Allá por 1989, la propuesta de Desolángeles resultaba revolucionaria en aspectos y formas que se planteaban de manera distinta a las generales de la ley. Apuntando a la parte humana y buscando la sensibilización del público, abrían un camino por el cual siguen transitando al día de hoy. Sólo Rock tuvo la chance de verlos varias veces en vivo en aquel tiempo, y desde ese momento tuvimos claro que queríamos tener una entrevista con María y Enrique. El reportaje, quedó resumido en las líneas que siguen.
Muchos recordarán a Desolángeles por su álbum debut Devuelvan El Futuro A Los Soñadores. Bueno, ellos están de vuelta con nuevo material y con su interesantísima propuesta. Actualmente es un dúo, conformado por Enrique Pieri (guitarra y voz) y María Rodríguez (teclados); y tienen muchas cosas para decirnos. Escuchen:
SR: ¿Pueden resumir su historia desde el principio?
Enrique: Había un grupo en Paysandú de un flaco llamado José Machín, y nosotros teníamos un grupo acá.
María; Yo no tocaba.
Enrique: En el ’81 surgió la posibilidad de hacer un ciclo, y el flaco se había venido a vivir en Montevideo. Yo había desarmado lo que estaba haciendo. Fue a hablar con nosotros y nos pareció buena la propuesta de la temática de él. La teoría nuestra siempre fue hacer música para decir cosas. José vino con un material ya armado en base a la guitarra acústica, y nosotros tocábamos un poco la parte rockera. Empezamos a andar con ese ciclo de recitales en el ’81, para fines del ’82 grabamos el primer larga duración en IFU, que se edita para finales del ’83, en producción independiente; El Palacio de la Música hacía la duplicación en serie. Cuando sale lo presentamos en el Notariado y participamos en festivales. Por ahí ya empezamos a vivir en Buenos Aires. Después se desarmó todo en el ’84 y en el ’85 volvimos a armar una banda con tres argentinos; duró muy poco tiempo. Realizamos tres actuaciones acá: Teatro del Notariado, Graffiti y la Plaza del Entrevero con el auspicio de la Intendencia. Después se desarmó otra vez. Tuvimos mil problemas y decidimos arrancar solos con máquina de ritmos y secuencia de bajos. Compusimos todo un material propio y comenzamos a grabar. Vinimos en julio a presentar los demos y las gacetillas. Armamos el espectáculo que se presentó en la Casa del Teatro en los primeros días de octubre, que fue un espectáculo donde la danza de Babinka y el arte escénico que desarrolla la BCG aportan y recrean los temas que nosotros hacemos.
SR: ¿Cómo definirían la propuesta del grupo?
Enrique: Es difícil de sintetizar en pocas palabras. Lo que nosotros buscamos es recuperar ciertos valores que están postergados en los seres humanos. Si bien la tecnología y la civilización nos aportan un montón de cosas, comodidades, medicamentos y cosas que nos son útiles, también están estropeando un poco la esencia del ser humano, alejándonos de las cosas naturales, de los sentimientos y las sensaciones naturales que tendríamos que disfrutar. Y creo que se va entorpeciendo la sensibilidad de la gente; un poco la historia del ladrillo en la pared, la historia de las percepciones cerebrales que alguna gente de la India sigue desarrollando. El ser humano está como masificado por un lado, en el sentido de que toda la gente que tiene el poder de comunicarlos, de venderles cosas, los masifica; y por otro lado, viviendo individualmente cada uno en la de ellos, con una falta total de solidaridad con los demás, falto de tolerancia y todas esas cosas que permiten una convivencia más sana. Individualista el ser humano de por sí, individualista los países en la mayoría de los casos, las razas. Lo que tratamos nosotros es de hacer que la gente reflexione, y si no planteamos ninguna solución, lo que queremos estimular es la búsqueda de caminos para bloquear esas cosas, y desarrollar los sentimientos esenciales de todas las personas.
M: La sensación, escuchando o leyendo los textos, es un poco bajoneante, pero creo que es irremediable porque lo sentimos todos. Es la realidad en que estamos metidos y nos tienen bastante apretados. Uno trata de meter el dedo para ver si se dan cuenta realmente lo que está pasando a todos los niveles.
Enrique: Creemos que esto que decimos le está pasando a mucha gente. Cada uno de los temas lo planteamos como un personaje hablado en primera persona, y todo el trabajo en conjunto se llama Humanos Alterados. Se plantean distintas situaciones de alteración del ser humano, y el tema que cierra, plantea cuál es nuestra posición, la de seguir tirando para arriba, la de seguir luchando y aprovechar cada una de las pequeñas cosas increíbles que nos pasan.
SR: ¿Piensan que si la gente puede llegar a interpretar esto que uds. quieren transmitir, cambia algo?
Enrique: Yo creo que sí.
María: Sí y no. A qué punto, no sé, porque esto es un monstruo bastante gigante. Pretender que con nuestra música y lo que decimos, arreglamos el mundo, no; es una utopía. Lo que sí sentimos es que es un aporte. Lo que queremos es ayudar o tratar de mover a la gente que piensa que está todo mal y siguen en ésa. No llegamos a nada así.
SR: Entonces hay un punto de contacto entre esto y el primer disco.
Enrique: Sí, en ese aspecto seguimos con la misma teoría de búsqueda y de estimular los valores espirituales de la gente. Está dicho de otra forma, porque estamos viviendo un tiempo en que las cosas tienen que ser concretas.
SR: ¿Y el cambio musical por dónde vino?
María: La estructura musical, por razones prácticas, no quisimos meternos en rebuscar la base de batería y bajo, sino que cumplan una función y punto. Tuvimos que aprender un montón de cosas, incluso en la parte de composición.
SR: ¿Cuánto tiempo llevó el aprendizaje y la maduración de la idea?
María: Como tres años. Me siento bien porque es un laburo bien hecho. Podrá gustar más o menos, eso lo decide la gente.
SR: ¿Cómo se va a editar este trabajo?
María: La edición del disco se va a hacer por El Palacio de la Música nuevamente, con todo el proceso independiente, desde lo estético hasta lo musical. (NR: finalmente fue editado en cassette por Perro Andaluz).
SR: ¿Tienen idea de cómo se vendió el disco anterior?
María: Sí, se vendió todo, no llegamos a las bateas de liquidación. Fue lento, un año de venta. Creo que en total se habían hecho 1.500.
SR: ¿Y el nuevo disco puede caminar bien en Argentina?
María: Sí.
Enrique: De todas maneras, el mercado allá funciona muy impulsado a las modas.
María: Hay que ver la forma de meterlo.
Enrique: El mercado está muy venido a menos allá. Se vende muy poco; antes de prensar una placa lo piensan muchísimo; están saliendo en cassette las cosas, solamente. Vamos a ver qué pasa. Actuando, pienso que sí va a ir bien.
SR: ¿Hay un cierto temor en la gente de chocar contra un espectáculo así?
Enrique: Yo pienso que va a llevar tiempo para que la gente lo entienda y lo conozca. Es difícil, porque todo el mundo abre prejuicios contra el espectáculo. Tratamos por todos los medios de especificar que Babinka y la BCG se integran a la presentación de nuestro material. Ellos trabajaron sensibilizándose con respecto a lo que los textos y la música les sugería y lo desarrollaron tipo taller de expresión. Y como no se consiguió crear en la Casa del Teatro la expectativa necesaria en el público, estamos tratando de que llegue a la gente todo este trabajo.
SR: Tiene mucho más público del que fue.
María: Yo estoy segura de eso, no lo digo de pedante.
SR: Aparte, el público que fue a la Casa del Teatro, era diferente, un público que está un poco más afuera del rock.
María: Gente más intelectualoide. Por otro lado, yo me quedo recontenta porque le gustó a toda la gente que fue, gente grande y jóvenes. Parece que llega a mucha gente distinta. A veces es más fácil hacer una cosa para un público que pensás que lo entiende, y una parte de ese público ya sabe lo que vos le estás diciendo. A veces es bueno romper con las otras cosas, gente que está en otra, que le podés dar un cachetazo y que diga “¿esto qué es?”.
SR: ¿Quieren tirar alguna piedrita para lo que fue la difusión del espectáculo?
María: Y sí; sí, sí.
Enrique: Hay gente en los programas de radio y todo eso que capaz que no valora realmente el instrumento que tiene. Así pasa en todos los rubros; conocemos músicos que están tocando la guitarra porque se le antojó o porque tuvo los medios, pero sin saber la esencia de lo que pueda ser portar un mensaje o una idea, o la responsabilidad de, como ejecutante de un instrumento, desarrollar una carrera, un estilo, una personalidad. Capaz que en los medios está pasando un poco eso. La sorpresa, en julio cuando vinimos a difundir y dejamos los cassettes y las gacetillas, fue la cantidad de espacios de programas jóvenes que hay, que vos podés ir, hablar y plantear una cosa. Y en nosotros como que quedó la idea de que iba a haber una difusión del material que no hubo. De acuerdo a la idea que nos llevamos nosotros de los espacios que había y de que nos habían abierto la puerta y todo, y suponiendo que iba a haber una difusión del material, nos mandamos de cabeza a una inversión que es transportar equipamiento, venir a tocar, paralizar nuestras actividades en Buenos Aires, venir con las tres hijas y provocar un montón de gastos. Faltó la respuesta del público, y la gente de los medios que pensamos que iba a difundirlo, no lo difundió. Capaz que faltó ese sentimiento de responsabilidad, porque nosotros en todos los lados que estuvimos planteamos “venimos a hacer esto porque pensamos en setiembre venir a tocar”. Y nos quedó la clara sensación de que si vos no estás atrás del cassette hablando, empujándolo, se olvidaron totalmente de lo que nosotros hacemos o somos. Y eso fue un poco lo que nos decepcionó.
María: Y responsabilidad en los medios de ser realmente responsables de la función cultural o social que cumplen, hablando ya de cosas más graves a nivel de carteleras y de informes, que me parece que es lo mínimo que les corresponde. Después si les gusta o no, si pueden ir o no, bueno, eso ya es algo más particular. Y ojo, esto no es sólo con nosotros.
Enrique: Todos tenemos que aportar desde el lugar que estamos, y ahí quedamos medio rengos. Esperábamos bastante más, esa es la verdad.
SR: Y además, críticas de lo que puede ser una expresión juvenil, no hay.
Enrique: Claro, pero además de estar la carencia, está como que sí están, ¡ojo! Porque está como que se cumple con todo eso, y en realidad no se cumple. En Libertad estaba la juventud peleando por algo en un lugar específico y hay que ver qué medios y quiénes estaban, eso es importante. Porque ahí estaba la juventud que carece de todos los derechos y las cosas que se supone que le dan. Porque al joven se le busca para encajarle un voto…
María: Para venderle tal pantalón y tal cerveza.
SR: Y muchas veces se busca al rock and roll para esto ahora hasta diciembre, y después…
María: A la lona.
Enrique: Sí, sí, sí. Aparte, te digo, de repente pasan horas pensando en qué venderle, qué encajarle o qué suponer que precisan en vez de ver qué precisan. Si los jóvenes están peleando por un lugar, equivocada la forma o no, quiere decir que ese lugar se necesita. Ellos pueden estar de acuerdo o no en los caminos que elegimos para luchar por las cosas, pero que se necesita el espacio, se necesita.
Conceptos claros y profundos. Así hablaron María y Enrique, dos músicos que levantan un poco la mira y apuntan más allá. Vale la pena realmente concurrir a alguno de sus espectáculos.