Nuestras Columnas: Redes Comunicantes

Los columnistas de Sólo Rock Uruguay agregan un contenido valiosísimo al portal. Sus miradas y conceptos únicos sobre distintos aspectos de la música en general y del rock en particular, aportan contenidos que siempre resultan interesantes de leer. Desde los distintos roles que ocupa cada columnista dentro del rock nacional, nos brindan esa visión más que interesante. Para profundizar un poco en esa mirada, en esta oportunidad entrevistamos a Gustavo Aguilera, responsable de Redes Comunicantes, y estas fueron sus respuestas.

SR: ¿Por qué tu columna se llama así?

Gustavo: El nombre surgió luego de leer un libro de André Bretón que se llama Vasos Comunicantes. En el mismo plantea ciertos temas que me movilizan desde varios lugares y con algunas ideas muy interesantes. Una de ellas propone la disolución de las fronteras entre el sueño y la realidad. Bajando el concepto a tierra, emparentándolo con otros contextos, me gustó jugar con ese título para generar mi espacio.

SR: ¿Cuál es el espíritu de tu columna?

Gustavo: El espíritu de la columna tiene que ver con una idea que me acompaña hace mucho. Mostrar las infinitas conexiones que existen entre diferentes formas de expresión cultural o artística. En mi desarrollo y experiencia personal, cine, cómics, literatura y música, o pintura, fotografía y más, están profundamente conectados. No sólo eso, se suelen retroalimentar de forma constante y con mucha fluidez. Sin embargo, a menudo esos intercambios o conexiones, no son vistos por el público. La idea es tratar de aportar, a quien lee la columna, una mirada diferente o más abarcativa, generar curiosidad y una cierta motivación, que permita una mayor conexión con el panorama completo que puede haber detrás de un trabajo artístico. ¿Sabías que esta película o libro o disco, están conectados o inspirados en esta otra obra, que puede ser un cómic, una pintura, una fotografía? Creo que las fronteras están para ser cruzadas. A veces se ve a la cultura como compartimentos estancos y no debería suceder así. Eso genera muchos prejuicios, que delimitan, encierran, entorpecen. El músico (aplica para artistas de otras expresiones) que sólo abreva de cierta música para su creación, termina desgastando su propuesta, ahogándola, convirtiéndola en una rutina carente de sentido; una mayor apertura al entorno enriquece y da profundidad a cualquier acto creativo. La endogamia es mala consejera en aspectos artísticos y culturales. Y lo mismo pasa con el público, que cuando no se permite sorprenderse, o no da el espacio a la curiosidad, se termina achatando, cosificando. ¿Qué se obtiene yendo a ver siempre los mismos espectáculos, y teniendo las mismas reacciones, o repitiendo los mismos comportamientos ante los mismos estímulos? ¿Qué distancia hay, en esos casos, entre ir a un espectáculo o cumplir con alguna otra actividad cotidiana? El eje principal de la cultura debería ser siempre un acercamiento a los procesos creativos del artista. Entender la otredad, eso siempre enriquece la experiencia humana. El desarrollo del conocimiento y la sensibilidad, ayuda a comprendernos como sociedad.

SR: ¿Qué ha representado para vos el espacio para tu columna en Sólo Rock?

Gustavo: Primero representó para mí una alegría estar en una revista que fue parte del despertar de mi conexión con la cultura y que aportó en mi decisión por el periodismo y la investigación como camino de vida. Destacar la libertad con la que trabajo en todos los aspectos. No estoy hecho para trabajar bajo estructuras de producción, y más allá de pautas que trato de mantener, siempre que escribo lo hago desde lo que considero “el mejor lugar”: La necesidad de compartir una información o experiencia que me parece relevante. Hacerlo así, creo, le da a lo que uno hace un plus que el lector puede percibir.

SR: ¿Cuál es tu análisis sobre la actualidad del rock nacional?

Gustavo: Para definir eso, o aportar una idea, primero conviene ubicar al rock a nivel global y dar después una mirada local. El rock como tal es hoy un señor muy mayor, dio sus primeros pasos a mediados de los años ’40 del siglo pasado. Se convirtió en la voz de una nueva generación de jóvenes, hijos de la Segunda Guerra Mundial y su contexto. Y desde allí en adelante, por varias generaciones fue una voz juvenil, que pasó por muchos cambios a nivel social y sobre todo a nivel tecnológico. Eso hace que tanto el público, como el desarrollo de propuestas provenga de muy variadas situaciones. Creo que a nivel nacional hay una especie de sonido establecido y que cuenta con un gran favor del público, no en vano, muchas de las bandas más populares hoy surgieron en los años ’90, y algunas incluso antes. Al margen de eso, hay también otras propuestas marginales, pequeños submundos, que no cuentan con una visibilidad muy grande, pero que muchas veces suelen abrir o presentar caminos y sensibilidades diferentes. En lo personal, es en esa zona donde me siento más cómodo. En la búsqueda de sonidos, miradas, propuestas que renueven, que generen esa sensación vibrante, expectante, refrescante, que asocio con el rock desde mi concepción de definición musical. Creo también, que es muy saludable para el rock tener una cierta cantidad de propuestas consolidadas para estar presente en un público mayoritario (dentro de lo que puede definirse como mayoritario en nuestra estancada población) y que no dejen de surgir espacios distintos, innovadores que den vitalidad al género. Invito a los lectores a darle una leída a la nota que hice al respecto, que se llama: Pensando en rock.

SR: ¿Por qué te parece que es importante seguir apostando al rock nacional?

Gustavo: En ese delicado equilibrio que existe hoy entre lo cultural y lo comercial, esta buenísimo seguir apostando por nuestra música. Muchas veces no nos damos cuenta, pero en relación a la cantidad de población y la cantidad de propuestas musicales interesantes que surgen, nuestro país es una rareza. Pareciera que pateas una piedra y sale un músico de abajo. Uruguay no es sólo una cantera de futbolistas, en el ámbito de la música creo que también sucede eso. Difícil definir porqué, pero ahí está. Por eso está bueno apostar, asistiendo a recitales, comprando sus trabajos (cuando salen en formatos físicos, y por favor, ¡no dejen de editar CDs!), acompañando de algún modo que le permita a los artistas y bandas consolidar su propuesta.

Ariel Scarpa