Este mes de octubre viene tan cargado de información sobre una misma banda que provoca una enorme expectativa y genera en los fanáticos una dualidad de sentimientos, entre la enorme ansiedad para que se concreten ciertos eventos y el sentir que el paso del tiempo se ha ralentizado en donde el constante “tic tac” de las agujas del reloj parecen cansadas y sufren una gran agonía para la finalización de cada uno de los días.
Este es un mes muy cargado de eventos para AC/DC. Haciendo un poco de historia, por ejemplo el día 5 de octubre fue el onomástico de Brian Johnson, quien acaba de alcanzar los 78 años de edad. Así también y en referencia a trabajos musicales, AC/DC publicó los álbumes: ’74 Jailbreak un día 15 de octubre de 1984, el disco en vivo If You Want Blood (You’ve Got It) el día 13 de octubre de 1978, y finalmente el disco Black Ice el 17 de octubre de 2008 para Europa y el 20 de octubre para el resto del mundo.
Y respecto a los eventos que nos ponen la piel de punta, como sin dudas es uno de ellos el ver a nuestros queridos músicos en escena, hace unas noches tuvimos lo que podría ser un adelanto o una aproximación a los originales, con el concierto que dio la banda argentina Big Gun, quienes les hacen tributo y homenajean. Una muy buena banda que suena muy bien, potente y donde su guitarrista principal y el vocalista imitan en forma excelente a cada uno de los músicos originales, ya sea en vestuario, canto, movimientos y hasta en gestualidad.

Con clásicos como “Thunderstruck”, tema con el que abrieron la noche, más otros de la talla de “You shook me all night long”, “Back in black”, “TNT” y “Highway to hell”, se sumaron a otros temas no de tan primera línea, como pueden ser: “Hail Cesar”, “Fire your guns”, “Moneytalks” y “Are you ready”, todos los cuales sumaron para que la noche fuera mágica.
Ahora bien, volviendo a los originales y como dijimos, hace unos pocos días se cumplieron 17 años de publicado el disco Black Ice. Es un disco récord por sus 15 canciones y al no ser un disco magnánimo, siempre hay posibilidad de rescatar alguna que otra canción. No es ninguna novedad, lo cual para los fans nos es muy tranquilizador, el hecho de que no hay mucha variedad sonora de un disco de AC/DC a otro. De hecho, creo que en verdad no existe ninguna variedad musical en los nuevos discos de la banda, nunca nos vamos a encontrar con un teclado en alguna canción, arreglos de viento, ni siquiera un sonido de triángulo.

Temas como el de apertura, “Rock ‘n’ roll train”, es puro AC/DC, una vez más atemporal, rockero y pegadizo. La mejor manera de abrir es con una canción directa que gustará a todos, incluidos a los más reacios a disfrutarlas. Seguida por “Skies on fire”, un tema precioso, no tan rápido con Brian maravillando en todas las estrofas. “Big Jack” y disfrutamos del boogie eléctrico clásico de una «Smash ‘n’ grab», “Spoilin’ for a fight” y “Wheels” son de riffs bien claros y son las típicas canciones medio que como para hacer bulto y que sabemos que nunca engrosarán algún set list del grupo. Todo lo contrario, los temas “War machine” y el de cierre del disco, “Black ice”, tal es así que estuvieron en la gira de ese disco que fue la última gran visita de AC/DC a la Argentina.
En aquel diciembre de 2009 la banda arremetió con tres toques magistrales que quedaron inmortalizados en ese DVD Live in River Plate. No es el caso de hoy hacer una reseña de esos toques ni siquiera del DVD lanzado, ya que esto fue motivo de un artículo anterior.

Pero este hecho trae a colación el recuerdo de aquellos conciertos y el hecho que luego de 16 años se estarían por concretar dos nuevas fechas en Argentina, pudiendo ser en el mítico estadio de River Plate de la ciudad de Buenos Aires, nuevamente.
Sucede que toda esta serie de cuestiones detalladas aquí confabulan para que la situación sea desesperante, ya que es demasiado tiempo sin poder ver en escena, no sólo a AC/DC, sino a cualquier otro músico que mínimamente se precie de su característica primordial, y es la interpretación de su arte en forma directa con su público.
No pedimos mucho, somos fans con conciencia crítica y no obtusos, pero todo tiene un límite. Ahora corresponde que vengan, toquen en vivo y nos den nuevamente una bofetada de rock que nos sacuda el cuerpo entero y nos acomode algún que otro hueso.
Tomás Cámara
