Este año promete llenarnos de buena música rockera. Si para poca cosa sirvió la reclusión a la que todos nos vimos sometidos de alguna manera, fue para que las bandas pudieran grabar y filmar. Es así que ahora es el caso de Los Oxford, que nos presentan su nuevo trabajo, La Alegría De Las Máquinas. Y es excelente.
Un disco donde los climas se controlan y se administran inteligentemente. Es así que encontramos calma, rock, energía, canciones y música combinados para lograr el efecto de crear un muy buen trabajo. Acá hay cuidado en las composiciones y una búsqueda de sonidos y climas que llevan siempre a buen puerto. Según la propia banda, es el resultado de 18 meses de trabajo intensivo de composición y arreglos, lo que se nota en el producto final. En sus palabras textuales: “El disco está conformado por canciones rápidas e inmediatas, con la furia y agudeza características de la banda, pero con fuertes tintes melódicos. Tiene una gran impronta de exploración, queda claro a través del sonido la búsqueda y el acierto del nuevo camino”.
La producción artística, edición y mezcla estuvo a cargo de Alejandro Shuster y la fotografía es de Javier Gerlach. Participan como invitados Carlos “Carca” Carcacha, Sebastián Teysera, Sebastián Cebreiro, Juana Chang y Garo Arakelian. Las canciones que componen el disco son las siguientes:
Comienzan a zumbar las guitarras/abejas para dar comienzo a “La reina del panal”. Muy buena elección para que sea la apertura del disco. Lograda combinación de música y letra, que con convenientes arreglos, se erige en una canción destacada. Luego comienza una base tranqui y firme que da piso para el riff de inicio de “El palacio de la luz”. Un tema con “olor a hit” que ya había sido adelantado por la banda. Logra el no fácil cometido de quedarse en tu cabeza y que lo sigas cantando rato después de que deje de sonar. A continuación empieza a sonar “Viuda negra” y nos trae otra excelente canción, un tanto más frenética que las anteriores, con energía y coreable. Hay un clima musical que se integra en un solo conjunto, con muy buen resultado. “Los marinos” trae otros sonidos y otros climas, aportando a la diversidad del trabajo en su conjunto.
“Sucia paloma” arranca y no duda para erigirse en otra gran canción donde la música, la interpretación y la letra se aúnan de forma impecable. Tiene un ritmo que la “tira hacia delante” y la ilumina con cierta luz diferente. “Elegante” recibe el peso de continuar luego de su antecesora. Como estrategia, salta a otra dimensión, aprovechando a diferenciarse apostando al cambio. “El bosque” nos va anticipando el final comenzando una bajada en la velocidad de los ritmos. Un nuevo cambio que Los Oxford ensayan, mutando el ángulo del encare, obteniendo también buenos resultados. La despedida viene de la mano de “Amigo”, concepto que se refuerza por cierto corte del contenido de la letra, que acierta en pasar por distintas áreas.
En resumen, un trabajo muy disfrutable que invita a la exploración particular de cada canción y a apreciarlo en conjunto. La sumatoria de sus componentes ayuda a que se potencien las individualidades, permitiendo que el disco crezca con cada tema que pasa. A escucharlo.
Ariel Scarpa