a
¿Qué pasó con la industria musical a finales de los ’70s que involucra a estas tres cosas? En primer lugar, la cultura rock había creado artistas de peso, con influencia en la ideología de quienes lo escuchaban. Es decir que teníamos músicos y grupos que además veían aumentado su poder de negociación ante la industria, y llevaban tiempo obligando a ésta a mejorar sus condiciones económicas en sus acuerdos con ellos. Los músicos comenzaban a costarle más caros a la industria.
Esto no era nuevo, pues en la industria de edición de libros ya se había experimentado esta situación desde hacía más tiempo, y las discográficas lo sabían. Por tanto, este aumento de poder de negociación de los músicos era algo que había que detener de la manera que fuese.
Para ello era necesario que el concepto canción / hit matase al artista que grababa discos enteros; permitiendo de ese modo acotar la influencia del artista (reduciéndola a algo que sí pudiese ser controlado por la industria discográfica).
Para 1976 la música disco era el vehículo perfecto para esta “transformación”.
Los artistas de la música disco sí tenían un hit, pues grababan un LP (usualmente con el hit o dos hits, más temas de relleno), y a esperar el siguiente hit.
Si en el segundo intento, ese hit no se producía, el artista era tirado a la basura por la discográfica y a buscar otro artista. Fue el nacimiento de términos en inglés como “fillers” (temas de relleno), o “Group was dropped out” (traducción no literal, sinónimo de que el contrato del artista o bien fue cancelado de inmediato o jamás se renovó, pues era por un solo disco).
Todo esto con una inversión financiera inicial más baja; y sin las molestias y reivindicaciones de un artista con un prestigio ganado. Al final la mayoría de los artistas de la música disco fueron músicos de un solo hit (otro neologismo, “One hit wonders”).
Pongamos un ejemplo de esa época; y para ser justos, escojamos un artista que sí tuvo una carrera exitosa (tal vez porque no se ceñía a música disco, abarcaba más estilos).
Me refiero al álbum Voulez-Vous de ABBA de 1979, que traía la canción que da nombre al álbum, “Chiquitita” y “I had a dream” (tres hits furibundos, muy especialmente el segundo). ¿Alguien conoce el nombre del resto de las canciones?
Pero en contra partida, ¿no nos sabemos muchos de nosotros de memoria las canciones de Aqualung de Jethro Tull, de Led Zeppelin IV o de Machine Head de Deep Purple?
Sabemos hasta el orden en que figuraban en el disco (y en vinilo, con cara A y cara B).
No todos los temas te gustarán por igual, pero allí no hay temas de relleno. Son obras concebidas en su totalidad e integridad.
Pero es inherente a la naturaleza humana, que el pecador busque siempre (o casi siempre) el expiar su pecado. Esto puede hacerse por la vía de solicitar el perdón y ser absuelto pues del pecado, o por la vía de demostrar que no quería hacerlo, pero que no tenía más opción.
Lo primero no me consta que jamás haya sido hecho. Lo que se intentó hacer con el CD (que hemos visto en un artículo anterior, es prueba de más bien lo contrario).
Pero lo segundo sí que se hizo. La industria discográfica recibió una ayuda inesperada por parte del contexto geopolítico y económico de los ’70s.
Adjunto trabajo (para quien quiera verlo) de Lucía Barrachina Fernández, publicado por ICADE, Universidad de Comillas en 2015 y que lleva por título LA CRISIS DEL PETRÓLEO DE LOS AÑOS ’70: SIMILITUDES Y DIFERENCIAS CON EL MERCADO ACTUAL.
https://repositorio.comillas.edu/rest/bitstreams/16330/retrieve
Otra vez resumiendo pero que muy sintéticamente:
- El 15 de Agosto de 1971, el entonces presidente de gobierno, Nixon, puso fin al acuerdo de Bretton Woods, que había convertido al dólar en el cambio fijo para todas las demás monedas. En diciembre de ese año Nixon devaluó el dólar un 7,9%, hecho que repitió dos años más tarde, en enero de 1973, en el que el gobierno de los Estados Unidos devaluó de nuevo el dólar esta vez en un 11%.
- Todas las demás monedas tenían tipo de cambio con respecto al dólar, por lo que este repentino cambio produjo fluctuaciones en el valor de las diferentes monedas. Los países se intentaron proteger de los posibles efectos negativos mediante el incremento de sus reservas de monedas, que dio lugar a la depreciación de éstas y del dólar
- Influencia de la OPEP: la creación de esta organización de países exportadores de petróleo fue creada para hacer frente a la presión ejercida por los países occidentales para que estos países exportadores redujesen los precios del crudo.
- La devaluación del dólar provoca incrementos inmediatos en el precio del petróleo, pues este se comercia justamente en dólares.
¿Qué tiene que ver todo esto con la música y los discos? Pues el vinilo (también conocido como Etenilo) es un grupo químico funcional con un alto grado de petróleo entre sus componentes. Vamos, lo que comúnmente se conoce como derivados del petróleo.
¿Y qué pasó con el precio del petróleo en 1979? Que llegó a los 115 dólares por barril, cuando históricamente venía de 20 dólares y una subida bestia a 50 dólares luego de lo de Bretton Woods y las devaluaciones. Mirad el grafico:
Esto le vino como anillo al dedo a la industria discográfica (desde el punto de vista de la relación con los artistas), y entonces dijeron:
“Como que habrá mucho menos vinilo disponible para fabricar discos, pues está carísimo, y no podemos subir el precio de los discos del mismo modo, pues se reduce el número de ejemplares fabricados”.
Esto quiere decir, menos álbumes editados, reducción de los catálogos de las discográficas, y sobre todo, que en la medida de lo posible, sólo se editasen los discos de artistas con hits.
Los discos ya no eran gruesos como en 1968 sino que eran unas laminillas cada vez más finas, casi no contenían vinilo y se dañaban más rápido.
Por ello el argumento hoy de los fabricantes de vinilos es que se trata de vinilos de 180 gramos; y no aquella vergonzosa laminilla de finales de los ’70s.
Volvemos a lo de siempre, ¿quién restó valor a su producto? Los músicos no. El público tampoco. Fue la propia industria.
Así fue como la música disco fue ganando poco a poco cuota de mercado al rock, y luego la música pop en general continuó haciéndolo más aún.
Después los ’80s dieron un giro radical con la irrupción de los teclados digitales, pero eso ya es otra historia.
A modo de colofón, añadir que esta circunstancia del petróleo, sumado a lo que en mi opinión fue un grave desatino de las autoridades económicas del momento, provocó que durante dos años o tres tuviésemos discos editados en Uruguay con portadas Made in USA.
Pero eso lo dejo para el próximo artículo, ¿OK?
Un abrazo.
Ramón Aloguín