Todas Las Fiestas Del Mañana

ARTE Y PUBLICIDAD:

HISTORIAS DE LAS PORTADAS DE DISCOS

ROUND 2: TODAS LAS FIESTAS DEL MAÑANA

Nos quedamos en 1967, pero cruzamos el océano atlántico para llegar a la gran urbe de América del Norte, New York City. La portada en esta segunda entrega es la mítica e icónica imagen del “banana álbum “, la de The Velvet Underground & Nico. Ópera prima de una banda influyente y vanguardista, a contra corriente de la música imperante; acá no hay colores ni viajes a lo profundo del inconsciente. Lo que hay, en cambio, es dolor y descensos a los infiernos, otras drogas, otra música. La historia de esta portada es muy particular y tiene varios ángulos de vista.

Comencemos a situar esta particular historia: el célebre artista plástico, pintor, cinematógrafo y muchos etcéteras de Andy Warhol estaba pergeñando un espectáculo multimedia (¡recuerden que es el año ’67!), y le faltaba una banda de rock o simplemente una pata musical. Ese espectáculo tenía por nombre Exploding Plastic Inevitable, en él había danza, cine, música, luces, gente disfrazada, diapositivas proyectadas y un sinfín de cosas, todas al mismo tiempo.

Pero volvamos a la búsqueda de Warhol: alguien le comentó de una banda de la ciudad que tocaba en oscuros bares una música bastante extraña que podía ser lo que él estaba precisando para cerrar la idea de su mega espectáculo.

Así fue como Velvet Underground pasó a ser apadrinada por Andy Warhol, quien también se transformó en el productor del disco en realidad de forma figurada, porque de consolas, grabaciones y arreglos musicales, no sabía nada (Tom Wilson fue el verdadero productor con ayuda de John Cale), pero fue una enorme ayuda que contaran con su nombre y su beneplácito para que lograran conseguir sello discográfico y la oportunidad de grabar su primer disco.

De esta forma el “rey del pop art “crea la portada en su mítica FACTORY.

La idea es simple, sobre un fondo inmaculadamente blanco, estampada en el centro una cascara completa de banana en la que se podía despegar y quedaba al descubierto la parte comestible del fruto pero de color rosado y tenía escrito en letras muy chicas “peel slowly and see” (pele despacio y vea). De más está decir la simbología erótico-gay que el artista quiso inmortalizar en un disco de rock, fálico y rosa, para pelar despacio y ver.

El disco no encontraba sello que lo distribuyera, su música no era comprendida, hasta que Verve, un viejo sello de jazz propiedad de MGM, aceptó el reto (véase la increíble casualidad del parecido del nombre entre la banda y la casa discográfica).

La trascendencia de la portada no tiene la misma velocidad que la trascendencia de la música, la primera fue un objeto de culto en su círculo, ya que no dejaba de ser nada más ni nada menos que una obra de pop art hecha por el “padre de la criatura”. Las primeras tiradas del disco sólo llevaban el plátano, la leyenda antes referida (una calcomanía pega-despega) y debajo como firma, cual pintor impresionista: «Andy Warhol«, no tenía ni media mención a la banda, ni al nombre del disco, ni que estaba Nico, ni nada. Muestra inequívoca del ego del autor, que creía que él estaba claramente por encima de la banda, por encima de la música.

Es real que una portada diseñada y firmada por tamaño prócer le dio un empujón inicial que no hubiere tenido, más el dinero invertido por él para que las grabaciones se llevaran a cabo.

Las siguientes tiradas ya no venían con la calcomanía por temas de costos y de estiva en las bateas y recién en posteriores reediciones y con la llegada del cd, aparece el nombre de la banda. El disco no tiene nombre oficial, es el “banana álbum”, “el primero” o el “The Velvet Underground & Nico”.

Se estima que las ventas de la época fueron nada más que 30.000 copias, de las que el enorme productor Brian Eno dijo “seguro que cada una de ellas formó al menos una banda”.

El álbum, 10 años después, tomó dimensiones de tesoro escondido para una generación de músicos y desde ahí no paró hasta constituirse en uno de los tres discos más influyentes de la historia del rock and roll. Hoy, 54 años después, sigue siendo un disco inquietante, moderno y vanguardista, lo mismo cabe para su portada. Obra maestra.

Formación de la época: Lou Reed (guitarra y voz), John Cale (viola eléctrica, bajo y piano), Sterling Morrison (guitarra, bajo ), Maureen Tucker (batería), Nico (chanteuse)

Juan Manuel Botana Martínez