El Kinto y La Fusión Del Candombe Con Otros Géneros Musicales

¡Buenos días a todos! Hoy les voy a hablar de una de las bandas uruguayas más icónicas de todos los tiempos, que marcó e influenció a una gran cantidad de músicos locales que vinieron posteriormente: El Kinto.

El embrión de El Kinto surge de las bases de una banda beat de la época: Los Malditos. Los integrantes de ese conjunto (Walter Cambón, Ernesto Soca, Miguel Mattos y Carlos Castro) convencen a Eduardo Mateo a sumarse al conglomerado. Al poco tiempo, el quinteto aprovecha la explosión de Los Shakers en Buenos Aires y ocupan su lugar en la boite «Orfeo Negro». Al poco tiempo se producen alteraciones de integrantes; se cambian el nombre por The Knights y fundamentalmente comienzan a sumar composiciones propias y en español. Se van Soca y Mattos e ingresan en su lugar Ruben Rada, Luis Sosa y Antonio Lagarde. De esa manera Mateo (guitarra y voz), Rada (voz y tumbadoras), Cambón (guitarra), Sosa (batería) y Lagarde (bajo) quedan en la formación.

En junio de 1967 se presentan en el «Festival de la canción beat de protesta»y la banda se rebautiza con el nombre de El Kinto Conjunto. Este nombre hace alusión al quinteto y al instrumento de percusión «quinto», que integraba la sección de percusión.

Se siguen produciendo modificaciones en la integración. Lagarde se va a Europa y es reemplazado por Urbano Moraes. La banda continúa tocando en «Orfeo Negro». Allí cada noche funcionaban como una rockola permanente, haciendo covers de temas de The Beatles, Charles Aznavour, Joao Gilberto, entre otros; pero al mismo tiempo integraban canciones propias, siendo constantemente una usina musical. Mateo era el gran referente y generador de aquella usina gracias a su constante actitud y altruismo musical.

En ese momento no todo el público podía valorar su brillo, pero más tarde se darían cuenta que aquel músico tenía toda una cantera por explotar y pulir. Como líder de la banda tenía una posición firme, siendo una persona muy estricta y exigente, por lo que muchas veces se daban roces.

El Kinto se presentaba a todas luces como una rareza musical por varias razones: su instrumentación con congas, bongoes y percusión a cargo de Rada primero y Cabral, y la fusión de géneros entre el beat, bossa, cha cha cha, rock, jazz y candombe. Sus textos en español (algo nuevo por aquellos años de beatlemania) y su indumentaria desuniformizada. En esa época las bandas utilizaban el uniforme tipo del estilo Beatle de la primera época. El Kinto no utilizó uniforme, planteando una estética más hippie y más descuidada en ese sentido.

Ruben Rada fue el primer integrante de El Kinto en asumir la tumbadora, y fundamental en el único disco de la banda. Cuatro de los temas incluidos son de su autoría: «Dámelo», «Siempre vas», «Voy pensando» y «Muy lejos te vas», poniéndole también su voz y percusión. A principios de 1968 deja el grupo para ir a tocar a Perú con la orquesta de Mike Dogliotti. El Kinto decide reemplazarlo y, para ello, pone a prueba a una serie de percusionistas, quedando en su lugar Mario «Chichito» Cabral, propuesto por Urbano. Casi al mismo tiempo, Urbano se va a España y es sustituido por Alfredo Vita.

A lo largo de los tres años de vida de la banda, nunca hubo tiempo para grabar un disco. Sus únicos registros son rescates de playbacks para la televisión y un fallido intento de grabación de estudio. En 1969, casi sobre los últimos días de vida, el sello Clave les hace una propuesta para grabar un álbum oficial. Se registran algunas bases de temas como «Don Pascual», «José» y «Ni me puedes ver», pero el trabajo quedó por la mitad.

El disco es editado en 1977 y reúne los tres temas grabados en estudio, pero fundamentalmente las canciones rescatadas por Carlos Píriz de las cintas que se grababan para los playbacks del programa Discodromo Show. Píriz tuvo la sabiduría de guardarlas y armar ese disco casi 10 años después cuando El Kinto ya era historia. Circa 1968 es la aproximación de fechas en que fueron registradas más del 80% de aquellas canciones.

Aquel disco traía otra de las genialidades de El Kinto y, quizá, uno de los más queridos por Mateo: «Príncipe azul», canción de cuna que surgió por la iniciativa de la mamá de Horacio Buscaglia, cansada de escuchar los inventos musicales de su hijo, y Mateo les sugiere que crearan una canción para niños. El tema fue difundido en la radio y fundamentalmente por Ruben Castillo en Discodromo Show. Otro de los puntos fuertes es la canción «Suena blanca espuma», una letra de Cambón compuesta cuando llevaba a su colega Urbano por la avenida pegada a la costa hasta su casa de Salinas, y «Esa tristeza», tema escrito por Mateo que también se conoce en versiones de Diane Denoir.

La vida de El Kinto fue muy exigua, casi sin grabaciones oficiales. Sus apariciones quedaron circunscriptas a las que fueron sus actuaciones en la boite «Orfeo Negro», en el boliche de Punta del Este, «La Claraboya Amarilla” y a cuatro series de Musicasiones que, junto a otros artistas como Horacio Buscaglia, Diane Denoir y Verónica Indart, realizaron en el Teatro El Galpón entre julio y noviembre de 1969.

Su legado es enorme y la clave de todo lo que vino después. Fue un grupo de culto esencialmente para los músicos y marcó a todos los que están en la élite de los grandes que ha dado la música uruguaya.

¡¡¡Gracias por su atención! excelente semana!!!

Fabián Delgado Calero


Referencias:

https://enperspectiva.uy/la-audiencia-opina/el-kinto-2/

https://www.pagina12.com.ar/421655-musicasion-el-kinto-y-los-comienzos-del-candombe-beat-en-mon

https://ladiaria.com.uy/cultura/articulo/2022/8/yo-volvere-por-ti-50-anos-de-musicasion-4-12/