Y salió DOS. Cuatro nuevos bombazos de rock que Outsiders dispara con precisión y que impactan directo en el corazón de los rockeros. Cuatro grandes canciones que te hacen sacudir la cabeza a lo largo de todo el EP, no importa la velocidad que tengan. Cuatro temas con mucha energía que se suman a la entrega anterior, UNO, y que seguramente sean el puente perfecto para la siguiente edición.

Pero no nos adelantemos, DOS es el lanzamiento actual y nos invita a repasarlo varias veces. Estas entregas en formato EP son muy disfrutables porque incitan a querer escuchar más, invitan a repetir la reproducción y los temas comienzan a crecer, además de que abren una expectativa para futuros trabajos y para ver a la banda en vivo.

El lanzamiento programado de DOS se produce poco después del lamentado y sorpresivo fallecimiento de Daniel Acosta, el batero de la banda. Estos discos grabados por Outsiders son los últimos registros de Daniel detrás de los parches, por lo que cobran un significado especial.

Los temas que componen a DOS son:

“Demonios”, aparte de ser un rocanrolazo, tiene una profundidad sonora aportada por el bajo, con grandes intervenciones de las guitarras y lucimiento de la bata. Esto es una fórmula que se repite en los trabajos de Outsiders y que se transforma en su sello sin tornarse repetitivo por las diferentes formas que le dan a los temas. Importantes voces y coros son parte de la canción, que invitan a querer gritarlos cuando la banda los toque en vivo. “Donde la suerte” también cuenta con gran trabajo de las voces y los instrumentos para sostener la energía a tope entregando otra muy buena canción. “Deja vu” nos trae un poco de calma sin perder la esencia rockera, apoyada en la infalible receta de la banda. Y para el final nos espera “Malavida”, donde se retoma la línea inicial, yendo nuevamente hasta arriba sumándole interesantes arreglos.

En definitiva, otro gran EP de Outsiders digno sucesor de su antecesor. Una muestra más de lo efectivo de lo directo aplicando los recursos indicados. Outsiders lo demuestra una vez más. Imposible no reconocer en DOS un conjunto de canciones rockeras de verdad. Un placer.

Ariel Scarpa