Ricardo Dandraya es una personalidad de nuestro medio que ha tenido una extensa y gravitante carrera relacionada a la música. Desde sus comienzos como disc jockey, ha desarrollado distintas actividades, pasando por su trabajo en la productora Rockola, su participación en radio tanto en Emisora del Palacio como Eldorado, produciendo múltiples eventos y una variedad impresionante de funciones relacionadas a la música en general y al rock en particular. Actualmente se encuentra embarcado en el sello discográfico Bohemio Records, en conjunto con Alfonso Carbone. Mantuvimos una extensa charla para poder recorrer un poco de su vida.
SR: Bueno, Ricardo Dandraya, contame: disc jockey, conductor de programas de radio, dueño de una disquería, coleccionista de discos, productor…
Ricardo: Un todólogo (risas). Soy Ricardo Dandraya, hoy tengo 69 años y me quedan unos meses para cumplir 70. Prácticamente toda una vida dedicada a la música, tratando de vivir de, por y para la música. Es algo que siempre me sedujo, me pudo, y aunque he tenido actividades un poco diferentes en algunos momentos, siempre traté de que todo girara en torno a eso.
SR: ¿Debutaste en la actividad musical como disc jockey?
Ricardo: Sí y no. En realidad quería ser músico y empecé estudiando guitarra desde chico, pero en la etapa adolescente me tocaron años difíciles en cuanto a poder desarrollar lo que quería hacer, que obviamente era rock, porque estaba muy complicado en esa época, a fines de los ’60 y principios de los ’70. Estamos hablando de un Dandraya con 14, 15 años. Yo nací en el Centro, en Soriano y Río Negro, y tengo muy presente toda esa época muy convulsionada, muy compleja. Desde tener recuerdos del tiroteo del edificio Liberaij a un par de cuadras, hasta vivir en la misma cuadra de lo que antes era el Estado Mayor del Ejército. A eso sumale todos los problemas de la época. Pero bueno, intenté ser músico, cosa que era muy difícil, y en un momento dije: “Vamos a trabajar con cosas que ya estén hechas”, o sea, con discos. Por ahí empezó todo.
SR: ¿En qué época empezás como disc jockey, entonces?
Ricardo: Empiezo en la secundaria en fiestas en el liceo, y después en alguna otra cosa que me podía tocar derivado de esas fiestas, como ser algún cumpleaños de 15 y ese tipo de cosas. Después de ahí tengo un contacto con Elías Turubich por intermedio de un amigo que trabajaba para él, y por ese contacto me entero que se inauguraba un boliche en la calle Jackson y Luis Piera, en el parque Rodó, que se llamaba Kung Fu. Y le habían puesto Kung Fu porque en esa época había salido el famoso “Kung Fu fighting” de Carl Douglas. En ese boliche empiezo a trabajar en 1973 con Javier Defey, que era un operador y DJ de Radio Panamericana y que trabajaba con Daniel Leal, otro DJ famoso, ya fallecido hace unos años. Empiezo a trabajar en ese lugar. En el año ’75 se me ocurre irme para Brasil, donde estuve dos años. Llego a Porto Alegre, y como no me gusta, me voy a Curitiba. Me encantó Curitiba; en aquel momento era una ciudad que recién como que estaba explotando. No lo que es ahora, en lo que se transformó, que es una tremenda ciudad. Averiguo cuáles eran los boliches, las boites de la época y me dicen que había una que se llama Flash, que era la más conocida. Me voy a Flash y termino hablando con el encargado, Ari, que me dice: “Mirá, el dueño, que se llama Beto, está abriendo otro boliche acá mismo en Curitiba dentro de una semana o un poco más, y estamos necesitando un DJ. En definitiva, quedo trabajando en Flash y el DJ de ahí se va a trabajar al boliche nuevo, que se llamaba Jackie O. Me quedo en Curitiba trabajando, pero como todo adolescente y aventurero, me quería ir, quería seguir recorriendo Brasil. Casualmente le comento eso a Beto, y me dice que era muy amigo de Ricardo Amaral, que era el dueño de Hippopotamus en San Pablo, que era una discoteca como el Studio 54 en Brasil en esa época. “Le voy a hablar de vos”, me dijo. “Me gusta como trabajás y te voy a recomendar para ver si él puede hacer algo. Aparte San Pablo es muy grande y no tengo dudas de que vas a conseguir algo”. Fui con esa recomendación a hablar con Amaral y me hicieron una prueba él y el DJ residente Flavio Ferrari, y quedo como suplente del DJ residente en Hippopotamus para cubrirle tres días a la semana, que era los que liberaba. Trabajando solamente esos tres días yo vivía perfectamente en San Pablo en aquellos años. Y ahí me quedé otro tiempo más. El último tiempo me lo tomé sin hacer absolutamente nada, me fui para Río de Janeiro y en definitiva estuve dos años en Brasil, regresando a Uruguay con una experiencia diferente de lo que era la escena musical y cómo se trabajaba de noche. Me pongo a trabajar con Arthur Martin en la parte de bailes y en algunas producciones que hacía Arthur, pero no como DJ. Como DJ estaba Jorgito Avegno, que es ahí cuando lo conozco y terminamos haciendo un montón de cosas juntos. Hicimos el certamen que se llamó el Disc Jockey Oriental, que era patrocinado por Radio Oriental, que era donde Arthur tenía el programa. Después hicimos el Crazy Sound, que era una discoteca ambulante con pantallas gigantes para pasar VHS, que no había nada en esa época. Conseguir VHS de MTV, que era lo que lo que se estilaba, era todo un problema, pero se conseguían. Después, en el verano ’80-’81 nos vamos con Jorge a trabajar a La Olla en Punta del Este. Ahí conocimos un personaje que se llamaba Tony Orsini, que era el encargado del parador La Olla. Nosotros trabajábamos en la noche, pero como teníamos el parador abierto durante el día, también íbamos de día, porque era un gran punto de encuentro en la Playa Brava. Se estilaba mucho sacar los parlantes afuera, a la terraza, y musicalizar, y ya que estábamos, musicalizábamos. Recuerdo que en esa época había salido el Peperina de Serú Girán y sonaba toda la tarde y se llenaba de porteñas. Por un lado y como idea productiva, se nos prende la luz con Jorgito y vimos que había una gran necesidad de que la gente escuchara rock en su propio idioma, cosa que no pasaba en Montevideo. Por otro lado, Tony que queda muy a gusto con lo que nosotros hacíamos y nos decía que iba a abrir un boliche en Montevideo y que íbamos a ser los disc jockeys, pero quedó como una conversación. Terminada la temporada, como a los seis meses y en pleno invierno, recibimos una llamada de Tony diciéndonos que tenía el lugar, el socio y que iba a abrir el boliche. Eso era en el ’81, y en el ’82 abre Magique en la calle Gonzalo Ramírez. Y ahí explotó el rock en castellano.

SR: Fundamentalmente, rock argentino.
Ricardo: Totalmente, porque fue el bombazo del rock argentino justo en ese año a partir del ’82 y la guerra de las Malvinas. El boliche explotaba y se caracterizaba por eso. De hecho, a Magique fueron Los Twist, Roque Narvaja, Sandra Mihanovich, Marilina Ross y María Rosa Yorio, la primera señora de Charlie. Y estuvo Rada cuando todavía no se había venido de Argentina. En Magique estuvimos hasta el año ’85. Ahí, como siempre, nos aburrimos y nos vamos. Sabíamos que había otro personaje nochero, Carlos Nario, que ya había tenido un boliche llamado Privée en Pocitos, y que iba a abrir otro boliche y que nos quería a nosotros. Hablamos con Carlitos y a fines de 1985 se abre Midnight. O sea, que los dos últimos boliches que se abrieron en Montevideo y que eran para parejas exclusivamente (antes no podías entrar solo, tenías que entrar en pareja) los inauguramos con Jorgito, que fueron Magique y Midnight. Pero entre medio en esa época, se cierra un resto pub que había en Carrasco en Schroeder y Arocena, que era de dos socios. Uno de ellos se iba para Bélgica y el otro se quedaba con el lugar, convirtiendo ese restaurant en un pub. Y quería musicalizar. ¿Cuál era ese pub?
SR: Graffiti.
Ricardo: Graffiti, ni más ni menos. O sea, que en el entretiempo entre lo que fue la salida de Magique y el comienzo de Midnight, empezamos a musicalizar Graffiti. Lo hicimos, quedó funcionando y siguió adelante. Lo volvimos a retomar al año con otro proyecto que habíamos iniciado con otro amigo, con Romancho Berro, el que fue baterista de Los Killers. Habíamos hecho una empresa que se llamaba Rockola Promotores, que era como una productora integral de lo que era el desarrollo de los grupos. Durante todos esos años que te vengo nombrando, paralelamente nosotros teníamos la radio. Yo conozco a Alfonso Carbone después de que él llega de España, y en el ’82 ya empezamos en Emisora del Palacio con un programa los sábados de noche. Después pasamos a Concierto al Sol, que lo heredamos de Branáa, que se había ido y quedó el nombre porque era un contrato comercial. Cuando se termina ese contrato comercial es cuando pasa a ser Ruta 66. Entonces, teníamos la radio, estaba el boliche, había una movida importante. La Rockola se encargaba de representar al artista, organizarle el toque y encargase de todo lo que era la logística. La productora se encargaba del PA, que era muy complicado para la época, y de la batería. O sea, el artista llegaba al lugar con el PA, con el sistema de sonido para afuera pronto, el monitoreo y batería microfoneada y armada. Teníamos a Los Traidores, Los Estómagos, Fernando Cabrera, Níquel, Galemire. Estaba todo redondito, todo funcionaba. Por otro lado, otra de las producciones importantes en la que estuve, fue en el ’85 en las fiestas populares con motivo del regreso a la democracia y la asunción del presidente electo Julio María Sanguinetti. Allí estuve en el escenario de la Plaza Fabini (El Entrevero), como roadie de la delegación de músicos argentinos (Charly, Nito, GIT, Abuelos de la Nada).
SR: ¿Ahí ya tenías la disquería?
Ricardo: La disquería la empiezo en el ’85-’86 hasta el ’90. La Rockola funcionó hasta el ’89-’90, cuando Romancho decide volver a España. Cuando regreso a Montevideo de mi viaje a Brasil, mi viejo me hace entrar en la Corte Electoral, donde hago un curso de dactiloscopía (identificación de personas por huellas dactilares) logrando un cargo técnico, el cual abandoné en el ’87. Convengamos que entre Corte Electoral, radio, disquería, boliche, más familia (me caso en el ’87) algo había que abandonar. Me quedé con la radio y la disquería, renunciando al cargo público y a la noche.

SR: ¿Y ahí entonces cómo seguís?
Ricardo: En esa época ya me había desvinculado de Palacio. Empiezo en Eldorado haciendo una microguía musical para Palacio que se llamaba Los Principales. Era para apoyar las salidas de rock de Palacio en una radio que era exclusivamente de rock, cosa que no se podía lograr en la Emisora del Palacio porque era más amplia, era otra cosa. Solamente puntualmente en los programas nuestros podíamos hacerlo. Empiezo a hacer eso para Palacio y después ya quedo por mi cuenta. Cuando se viene el CD es cuando cierro la disquería, porque significaba una inversión muy grande pasar a CDs lo que era el dinero que se manejaba de stock en vinilos. Era un disparate y era imposible, y el vinilo ya no se vendía de la misma manera. Había un amigo que estaba dedicándose a otra cosa y que nos conocíamos porque en una época habíamos coincidido haciendo lo mismo, porque en mis vacaciones liceales yo trabajaba en una boutique en el Centro. Este amigo en los ’90 cuando yo estuve cerrando la disquería, él tenía un local enfrente en la Galería del Notariado y estaba negociando una marca internacional. Me invita a trabajar con él. La marca era Diesel y terminé trabajando 11 años para Diesel desarrollando un producto totalmente desvinculado de la música, dedicado a la ropa. Así pasaron los ’90.
SR: ¿Totalmente desvinculado sin siquiera ejercer de disc jockey?
Ricardo: Sí, sí. Empecé a comprar CDs, era la única vinculación que tenía.
SR: Se fueron 11 años, llegamos a los 2000.
Ricardo: Casi a los 2000. Por el año ’98 Mario Gallinares, a quien lo conocía de la época de Eldorado y lo había llevado a trabajar conmigo a Diesel, empieza a trabajar en radio nuevamente en una frecuencia que tenía Radio Sarandí que se llamaba RFI, Radio Francia Internacional, que era la 91.9, que después se convierte en Sarandí Satelital. Ahí me pongo a trabajar de nuevo en radio con un programa de blues que se llamaba 91.9 Rhythm and Blues, pero siempre trabajando en la fábrica en Diesel. Después Sarandí Satelital la venden a una multinacional y aparece M1, Music One, en la misma frecuencia. Ahí ya quedo contratado por esta gente con un programa que se llamaba Montevideo Blues. Después de mi desvinculación de Diesel, trabajo para dos fábricas que se dedicaban a exportar ropa, también con desarrollo de producto y ese tipo de cosas. Pero fue muy cortito, porque al estar en radio ya me empiezo a vincular de nuevo con todo lo que era el mundillo y ya empezamos a hacer otras cosas. ¿Te acordás que hubo una hubo una gran explosión de rock nacional en aquella época, en los 2000?
SR: Sí, sí.
Ricardo: Cuando aparecen Cursi, Sórdromo, Graffolitas, Snake, No Te Va Gustar, Triple Nelson, Fuerte Punto Vaz, yo ya estaba en la radio y estábamos trabajando bien y haciendo cosas. Después me meto en producción de nuevo. Arthur Martin tenía La Barraca, y por 2005 empiezo a organizar toques para bandas emergentes en ese lugar, buscando sangre nueva. Eran toques de cinco bandas por noche. Tremendo laburo pero me sirvió muchísimo. Por ahí pasó gente que después tuvo su momento de éxito. Luego me voy a trabajar con Montevideo Music Group para crearles la División Rock, porque se dedicaban más que nada a lo que era la música popular uruguaya. Querían una persona conocida, con trayectoria o con credibilidad, para crear esa división y tratar de hacer crecer el sello en esa área. Estoy en Montevideo Music Group un tiempito y me pongo a trabajar de manager con La Abuela Coca y con el Congo. Previo a eso, en la etapa de estas dos empresas de ropa de exportación, una vez me encuentro con Jaime Roos en un Buquebus viniendo de Buenos Aires cuando iba a presentar Contraseña, que ya tenía referencia mía por Diesel y porque nos conocíamos de la infancia del barrio Sur. Trabajo de vestuarista para él y la banda, haciéndole dos vestuarios, uno informal y otro para shows formales. Ya cuando estaba en Montevideo Music Group y trabajando con La Abuela Coca y con Congo, queda libre el cargo de road manager en el equipo de Jaime y me llama para que vaya a trabajar con él. De ahí en adelante, desde el 2006, termino siendo su manager en el 2009 hasta el 2015, que fue cuando hace el parate.
SR: Bien movido.
Ricardo: Y de repente me olvido de algo.
SR: ¿Y del 2015 para acá?
Ricardo: Es una muy buena pregunta. Me pongo a trabajar para J&D Producciones, dos locos productores que Henry Mullins les recomienda mi trabajo, en definitiva. Eran inversionistas que les gustaba traer cosas de afuera y necesitaban una persona que fuera productor de campo, productor ejecutivo. Uno de ellos lamentablemente falleció en pandemia y ahí se terminó con las producciones. Ellos traían mucha cosa de Brasil, como Alexandre Pires, Raça Negra, ese tipo de música. Y el último laburo que hice fue dos días antes del famoso viernes 13 de marzo cuando declararon la pandemia. El miércoles 11 fue mi último trabajo de producción en el Antel Arena haciendo Karol G, pero eso fue para Lujambio Producciones. Luego en 2023 estuve en la producción de “Encuentro En El Estudio” en Montevideo/SONDOR, con Lalo Mir y TVCiudad, un proyecto que se empezó a gestar antes de la pandemia y que finalmente pudimos hacerlo en el 2023.


SR: ¿Qué te ha faltado en todos estos años?
Ricardo: Plata (risas). Siempre me falta plata.
SR: ¿Pero hay alguna actividad que hayas querido hacer y que no hayas podido?
Ricardo: No me quejo para nada, por algo sigo pasando música, porque me gusta, me divierte, y siempre traté de hacer lo que me gustaba. Y si me pagaban, mejor.
SR: ¿Hay alguna actividad que hayas disfrutado más que otras?
Ricardo: Me gusta mucho la producción, estar siempre un paso adelante en todo, porque en definitiva se trata de eso. Siempre pensando lo que puede pasar y lo que no puede pasar. Más allá de lo que es la logística y la organización y qué es lo que se necesita y la parte técnica. O sea, no tengo problema ni en lo que es artístico, técnico, legal. Soy todo terreno, ocupo todas las áreas.
SR: Y son laburos que el común de la gente no ve; o sea, no sabe todo lo que se hace y no sabe quién lo hace.
Ricardo: Acá llegaron a inventar una carrera, que me parece muy bien, que se llama gestor cultural. En definitiva, no sé qué es lo que te pueden enseñar, porque el know-how de estas cosas las aprendés laburando al lado de alguien que realmente sepa lo que hace.
SR: ¿Qué hecho rescatarías como más positivo que te haya impactado para bien en tu vida?
Ricardo: Mirá, algo me impactó muchísimo en el año ’81. Yo tenía una amiga en Buenos Aires que estaba trabajando con Capalbo, que fue el que trajo a Queen. Me invitó y fui. Me colgaron una acreditación que era con acceso para todas las áreas. Yo estaba metido ahí atrás y no podía creer lo que era eso. Eso me marcó muchísimo. O sea, yo no era tan gurí tampoco, pero ellos estaban de gira en aquella época con todo lo que era el disco doble Live Killers, con aquellos paneles de luces que se bajaban y flotaban. Eso me impactó muchísimo y creo que fue a partir de ahí que dije: “Yo quiero hacer esto, yo quiero trabajar acá”.
SR: Y más allá de la experiencia como disc jockey en Brasil, y siempre te quedaste acá para este tipo de cosas.
Ricardo: Sí. De hecho, hay algo muy raro que me pasó. Malacara fue la productora con la que en un principio me pongo a trabajar con Jaime, que después muda para otro director y después terminamos Jaime y yo con Mediocampo. Fue en la época de Malacara, por 2006, cuando la otra persona que trabajaba con el gerente comercial de Malacara, me dice: “Tengo un amigo en Argentina que me está pidiendo para hacer una producción para unos españoles del PSOE que vienen acá y que quieren hacer esto. Y no tengo tiempo. ¿Lo querés hacer vos?”. Me pongo en contacto con el argentino y me manda toda la información. Me deja encargado y me pone en contacto con ellos para que les haga el presupuesto. Quien estaba de presidente en España en aquel momento era Zapatero. El PSOE hacía dos espectáculos para la comunidad gallega, porque en Venezuela, Argentina y Uruguay están las comunidades españolas más grandes en Sudamérica que votan, como las italianas, y ellos quieren captar votos. Hacían esas cosas, les mandaban cultura. Mandaron tres artistas, una al Centro Gallego de la calle San José, que no me acuerdo el nombre. La segunda a la sala Zitarrosa, que se llamaba Uxía y que era otra cantante galega. Y el tercer evento fue un festival de música celta en el Polideportivo del Centro Gallego en Avenida Italia y Barradas. Ahí apareció una mujer que se llama Susana Seivane, que toca la gaita y tiene un grupo que hace música celta, que cuando la vi, era como ver a los Rolling Stones haciendo música arriba de un escenario. Con gaitas y con unas guitarras rarísimas. No sabés lo que suena, lo que es el despliegue; tremendo. Me arrancó la cabeza, literalmente. Esas tres cosas anduvieron muy bien. ¿Cómo termina todo esto?, con la visita presidencial de Zapatero para toda la comunidad. Visitó el Centro Gallego y el hogar español de ancianos y se fue. O sea, termino haciendo una visita presidencial entre todo el rock and roll, trabajando directamente con todo el Departamento de Seguridad de la Moncloa. Imaginate el despliegue de seguridad. No había cómo hacerle entender a estos tipos que acá es Montevideo y que todo está muy tranquilo, pero venían con todo el pire de atentado europeo, ¿no? Cuando se va Zapatero, yo respiro, tranquilo, pensando que salió todo bárbaro. Aparecen dos corbatitas, entrajados, que me preguntan: “¿Usted es el productor?”. Pensé que iba en cana, pero querían hablar conmigo por una propuesta. Me terminan citando en un hotel céntrico. Exactamente a los 30 días de la visita de Zapatero, hago en el mismo lugar la visita de Rajoy, que era del PP, el opositor, en el Centro Gallego. Es trabajo.

SR: Me imagino que habrás tenido satisfacciones muchísimas y calenturas varias, también, ¿no?
Ricardo: Calenturas pocas, pero grandes. Imaginate que un problema en una gran producción, es un gran problema.
SR: ¿Algo que te acuerdes que haya sido muy traumático?
Ricardo: Convengamos que una producción es timba. Los Stones, que vienen haciendo mucho dinero desde hace años porque durante mucho tiempo sufrieron de no poder percibir nada por los contratos discográficos, se dedicaron a hacer shows. Históricamente son shows con entradas agotadas en todos lados. Bueno, en el único lugar que no agotaron las entradas fue Montevideo. Entonces, si me decís que tengo que apostar tantos millones para traer los Stones y gano tanto… sí, pero en ningún momento se me ocurre pensar que no voy a agotar entradas. Y sin embargo, eso pasó. Y en estos casos con este tipo de artistas, no solamente es caro el cachet, es caro el seguro, porque no es solamente el seguro de accidentes y un montón de cosas, es el seguro del pago. O sea, los tipos se aseguran que le pagues. Los puntos de equilibrio en una producción, son muy altos. Un punto de equilibrio es de un 80% y a veces hasta más. ¿Qué es ese punto de equilibrio? Que si vos no vendiste el 80% de las entradas o el 85 o el 90 o lo que sea, el margen que te queda es el de ganancia. Y esas no sé, ponele 10.000 entradas que no vendiste, es tu ganancia. Y ese 1% ó 2% que quedó por debajo del punto de equilibrio, es pérdida. Y por delante tuyo pasaron 5 millones de dólares y vos quedaste debiendo 200.000. Te querés matar. Es una cosa que es de locos. La producción es timba. Tenés el clima en contra siempre, y más con espectáculos al aire libre. El clima es brutal, porque vos alquilaste un lugar y de repente podés acordar una fecha colchón que sale otro día para que no te lo cobren. Pero esa fecha colchón significa tener que negociar con proveedores un día más las cosas. Y de repente el proveedor tenía pensado que desarmaba esa noche y al otro día armaba en otro lugar. Es un día más de hoteles, de viáticos y comidas, y eso se descuenta de la supuesta ganancia. No es fácil, para nada.
SR: Pero es entretenido.
Ricardo: Sí, sí. Tenés que tener un gran corazón, que aguante ese tipo de situaciones.
SR: Y unas buenas bolas.
Ricardo: También. No pienses que los artistas son fáciles. Te llega un rider artístico y empezás a ver lo que pretenden de hospitalidades y esas cosas. Ahí es cuando le envías el contra rider y le decís: “Mira, de esto no tengo, tengo de esto”. Y ya te lo aceptan, no te lo aceptan y empiezan las idas y vueltas. Son todos muy especiales. No sólo los consagrados, ¿eh?
SR: Vamos un poco más específico para el lado de la música: ¿qué es el rock para vos?
Ricardo: Más allá de un estilo musical, es una forma de vida. Es muy subjetivo, también. No sé, si me decís que es rock patear paquetes de basura por la calle, eso no es rock; sos un pelotudo. Pero bueno, te digo que es una forma de vida salvando ese tipo de comportamiento. Es una filosofía de vida.
SR: A lo largo de tu vida escuchaste muchísima música. Sé que tus gustos son amplios, pero actualmente ¿qué estás escuchando?
Ricardo: Vos sabés que no tengo esos momentos que tuve, obviamente, en mi adolescencia. Eso más que nada por la falta de material que había en aquella época. Hoy tenemos un acceso prácticamente al toque con lo que se te ocurra. Esa inmediatez me parece bárbara, pero algunos la toman de otra manera y se transforma en idiotez. Esa inmediatez me permite escuchar lo que quiero, lo que se me ocurre. No soy de agarrar algo y estar obsesionado o exprimirlo. O sea, cambié mis maneras de escuchar. Hoy de repente soy más pragmático y más incisivo, no sé si llamarlo así. Quizás tengo más educada la oreja para realmente saber qué es lo que quiero escuchar y no lo estoy escuchando. Comprarte un disco antes era costoso. Hoy, aunque salen caros, quizás no tanto. Antes tenías un disco y lo ponías y lo dabas vuelta, y lo escuchabas todo el día y al otro día. Yo llegué a memorizar la duración del espacio entre canción y canción, sobre todo con los discos de Los Beatles, donde había temas que arrancaban cantando.
SR: Ahora el artista está casi que frente al mismo problema, ¿no? Antes lograr difusión era difícil porque no había tantos canales y porque sacar un disco era un huevo. Ahora es difícil porque hay tanto para escuchar que llegar al público es más o menos el mismo problema.
Ricardo: Hoy tenés la opción de estar; el asunto es que se entere la persona correcta o que no sabés que le puede interesar eso que vos colgaste ahí. O sea, ¿cómo hacés vos para lograr eso? No es solamente tenerlo en YouTube o Spotify.
SR: El desafío es que te escuchen. Y esta conversación nos está llevando directo al proyecto de Bohemio Records, el sello que tenés con Alfonso Carbone.
Ricardo: Después de muchos años me encuentro de nuevo con Don Alfonso y una grata sorpresa, porque nos pusimos a hablar de la vida y me termina diciendo: “Vamos a hacer esto. Te necesito”.
SR ¿Qué es “esto”? Contanos bien.
Ricardo: Alfonso es una persona muy inteligente, obviamente, y que sigue siendo inquieto. Le faltaba ese empuje para hacer lo del sello discográfico. Me dice: “Si vos me das una mano acá, si sos la pata en Uruguay, le damos para adelante”. Y le digo: “Vamo’ arriba”.
SR: Es un gran desafío, ¿no?
Ricardo: En ningún momento lo hablamos como negocio. Es un gusto, porque ya sabemos lo que es esto. Es por amor al arte.

SR: Claro. Pero así y todo, representa un desafío.
Ricardo: Claro, pero el asunto es hacer cosas que por lo menos yo le tengo fe, y son cosas hechas con muy buen gusto; son buenas ideas. Para mí es un gran proyecto lo de Uruguay Canta a Dylan. Dylan es alguien muy reconocido y ninguneado a la vez, porque a muchísima gente no le gusta lo que canta, o cómo canta, o no lo entiende. Bueno, está, pero es Dylan.
SR: La elección de ese artista da una idea bastante cabal de la intención de hacerlo por el gusto, ¿no? Porque bien se sabe que Dylan es el artista preferido de Carbone.
Ricardo: Sí, sí, entre varios. Dylan es Dylan. Beatles, Dylan, Springsteen es la tríada de Carbone.
SR: ¿Y se puede esperar algo de Beatles y Springsteen, entonces?
Ricardo: Con Beatles es imposible lograr un acuerdo con quien tenga los derechos editoriales. No sé ahora quién maneja el catálogo. Lo que te piden por cualquier cosa de Beatles es una demencia. Es mucho más digno, sin destratarlo, hacer algo con Dylan que con cualquier otro artista.
SR: La otra pata, por lo menos en este inicio del proyecto, es lo que se hizo con Guerrilla Urbana, ¿no? Rescatar algunas perlas del pasado.
Ricardo: Estamos trabajando en eso. Va a ser una ensalada que va a ser como un Graffiti, que no se va a llamar Graffiti, con demos y outtakes que no salieron en la época, pero que existen. Son bandas que participaron en aquel escenario B del primer Montevideo Rock.
SR: O sea que temporalmente estamos en 1986.
Ricardo: Sí.
SR: Tanto lo de Dylan como esto, ¿va a ser en formato digital o va a tener un formato físico también?
Ricardo: En un principio se va a hacer digital, y todo depende de la aceptación, de lo que podamos monitorear en las visualizaciones, en las escuchas, en el boca a boca, en el propio público o en las devoluciones que tengamos. Ahí se decidirá si se hace formato físico. Y si se hace, va a ser vinilo.
SR: ¿Va a haber algún tipo de búsqueda de artistas nuevos?
Ricardo: Por ahora no. La idea es tener un sello tranquilo, sin muchas aspiraciones, sin desarrollos de nuevos artistas o artistas emergentes. Trabajar tranquilos sobre cosas e ideas que ya hay, de cosas que ya están hechas y algunas que hay que hacer, pero nada nuevo. Tampoco representaciones de sellos del exterior. Por ahora, sólo Bohemio Records.
SR: Además de Pájaro Canzani y Santiago Tavella, ¿qué otros artistas estarán participando en Uruguay Canta a Dylan?
Ricardo: No te puedo decir. Todos quieren el full.
SR: ¿Van a seguir sacando simples hasta completar el álbum?
Ricardo: No, no. Pienso que saldrán uno o dos más, a reventar, y después largamos el full.
SR: Para la ensalada de rock nacional será lo mismo.
Ricardo: Igual.
SR: ¿Tiene nombre?
Ricardo: Tiene nombre, no se puede decir.
SR: ¿Hay fechas estimadas?
Ricardo: Por ahora, todo lo que planificamos no sale en fecha. La idea es tener novedades semanalmente, por lo menos con estos dos proyectos. Si podemos meter uno más de cada uno, después metemos el full. Pero nos quedan un par de cosas para cerrar, que por tiempos legales, de los artistas y otras cosas más, no pudimos abrochar todavía. Pero estamos trabajando en eso y cuando esté liquidado, queda el producto redondito y ahí sale.
SR: ¿Hay alguna otra cosa pensada después de esto?
Ricardo: Sí, hay cosas pensadas…
SR: Que tampoco se pueden decir…
Ricardo: Hay cosas pensadas.
SR: ¿Cómo se reparten las tareas con Alfonso?
Ricardo: Más que nada es un ida y vuelta; son consultas. Como que esto prácticamente estaba todo hecho. Los pendientes con algunos artistas, cosas que todavía no están cerradas, me encargo yo, porque obviamente soy el que estoy en la pata de Montevideo. Es un laburo de ida y vuelta continuamente.
SR: ¿Hace cuánto que están trabajando con esto?
Ricardo: No hace mucho, hará un par de meses.
SR: Que llega Carbone a vos con la idea. Él ya la tenía madurada.
Ricardo: Yo había tenido contacto telefónico con él telefónico y me había dicho que me avisaba cuando viniera por Montevideo. A partir de ahí nos reunimos y nos pusimos a laburar.
SR: ¿Qué expectativas tienen ambos con este proyecto?
Ricardo: La expectativa que tenés cuando hacés una cosa de éstas. No hablemos de éxito, hablemos de reconocimiento.
SR: ¿Reconocimiento hacia las bandas o hacia el trabajo?
Ricardo: Reconocimiento a todo, a la idea, al producto, a quién participó, a lo que se hizo. O sea, un reconocimiento entero. Un reconocimiento, una crítica, que suene y que hablen.
Ariel Scarpa


Nota: Nos parece interesante detallar las diferentes producciones en las que Ricardo trabajó, más allá de que varias han sido mencionadas en el reportaje, para poder dimensionar correctamente la importancia de su rol.
Charly García (AR), GIT (AR), Abuelos de la Nada (AR), Nito Mestre (AR), José Luis Perales (ES) / 1ero de marzo de 1985, fiesta popular de asunción de mando presidencial en Plaza Fabini (El Entrevero), Montevideo
“Montevideo Rock 1” – 21, 22 y 23 de noviembre, Rural del Prado, Montevideo. (Producción y encargado de escenario B)
“Graffiti” – ciclo Los Jueves de Graffiti, 1986, Schroeder y Arocena, Montevideo.
Los Estómagos, Los Traidores, Los Tontos, Zero. (Producción Rockola Promotores)
“La Barraca” – Daniel Muñóz y Defensa, Montevideo, 2004 ciclos de bandas emergentes. (Productor Asociado)
“MMG” Montevideo Music Group – 2005 A&R División Rock (Producción Discográfica de Artistas y Repertorio)
Maceo Parker / octubre 2006, Teatro Central, Montevideo. (Malacara Producciones)
Gustavo Cerati / julio 2006, Teatro Plaza, Montevideo. (Malacara Producciones)
«Montevideo Metal Fest I» – Rata Blanca (AR), Rey Toro, Dr Rocka / junio 2006, Teatro de Verano, Montevideo. (Malacara Producciones)
“Musica Galega No Rio De La Plata”, Susana Seivane (ES), Os Trapalleiros (UY), Montegal (UY), Alborada (UY), noviembre 2006, Polideportivo Centro Gallego, Montevideo. (Malacara Producciones/Xunta de Galicia)
Jaime Roos, Producción & Management desde 2006 a 2015. (Malacara Producciones y Mediocampo Producciones)
«Montevideo Metal Fest II» – Sepultura (BR), Rata Blanca (AR), Rey Toro, Radical, Narval / abril 2007, Velódromo Municipal, Montevideo. (Malacara Producciones)
Abuela Coca, “Los 15 De La Abuela”, 20 y 21 de septiembre de 2007, Teatro Central, Montevideo. (Management y Productor Asociado)
«Reggae Fest» – Marulata, Kimia Na Mokili, Congo, Abuela Coca, Chala Madre / mayo 2008, Teatro de Verano, Montevideo. (El Abrazo Producciones)
“OPENPARK” Festival de Música Electrónica, Contra Las Cuerdas, Closet, Charlie Loop (productor en escenario para grupos en vivo) 20 de diciembre de 2008, Canteras del Parque Rodó. (Álvaro Quartino Producciones)
«Primer Festival Sudamericano de Reggae» – Congo (UY), Natiruts (BR), Gondwana (CL), Dread Mar I (AR), Nonpalidece (AR) / diciembre 2009, Teatro Plaza, Monteviedo. (Rock & Reggae Producciones AR)
Francis Andreu, julio 2016, Bluzz Live, Montevideo. (Productor Asociado a Bluzz)
Fernando Cabrera, 1, 8, 15 y 22 de septiembre 2016, Bluzz Live, Montevideo. (Productor Asociado a Bluzz)
Ruben Rada, diciembre 2016, Bluzz Live, Montevideo. (Productor Asociado a Bluzz)
Spuntone & Mendaro, abril 2017, Bluzz Live, Montevideo. (Productor Asociado a Bluzz)
Raça Negra / diciembre 2017, Teatro de Verano, Montevideo. (J&D Producciones)
Alexandre Pires, marzo 2018, Teatro de Verano, Montevideo. (J&D Producciones)
Gipsy Kings by André Reyes, abril 2019, Teatro de Verano, Montevideo. (J&D Producciones)
Alexandre Pires, agosto 2019, Palacio Peñarol, Montevideo. (J&D Producciones)
Karol G, 11 de marzo de 2020, Antel Arena, Montevideo. (EB Producciones, AR & Lujambio Producciones, UY)
“Encuentro En El Estudio” conducido por Lalo Mir, grabado y filmado en Estudios SONDOR de Montevideo, ciclo de 8 capítulos con músicos uruguayos entre febrero y marzo de 2023. (Producción Artística asociada con TV Ciudad)
“Bohemio Records” – 2025 Producción Discográfica como A&R en UY, junto a Alfonso Carbone desde Chile.
Entre otras cosas, también he producido dos visitas presidenciales en Montevideo, una para el PSOE y el entonces Presidente de España José Luis Zapatero, y otra para el PP y su candidato opositor Mariano Rajoy, ambas con 30 días de diferencia entre ellas, a finales del 2007.
Las mencionadas visitas se realizaron en el Polideportivo del Centro Gallego de Montevideo, Av Italia y Barradas.
