El muy esperado regreso puntual de la Incandescente Blues Band para este año tuvo finalmente su lugar anoche. La propuesta de la banda para este toque había sido retomar donde lo habían dejado, divertirse y trasladar ese sentimiento al público, y los tres objetivos fueron logrados con creces. Podemos dar fe de ello quienes colmamos el local y aplaudimos fervorosamente este reenganche con la mítica banda.
La Incandescente es sentimiento, creo que de eso no hay lugar a dudas ya era palpable en cada toque de la banda. Apoyados en una base musical dedicada y orientada a las más inspiradas fuentes del blues y del rock y vocalizada de forma impecable, siempre lograron esa conexión con su público. Esto supo repetirse actuación tras actuación en los múltiples lugares donde se presentaron.
Si bien la consigna de retomar esa experiencia donde la habían dejado podía sonar “fácil” en primera instancia, no lo era en absoluto. Había pasado mucho tiempo desde que la banda había sonado en vivo en nuestro medio. Estaban apoyados en lo que la Incandescente siempre fue, pero seguramente era un desafío en algunos aspectos. Pero la verdad es que la experiencia de anoche fue lo que se podía esperar… y más. Si tuviera que resumirlo, diría que fue un viaje a los 80s y 90s con la clásica evocación a los mejores 70s, pero no estaría reflejando todo lo que ocurrió.
Hubo mucha energía y conexión entre los miembros de la banda y su público. También existió entrega de ambas partes, con mucha música y aplausos que se otorgaron recíprocamente, lo que potenció el clima generado arriba en Cold al trasladarse al subsuelo. Esto fue magnificado por lo que la música y lo que los integrantes de la banda entregó y la respuesta notable de su público.
Cada uno de los músicos en su rol, no sólo de “operador” de su instrumento sino siendo la cuarta parte fundamental de la banda. El oficio y la excelente voz de Paula Francolino poniéndose al frente y transmitiendo todo el sentimiento directamente, algo que Ramón Aloguín replica desde su lugar de guitarrista en su clásico estilo y entrega, con los lujos a los cuales nos tiene acostumbrados. Puro sentimiento. Nicolás Rodrigo en el bajo y Pablo Techeria, como siempre, a la altura de las circunstancias, siendo parte activa y fundamental de todo lo que la banda lleva adelante.
También hubo lugar para el lujo de la participación de Juan Faccini, ex integrante original de la Incandescente, en lo que fue la interpretación del clásico “Bandas de luz en el cielo”. Impresionante. El clamor posterior de la banda y el público, obligó nuevamente a Juan a incorporarse nuevamente al show para más ejecuciones, las que tuvimos el gusto de registrar. Al decir de Ramón sobre el escenario en un acto entre admiración y respeto: “Juan Faccini: El mejor guitarrista de blues del Uruguay».
Como esta presentación fue especial desde varios puntos de vista, nos interesó rescatar un concepto de cada uno de los músicos intervinientes. Esto fue lo que nos contaron.
Paula y Ramón: «Muy intenso e inolvidable, porque realmente fue así. Nos encontramos el cariño de la gente, del público de antes y el público de ahora, amigos, familia. Nos sentimos muy arropados y muy cuidados. Y musicalmente también fue una experiencia muy intensa, porque nos quedamos realmente contentos. Se tocó muy bien, y además, con una solidez que, 23 años antes, no pensábamos que tuviésemos. Así que en ese aspecto, muy, muy contentos».
Nicolás: “Gran reencuentro”.
Pablo: “Una fiesta del reencuentro entre amigos. Sin duda, la Incandescente de ayer, de hoy y de siempre”.
Juan: “Fue un reencuentro, darle vida nuevamente a un montón de recuerdos, de vivencias de todas esas épocas que atravesamos. Fundamentalmente, creo que la música estuvo buena; toda la energía de Ramón y sus chicos. Lo que más me gustó fue la energía que se generó. Eso lo tomo como algo súper positivo, gratificante y estimulante. Digamos que fue un cierre de año maravilloso para empezar con ilusión el 2022, a ver qué nos depara”.
Imposible destacar puntos altos del toque, porque fue muy parejo en su excelencia. Para todos los que estuvimos, este show fue un viaje: una experiencia vívida que trascendió lo musical y que por momentos nos situó en un hermoso pasado, pero que tuvo la magia y la altura de saber plasmarlo en el presente.
Ariel Scarpa