Todo lo que tiene que tener la presentación de un disco de rock, fue lo que puso Gualicho sobre el escenario de la Sala Camacuá. Su disco Intenso tuvo un show completo, emotivo, con mucho rock, y cuyo principal adjetivo que lo define es, precisamente, intenso.
Esa intensidad se manifestó desde el primer segundo, cuando comienza a sonar “Flores”, la primera canción del LP y del concierto, cumpliendo con uno de los elementos fundamentales de cualquier presentación de rock, que es volarte la peluca. Desde ese momento ya se tuvo la seguridad de que todo lo que vendría después, sería muy disfrutable. Y lo fue. Porque a lo largo de todo el show no sólo que lograron mantener la energía y la intensidad de la presentación, sino que el agregado de distintos elementos fue elevando la calidad del mismo.
Fue así que pudimos ver cómo la presentación del disco se iba enalteciendo con la inclusión de versiones de temas (“Zombie” de Cranberries, con destacada participación vocal de Flavia Aldao, o “Himno de los conductores imprudentes” (el famoso “Puré”) de Los Tontos), además de pequeñas gotas de “Enter sandman” o “We will rock you”, para calentar el ambiente. Un punto muy alto fue la participación de la hija de Frank Mintegui, Florencia, quien tocó el mismo instrumento que su padre, el bajo, para “Mentes rotas”, incorporándose a la banda muy naturalmente, con soltura y oficio, transformando a la banda en un muy ajustado cuarteto.
El show también contó con el agregado de acotados solos de cada uno de los instrumentistas, intercalados entre los temas, que se tornaron muy interesantes por la técnica expuesta y por la intensidad y duración de los mismos, llenando el escenario adecuadamente. También hubo adelantos de canciones de próximos discos de la banda, como para seguir ampliando la actuación y tachando de la lista de elementos que debe incluir un show que se pueda adjetivar como completo.
Una presentación que además tuvo la característica de la cercanía con su público, al cual los músicos se dirigían constantemente generando un intercambio muy familiar que templó al espectáculo agregándole el calor de lo humano. También hubo humor, fuegos artificiales, un impecable sonido y muy buenas luces.
No se puede pedir más para un show de rock. Una muy destacada presentación de disco que se nota que fue muy pensada y organizada, con resultados más que positivos para quienes estuvieron sobre el escenario y para quienes los fuimos a ver.
Ariel Scarpa