Ana La Del Quinto

Existe un hecho traumático en la infancia de Renzo Teflón que no sólo marcó su vida, sino también su carrera musical. Resulta que en los convulsionados años sesenta explotó una bomba en la casa ubicada en Ellauri esquina Zudáñez, pleno corazón de Pocitos, donde vivía con sus padres y su hermano menor. Como consecuencia, la enorme puerta de entrada quedó destrozada junto a la mampostería de yeso y absolutamente todos los vidrios de la vivienda. Antes, en la misma zona, le había tocado el turno a la familia Buquet por triplicado, mientras que los Arocena lo habían padecido en dos ocasiones. El hecho fue atribuido a grupos paramilitares debido al vínculo del padre de Renzo con el MLN-Tupamaros. Pero lo peor aún no había llegado.

La primera noche de las vacaciones de julio de 1972, Renzo se despertó con dos milicos y sus ametralladoras frente a su cama. Esa madrugada, se llevaron detenido a su padre, de sobretodo y con una frazada bajo el brazo. Este hecho no fue sólo un duro golpe emocional, también lo fue para la economía familiar, dado que Guridi padre era el pilar fundamental de la misma. A partir de ahí, junto a su madre, comenzaron idas y venidas por comisarías, unidades de la armada y del ejército, para ubicar su paradero. Después de un par de meses, les llegó la información que lo habían trasladado al Penal de Libertad.

Renzo, por ser menor, tenía visita especial, la cual transcurría en un patio al aire libre pudiendo tener contacto físico con su padre rapado y de mameluco gris numerado. La única anécdota que Renzo recordaba con satisfacción en esas crudas visitas, fue un día en donde apareció una guitarra, afinada por Aníbal Sampayo (quien también estaba detenido en Libertad) para que cantara. La primera canción que, el futuro líder de Los Tontos, interpretó fue “Ky Chororó”, demostrando que sus clases en NEMUS (Núcleo de Educación Musical, conservatorio fundado por Daniel Viglietti) estaban dando resultado. Al terminar la versión del tema de Sampayo, la milica que supervisaba las visitas le pidió al niño Renzo que cantara una canción más. Fue ahí cuando se aferró a la vieja guitarra y arremetió con “Hasta siempre”; la tocó sin mirar a nadie, de principio a fin, sin interrupciones. Al terminar la canción también se terminó la visita. Después, para su tranquilidad, pudo saber que su acto de rebeldía infantil no le ocasionó problemas a nadie. Ese fue su inicio como cantante de protesta.

-Renzo: ¿Sabés quién es Ana, la del quinto?

-Hugo: No.

-Renzo: Ana soy yo.

-Hugo: ¿Cómo ?

-Renzo: Claro, Ana, la protagonista de la canción, soy yo. No fue algo ex profeso, se ve que me traicionó el subconsciente. Hace un tiempo me di cuenta. Cuando era niño, grupos de ultraderecha pusieron una bomba en mi casa por la vinculación de mi padre con el MLN, yo estaba despierto cuando sucedió todo.

-Hugo: ¡Pah! ¡Tremendo!

-Renzo: Sí, al otro día en la prensa publicaron que mi hermano y yo, que éramos niños, estábamos dormidos cuando explotó la bomba. Lamentablemente, yo estaba bien despierto, pero dejala ahí…

Lic. Hugo Gutiérrez