banda de nuestro género, queda demás. Aunque a nosotros nos pusieron como banda de metal, pero a mí me gusta más ser una banda de rock uruguayo. A nosotros el público nos mira sonriente y es lo que buscamos. Nosotros queremos que la gente salte, que se divierta. Voy a agarrar unas palabras de Guille Peluffo, que dice que él da un show, un espectáculo. Y es eso, es dar un espectáculo. Más allá de lo que sos como banda, que la gente se lleve algo más, que te vea bien empilchado, que vea una representación de algo, que diga: “¡Ah, mirá lo que hizo!”. Me parece que eso es lo lindo, porque el que te va a ver está pagando una entrada. Si te quiere escuchar capaz que te escucha el disco, pero si te quiere ver, va por eso. Está bueno agasajarlo con algo diferente, con contar una historia de una canción, contar una intimidad, como hicimos esta última vez, de porqué estaba escrita alguna canción, que no lo decís ni en notas, ni lo escribís, ni contás la letra de la canción. Conmover a las personas y que entiendan que uno a veces está ahí arriba y parece un campeón, pero a veces se acuesta a dormir y no se puede dormir. Eso está bueno porque te acerca, también.

SR: Eso la gente lo recibe enseguida.

Martín: Es que se siente identificado y dice: “Mirá esta letra. Este loco no puede dormir de noche y parece que tiene la mejor vida. Es como yo, es humano”. Pasa, porque uno idealiza mucho también lo que ve en la tele o en el escenario.

SR: ¿Se prepara mucho esa puesta en escena, se estudia?

Betina: Se ha ido preparando cada vez más. Antes era un poco más crudo, pero es parte del crecimiento.

Martín: Vemos qué se hace en cada canción, vas aprendiendo lo que funciona.

Betina: Hay mucho de experiencia de ver lo que funciona con el público. Hay mucho del tipo de público que nos toca en ese lugar, en ese país, en esa sala. Nos tocó ahora en Brasil en el último viaje que fuimos, que había un público que era Sub-20 y era una locura de saltos y cosas. Nosotros estábamos enloquecidos con eso. Martín se bajó con los chiquilines a peludear y estaban en un ataque de locura.

Martín: Me puse a tocar la guitarra en el medio y dije: “Acá me matan” (risas).

Betina: Ahora vamos a hacer el show en el Planetario, que es un acústico. Es otro tipo de show que se planea con mucho más sentimiento. A la música hay que darle mucho detalle. Eso se trabaja, y con los años, cada vez más. Incluso con el crecimiento de lo que es la banda, que cada vez somos más.

Martín: Varía mucho. Por ejemplo, el Metal Ladies pasado fue en la Sala Hugo Balzo, que es una sala que está abajo. Entonces, vos tenés a la gente arriba. En la Zitarrosa tuvimos que preparar un show más por encima. El agite es diferente, la puesta en escena es diferente, la majestuosidad de estar arriba es diferente.

SR: ¿Nameless es una banda profesional?

Martín: Sí, yo creo que sí. Porque somos una banda que nos dicen: “Hay que tocar 45 minutos”, y tocamos 44.

Betina: 44:50 (risas).

Martín: Nunca nos excedimos y es parte del profesionalismo.

Betina: Es una cuestión de respeto.

Martín: Si tenemos la prueba de sonido a las 3 de la tarde, 3 menos 10 estamos ahí. Somos muy jeringas con eso. Por ejemplo, armamos el set, unimos las canciones y largamos el cronómetro. Decimos dónde se habla, donde se hace un chiste. No queda lindo el silencio en el escenario, no queda profesional. Está bueno que a la gente le tires con todo y después te vas, y quedan diciendo: “Pah, ¿qué pasó acá?”.

Betina: Son un montón de cosas que juntan esa profesionalidad: la puntualidad, la prolijidad.

Martín: Nos preparamos para una gala.

Betina: Para nosotros es lo mejor que podemos dar y siempre tratamos de hacerlo de la manera más responsable posible. Respetamos mucho el tiempo de los demás. Creemos que eso es para con nosotros mismos. O sea, de la misma manera que uno trata a los demás, espera ser tratado. Lo mismo con los ensayos. Nosotros casi que religiosamente todos los lunes sabemos que hay ensayo y es esa hora que todos la tenemos para eso. Hemos ido engripados, con las piernas quebradas, días de cumpleaños de todos. Es como que eso se tiene y es una cosa general de los cuatro. Es el respeto del tiempo del otro.

Martín: Recién con 18 años de carrera de la banda fue que nos tomamos un mes sin ensayar, tres semanas de vacaciones. Además no es sólo el producto, sino es lo que representa para todos. Todos trabajamos, tenemos tensiones, tenemos malos humores, y el ensayo y la creación es un momento que lo dejás en la puerta del ensayo. A veces entrás carajeando y te vas con una sonrisa.

Betina: Y amén de que la música es obviamente el canal que a nosotros nos permite hacer la catarsis de lo que uno vive en la diaria. En 20 años todas nuestras canciones han ido mutando y han ido hablando de nuestras propias vidas. En esas vidas hemos perdido padres. Un montón de cosas que te van pasando y que uno después las plasma en la música, o también que la música te salva de ese tipo de cosas que te pasaron y te golpearon. Ustedes hablaron mucho en la entrevista pasada del tema “La razón que perdí”, que lo escribimos juntos con Martín por y para la gente que estaba viviendo un proceso de depresión. Él me preguntó a mí: “Vos que lo viviste, ¿cómo es esto? ¿Cómo se vive esto? ¿Qué le podemos decir a alguien que está en esa situación?”. A mí me pasó que en un periodo de 3, 4 años perdí a mi papá, mi mamá, mi perra y me separé, todo junto. Y en el medio de todo eso, me llamaron una noche para decirme que no podía vivir más donde estaba viviendo. Es ese tipo de cosas que cuando vas al ensayo y te encontrás con tus amigos, que son tu familia después de 20 años, encontrás ahí esa contención, esa forma de expresar todo eso que viviste, que pasaste, que sentiste. Si eso puede dejar una semillita de luz, que es la idea de “La razón que perdí”, en alguien esté pasando por ese proceso también, el trabajo está hecho.

Martín: Reina De Espadas creo que es eso, también.

Betina: Ese es el personaje.

Martín: Reina De Espadas no se caga en nada. O sea, ninguna de las situaciones le produce miedo al disco. Estoy hablando del disco en general, no del personaje. Es salir adelante. Me pasó con los otros discos, que por mi historia de vida yo canalizaba muchos dolores míos de distintas cosas. Pero Reina De Espadas por suerte no tiene nada de eso. Reina De Espadas es la vida, es ahora. Estamos acá. O nos quedamos llorando o nos levantamos y festejamos porque hay sol. Es salir adelante. La reina de espadas es esa carta del tarot.

Betina: Esa carta es la mujer con la espada sentada en el trono mirando para adelante. La idea, justamente, es eso: seguir, enfrentar lo que hay adelante. Entonces, hay muchas de las canciones que hablan de eso. Y creo que a su vez también terminó siendo como el espíritu del disco que queríamos que tuviera esa energía.

Martín: La guerrera que sale adelante.

Betina: No fue pensado específicamente, se dio a raíz de todo lo que estamos viviendo en los últimos años.

Martín: Me parece que el título Reina De Espadas está re bien logrado. También estaba pasando que a Betina la estaban saludando como la reina, la reina del metal de Uruguay. También nos gustó esa idea, que en realidad la puso el público mismo. Nosotros terminamos de colocarla en el personaje para que cuadrara con todo.

SR: ¿Te sentís como una reina?

Betina: Sí, sí, sí. Ahora sí (risas). Creo que es propio del personaje y de haber “vencido” todo lo que considerás un proceso de transformación. Ese reinado es como ese renacer, decir: “Estamos acá, logramos todo esto. ¡Qué bueno!, seguimos para adelante”. Creo que es básicamente eso. Hay muchas reinas de espadas. Hay gente que lucha con muchas cosas, y no es cuestión sólo de superación anímica o de X procesos que estén pasando. De repente es gente que la está peleando con su familia, con su trabajo, con muchas cosas, y que ve lo bueno de lo que está viviendo. O sea, más allá de la situación que esté pasando, que ve eso bueno y tiene esa postura de “hoy estoy viva, le doy gracias a Dios que amanecí, que estoy respirando y sigo adelante. Me agarro de lo bueno y sigo”. Creo que ése justamente es el personaje Reina De Espadas, de seguir hacia delante, y el mensaje también.

Martín: Yo te digo porqué es una reina: Nameless somos cuatro…

Betina: Son mis súbditos (risas).

Martín: Creo que cualquiera de los otros tres, sin ser ella, podemos no estar en un show que no pasa nada. Ella no puede faltar. Si falta la reina, es lo más difícil; el cantante, lo que representa y lo que ha generado Betina como cantante de Nameless. Los demás somos todos sustituibles.

SR: ¿Es tan así?

Betina: No.

Martín: Ella te va a decir que no. Si se lo llevás a un productor te va a decir: “Sacame a estos tres de acá”.

Betina: No, no, no.

Martín: Es entender quién lidera. La cara visible es ella. Yo te puedo dar la nota que quieras, por las canciones porque las escribo yo, pero todos sabemos que garpa mucho más si habla Betina. Eso te lo dice todo.

SR: Además ella copa el escenario con su puesta en escena.

Martín: Pero es que es así. Nosotros trabajamos para la banda y vamos a destacar lo que vale de la banda. Yo lo veo como que es eso, es lo que tenemos, el producto, y es lo que representa, también. Creo que Reina De Espadas engloba un poco todo eso.

SR: ¿Qué viene ahora?

Martín: Ahora tenemos un show por los 70 años del Planetario el 10 de octubre, que es Nameless 90% acústico. Ya está agotado. Fue algo que ya hicimos hace dos años y que el Planetario, con todo el miedo del mundo, quería ver qué hacíamos. Armamos algo en que la banda tocaba e iban transmitiendo al techo y era interactivo. Ahora nos llamaron ellos por los 70 años. Es para ir, para disfrutar, para ir suelto, para volar la cabeza escuchando música, para sentir las canciones acompañadas de algo audiovisual y en un lugar que es mágico. Tenemos la Sub-22 tocando con nosotros: Kiana Silva en guitarra que es mi hija, que es la que toca la guitarra desde hace muchos años cuando necesitamos un guitarrista.

Betina: La quinta Nameless.

Martín: Viene Ana Clara Fleitas, que está en el tema del jazz, tiene 21 añitos y es una chiquita que anda bárbaro. Y Micaela Giachino, que la conocimos como corista de Michelle Víquez. Nos gusta mucho la gente joven trabajando con nosotros. Primero porque se maravillan. Mi hija está un poco más acostumbrada a tocar conmigo y a lo que representa en Nameless porque ella va desde que tiene dos años. Pero las otras chiquitas estaban recontentas y van a tocar con nosotros. Entonces, tenemos corista, pianista y otra guitarra acústica.

Betina: La tecnología del planetario actualmente es muy tremenda. El espectáculo visual que tienen es muy recomendable. Entonces es una mezcla de música y visuales que lo estamos trabajando a full.

Betina: Creo que como equipo somos parte de la fiesta del Planetario. O sea, somos los músicos del Planetario.

Martín: Todo empezó un día que fuimos con Nati y mi hija al Planetario y dije: “Yo tengo que tocar acá”. La profesora me dijo que hablara con el director. Hablé con Óscar y tenía un poco de miedo porque somos una banda de metal, pero le dije que íbamos a tocar acústico. Armamos todo lo que se iba a proyectar, que nos llevó un trabajo de meses. Cuando hicimos la prueba de sonido, ya quedó chocho. También vamos a sacar un single que quedó fuera del disco, que es algo que no tiene nada que ver con el disco -no hay distorsión, no hay nada- pero había un contenido emocional en esa canción que vamos a sacar. Quizás esté antes de fin de año.

Betina: Estamos trabajando en algún audiovisual.

Martín: Hay audiovisuales en vivo y unos más elaborados. También tenemos a medio enganche volver a Brasil, que quedaron muy contentos con nuestra gira y nos pidieron volver. Tenemos Chile pendiente que también puede concretarse.

Betina: Por lo general nosotros trabajamos así, siempre se está sembrando algo para más adelante. No todo queda, ponés 20 semillas de las cuales salen cinco, y de esas cinco volvés a poner 20 más. Así es como tenés muchas cosas, pero es la manera en que hemos venido trabajando estos 20 años, siempre con algo adelante.

SR: ¿Quieren agregar algo?

Martín: Agradecer. Esto es posible gracias a nuestra familia y a nuestros compañeros de banda, Leonardo y Juan. A la familia de Leo, que también es parte de nuestro staff, donde también tenemos a Nati, mi esposa, que es asistente nuestra.

Betina: Fotógrafa. Las fotos que van a ver en el reportaje son de ella.

Martín: Tenemos muchas mujeres trabajando atrás del escenario. Betina se siente más cómoda, también. Ella se puede estar cambiando y vienen las asistentes con los papeles y la empiezan a apurar: que acá, que allá, que esto, que lo otro, que aquello. Es un equipo de familia. Les tenemos mucha confianza.

Ariel Scarpa

 

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