Diseñadores e Ilustradores – Porque Todo El Rock Les Debe Una Enorme Disculpa

Hoy escribiré sobre pedir disculpas; disculpas artísticas (que son las que de verdad importan). Puede que contractual o mercantilmente no haya que pedirlas. Pero artísticamente no caben dudas de que sí.

Un ejecutivo de la música te dirá que no se les debe nada, que se les ha pagado por su trabajo y el contrato se ha cumplido en toda su extensión. Esto habrá sido así en muchos casos, seguramente. No hay porqué dudarlo. Pero artísticamente no va así la cosa.

Pongamos el primer ejemplo, el más sencillo. Reducir el arte de la carátula de un disco del tamaño de un vinilo al de un CD, es tirar a la basura más de la mitad de la creación del ilustrador / diseñador. Su trabajo había sido creado para las dimensiones de un vinilo.

¿Alguien es capaz de leer lo que pone la contra portada de Leftoverture de Kansas (con su fantástico “Carry on my wayward son”) en el CD? Quien pueda hacerlo, Dios le conserve la vista y la juventud (porque seguro son las únicas causas por las que aún puede leerlo).

¿Y qué pasa con las portadas que llevaban un troquelado? Por ejemplo Physical Graffiti de Led Zeppelin, o Some Girls de los Rolling Stones. Portadas en la que el exterior estaba recortado para que si tu movías el sobre interno, cambiaba lo que veías en el exterior.

Y ya no hablamos sólo de CDs. Las reediciones en vinilo durante años han venido sin troquelado alguno; y nos la han cobrado al mismo precio. ¿Por qué? Yo quiero la música, pero también quiero el arte de portada, ES PARTE DE LA OBRA. ¿O no? ¿Por qué me pides el mismo dinero por una obra incompleta que por la obra completa?

En mi opinión, usuarios engañados (porque muchos, sobre todo si eran jóvenes, no conocían la portada original, y creían que la que compraban era la buena); y artistas gráficos vilipendiados en lo que respecta a su arte. Recordad que en 1978 no había internet (y en 1985 tampoco).

¿Y la cremallera (cierre) de Andy Warhol en Sticky Fingers, también de los Rolling Stones? Se cambió vergonzosamente una cremallera real negra, por una foto de la misma. ¿Por qué?

Y otra vez, no nos engañemos. ¿Por qué muchísimos músicos / grupos de primerísimo nivel jamás se han quejado sobre esto? Tal vez porque en muchísimos casos también habrán cobrado exactamente los mismos royalties (regalías) sobre ventas por un disco completo que por uno incompleto.

Demasiado a menudo los propios músicos han sido parte de esto, que insisto, no comporta la más mínima ilegalidad. Habrá habido un contrato con el diseñador / ilustrador que pondría “Tú entrégame un diseño que complazca al músico y a mí como sello discográfico, te lo pago al precio estipulado, y no aparezcas nunca más por aquí”. Así que todo muy legal. NO HAY ILÍCITO.

Pero moralmente, ¿realmente es un proceder correcto, que mime y cuide al cliente final, a quien compra el disco? En mi opinión no lo es. Y tampoco es respetuoso en lo más mínimo con la obra del diseñador / ilustrador.

También a nosotros como compradores de discos, se nos ha olvidado a menudo el reclamar aquello a lo que justamente teníamos derecho: “O el disco está completo o no te lo compro”. Así que también corresponde un pedido de disculpas y una autocrítica por parte nuestra como compradores de discos.

Hay más ejemplos. Wish You Were Here (y muchos otros discos de Pink Floyd y de innumerables otros grupos) también traían un diseño específico en la etiqueta pegada en el vinilo. Eso solía venir sólo en la primera edición. La reedición en vinilo ya frecuentemente omitía la etiqueta, y del CD mejor ni hablemos… Perdón que esté pesado hoy. ¿Por qué? ¿Quién decidió que se podía quitar contenido artístico a la obra por la cual el cliente paga a menudo exactamente el mismo precio?

Y después hay quien aún se pregunta quien fue que restó valor al producto que vendía… No hay peor ciego que quien no quiere ver.

Luego las portadas dobles, que tanto en reediciones en vinilo, como en algunos países (aduciendo dificultades del mercado local) se cambiaban por una tapa simple. ¿Ejemplos? Miles: Hotel California de Eagles, o Stand Up de Jethro Tull; que encima omitía las fotos recortadas que se levantaban (standing up) al abrir la portada doble, como ciertos libros de cuentos de cuando vejestorios como yo, éramos niños.

Por último, cuando se decidía que un disco doble sería muy difícil de vender y sólo se editaba uno. Esto es ya lo máximo; pues se ríe del músico e ilustrador a la vez (y se ríe también del comprador final).

Uno de estos adefesios (porque otro nombre no se le puede poner) es la edición uruguaya del Made in Japan de Deep Purple, que todos conocemos y muchos hemos comprado y tenido. Yo he sido uno de ellos. Un disco solo, cuya portada externa, es la parte interna de la tapa doble. Un asco. Vendido a precio normal, eso sí.

Yo me lo compré en 1978 y no fue sino hasta al menos dos años después que me enteré que era doble, y que la portada externa de la edición uruguaya es lo que iba dentro de la tapa doble.

Pero no creáis que esto lo hemos inventado en Uruguay. También he visto por ejemplo el Layla & Other Assorted Songs de Clapton con Derek & the Dominoes, edición española, con los discos por separado: Vol 1 y Vol 2 ¿¿¿¿???? Sobra cualquier tipo de comentario.

Pese a que he vertido mi opinión en varios pasajes de este artículo, voy a dejar la conclusión abierta esta vez. Que cada uno de vosotros saque su propia conclusión. La mía la tengo clara; mil disculpas a los diseñadores / ilustradores por las veces que he comprado una obra incompleta. Vaya en mi descargo que hace más de 20 años que ya no lo hago.

Pero claro, eso conlleva a que compro mayoritariamente en el mercado de segunda mano, pues los nuevos suelen estar incompletos (o no se consiguen); lo que no ayuda precisamente a que un artista de la ilustración obtenga nuevos encargos (que todos tenemos que comer cada día).

¡¡¡Hasta el siguiente artículo!!! Un abrazo.

Ramón Aloguín