El frío no pudo con los fanáticos de El Peyote, y La Trastienda se vio nuevamente copada. El ritual no se repite a menudo, por lo cual es una obligación aprovechar las oportunidades. El Peyote demostró nuevamente porqué fueron lo que fueron y porqué son lo que son. Un lujo de presentación, como es habitual, donde el rock estuvo más vivo que nunca de principio a fin. Los que concurrimos, además, fuimos premiados con el estreno de otro tema nuevo.

Así comenzaba la fiesta:

La sucesión de temas iniciales antes de las primeras palabras de Santullo no dio respiro, y eso se agradeció, principalmente por la horda cercana al escenario. Profesionalismo, entrega, música, disfrute, fuerza, son algunas de las posibles palabras para describir la experiencia. Aunque nunca se pueda lograr en un cien por ciento, intentaré una vez más describir este conciertazo, de modo de acercar el evento a quienes no concurrieron o revivirlo en los que sí lo vivieron.

Con la formación base (Santullo, Casacuberta, Campodónico, Benia y Canedo) y la presencia estable de Matías Rada desde hace un tiempo, la banda puso todo lo que se esperaba sobre el escenario. Los temas que todos queríamos disfrutar fueron desfilando, ejecutados con la solvencia y precisión habituales, con la entrega que hacen todos y que permite que la energía fluya entre el grupo y su público. Tocaron nuevamente “Bailando samba”, tema presentado precisamente en el show anterior en este mismo recinto. Para esta oportunidad agregaron “Vos no me llamaste”, el estreno de la noche, que estuvo a la altura de lo que se puede esperar de la banda, no sin dejar de llamar la atención la calidad de la fórmula compositiva a pesar (o ayudada por) el paso de los años. Además adelantaron que están grabando un disco que próximamente verá la luz.

El sonido perfectamente equilibrado y un despliegue de luces acorde a lo que la banda estaba desarrollando, fueron los complementos fundamentales y necesarios para una actuación impecable. El hecho de que se sepa lo que el Peyote brindará ya de antemano, es un desafío que la banda tiene con su público, y que superan con cada presentación. Nadie puede salir defraudado, ninguno de los rockeros sobre o frente al escenario. Al decir de Santullo, “si ahí abajo disfrutaron la mitad de lo que nosotros lo hicimos acá arriba, la misión está cumplida”.

“El delicado hocico de los líderes políticos escupe sólo mentiras. Cerdos pintados para la televisión, se dan la mano o pelean según la ocasión”, sigue rezando la letra de “Tanta parla” en la versión modificada que ejecuta el Peyote desde hace unos años. Escrita hace muchos años, la letra parece estar más vigente ahora que antes. Juzguen uds. mismos:

Una actuación impecable y redonda, que como siempre, deja con ganas de seguir y seguir. La noche mejoró mucho porque la temperatura ya no importaba, ni siquiera a la salida. Nuevamente el rock nos daba unos momentos de disfrute de la mano del Peyote, una banda fundamental de la historia de nuestro rock. Ya quedamos listos para la próxima.

Ariel Scarpa