Para quienes somos seguidores de Los Violadores, la edición de este documento en vivo de la banda en un registro de hace cuarenta años atrás, no tiene precio. Lanzado en nuestro medio por Little Butterfly Records, se trata de un disco que no sólo muestra con respeto los orígenes de Los Violadores sino que se lo presenta de una forma exquisita, con inserts variados con fotos de muy buena calidad y en un vinilo de 180 gramos.
En 1981 hacía muy pocos años que el punk había explotado en el norte. Hari-B (Pedro Braun), guitarrista original de la banda, había llegado a Buenos Aires desde Londres con discos de las bandas del momento, las cuales serían la influencia fundamental. El registro del disco objeto de esta reseña es de un par de años antes de la edición de su primer disco, por lo cual refleja con gran fidelidad esos momentos iniciales. Fotos, sonido y propuesta quedan plasmados de tal manera que logran introducir al escucha en ese mundo con bastante facilidad. Los temas que componen la placa son los siguientes:
En la oncena encontramos varias sorpresas. En primer lugar y en general, el sonido se presenta crudo, seguramente mejorado del original, pero manteniendo el espíritu, clima y energía del momento. Se encuentran canciones que no pertenecen a su primer disco, como ser “Grassa hippie”, “Maquinaria” y “Nada de eso”, lo cual se agradece y mucho. De las canciones conocidas nos encontramos algunas con versiones que son diferentes de las registradas posteriormente; “El extraño de pelo largo”, “Mujeres vengan a mí” y “Represión” son claros ejemplos.
“Moral y buenas costumbres” es un excelente inicio para introducirnos en la experiencia, y “Viejos patéticos” suena tremendamente arrollador. “Grassa hippie” es otro bombazo punk contundente, y “Cambio violento” se muestra similar al registro en su primer disco. Cierra el lado A (me encanta tener lado A y B) “Mirando la guerra por TV”, tema que abriera Los Violadores de 1983, también bastante similar a ese registro.
Una cambiadísima versión de “El extraño de pelo largo” inicia el lado B. Furiosa a partir de los segundos iniciales, más fiel al estilo punk de versionar clásicos adaptados al estilo. “Maquinaria” suena a Violadores por todos lados y se disfruta todo a lo largo. “Mujeres vengan a mí” es como la semilla de lo que fue luego su registro oficial. Esta primera versión está excelente. “Nada de eso” irrumpe en el cuatro lugar y Pil lo anuncia como “el himno punk”. Si él lo dijo… ¿quién opinaría lo contrario? “Estás muerto” se despliega con toda la ira que la letra necesita. El registro logra transmitir lo que debe haber sido haber estado ahí. Impresionante. “Represión” es el último tema, también diferente de la versión del primer disco. Contrariamente a lo que se podía suponer, tiene menos velocidad. Sin embargo no pierde su potencia y, aunque parezca casi contradictorio, se refuerza.
Este embrión de Los Violadores es lo más representativo de la banda y el momento, con toda la furia y crudeza del punk inicial, la que luego se iría apagando con los sucesivos registros discográficos de la banda y del movimiento en general. Como dije al inicio, un documento por un lado y un disfrute total por el otro, un disco que para los seguidores será tan infaltable como el primer vinilo oficial… o más, aún.
Ariel Scarpa